Sasha Calle es una de las estrellas en The Flash, la nueva película de DC Comics que, a pesar de estar rodeada de polémica por Ezra Miller, también ha sido bien recibida por fans de los cómics.
En la película, la actriz con raíces colombianas interpreta a Kara Zor-El, mejor conocida como Supergirl, una superheroína originaria de Krypton -el mismo planeta que Superman-, quien trabajará de la mano con Flash para derrotar al General Zod.
Y si ya viste la peli y te quedaste con ganas de conocer más sobre Sasha Calle, acá te dejamos una breve biografía de la actriz.
Calle nació en Boston, Massachusetts el 7 de agosto de 1995, donde pasó los primeros años de su vida hasta que se mudó a Colombia con su mamá, Samira Calle, y su hermano, Jacob.
La actriz, cuya familia es originaria del país sudamericano, regresó a Estados Unidos luego de dos años en Colombia y estudió la secundaria en Hollywood, Florida.
Al salir de la escuela, Sasha decidió estudiar actuación y se mudó a Los Ángeles, California, para estudiar en la American musical and Dramatic Academy, de la cual obtuvo el título de licenciada en Bellas Artes.
En 2017 inició su carrera profesional apareciendo en algunos cortos y miniseries, hasta que en septiembre del 2018 tuvo su primera gran oportunidad en la novela The Young and the Restless, donde interpretó a la chef Lola Rosales.
En 2020, Sasha Calle recibió una nominación al Daytime Emmy Award en la categoría “Interprete joven sobresaliente en una serie dramática” por su papel en The Young and the Restless.
Luego de sobresalir en esa producción, Sasha se quedó con el papel de Supergirl por el cual más de 400 actrices compitieron.
En The Flash, ella se convirtió en la primera actriz de origen latino en darle vida a la superheroína de DC Comics.
Los mensajes de los líderes de Estados Unidos y de Rusia revelan diferentes perspectivas sobre un posible acuerdo de paz para Ucrania.
Donald Trump prometió el año pasado que terminaría la guerra de Ucrania en “24 horas”.
La semana pasada dijo que no se resolvería hasta que él y el presidente ruso, Vladimir Putin, pudieran “reunirse” y resolverlo en persona.
El lunes, la cosa cambió de nuevo.
Después de una llamada telefónica de dos horas con Putin, Trump dijo que las condiciones de un acuerdo de paz solo podrían negociarse entre Rusia y Ucrania, y quizás con la ayuda del papa León XIV.
Aun así, el presidente estadounidense no ha perdido su optimismo ante la perspectiva de paz, y publicó en las redes sociales que los combatientes “comenzarían inmediatamente” las negociaciones para un alto el fuego y el fin de la guerra.
La percepción de Trump no parece coincidir con la visión rusa.
Putin se limitó a declarar que su país está listo para trabajar con Ucrania para elaborar un “memorándum sobre un posible futuro acuerdo de paz”.
Hablar de memorandos y un “posible futuro” de paz se antoja lejos del compromiso necesario para cimentar acuerdos duraderos rápidamente.
Putin volvió a enfatizar que cualquier resolución del conflicto tendría que abordar las ‘”raíces” de la guerra, que, según ha afirmado Rusia en el pasado, es el deseo de Ucrania de estrechar lazos con Europa.
Existe la posibilidad de que la última opinión de Trump sobre la guerra en Ucrania pueda ser una señal de que Estados Unidos abandonará finalmente la mesa de negociaciones.
“Hay grandes egos involucrados, pero creo que algo va a suceder”, dijo Trump el lunes por la tarde. “Y si no sucede, simplemente me retiraré y tendrán que seguir adelante”.
Sin embargo, un movimiento así vendría con su propia lista de preguntas y riesgos.
Si Estados Unidos se desentiende de la guerra, una amenaza planteada también por el vicepresidente estadounidense, JD Vance, y el secretario de Estado, Marco Rubio, ¿significaría que Estados Unidos también pondrá fin al apoyo militar y de inteligencia a Ucrania?
Si ese es el caso, es probable que lo agradeciera Rusia, que contaría con mayores recursos que una Ucrania sin el respaldo estadounidense.
La sola perspectiva basta para preocupar al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
“Es crucial para todos nosotros que Estados Unidos no se distancie de las conversaciones y la búsqueda de la paz”, dijo el lunes después de la llamada entre Trump y Putin.
Al margen de la retórica del lunes, parece que Ucrania y Rusia están dispuestos a continuar algún tipo de conversaciones, y eso ya es un progreso después de casi tres años de guerra.
Aún está por determinarse si el equipo ruso será algo más que la delegación de bajo nivel que viajó a Estambul, Turquía, para reunirse con los ucranianos el viernes pasado.
Trump ha ofrecido a Rusia la promesa de reducir las sanciones contra Moscú y nuevos acuerdos comerciales e inversiones económicas como el incentivo que moverá a Putin hacia un acuerdo de paz.
Lo volvió a mencionar en sus comentarios posteriores a la llamada. Por otro lado, no se discutieron consecuencias negativas para Rusia, como nuevas sanciones a la banca rusa y las exportaciones de energía.
El presidente estadounidense advirtió el mes pasado que no toleraría que Putin le “tomara el pelo” y señaló que Rusia no debería atacar áreas civiles.
Pero el domingo, Rusia lanzó su mayor ataque con drones contra ciudades ucranianas en lo que va de guerra, y la llamada del lunes entre los dos líderes mundiales ha dejado claro que cualquier alto el fuego o acuerdo de paz se atisba todavía muy lejano.
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