¿Sabías que con cuatro billetes de $50 pesos con la figura del ajolote mexicano –Ambystoma mexicanum- puedes aportar en la conservación del ajolote? La campaña #AdoptAxolotl del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) está de regreso y tú puedes ser parte de su conservación.
Este año la acción por conservar al ajolote mexicano se convierte en un tema urgente, porque con los fondos recaudados también se podrá realizar el nuevo censo poblacional de ajolotes silvestres en su hogar en Xochimilco.
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En su tercera edición, la campaña #AdoptAxolotl y las personas que trabajan en la investigación de esta especie dentro del Laboratorio de Restauración del Instituto de Biología de la UNAM, mantienen su compromiso por la conservación del ajolote.
El doctor en ecología, Luis Zambrano González explicó que a Xochimilco y al ajolote, les queda muy poco tiempo, por ello, es necesario accionar con urgencia para acelerar la restauración del ecosistema.
“Somos muchos los aliados. Somos muchos los que estamos tratando de restaurar Xochimilco y faltan más. Aquí deberían estar todos los chinamperos que han estado trabajando con nosotros y multiplicando los beneficios que hemos logrado obtener a partir del apoyo que nos han dado”, señaló el Dr. Zambrano González.
El experto en la restauración del ajolote recordó el valioso trabajo que realizan los chinamperos y el de las personas que dan calidad de vida a los ajolotes.
Al mismo tiempo también reconoció el esfuerzo de la gente que trabaja viendo cuántos ajolotes hay en Xochimilco; así como los investigadores en el Laboratorio de Restauración.
La campaña internacional #AdoptAxolotl es internacional y se creó en el Laboratorio de Restauración Ecológica con el objetivo de concientizar a la sociedad sobre la situación actual de Xochimilco y cómo involucrarse en la conservación de esta especie y su hábitat.
Muchas son las personas aliadas a este proyecto que se han sumado con la aportación de recursos, a través de la recaudación de fondos para que el trabajo de investigadores y chinamperos continúe por la recuperación del ecosistema.
Para que el ajolote mexicano vuelva a su hábitat, en los canales de Xochimilco se necesita restaurar el ecosistema. Con los fondos recaudados es posible rehabilitar las chinampas-refugio.
Cada rehabilitación cuesta aproximadamente 250 mil pesos y su mantenimiento 105 mil pesos anuales, por ello, es importante que su restauración se realice durante varios años.
En tres años, la campaña #AdoptAxolotl ha ampliado trabajos en favor de la conservación del ajolote y las personas aliadas a este proyecto. Recordemos un poco cómo ha sido este recorrido.
En su primer año, en el 2022, la campaña concretó 457 adopciones de axolotes o chinampas-refugio. Además, lograron recaudar más de 400 mil pesos.
La maestra en ciencias del mar y limnología, Vania Mendoza, destacó los resultados que ha tenido la campaña con la rehabilitación de 40 chinampas de las cuales se han instalado 36 refugios para la biodiversidad nativa.
Además, han rehabilitado alrededor de 5.5 kilómetros lineales de canales y 119 mil 729 kilómetros cuadrados (km2) de superficie de siembra con chinampería tradicional.
La meta de este 2024 es lograr la recaudación de un millón de pesos, que se destinarán a la rehabilitación del hábitat del ajolote y la producción chinampera.
Prepara tus billetes de 50 pesos o aparta un poquito de tu aguinaldo y júntalo con tus amistades para adoptar un ajolote o rehabilitar una chinampa refugio en Xochimilco.
Para ser parte de #AdoptAxolotl puedes hacerlo de forma virtual a través de PayPal en la página de Restauración Ecológica entrando aquí. También puedes hacer tu donación usando tu tarjeta en este enlace.
Una vez que seleccionaste el método de pago, no olvides dar click en el botón “Condiciones de donación” para comenzar con tu aportación.
Para adoptar un ajolote puedes comenzar con una donación de 200, 600, 3 mil 600 o 7 mil 200 pesos.
Pero si prefieres adoptar un refugio las donaciones van desde los mil, 9 mil, 54 mil y 108 mil pesos.
Ahora dirígete al botón “Quiero donar” y comienza a llenar las casillas con los datos de pago. Una vez listo este proceso, acepta las condiciones y espera que tu pago se procese.
Si necesitas un recibo deducible de impuestos, este solo se aplica en montos mayores a 20 mil pesos y para obtenerlo debes escribir al correo electrónico a [email protected].
