Ya no sabemos ni qué reacción hacer cada que “Ye” sale con un nuevo comentario antisemita. Y es que aunque le han costado importantes colaboraciones, no se detiene. Te contamos ahora qué hizo Kanye West.
Empecemos por lo más reciente, que son sus declaraciones de amor a Hitler. Sí, tal y como lo lees el rapero intensificó su discurso antisemita.
Notas que Ye debería leer: Por qué el discurso de odio no es una opinión (ni libertad de expresión)
Este 01 de diciembre Kanye se presentó en una transmisión en directo (a través de infowars) de varias horas con Alex Jones, quien es un teórico de la conspiración. Y por si no fuera suficiente, también participó en ella el supremacista blanco Nick Fuentes.
Watch for yourself. In the same breath, Kanye West praises Hitler and attacks Jews. pic.twitter.com/HXhdPBNrTd
— Ahmed Baba (@AhmedBaba_) December 1, 2022
Lo que llamó la atención de este encuentro es que West declaró una gran pasión por Hitler. “Yo amo a Hitler”, dijo el rapero en esta larga y confusa entrevista.
“Amo a los judíos, pero también amo a los naizs”, fue otra de sus declaraciones en el programa donde apareció con el rostro cubierto por una máscara negra.
Y Kanye seguía, y seguía. Dijo ver cosas buenas en Hitler, como que “inventó las carreteras y los micrófonos que yo uso como músico”.
El artista, que recientemente insinuó su interés para postularse a la presidencia de Estados Unidos en 2024, llegó a declarar “yo soy un nazi”.
Kanye West says he “likes Hitler” pic.twitter.com/ECnFxYnYdO
— Van “#1 Voice in Wrestling Media” Lathan Jr (@VanLathan) December 1, 2022
Hablar de toooodos los comentarios y acciones polémicas del artistas nos daría para un libro. Así que nos enfocaremos en los acontecimientos de los últimos meses que hacen parecer que “Ye” está tocando fondo.
Prácticamente esta nueva ola de polémicas (que incluyen comentarios antisemitas) iniciaron con su presentación en la Fashion Week en Paris.
Cuando fue el desfile de su marca Yeezy (3 de octubre), Kanye llamó la atención por usar una camisa donde en la espalda se leía “White Lives Matter” (la vida de blancos importa), lo cual era una evidente burla al movimiento Black Lives Matter.
Recuerda que este movimiento tomó fuerza en 2020 tras el asesinato de George Floyd, un afroestadounidense que murió en mayo después de que un oficial de policía pusiera su rodilla sobre su cuello durante una detención en la ciudad de Minneapolis.
Kanye West wears 'White Lives Matter' shirt at surprise Yeezy show https://t.co/PeNUJdueZP pic.twitter.com/WaOdLqwTXG
— Page Six (@PageSix) October 3, 2022
Posteriormente en redes sociales Kanye West escribió que este movimiento fue una farsa. “Todo el mundo sabe que Black Lives Matter fue una estafa. Se acabó, de nada”, puso Ye en Instagram.
Muchas celebridades, activistas y personas de la industria de la moda se pronunciaron contra Ye, pero la editora de la revista Vogue y especialista en moda afroamericana Gabriella Karefa-Johnson fue quien se convirtió también en blanco de ataques por parte del artista.
Kanye West tuvo una entrevista con Tucker Calrson para Fox News y la cual fue transmitida el 6 de octubre.
En esa plática ya había comentarios polémicos como que el movimiento “body positive” fue creado por los medios como conspiración para matar a la gente negra (¿!kháa?!).
Hizo más comentarios sobre su playera de que las vidas blancas importan, sobre su ex Kim Kardashian y hasta de Trump.
Pero lo polémico vino después, cuando Motherboard de Vice obtuvo fracciones de la entrevista que fueron cortadas para no salir al aire y donde Kanye West decía cosas todavía más polémicas.
Una de ellas es cuando Ye sugiere la teoría de que habían plantado “niños falsos” en su casa para que influyeran indebidamente en sus hijos.
Igualmente siguió con comentarios antisemitas que hacían referencia al estereotipo de que la comunidad judía controla sistemas financieros.
Incluso también dijo que la comunidad negra son la verdadera raza judía. Y tomando esto en cuenta, más tarde añadió que el programa de Control Parental fue creado específicamente para “controlar la población judía (negra)”.
