Las largas filas para obtener apoyos y enseres, los problemas de salud, la carencia de materiales y servicios no son las únicos problemas recurrentes en el puerto de Acapulco a más de 3 meses de la llegada de Otis. Las escenas constantes también incluyen áreas verdes completamente destruidas, árboles caídos, troncos y ramas aventadas por la fuerza del huracán.
Desde las comunidades más alejadas, donde se perdieron cosechas enteras junto con la flora que las rodeaba o las protegía, hasta lugares simbólicos del puerto como el Parque Papagayo, la pérdida de diversas especies es evidente en zonas rurales y urbanas, en grandes hoteles y condominios tanto como en áreas naturales y poblados que tienen más vegetación que habitantes.
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Ante la urgencia de solucionar las carencias más apremiantes —como la vivienda, el empleo y las reparaciones necesarias—, la limpieza y reforestación de las áreas verdes quedaron en segundo lugar.
El cálculo del Comité de Reforestación –integrado por autoridades, organizaciones de la sociedad civil e iniciativa privada que ya trabajan en un plan– muestra que existe una afectación a la flora prácticamente del 100%, mientras que la pérdida de cobertura vegetal, dependiendo la zona, va de un 50% a un 70%.
En la zona rural es donde se alcanza el mayor porcentaje. Ese tipo de áreas, como la cuenca del río La Sabana y el parque El Veladero, son algunas en las que se concentrarán los primeros esfuerzos de varias asociaciones locales, en conjunto con organizaciones y representantes de la iniciativa privada, para abarcar puntos no contemplados por completo por el plan de reforestación del gobierno de Guerrero.
Vivian Heredia, de Habla Bien de Aca AC, detalla en entrevista para Animal MX que en este momento se trabaja en la planeación para generar inventario, pues mientras no llegue la época de lluvias, es difícil garantizar condiciones suficientes para el mantenimiento y crecimiento de nuevas plantas.
“Ya hicimos el primer scouting para ver de dónde podemos sacar vegetación tanto de viveros dentro del estado (Guerrero), como de otros estados también”, señala Vivian.
Esto se debe a que en Acapulco el 90% de los viveros resultaron afectados, por lo que no hay ejemplares suficientes para hacer por lo menos reforestaciones medianas.
En caso de que puedan provenir de otro estado —hasta ahora se han considerado Morelos y Michoacán—, lo que se busca es asegurar que se trate de regiones lo más parecidas a Acapulco.
Pero también está la situación del transporte, el cual posiblemente se daría de manera prioritaria la participación de la iniciativa privada.
“Ahorita también ya hay un plan con Sembrando Vida para empezar a reforestar la cuenca del río de La Sabana, que va de antes de entrar al maxitunel, a la izquierda, y desemboca hasta Viaducto Diamante. Esto particularmente con organizaciones de la sociedad civil con Sembrando Vida”, explica Vivian.
De la misma manera, junto con el gobierno del estado, se están enfocando en El Veladero, un área natural protegida de 3 mil 617 hectáreas de bosque de encino, selva perennifolia y selva subcaducifolia. Por parte de las asociaciones, se está contemplando también el jardín botánico, que se ubica dentro del Parque Estatal Bicentenario.
“A petición de la sociedad civil, también nos enfocaremos en la zona rural de Acapulco, porque ahí también hubo mucha afectación y esa parte no está todavía contemplada por los programas estatales. Por ejemplo, La Venta”, destaca.
Según la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, el programa de reforestación de las autoridades estatales contemplará la plantación de más de 1.5 millones de plantas diversas –sin especificar cuáles– y estará a cargo de un solo equipo de grupos ambientalistas, ecologistas, asociaciones, núcleos agrarios y diversas dependencias de la entidad.
Buena parte de los ejemplares, según la información difundida por el gobierno guerrerense, provendrá del vivero estatal “Vicente Guerrero”, en la colonia La Cinca de Chilpancingo. Entre estos se contemplan el roble, huamuchil, el palo de brasil, el cedro blanco, el pino, mandarina, aguacate, durazno, limón, naranja, café, guanábana y lima.
Por un lado, planean actividades de reforestación en esas zonas, y por otro, acciones de arborización, sobre todo en la parte urbana que ya fueron puestas en marcha por Acapulco Fénix, uno de los colectivos que surgió a raíz del impacto de Otis.
Una de las primeras actividades de esa agrupación fue regalar árboles frutales, destinados a pérdidas específicas dentro de viviendas. En ese caso, sí es posible plantarlos desde ahora porque puede asegurarse el riego por parte de los habitantes. Ahora, las organizaciones están tratando de conseguir más ejemplares para continuar esa donación.
Aunque aún se deben definir las especies endémicas que se utilizarán en la reforestación —Vivian Heredia dice que los planes todavía se encuentran en la etapa previa—, estas también dependerán mucho de la disponibilidad que haya en viveros de otros municipios y estados.
“Queremos también hacer enlaces con gobierno, generar germoplasma de las plantas que son realmente de aquí, pero eso es más a largo plazo”, aclara.