Pero si quieres tener una taza, tote bag, libreta, playera o sudadera con la imagen representativa de la campaña #AdoptAxolotl lánzate a Tienda UNAM y elige el diseño y color que más te guste.
¡Con tu compra también estarás apoyando a esta campaña! En este enlace podrás encontrar todos los artículos relacionados con los ajolotes.
Restaurar el hábitat del ajolote también significa salvar a Xochimilco ante el impacto del cambio climático en la Ciudad de México.
Durante el mes de julio, Animal MX visitó una de las chinampas-refugio donde se llevan a cabo los trabajos de restauración del ecosistema de la mano de chinamperos.
Vania Mendoza, biólogo e investigadora del Ambystoma mexicanum, explicó que Xochimilco es un regulador de la temperatura de la ciudad, mejora la calidad del aire y nos brinda alimentos en la CDMX.
Sin embargo, esos servicios ecosistémicos se han perdido por el cambio de uso de suelo donde se prioriza la infraestructura a cambio de apoyar la agricultura chinampera.
“Sin Xochimilco, la Ciudad de México se vendrá para abajo. Por eso, es importante que seamos conscientes del tipo de turismo que hacemos, de los lugares que visitamos y darle el valor que tenemos de ellos”, advirtió la investigadora.
Los votantes que le dieron la victoria quieren ver precios bajos como los que había antes de la pandemia. Y aunque la inflación actual de EE.UU. es de solo 2,4%, la rabia persiste. ¿Qué está pasando?
Una de las causas del triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos fue la preocupación de los votantes por el estado de la economía.
Y puede resultar paradójico si se analiza el estado global de la principal economía del mundo.
“La economía, estúpido”, es el lema que refleja en la política estadounidense que son las finanzas las que deciden las elecciones en el país.
Y si nos atenemos a eso, podríamos haber pensado que triunfaría Kamala Harris como heredera de la economía del gobierno de Joe Biden.
Al fin y al cabo, el nivel de crecimiento, el desempleo en mínimos históricos, el haber evitado la recesión que muchos temían y una inflación de apenas un 2,4% podrían parecer indicadores muy positivos. Y lo son.
Pero estas elecciones reflejaron casi como ninguna otra la brecha entre las buenas cifras de la macroeconomía y la economía familiar de las personas, preocupadas por la inflación que creció durante la pandemia y que en los últimos años ha provocado un alza de precios que se mantiene, aunque su incremento ya se haya mitigado.
El gobierno de Biden tuvo que lidiar con los efectos económicos de la pandemia de 2020 y de la crisis energética desatada por la invasión de Rusia en Ucrania en febrero de 2022 y de acuerdo a los datos económicos, lo hizo bien.
Pero los números muestran una realidad que la gente no ve reflejada en su vida diaria.
“Aquí se paga US$5 por una docena de huevos. Antes costaba US$1”, comenta Samuel Negrón, un puertorriqueño de la ciudad de Allentown, en Pensilvania.
En ese estado, uno de los más decisivos en la contienda electoral, los demócratas ganaron en 2020, pero perdieron en las últimas elecciones.
“Es simple en realidad. Nos gustaba cómo eran las cosas hace cuatro años”, le dice Negrón a la BBC.
Trump supo capitalizar esa brecha entre los números y la percepción personal de la economía que muchos estadounidenses sentían al pagar en la caja del supermercado o la renta de su vivienda.
Estados Unidos tuvo la recuperación post-pandémica más fuerte dentro del Grupo de los Siete (conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), según los datos del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
En los cuatro años del gobierno de Biden, el PIB real creció a una tasa anual promedio de 3,2%, un resultado considerado por economistas de distintos colores políticos como un logro importante en medio de las vicisitudes que impuso el contexto internacional.
Una de las principales banderas de los demócratas durante la campaña electoral fue el récord de creación de empleo en este mandato: casi 16 millones de puestos de trabajo nuevos.
Y siguiendo con el mercado laboral, el desempleo -que rondaba el 7% cuando Trump dejó la presidencia- hoy está en 4,1%, considerado un muy buen nivel para la economía estadounidense.
En 2023 el desempleo incluso alcanzó su nivel más bajo en 54 años.
El gasto de los consumidores creció a una tasa anual del 3,7%, el nivel más alto en casi dos años. Eso quiere decir que pese al malestar con el costo de la vida, la gente sigue comprando. Y aunque el endeudamiento de los hogares aumentó a partir del 2021, su ritmo se desaceleró este año.
