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‘Under the Cloud’, el documental de Pedro Reyes que nos recuerda sobre la constante amenaza nuclear
‘Under the Cloud’, el documental de Pedro Reyes que nos recuerda sobre la constante amenaza nuclear
Foto: Cortesía Mubi
6 minutos de lectura

‘Under the Cloud’, el documental de Pedro Reyes que nos recuerda sobre la constante amenaza nuclear

Pedro Reyes, director de 'Under the Cloud', conversó con Animal MX sobre su documental que reflexiona sobre el impacto la amenaza nuclear a lo largo de la historia.
31 de enero, 2025
Por: Paula Paredes

Under The Cloud es un documental dirigido por el artista mexicano Pedro Reyes, que nos invita a reflexionar sobre los peligros de la amenaza nuclear, el colonialismo y el papel del arte en conjunto con el activismo.

En una conversación con Animal MX, Pedro compartió más detalles sobre el este proyecto que forma parte de la muestra ‘Bajo la nube: el cine contra la bomba’, una selección de películas que llega en la semana del arte y que enfatiza la relevancia del cine como una herramienta de enunciación y reflexión sobre el impacto de la guerra nuclear, las armas y la fragilidad humana. 

¿De qué va Under the Cloud?

“Nuevo México, siempre ha sido un estado a sacrificar”, es uno de los primeros diálogos que podemos escuchar en el documental que lejos de ser solo una pieza visual, es un acto de activismo (o de apoyo a este).

Under The Cloud busca poner en evidencia un problema que empezó hace años, pero que aún persiste y que a menudo se ha invisibilizado: la tragedia de los downwinders, un término usado para dirigirse a aquellos que viven cerca de sitios de pruebas nucleares y han sido afectados por la radiación, en este caso en Nuevo México.

La creación de la bomba atómica ocurrió en Nuevo México, y también fue el lugar donde se realizó la primera prueba nuclear en la historia conocida como la Prueba Trinity en 1945. Este evento cambió para siempre la historia del mundo, ya que demostró el poder destructivo de las armas nucleares.

Además el impresionante impacto que tuvo en la comunidad más cercana, hoy en día Nuevo Mexico es un recordatorio de los efectos humanos y sociales de la guerra y la tecnología, de las consecuencias de la radiación y la contaminación en los pueblos cercanos, algunos de las cuales siguen enfrentando problemas de salud relacionados con la exposición a la radiación.

Todo esto podemos verlo en el filme, a través de las voces de quienes han vivido de primera mano la herencia del colonialismo nuclear.

Under the cloud
Petuchee Gilbert. Foto: Mubi.

¿Cómo se creó Under the Cloud?

Pedro Reyes contó que el proyecto surgió a partir de su trabajo con la campaña internacional para la prohibición de las armas nucleares, ICAN.

A lo largo de estos años de colaboración, el cineasta se dio cuenta de lo poco que se conoce sobre este tema y cómo las comunidades que han sufrido los efectos de la radiación nuclear a menudo permanecen en el olvido, por eso pensó en hacer esta cinta. 

Uno de los aspectos más conmovedores y de las razones por las que debes ver su docu, es que contiene la recopilación de testimonios directos de quienes han vivido en las sombras de las pruebas nucleares, esta fue una experiencia que llevó al director a una comprensión más profunda sobre los efectos de todo esto:

“Para mí fue como abrir los ojos porque, por ejemplo, yo estaba en contra de las armas nucleares, pero a raíz de estas entrevistas me sensibilicé sobre el tema de la energía nuclear también”, expresó.

A lo largo de su investigación, el director se dio cuenta de cómo la creciente demanda de energía en el mundo, especialmente con el auge de la inteligencia artificial y otras tecnologías que requieren enormes cantidades de electricidad se está alimentando un ciclo destructivo.

“Tenemos tanta necesidad de generar energía en nuestro planeta, porque somos cada día más voraces, sobre todo con la inteligencia artificial, que consume muchísima energía”, comentó el director.

Puedes leer: “Los Colonos”, la película sobre el genocidio selk’nam que nos confronta con el colonialismo

¿Qué es el colonialismo nuclear?

Otro de los aspectos para resaltar del documental es que pone sobre la mesa el tema del Colonialismo Nuclear, pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de esto?

Generalmente las comunidades mas vulnerables y marginadas han sido las sacrificadas para llevar a cabo experimentos, pruebas y actividades relacionadas con la energía nuclear y la producción de armas.