El músico Sean “Diddy” Combs fue de las personas que criticó lo que pasó en la Semana de la Moda en París. El 7 de octubre Ye compartió en Instagram una acalorada conversación entre ambos que incluía amenazas físicas y hasta llegó a decir que Diddy era controlado por judíos (un estereotipo antisemita común).
“Esto no es un juego. Te usaré como ejemplo para mostrarle al pueblo judío, que te dijo que me llamaras, que nadie puede amenazarme o influir en mí. Te dije que esto era una guerra“, escribió Kanye West en una publicación que fue eliminada.
Esos comentarios (y otros más) fueron condenados por el Comité Judío Americano (AJC) y lo acusó de promover el “odio a los judíos”.
Ante esto, Meta le restringió el uso de Instagram a Ye.
Al no ser capaz de hablar por Instagram Kanye regresó a Twitter por primera vez en dos años y además de publicar una foto con Mark Zuckerberg, utilizó la plataforma para prácticamente decir que atacaría a los judíos.
El tuit fue eliminado y Twitter también le restringió la cuenta por violar sus reglas.
Ante esto, Kanye West buscó comprar la red social Parler.
Los comentarios antisemitas invadieron redes sociales y hasta calles en algunas partes de Estados Unidos donde se decía que “Kanye West tiene razón”.
NBC News reportó, por ejemplo que en Los Angeles un grupo de odio antisemita se puso detrás de un letrero que le daba la razón a West sobre sus comentarios de los judíos e incluso hicieron el saludo nazi.
Varias organizaciones como la Liga Anti Difamación llamaron a detener estos discursos de odio.
Incluso Kim Kardashian, la ex de Ye, publicó “El discurso de odio nunca está bien ni es excusable. Me uno a la comunidad judía y exhorto a que la terrible violencia y odiosa retórica hacia ellos lleguen a su fin de inmediato”.
Hate speech is never OK or excusable. I stand together with the Jewish community and call on the terrible violence and hateful rhetoric towards them to come to an immediate end.
— Kim Kardashian (@KimKardashian) October 24, 2022
Toda esta ola de comentarios de odio también ocasionó que varias marcas se alejaran del artista. De las primeras en hacerlo fueron Balenciaga y Vogue, quienes cortaron públicamente sus lazos con Ye.
Este 24 de octubre la agencia de talentos CAA dejó a West como cliente. Igualmente, el estudio MRC dijo que el documental ya completado del artista será archivado ante sus recientes comentarios antisemitas.
“No podemos apoyar ningún contenido que amplifique su plataforma”, dijeron en un comunicado los ejecutivos de MCR Modi Wiczyk, Asif Satchu y Scott Tenley.
Ahora, este 25 de octubre luego de un montón de presión por parte del público al fin Adidas rompió el silencio y terminó su relación y colaboración con Kanye West.
“Adidas no tolera el antisemitismo ni ninguna otra forma de discurso de odio”, afirmó la compañía alemana en un comunicado. Añadieron que “dejará de fabricar los productos” de la marca Yeezy del artista.
Desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, tortura y persecución política figuran como prácticas sistemáticas del gobierno de Nicolás Maduro para reprimir a los opositores, denuncian activistas de derechos humanos.
Mirbelis González entra en una celda de barrotes sin luz natural, retrete ni agua corriente cada miércoles por la mañana.
Se somete a esta rutina desde hace casi un año para visitar a su hermano Ángel Gabriel, un adolescente que está cerca de cumplir 12 meses detenido en una comisaría del estado La Guaira, en el norte de Venezuela.
El Ministerio Público venezolano acusa a Ángel Gabriel González, de 17 años, de terrorismo, incitación al odio, daños al patrimonio y obstrucción de las vías públicas, delitos que podrían suponer hasta diez años de cárcel, dice Mirbelis a BBC Mundo en una llamada telefónica.
La Fiscalía alega que participó en el derrumbe, a palos y pedradas, de una estatua del expresidente Hugo Chávez en La Guaira el lunes 29 de julio de 2024, un día después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamara el triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de hace un año.
La oposición mostró las actas electorales que evidenciaban la victoria del candidato Edmundo González, por lo que el triunfo otorgado a Maduro desató una ola de protestas.
“Mi hermano no estaba ahí ese día. Lo llevamos (a la policía) para que se hicieran las averiguaciones de que él no era culpable y resulta que lo torturaron para que dijera que era culpable”, denuncia Mirbelis.
