¿Tienes ganas de salir de viaje? Pues si buscas un lugar donde relajarte con la familia o amix, un lugar de cultura, naturaleza, aventura y maravillosos viñedos, te recomendamos visitar el Pueblo Mágico Ajijic y Chapala.
Si vives en Jalisco o sus alredededores, estas localidades son el escapeperfecto. Pero si eres de CDMX y buscas algo más planeado, podrías darte la vuelta por distintas zonas de Jalisco sin dejar esta joya fuera de tu itinerario.
Y es que estas dos localidades ofrecen un sin fín de experiencias cpn sus calles coloridas, hermosas vistas naturales, sus malecones y el inigualable Lago de Chapala.
Ajijic es un pequeño pueblo ubicado en la Ribera del Lago de Chapala; a solo 40 minutos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de Guadalajara y a aproximadamente una hora desde la ciudad.
Justo a 20 minutos del Pueblo Mágico de Ajijic, encuentras el pueblo de Chapala, que también deberías de visitar si ya estás en la zona.
Chapala posee un clima semi- tropical, que es considerado como uno de los mejores.
El lago se encuentra alrededor de 1.584,96 metros sobre el nivel del mar por lo que prácticamente es un sitio semi-húmedo. Las montañas que rodean al lago, son las encargadas de que la temperatura sea agradable la mayoría del año.
Comprendenmos si no has escuchado suficiente de este lugar, pues apenas fue recnonocido como Pueblo Mágico en 2020, pero su diversidad, cultura y tradiciones son enormes atractivos para ponerlo como destino de viaje.
Una de las principales razones para visitar Ajijic es la cultura, y es que esta localidad es conocida por sus murales y arte urbano que pintan de colores las calles.
Caminando por sus calles, también encuentras varias galerías de arte donde se exponen piezas creadas por artistas locales e internacionales.
¿Amas el ecoturismo? Entonces Ajijic también es ideal para ti. Tu aventura comienza en el Área de Protección Hidrológica Cerro Viejo-Chupinaya-Los Sabinos, mostrando paisajes verdes y majestuosos junto con la vista al cerro que guía a través de un camino rocoso.
¡Ojo! Que si decides visitarlo en temporada de lluvias te sorprenderán las espectaculares cascadas que se van formando a lo largo del ascenso. Una vez estando en la cima, la diversión comenzará con las diferentes formas de descenso donde podrás mojarte en las caídas de agua que lo permiten.
Esta red de senderos no solo te llevarán por la naturaleza de Ajijic, sino que conectan directamente con el ejido Chapala.
Tanto si buscas contacto con la naturaleza, como un momento más tranquilo, otra cosa que hacer en Ajijic es pasear por el bello malecón o recorrer sobre una lancha el famoso Lago de Chapala, considerado el lago natural más grande de México.
Si buscas aventura, encontrarás opciones de esquí acuático. Aunque también puedes recorrer el lago en sus alrededores a caballo o en bicicleta.
También, puedes visitar los restaurantes que tienen vista al lago, ofreciendo una paradisiaca fotografía.
Como cualquier Pueblo Mágico, no te puedes ir de Ajijic sin probar su oferta gastronómica. Tan solo lo largo de sus malecones encontrarás opciones para degustar la comida local, como el clásico caldo michi (caldo de pescado), el pan Tachihual, los charales empanizados o una deliciosa nieve de garrafa.
¿Buscas hermosos pueblitos entre viñedos? Pues Ajijic también entra en esa categoría. Y es que entre su clima templado y sus sueños volcánicos, aquí se producen vinos mexicanos de alta calidad.
Puedes visitar Finca La Estramancia, reconocida por ser un viñedo boutique que incluye catas y recorridos.
También puedes cultivar uvas Malbec, Tempranillo y Syrah para la elaboración de vinos rosados, tintos y espumosos. Considera que el lugar se encuentra en el municipio de Tuxcueca dentro de la Ribera de Chapala, pero puedes trasladarte sin problema en lancha desde el malecón de Ajijic.