Es por esto que las poblaciones afectadas suelen ser invisibilizadas y soportar las consecuencias de estas actividades sin tener poder en las decisiones que las afectan, tal como ha pasado en Nuevo México.

En el caso de Under The Cloud, el colonialismo nuclear lo vemos reflejado en comunidades como la de los Diné, una sociedad que han sido explotada y expuesta a los peligros de la radiación, además sin ser consideradas en los beneficios de la industria nuclear.

Durante la elaboración del documental, Reyes tuvo contacto con la visión de estos pueblos, misma que permitió entender el ciclo completo de la extracción de uranio, desde la minería hasta los desechos radioactivos, y cómo la industria armamentista y la energética nuclear están conectadas.

El arte como una herramienta de activismo

 “El arte sí es útil, pero no es útil solo, es útil en colaboración”, expresó Pedro Reyes.

Al ser artista y activista a la vez, Pedro compartió su perspectiva sobre cómo el arte puede contribuir a la denuncia social, y dijo que aunque el arte no reemplaza el trabajo de los activistas, cree firmemente que puede amplificar el mensaje de quienes luchan por el cambio.

El director mencionó un ejemplo poderoso para respaldar esta idea: en los años 80, la película El Día Después fue vista por líderes como Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov, y se considera que fue una de las razones por las que ambos iniciaron un proceso de reducción de armas nucleares.

“El arte tiene la capacidad de generar cambios”, señaló Reyes, recordándonos cómo el cine, la música y otras formas de expresión artística pueden despertar conciencias y promover transformaciones sociales.

Under The Cloud
Pedro Reyes. Foto: Mubi.

La visión a largo plazo

Más allá de la denuncia, Bajo la Nube también ofrece una visión profunda sobre el pensamiento indígena, especialmente de la comunidad Diné (Navajo), que ha sido duramente afectada por las pruebas nucleares.

Reyes se conmovió por la cosmovisión de estos pueblos, que consideran a todas las especies como parte de una gran familia.

Esta perspectiva contrasta con la visión dominante de nuestra civilización, que tiende a enfocarse solo en el corto plazo y en intereses económicos y tecnológicos inmediatos.

“La gente debe empezar a pensar no en qué mundo queremos en cinco años, sino en qué mundo queremos dentro de 200 o mil años”, reflexionó Reyes, señalando la necesidad urgente de adoptar una visión más global y a largo plazo frente a los problemas que enfrentamos como humanidad.

Este llamado a la reflexión se ve reflejado en el mensaje central del documental: la urgencia de reconsiderar el impacto de la energía nuclear y sus consecuencias no solo para las generaciones actuales, sino para las futuras.

Dónde ver ‘Under the Cloud’

Aunque esto empezó hace muchos años, no se trata de una historia del pasado. Under the Cloud ya esta disponible en Mubi y junto a el las otras dos cintas que hacen parte de la selección que el mismo Pedro Reyes hizo junto a MUBI:

  • El sacrificio de Adnrei Tarkovski.
  • Hiroshima Mon Amour de Alain Resnais.

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Imagen BBC
Por qué es clave el Catatumbo, la región de Colombia que se disputan el ELN y las FARC y que desató una crisis humanitaria
7 minutos de lectura

Como otras regiones en Colombia, el Catatumbo parece estar condenado por su riqueza natural, geográfica y de recursos.

24 de enero, 2025
Por: BBC News Mundo
0

El río Catatumbo es testigo de la historia de vida y muerte que marca a Colombia.

Baña a la región a la que da nombre, una de las más ricas en recursos y mejor geolocalizadas del país, y por años también fue depósito de los cadáveres que dejó la brutalidad paramilitar en la zona a fines de los 90.

Si bien la violencia nunca se apaciguó del todo, expertos ven ahora, más de dos décadas después, cómo se reviven algunas de las peores escenas de aquella época.

Desde el 15 de enero, violentos enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de las FARC dejan al menos 80 muertos y más de 30.000 desplazados huyendo del horror.

La situación es ya considerada una crisis humanitaria.

La disputa por esta región es tan feroz que puso en jaque a la paz total que anhela el presidente Gustavo Petro para Colombia, quien suspendió las negociaciones con el ELN y movilizó a miles de soldados a la zona.

“La situación del Catatumbo es un fracaso de la nación”, dijo Petro.