Además de la de La Guaira, al menos cinco efigies de Chávez fueron atacadas por manifestantes en los estados Aragua, Carabobo, Falcón y Guárico, en medio de 187 protestas para rechazar el resultado electoral, que tuvieron lugar en 20 de los 23 estados del país, según cálculos del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social.
La oposición reivindicaba la victoria de González, quien se postuló en reemplazo de la dirigente María Corina Machado, tras ser inhabilitada por el Poder Judicial para ocupar cargos públicos.
Desde hace un año, la oposición exige al CNE mostrar las actas de votación y todavía espera por las evidencias. Sin embargo, publicó 80% de los comprobantes que daban a González 7,4 millones de votos frente a 3,3 millones de Maduro, con un nivel de participación de 60% del electorado, que excluyó a la mayoría de los electores venezolanos registrados en el exterior.
En las manifestaciones que siguieron a las elecciones, 28 personas murieron y 2.229 fueron detenidas en operativos de captura que se desplegaron por todo el país, tal como precisó en su momento el propio Maduro, que culpó a la oposición de querer desestabilizar el país.
BBC Mundo solicitó entrevista con el gobierno de Venezuela pero no obtuvo respuesta.
En una entrevista en febrero con BBC Mundo, el fiscal general, Tarek William Saab, dijo:
“El 29 y 30 de julio [de 2024] ocurrieron hechos brutales de violencia. Murieron 28 personas a manos de manifestantes violentos, quemaron centros de salud, escuelas, centros electorales y derribaron monumentos y en función de ello se detuvo a un grupo de personas (…)
El plan de ellos (de los opositores) no era ir a las elecciones, era cantar fraude y promover una insurrección armada en Venezuela”.
La sociedad civil organizada advirtió que 114 de los arrestados eran menores de edad, como Ángel Gabriel González.
Funcionarios de la policía de La Guaira buscaron al adolescente en casa de su padre días después de las elecciones, el 8 de agosto de 2024 a las 9:00 de la noche, recuerda Mirbelis.
“Ellos amenazaron que si no entregábamos a Ángel, se iban a llevar detenido a mi papá. Y mostraron un video donde caía la estatua, pero ahí no hay (nadie) parecido a mi hermano”.
Debido a las dolencias físicas del padre, descartaron que él se presentara ante las autoridades y decidieron acompañar a Ángel al día siguiente a la “casa de seguridad ciudadana”, una sede de la policía local, para aclarar la situación.
Cuando llegaron a la comisaría, Mirbelis cuenta que los funcionarios les pidieron quedarse afuera mientras el joven entraba.
“(Él) Me dice que le pusieron una bolsa en la cara y lo tiraron en una colchoneta boca abajo”, asegura Mirbelis. “Nos comentó que lo habían asfixiado hasta botar sangre por la nariz, por eso dijo en ese vídeo que era culpable, porque lo torturaron”.
“Él dice que ya no soportaba más lo que estaba viviendo”.
Desde ese momento, la rutina familiar cambió por completo.
Ángel Gabriel fue recluido con otros adolescentes en una celda sin luz. “Nos pidieron la colaboración de [comprar] cables y bombillos”, recuerda Mirbelis. Su hermano y los demás detenidos no disponen de lavabo, sino de una letrina entre dos paredes y una cortina, cuenta sobre el espacio que ella visita cada miércoles.
Como no reciben agua corriente, Mirbelis calcula que entre todos han acumulado un centenar de botellas de plástico de refresco que llenan una vez a la semana con una manguera de la que sale agua marrón.
Mirbelis, su padre y su tía visitan la comisaría cada día entre las 9:00 y 11:00 de la mañana para llevarle almuerzo, cena y agua potable congelada. El día de visita es el miércoles y sólo puede ir Mirbelis o su tía, porque está prohibido que los hombres entren en las celdas de los detenidos.
“Mi hermano dice que está cansado de vivir”, asegura Mirbelis cuando recuerda las conversaciones con su hermano. “Él dice que está triste, pregunta que cuándo se va a acabar esto y cuándo lo vamos a sacar de ahí”.
Para mediados de julio de este año, la ONG venezolana de defensa de derechos humanos Foro Penal estimaba que había 948 personas detenidas por razones políticas y cuatro de ellas eran adolescentes.
Varias organizaciones confirmaron que 59 presos fueron liberados el viernes 18 de julio como parte de un intercambio inédito de prisioneros entre los gobiernos de Venezuela, Estados Unidos y El Salvador.