Mientras tanto, en la cuenca de La Sabana ya está iniciando la capacitación para que las personas ayuden a la generación de suelo para la reforestación.
Si bien han mantenido contacto y mostrado disposición para trabajar con las organizaciones, por parte de las autoridades no se ha proporcionado mayor información sobre la conclusión de los trabajos de limpieza, cuya ausencia mantiene a varios ejemplares o partes de ellos derrumbados en locaciones urbanas y rurales.
“Lamentamos que no se haya aprovechado todo eso en una primera instancia para poder hacer composta, por ejemplo, que fue uno de los primeros planteamientos que se hicieron, pero en cuanto a compostar y aprovechar esos residuos, no tenemos todavía claro”, apunta Vivian.
Ella aclara que solo en el parque Bicentenario se está tratando de aprovechar los residuos, pero faltarán probablemente unos 3 meses más para terminar la limpieza.
El cálculo de las organizaciones es que las actividades más amplias de reforestación se iniciarán a finales de mayo. Sin embargo, los resultados comenzarán a notarse hasta dentro de 1 a 2 años. En el esfuerzo participan Reforestamos México, Cemefi y varias organizaciones locales, incluyendo Habla bien de Aca AC.
Antes del paso de Otis, la actividad humana ya había reconfigurado el ecosistema que predomina en el puerto de Acapulco, donde el bosque tropical caducifolio, la vegetación riparia ( laflora que crece a lo largo y cerca de los ríos, lagos, embalses y humedales) y algunos manglares fueron parte de la biodiversidad.
Jerónimo Reyes Santiago, biólogo e investigador en el área de Taxonomía y Sistemática Filogenética del Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM, explica que aún antes de la llegada del huracán Otis, toda la vegetación ya se encontraba afectada en el puerto como consecuencia de la actividad humana sin planeación.
El biólogo cuenta que los humanos ya habían roto la estructura vegetal que era parte de la barrera natural que caracteriza al puerto de Acapulco.
“La vegetación tiene una estructura. Cuando no está tan afectada y llega un huracán de ese tipo, las plantas protegen porque son barrera muy fuerte para romper la velocidad del viento. Hay una parte herbácea, hay parte arbustiva y hay parte arbórea, es decir, está bien estructurado para soportar eso”, añadió Jerónimo.
Sin embargo, las actividades humanas rompieron con esa estructura en la zona, es decir, hoy es un sitio y una vegetación fragmentada que se vuelve vulnerable a cualquier evento de este tipo. Los árboles cayeron porque ya estaban rotos. No tenían la estructura que tenían que protegerla.
Con el paso de Otis, el experto ve difícil que la barrera natural en el puerto de Acapulco se pueda reconstruir; sin embargo, lo que sí es viable hacer ahora es declarar los espacios que quedan como Área de Conservación Prioritaria, es decir, áreas donde haya vegetación que proporcione refugio, alimentos y bebida para que la fauna sean preservadas.
“Existen seres vivos afectados que nadie atiende y es la biodiversidad que va desde bacterias, hongos, insectos, aves, mamíferos y otras especies de vegetación. Entonces, como todo está roto, debemos tener un programa que vaya acorde a que sean plantas que proporcionen refugio y alimento para la fauna y que sean de la vegetación que crecía de manera natural”, recomienda el biólogo.
Jerónimo Reyes Santiago advierte de la necesidad de tener precaución con la vegetación que se pretenda usar en las actividades de reforestación y hace énfasis en el uso de plantas endémicas en el estado para evitar la plantación de vegetación exótica que no dará beneficios ecosistémicos a la fauna nativa.
“Cuando ocurren estos eventos, lo primero que hace la gente es poner plantas exóticas que no tienen que ver con la fauna, que no lo va a comer y que no le va a proporcionar alimento. No tenemos ninguna conciencia ni consideración por la fauna que sufrió igual una devastación”, señala.
De acuerdo con el biólogo, la vegetación nativa que debería considerarse en el proceso de reforestación para Acapulco y las zonas afectadas tras el paso de Otis tendría estar conformada por plantas que se produzcan en viveros y que sean acordes a las que habitan en el bosque tropical caducifolio como pochotes, ceiba, cuajiote, guayaba, capulines y muchas plantas que produzcan fruta.
“Que sean plantas resistentes. Tenemos mezquites, guamúchil que produce muchas flores, muchos frutos y son plantas muy resistentes. Son cientos de especies que podemos producir para ese fin”, señala Jerónimo.
El experto recomienda contar con un buen programa de producción de abono. Para esto, las autoridades se pueden valer de la recolección de residuos orgánicos para producir el sustrato que recuperará los nutrientes que perdió el suelo.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 779 mil 566 personas habitaban en el municipio de Acapulco hasta 2020. Con esa cantidad de habitantes, Jerónimo señala que se podría recolectar de forma especial los residuos orgánicos e instalar una planta para producir sustrato.