Muchos leen la frase como un reconocimiento de que su política de paz está lastimada, pero otros la vinculan a las décadas que el Catatumbo acumula a merced de grupos armados, con un Estado que no logra resolver la violencia y precariedad a la que se exponen sus habitantes.

Como muchas otras partes del país, el Catatumbo parece condenado por su riqueza.

Qué implica controlar el Catatumbo

La región ocupa alrededor de la mitad del departamento Norte de Santander, en el nororiente colombiano, y parte del sur del Cesar.

Es un territorio de más de 4.800 km² junto a la frontera venezolana donde predominan bosques y selvas y una amplia variedad climática.

“Esta condición la hace muy apetecible como corredor estratégico y de movilidad para grupos armados insurgentes e ilegales”, le dice a BBC Mundo Gerson Arias, investigador de la Fundación Ideas para la Paz (FIP).

“En términos geográficos, el Catatumbo permite conectar el norte del país con Venezuela”, agrega por su parte Jorge Mantilla, doctor en criminología de la Universidad de Illinois en Chicago.

Si una guerrilla llegase a controlar por completo el Catatumbo, como ahora mismo se la disputan el ELN, disidencias de las FARC y grupos paramilitares, estaría cerca de dominar la frontera colombo-venezolana y el norte colombiano.

Esto es, en la práctica, hacerse con un vasto y estratégico territorio lleno de recursos naturales al que se le pueden sacar rentas millonarias.

Fue algo que comprendieron los primeros grupos guerrilleros que se asentaron en la región desde los 70, en pleno conflicto armado.

Mapa del Catatumbo
BBC

La riqueza que atrajo violencia

El Catatumbo fue en la primera mitad del siglo XX la primera provincia petrolera de Colombia.

Según la Agencia Nacional de Hidrocarburos, su cuenca ha sido una de las más prolíficas del país, aunque el crudo no trajo el progreso esperado para la región.

En ese contexto llegaron las guerrillas, atraídas por rentabilizar esa industria y aprovechar que el territorio vivía “marginado por el Estado”, según describe el Centro Nacional de Memoria Histórica.

El ELN y el Ejército Popular de Liberación (EPL, ya desmovilizado) arribaron a fines de los 70. Las FARC a mediados de los 80.

Bandera del ELN en un campamento en la selva del Catatumbo.
Getty Images
Desde su instalación en los 70, el ELN mantuvo una presencia en el Catatumbo que hoy es casi hegemónica.

Según se expandieron estos grupos insurgentes de izquierda, el Estado aumentó su presencia militar, intensificándose el conflicto.

Luego, a fines de los 90, los habitantes sufrieron lo que ellos llaman la “arremetida paramilitar”, una barbarie que desde entonces estigmatiza a la región con sangre y terror.

Las muertes masivas y selectivas fueron constantes. Decenas de cuerpos eran arrojados al río Catatumbo. Muchos por supuestamente estar vinculados a grupos guerrilleros (ELN, EPL o FARC), según las razones que daban los paramilitares.

Las riberas de los afluentes se convirtieron en fosas comunes de las masacres.

Río Tarra que divide a Colombia y Venezuela en el departamento de Norte de Santander.
Getty Images
Los afluentes del río Catatumbo fueron testigos de la brutalidad paramilitar en el país a fines de los 90.

Un halo de esperanza apareció para los locales tras el acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC en 2016, pero aquí nunca se materializó esa firma.

Como sucedió en diversas zonas ricas, amplias y de difícil acceso en Colombia, otros grupos armados llegaron antes que el Estado para ocupar los vacíos dejados por los desmovilizados de las FARC y apropiarse así de sus recursos.

En el caso del Catatumbo, “bosques, agua, petróleo, carbón y, desde los 90, coca”, menciona Arias, además de múltiples cultivos base para la alimentación.

Son recursos clave para el desarrollo que hasta la fecha no han servido para traer suficiente bienestar a sus habitantes.

Falta “inversión en infraestructura, en educación, en salud, en vivienda, en oportunidades laborales, en apoyo a proyectos productivos”, según un relato de la Comisión de la Verdad en Colombia.

Campesino colombiano sostiene un fruto de cacao y una hoja de coca.
Getty Images
El cacao y la coca son algunos de los múltiples productos agrícolas que florecen en la región del Catatumbo.