En cuanto a la inflación interanual, con las cifras disponibles hasta septiembre, ésta aumentó un 2,4% en los últimos 12 meses, muy cerca del nivel óptimo de 2% que se ha fijado el país.
Para comparar, la Unión Europea tiene una inflación anual del 2,1%.
Y en el mismo período, los salarios estadounidenses crecieron casi el doble que la inflación, al subir un 4,6%
Pero entonces, ¿cómo se explica la desconexión entre las buenas cifras macroeconómicas y el malestar de la gente?
Pese a las buenas cifras, una gran parte de los estadounidenses está decepcionado. Y el malestar tiene su origen, en la mayoría de los casos, en el aumento de los precios durante los últimos cuatro años.
Una parte de la explicación se puede ver en este gráfico que muestra cómo la inflación subió cerca de un 20% bajo el mandato de Biden.
Y aunque el 2,4% de inflación es un nivel bajo o moderado, los precios siguen estando más caros desde que la pandemia comenzó en febrero de 2020.
Sólo un 6% de los 400 productos monitoreados por la Oficina de Estadísticas Laborales está más barato hoy que entonces.
Y aunque los sueldos aumentaron casi en la misma proporción (sin que se perdiera poder adquisitivo), lo que quedó en la retina de los consumidores fue la gigantesca escalada en los precios en los últimos cuatro años.
En contraste, las cosas estuvieron comparativamente bastante bien para el bolsillo de los estadounidenses bajo el mandato de Trump (2017-2021).
La inflación acumulada en sus cuatro años de gobierno fue de un 7,8% (frente al 20% de los años de Biden), mientras que los salarios subieron casi el doble.
Don Leonard, académico de la Universidad de Ohio, plantea en diálogo con BBC Mundo que las preocupaciones de los estadounidenses sobre la economía no son un mero problema de percepción.
Su argumento es que al menos 20 millones de hogares estadounidenses tienen buenos motivos para estar desilusionados.
“Esos hogares han sufrido un dolor económico real que no es tan fácil de detectar en los datos económicos oficiales”, sostiene. “No es solo un sentimiento pesimista injustificado”.
Leonard dice que al trabajar con promedios, se crea un “un sesgo” que no permite mostrar lo difícil que es la vida diaria de los estadounidenses de menores ingresos, que gastan mucho más (como porcentaje de sus ingresos), en vivienda, alimentos o salud.
El segmento salarial en el que Trump logró mayor ventaja respecto a Kamala (53% frente a 45%) fue el que va entre US$30.000 y US$49.000
Y muchos demócratas, en tanto, insisten en que la frustración de la gente no está justificada.
Sin embargo, hay una gran parte de la población, dice Leonard, que no califica para recibir asistencia del gobierno, pero tiene dificultades económicas en su vida diaria. “No es que estén hipnotizados, lo están pasando mal”.
Algunos analistas creen que en la derrota demócrata fue fundamental la narrativa, es decir, que la campaña no supo comunicar bien los logros económicos del gobierno de Biden y plantear, a partir de ahí, un camino prometedor.
El malestar con la economía también ha estado influido por el alto costo del crédito.
Frente al máximo inflacionario de 9,1% en junio de 2022, el mayor en 40 años, la Reserva Federal (equivalente a un banco central) inició una agresiva política de aumento de tasas de interés que ayudó a ir reduciendo la inflación, pero afectó las finanzas personales.
Los estadounidenses, acostumbrados a vivir con crédito, sufrieron el impacto del aumento en las tasas de interés a la hora de comprar un auto, pagar las tarjetas o conseguir una hipoteca.
Muchos se sintieron acorralados entre la inflación y las tasas de interés, votando finalmente por el cambio. Las tasas sólo empezaron a bajar poco antes de la elección sin dar tiempo a que se refleje en los bolsillos de los votantes.
Y ese es otro elemento a tener en cuenta, dicen algunos analistas políticos.
La crisis generada por la pandemia y la guerra en Ucrania le pasó la cuenta a varios gobiernos que buscaban la reelección y perdieron ante un electorado cansado de los problemas económicos que han afectado sus finanzas personales.
“¿Estás mejor ahora o hace 4 años?”, les preguntaba Trump a los votantes en la campaña en busca de su apoyo. Muchos percibieron que ahora están peor a pesar de lo que digan las cifras macroeconómicas.
Y votaron por un cambio a la espera de que se refleje también en los precios que ven en los supermercados, la gasolinera o el pago de la renta.
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