Sin duda en Chapala y Ajijic puedes encontrar una gran diversidad de actividades durante todo el año en los que podrás disfrutar de diferentes temáticas como:
No lo pienses más y en tus próximas vacaciones visita Chapala y el Pueblo Mágico de Ajijic, disfruta de un viaje inigualable, donde podrás encontrar una gran diversidad de atractivos y actividades por hacer.
¿Buscas dónde quedarte en Ajijic y Chapala? Aquí te dejamos algunas opciones para distintos gustos y presupuestos:
Situado en Ajijic, a tan solo 500 metros del Lago de Chapala, este hotel boutique cuenta con tan solo 11 habitaciones ofreciendo un ambiente íntimo ideal para un viaje en pareja. De hecho, es solo para adultos.
Todas las opciones de hospedaje ya incluyen un desayuno completo. Además, en el lugar encontrarás alberca y servicios de SPA; algunas habitaciones cuestan con jacuzzi o tina de hidromasaje.
Aquí puedes ver más información del lugar y reservar.
Siguiendo con los hotel butique, otra opción de hospedaje en Ajijic es Nimue, que tiene todo para que te relajes y disfrutes del Lago de Chapala.
Tal cual tiene vista al lago y se encuentra a tan solo 15 minutos a pie del malecón. También cuenta con tan solo 11 habitaciones donde además encontrarás alberca al aire libre, jardín, una playa artificial privada, spa, y otros servivicios.
Aquí puedes conocer más de sus instalaciones y pedir informes.
¿Eres más de cabañas? Entonces esta opción, a tan solo 10 minutos en coche del malecón, es para ti. Se encuentra justo en medio de Ajijic y Chapala y es un espacio para disfrutar contigo mismo.
Cuenta con alberca compartida, vista al lago, servicio de spa y restaurante. Las habitaciones son como pequeñas cabañas y varían en su decoración.
Pide informes en sus redes sociales.
¿Vas con infancias o buscas un ambiente más familiar? Entonces no busques más dónde quedarte en Ajijic y ve a Hotel del Pescador, que ofrece una experiencia relajantem divertida y única.
Este se ubica cerca del centro de Ajijic, cuenta con jardín, alberca climatizada al aire libre, servicio de spa, gimnasio y ofrecen venta de tours por la zona, así como el uso de kayaks y bicicletas.
Esta es su página oficial y ahí toda la información.
Escaparon en un viaje tan sorprendente como aterrador rumbo a Australia. Eran 19 jóvenes que lo dieron todo por tener una vida mejor.
La exjugadora de cricket australiana Mel Jones fue una de las tres mujeres que organizaron y financiaron el plan para que el equipo femenino de cricket de Afganistán huyera de su país en 2021 tras el regreso al poder del Talibán.
Entre las 19 jugadoras que hicieron el aterrador viaje a Australia estaba Firooza Amiri, quien temblaba de miedo cada vez que su familia era detenida en el auto en el que viajaba.
Ocho eran los puestos de control por los que tuvieron que pasar para abandonar su país de origen.
Hasta el día de hoy, Amiri no puede comprender cómo se creyeron sus excusas de que iban a asistir a una “boda familiar” y a “llevar a su madre a recibir atención médica en Pakistán”.
“Fue el mayor milagro de mi vida”, le dijo a la BBC.
Tres años y medio después, ella y su equipo pisaron el campo de juego en el Junction Oval, en Melbourne, para representar al equipo femenino de Afganistán que jugaba su primer partido.
Otro capítulo en su notable historia acababa de comenzar.
Entre quienes observaban emocionados estaba Jones, quien se encargó de conseguir visas humanitarias de emergencia, dinero y un pasaje seguro para las jugadoras y sus familias.
Teniendo en cuenta los peligrosos viajes que habían hecho, este iba a ser un día de alegría abrumadora para las jugadoras que finalmente volvían a competir en el deporte que aman.
Pero la insignia especialmente diseñada en sus uniformes, en lugar de un escudo oficial, era un gran recordatorio de que su lucha por jugar está lejos de terminar, mientras el Consejo Internacional de Cricket (ICC, por sus siglas en inglés) no las reconozca como una selección nacional.