Semillero de economías ilícitas

Las décadas de conflicto, la débil presencia del Estado y su ubicación estratégica convirtieron al Catatumbo en una región prolífica para rentas ilegales como el narcotráfico, la extorsión, el tráfico de migrantes desde Venezuela y el lavado de activos.

Guerrillas como el ELN, surgidas en los 60 con fines políticos, “transitan hacia un escenario donde cada vez es más importante la delincuencia organizada y donde aumentan su dependencia de economías ilícitas”, describe Mantilla.

El Catatumbo es uno de los enclaves cocaleros más importantes del país y, según este experto, superó en los últimos años la producción de cocaína de otras regiones como Nariño o Putumayo.

Un informe de las Naciones Unidas de 2024 estima que el Catatumbo contaba en 2023 con casi 54.000 hectáreas de hoja de coca.

Esta región y otras tres en el país son las únicas que superan las 30.000 hectáreas de ese cultivo.

Una concentración que, de acuerdo a testigos e informes sobre terreno, es controlada por los grupos armados presentes.

Mujer observa una labor de recuperación de cadáveres en una plantación de coca en Catatumbo.
Getty Images
Con casi 54.000 hectáreas, el Catatumbo cuenta con una de las cuatro mayores concentraciones de cultivo de hoja de coca de Colombia.

“Por algunos años, el ELN y disidencias las FARC, de alguna forma, coexistieron aquí”, cuenta Arias, “a excepción de 2018 cuando hubo enfrentamientos entre un reducto del EPL y el ELN”.

El experto recuerda que incluso el ELN facilitó el rearme de facciones de las FARC que no se adhirieron al proceso de paz de 2016.

“Desde 2019, estos grupos elaboraron algunos acuerdos tácitos de respetar zonas, asuntos y temas de finanzas”, dice Arias.

Dichos tratos abordaban temas de narcotráfico, financiamiento y extorsión, y le dieron una mayor estabilidad a la zona.

Una especie de “gobernabilidad paralela”, dice la Comisión de la Verdad.

En medio, el ELN se sentó a la mesa negociadora de la administración de Petro en unos diálogos de paz que lograron avances prometedores y un cese al fuego.

Pero los diálogos se enquistaron desde mayo de 2024, los acuerdos entre el ELN y otros grupos de la región se quebrantaron y la breve estabilidad del Catatumbo se desmorona en este arranque sangriento de 2025.

Clave para la paz

El Catatumbo demuestra también su importancia política en un conflicto que hoy luce lejos de resolverse.

Es casi imposible, según expertos, que haya paz en Colombia si no hay paz con el ELN, la guerrilla en activo más numerosa del país.

Además, el dominio por décadas del ELN en esta región fronteriza contribuyó a que en los últimos años se convirtiera en actor “binacional” y un instrumento “clarísimo de Venezuela para influir en Colombia”, según el analista Mantilla.

Esto complica, más si cabe, cualquier resolución.

El gobierno de Venezuela es garante de paz del ELN en las negociaciones con funcionarios colombianos.

“Maduro se lo recuerda con frecuencia a Petro”, dice Mantilla.

El académico también advierte que “la fortaleza militar del ELN es la frontera con Venezuela y el hecho de que ahora esté asumiendo una posición más beligerante es un recordatorio de que cualquier conversación de paz pasa por ese país”.

Soldado patrulla en Tibú, Colombia, cerca de la frontera con Venezuela.
Getty Images
Miles de efectivos militares se han desplegado para contener la violencia en el Catatumbo.

Un escenario particularmente complejo a la fecha, dado que las relaciones entre los gobiernos de Petro y Maduro atraviesan su momento más complicado después de que Colombia no reconociera la victoria del venezolano en las elecciones del pasado 28 de julio.

En la pugna de poder del Catatumbo, este experto cree que el ELN acabará imponiéndose sobre las disidencias de las FARC y otros grupos armados.

“Esto podría acelerar los acuerdos con las disidencias, que quizás busquen protección del Estado”.

Lo que sucedería con un ELN más poderoso e influyente es una incógnita, aunque muchos en Colombia conciben que la violencia reciente es un golpe definitivo a la legitimidad de cualquier acuerdo de paz.

Todo indica que lo que pase en el Catatumbo marcará en Colombia el debate sobre la seguridad y la paz a poco más de un año de nuevas elecciones presidenciales.

Línea gris.
BBC

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