Ese sustrato es el humus de lombriz que nutrirá todos los suelos desgastados. El experto explica que las lombrices producen el mejor abono natural y, actualmente, existe tecnología suficiente en el país para obtener de manera industrial este nutriente para el suelo contabilizando en miles y miles de toneladas su obtención.
“Podemos hacer un buen programa, coordinarlo y mandar los desperdicios orgánicos a un lugar para compostar, eso sería el suelo. Luego mapear el poligonal del puerto donde fue afectado y revisar dónde hay área para restaurar porque mucha gente va a aprovechar que ya no hay vegetación y va a querer construir casas, cultivar. Porque somos nada generosos con la biodiversidad”, explica.
En ese sentido, Jerónimo propone un plan de trabajo para reforestar, de la siguiente manera:
“Hay plantas que son de rápido crecimiento. Hay algunas que crecen diez centímetros a la semana, entonces sí es posible de aquí a 5 años ver resultados. Para empezar, tardaríamos 3 años para tener plantas de buena talla para empezar a reintroducir y luego tardaríamos otros 5 años en ver vegetación cubriendo, más o menos, y en 20 años habrá vegetación de muy buena altura ya”, estima.
De no comenzar con una reforestación bien planificada en Acapulco, el experto advierte que “si no hacemos algo, podría ser peor”.
Entre las advertencias, señala que uno de los primeros efectos que la población percibirá es el calor, el cual aumentará y tanto la fauna que permanezca como las personas que habitan en Acapulco también se verán afectadas.
“Va a aumentar la temperatura en esa zona y si el promedio de temperatura era 27°C irá a 35°C. El efecto que va a tener es que la gente va a tener que gastar más en aire acondicionado o no podrán trabajar más horas. Tiene un impacto inmediato”, explica.
En cuanto a la fauna nativa que aún se encuentra en Acapulco, el biólogo de la UNAM menciona que de no recuperar la vegetación endémica del ecosistema en los sitios que se vieron afectados, se corre el riesgo de extinción de ejemplares y desplazamiento. Pero también de la llegada de “fauna oportunista” ―como la describió― al tratarse de roedores transmisores de enfermedades.
“Cuando hay un evento como este, surgirá alguno que comenzará a proliferar y generará roedores que son pequeños ratones de diferentes especies. Incluso, habrá insectos como pequeñas cucarachas que empezarán a proliferar y eso comenzará a contaminar porque no hay otra fauna que los controle, [un depredador] y son mucho más resistentes. Es un verdadero caos”, concluye Jerónimo.
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El informe de la investigación apunta a que el jugador iba al volante y al exceso de velocidad como causa del accidente.
Las autoridades en España dieron a conocer las conclusiones de un informe preliminar sobre las posibles causas del accidente en el que murieron el futbolista portugués Diogo Jota y su hermano André Silva.
Según las mismas, todos los indicios hasta ahora indican que el delantero del Liverpool iba al volante cuando el auto en que viajaba se estrelló en una autopista española, y que probablemente circulaba a velocidad excesiva.
El jugador de 28 años, murió junto a su hermano André Silva, de 25, cuando el Lamborghini en que ambos se desplazaban sufrió el reventón de un neumático en la provincia de Zamora, en el noroeste de España, en la madrugada del pasado jueves.
La Guardia Civil de España dijo, tras conocerse la noticia, que el vehículo realizaba un adelantamiento en la autopista A-52, cerca de la población de Palacios de Sanabria, cuando se salió de la carretera y se incendió.
“Todo apunta también a una posible velocidad excesiva, superior al límite de velocidad de la vía”, dijo la Guardia Civil de Tráfico de Zamora en un informe.
La policía informó que había estudiado las marcas dejadas por uno de los neumáticos del Lamborghini y que “todas las pruebas realizadas hasta el momento indican que el conductor del vehículo accidentado era Diogo Jota”.
El informe pericial sobre el accidente es parte de la investigación judicial sobre el siniestro, dificultada por el incendio que destruyó casi por completo el coche.
El accidente ocurrió 11 días después de que Jota se casara con su pareja de toda la vida, Rute Cardoso, en Portugal. La pareja tenía tres hijos.
El futbolista y su hermano se dirigían al puerto español de Santander para que el delantero pudiera regresar a Liverpool para el entrenamiento de pretemporada.
Su funeral tuvo lugar en su ciudad natal de Gondomar, cerca de Oporto, el fin de semana.
Según los informes, las marcas de neumáticos eran visibles a unos 100 metros (330 pies) del punto de impacto.
Aunque se había sugerido que el asfalto de la carretera era irregular donde ocurrió el accidente, la policía dijo a los medios españoles que no era un “punto negro” de accidentes y que es posible rodar en ella a una velocidad superior a los 120km que tiene fijados como límite.
Según el diario español El País, fuentes cercanas a la investigación aseguran que el vehículo hizo un trompo y quedó en el hueco de dos guardarraíles, de tal manera que el propio guardarraíl “partió en dos” el depósito, provocando así la explosión “de imposible supervivencia”.
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