En un nuevo documental, “El equipo olvidado de cricket”, la BBC analiza la historia del equipo hablando con las jugadoras y aquellos que desempeñaron un papel crucial en su salida de Afganistán.
Amiri estaba tomando té en casa con su abuela en agosto de 2021 cuando se enteró de que el Talibán había regresado.
“En ese momento me quedé en shock y sentí que lo perdería todo”, dijo con lágrimas en los ojos, agregando que supo de inmediato que el equipo tendría que abandonar el país.
“Mis padres vivieron la primera vez que el Talibán estuvo en Afganistán y sabían lo que les pasaría a las niñas”.
“No sabía si iba a sobrevivir. No sabía si habría una oportunidad para mí y mi familia de salir de Afganistán, no sabía si íbamos a vivir o morir”.
“Lo quemé todo, todos mis certificados, todas mis medallas. No queda nada”.
Según las leyes del Talibán, las mujeres tienen prohibido el acceso a las universidades, el deporte y los parques. También está prohibido que sus voces se escuchen fuera de sus hogares.
La compañera de equipo de Amiri, Nahida Sapan, recordó cómo llegaron a su casa buscándola.
“Mi hermano salió y uno de los miembros del Talibán le preguntó: ‘¿Sabes de una chica de cricket? Creemos que vive aquí’. Mi hermano estaba muy asustado. Yo tenía un libro de resultados de todas mis compañeras de equipo, así que me fui a casa, rompí todos los papeles y los tiré a la basura”.
Sapan, cuyo hermano trabajaba para el gobierno anterior, dijo que su familia comenzó a recibir llamadas y mensajes.
“Eran amenazas directas. Decían: ‘Las vamos a encontrar y, si las encontramos, no las dejaremos vivir. Si encontramos a alguna de ustedes, las encontraremos a todas'”.
“Estaba muy preocupada por todas las chicas del equipo. Todas necesitábamos un lugar seguro”.
Ese lugar seguro iba a venir de una fuente inesperada al otro lado del mundo.
A miles de kilómetros de distancia, Mel Jones se encontraba en cuarentena en un hotel australiano durante la pandemia de covid-19, cuando recibió un mensaje de un periodista indio que le preguntaba si había oído hablar de la situación del equipo de cricket afgano.
Las jugadoras habían pedido ayuda a la Junta de Cricket de Afganistán (ACB, por sus siglas en inglés) después de que el Talibán tomara el poder, pero no recibieron ninguna.
Estaban aterrorizadas bajo el gobierno del grupo islamista.
El periodista puso a Jones en contacto con una de las jugadoras y ella le preguntó si había algo que pudiera hacer para ayudarlas. La jugadora respondió que todas sus compañeras de equipo y el personal de apoyo debían salir de Afganistán.
Jones, quien ganó dos Copas del Mundo con Australia, revisó sus contactos y trajo a varios voluntarios a bordo, incluida su amiga Emma Staples, quien solía trabajar para Cricket Victoria, y Catherine Ordway, quien había ayudado a evacuar a las futbolistas afganas.
Creando una red de personas que podían ayudar, incluso sobre el terreno en Afganistán, organizaron visas y transporte para finalmente sacar a 120 personas del país, principalmente a Pakistán, y luego en vuelos militares a Dubái. Desde allí volaron a Melbourne y Canberra en vuelos comerciales financiados por el gobierno australiano.
“No creo que comprendiera la enormidad de lo que estábamos haciendo en ese momento”, dijo Staples. “Nos dijeron que tal vez no podríamos salvar a todos”.
“Para mí, fue como coordinar un servicio de inmigración clandestino. Tuve que completar los documentos de las visas e intentar transferir dinero a Afganistán para que las chicas compraran pasaportes”.
“Fueron seis semanas de recopilación de información de los miembros de las familias de las jugadoras, tratando de obtener identificaciones, pero solo teníamos esta hoja de cálculo con los detalles de todos”.
La comunicación con las jugadoras fue “realmente desafiante”, pero “nada que Google Translate no pudiera solucionar”, según contó Staples.