Aunque el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, afirmó que 80 venezolanos serían excarcelados en el canje, ninguna autoridad en Caracas publicó una lista oficial, más allá del cálculo de las ONG.
El gobierno de Maduro no reconoce las razones políticas de las detenciones. De hecho, la Cancillería venezolana señaló en un comunicado que los liberados habían sido procesados por “la comisión de delitos comunes y contra el orden constitucional”.
También fueron liberados diez estadounidenses que estaban presos en Venezuela.
A cambio, el gobierno salvadoreño excarceló y envió de vuelta a Venezuela a 252 migrantes que fueron deportados desde Estados Unidos y que permanecieron meses detenidos en la cárcel de máxima seguridad Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), diseñada para detener a pandilleros salvadoreños.
Sin embargo, al menos 20 personas fueron detenidas en las 72 horas posteriores al canje de presos por migrantes, según denunció la líder opositora María Corina Machado, quien acusó al gobierno de Maduro de aplicar una “política de puerta giratoria”, en la que unos salen mientras otros entran a prisión.
En medio de los arrestos, Foro Penal advierte que al menos 51 personas permanecen “desaparecidas”.
Tras examinar 15 casos, Amnistía Internacional concluyó en un informe publicado a mediados de julio que las autoridades venezolanas “cometen desapariciones forzadas como parte de un ataque generalizado y sistemático contra la población civil”, lo que configura un “crimen de lesa humanidad”.
El padre de Ángel es tan devoto del arcángel Gabriel que decidió ponerle su nombre.
La madre de Mirbelis y Ángel falleció un año antes de su detención, cuando él tenía 15. En ese momento ambos pensaron que perderla sería la experiencia más dolorosa de sus vidas.
Sin embargo, el arresto de Ángel desencadenó una temporada de incertidumbre y pesar para sus familiares que nunca imaginaron que podrían vivir. Las celebraciones han cobrado un nuevo sentido, especialmente los cumpleaños, la Navidad y el Año Nuevo.
“El cumpleaños de mi hermano siempre ha sido motivo de celebración”, asegura Mirbelis. “El año pasado lo festejamos en la playa. Pero este año ha sido muy difícil”.
Después de la muerte de su madre, lo más doloroso para Ángel ha sido estar ausente en el nacimiento de su hijo debido a la detención. “Él no conoce a su hijo porque no permiten la visita del bebé. Pero le hemos pasado fotos”.
Mirbelis dice que su padre se reunió en diciembre con el fiscal venezolano, Tarek William Saab. Ahora no entiende por qué el jefe del Ministerio Público dijo que Ángel sería liberado, pero luego la excarcelación no se cumplió.
El joven le escribió una carta a su padre que se hizo viral a través de las redes sociales. En ella lamentaba no haber sido excarcelado el 12 de diciembre de 2024 y le pedía perdón a sus familiares por obligarlos a vivir su detención.
“Ese día me habían prometido mi libertad, para estar con ustedes y mi hijo. Ya estoy cansado de esta vida, a veces me dan ganas de seguir durmiendo y no levantarme más nunca”.
Después de aquel episodio, el jefe de la comisaría le prohibió a Ángel el acceso a lápiz y papel, aunque tiene una Biblia que lee con frecuencia.
También se ha enfermado varias veces, incluyendo cuatro abscesos que le salieron en la piel de los brazos y las axilas. “Sólo nos permiten llevarle cuatro ibuprofenos y cuatro antibióticos”.
Tres meses después de las elecciones, en octubre de 2024, la Misión internacional independiente de determinación de los hechos sobre Venezuela había documentado 850 casos de violaciones graves de derechos humanos en Venezuela que incluían detenciones arbitrarias, torturas, violencia sexual y desapariciones forzadas, entre otros delitos.
El equipo de Marta Valiñas, la presidenta de este mecanismo, alertó que el gobierno de Maduro había puesto en marcha “una campaña de detenciones masivas e indiscriminadas sin precedente” tras los comicios, que incluía una cantidad de arrestos de menores de edad nunca antes vista en Venezuela.
Recientemente, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, dijo estar “profundamente preocupado por el uso desproporcionado de la fuerza y la violencia durante las protestas postelectorales de julio y agosto”.
Mientras sigue las noticias sobre la liberación de presos a cambio de migrantes, Mirbelis González anhela que su hermano sea uno de los próximos excarcelados.
“Él no es un adolescente malo, no es un adolescente rebelde, le gustaba trabajar con mi papá. Siempre le digo que tenga esperanza, que esto se va a acabar pronto”.
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