“Todo pasó tan rápido para ellas que no creo que tuvieran tiempo de pensar en lo que tuvieron que dejar atrás. No tengo dudas de que algunas de ellas están pasando por la culpa del sobreviviente”.
Jones, de 52 años, quien ahora trabaja como locutora de cricket, dijo que hubo momentos en los que no estaba claro si la misión tendría éxito. Las cosas sucedían minuto a minuto”, dijo.
“Sin sonar frívola, hubo momentos en los que parecía que estabas en una película de Jason Bourne”, contó, recordando que intentaba comentar en televisión mientras enviaba mensajes a una jugadora afgana que trataba de encontrar el auto correcto que la llevara a un lugar seguro.
“Esa fue la parte que me dio miedo, el asegurarme de que tomaran las decisiones correctas”.
Durante meses después de aterrizar en Australia, las jugadoras mantuvieron en secreto su paradero, mientras vivían en un alojamiento temporal, ya que todavía temían por su seguridad.
Los clubes de cricket locales a los que se unieron también ayudaron a proteger sus identidades.
Esperaron hasta diciembre de 2022 y luego escribieron al ICC para decirles que vivían en Australia y para plantear dos grandes preguntas: ¿qué había pasado con sus contratos con la ACB y qué había pasado con el dinero destinado a la ACB y que debería usarse en su preparación?
También solicitaron que algunos de esos fondos se redirigieran a las jugadoras en Australia.
Después de un mes, el ICC respondió que los contratos eran un asunto de la ACB y que dependía de la junta decidir cómo gastar los fondos que recibe del organismo rector mundial.
Pero como la ACB se negó a tratar con las jugadoras, el equipo se quedó con la sensación de que los organismos rectores del deporte se habían desentendido de ellas.
En junio de 2024, tras la llegada del equipo masculino de Afganistán a las semifinales del Mundial T20, las mujeres aprovecharon el momento para escribir una segunda carta al ICC.
Esta vez pidieron que se les permitiera formar un equipo internacional de refugiadas.
Dicen que nunca han recibido respuesta a esa carta.
“Es tan doloroso y tan decepcionante”, dijo Shabnam Ahsan, quien tenía solo 14 años cuando huyó de su país. “No entiendo por qué ellos [el ICC] no están haciendo nada para ayudarnos. Hemos trabajado muy duro y merecemos ayuda como cualquier otro equipo”.
El ICC le dijo a BBC Sport en un comunicado que “sigue comprometido con la situación en Afganistán, con el bienestar y las oportunidades de los jugadores como nuestra máxima prioridad”.
Su presidente, Jay Shah, añadió: “Estamos comprometidos a apoyar el desarrollo del cricket a través de la Junta de Cricket de Afganistán, al tiempo que reconocemos los desafíos que enfrenta el cricket femenino afgano, incluidas las preocupaciones de las jugadoras que viven en el exilio”.
“El ICC también está revisando ciertas comunicaciones relacionadas con el cricket femenino de Afganistán y explorando cómo se las puede apoyar dentro del marco legal y constitucional del ICC. Nuestro enfoque está en el diálogo constructivo y en soluciones viables que salvaguarden los mejores intereses de todas las jugadoras de cricket afganas”.
El día del partido en Melbourne estuvo lleno de emoción y alegría, pero aún queda una pregunta importante: ¿qué le espera al equipo?
No cuentan con financiación oficial, aunque al día siguiente del partido se puso en marcha un fondo en línea llamado “Pitch Our Future”, que pretende recaudar cerca de US$950.000 para ayudar a asegurar el futuro del equipo.
La Marylebone Cricket Club Foundation de Reino Unido también se ha comprometido a que las jugadoras de Afganistán sean las primeras beneficiarias de su nuevo Fondo Mundial de Cricket para Refugiados.
Las jugadoras aún tienen grandes sueños de jugar algún día en el escenario internacional, pero eso depende de que el ICC colabora con ellas.
Sin embargo, una cosa es segura: en un momento en el que las mujeres de Afganistán sienten que no tienen voz, este equipo no será silenciado.
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