En Internet circula una noticia de que Disney utilizó inteligencia artificial (IA) para reemplazar extras en la película Prom Pact de Disney+, pero aunque los actores no son reales, la compañía usó una técnica de efectos especiales que es aplicada desde hace mucho tiempo en varias producciones.
Diversos videos virales de la película exclusiva de la plataforma de streaming muestran a varios “actores” de fondo que parecen todo menos humanos reales, causando burlas y hasta críticas a Disney por utilizar IA en lugar de pagarle a los intérpretes.
Sin embargo, como explica The Hollywood Reporter, estos personajes NO fueron creados con inteligencia artificial, sino que son el resultado del trabajo del equipo de efectos especiales que trabajó en Prom Pact.
El medio especializado señala que esta práctica no es nueva en Hollywood y producciones recientes como Ted Lasso y Witney Houston: I Wanna Dance with Somebody hicieron lo mismo.
Esta técnica normalmente es empleada para tomas muy abiertas en lugares donde debe haber muchas personas, por ejemplo, un estadio de futbol o un concierto, pero Disney decidió hacer un acercamiento en su película y evidentemente esos personajes no se ven como humanos, sino parecen sacados de un videojuego.
En Hollywood, una de las preocupaciones más grandes es que los estudios utilicen sin consentimiento y sin compensación la imagen de los intérpretes para recrearla con IA.
Pero para tratar de tranquilizar a los actores, la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) -que representa los estudios de películas-, ofreció al sindicato de actores que para que su imagen generada aparezca en una producción, con lo que los estudios necesitarían un consentimiento escrito de los intérpretes para poder usar una réplica digital.
Así que no, aunque no nos caiga bien todo lo que hace Disney, en esta ocasión no usó IA para recrear actores.
Trump y Carney se reunieron este martes en la Casa Blanca, para iniciar conversaciones tras meses de una tensa relación entre ambos.
Fue un encuentro lleno de sonrisas, pero no exento de tensión.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro canadiense, Mark Carney, se reunieron este martes por primera vez en la Casa Blanca, para iniciar conversaciones tras meses de una tensa relación entre ambos países desde que el mandatario estadounidense le impuso aranceles a su vecino.
Carney se impuso recientemente en las elecciones de Canadá gracias, sobre todo, a su firme oposición a Trump, que desde que llegó a la presidencia habla constantemente de que quiere que Canadá se convierta en el estado número 51 de Estados Unidos.
En ese clima de tensión se celebró este martes el encuentro entre ambos líderes.
Cuando a Trump le preguntaron sobre el espinoso tema de anexar a Canadá, el presidente respondió que “se necesitan dos para bailar el tango”, y agregó que no era el momento de discutir ese tema.
Sin embargo, Trump también enumeró una larga lista de beneficios que, en su opinión, recibirían los canadienses si pasaran a formar parte de EE.UU.
“Es una frontera artificial”, advirtió, dibujando con la mano una línea en el aire.
Carney no tardó en responderle.
“Como sabe, en el sector inmobiliario hay lugares que nunca están a la venta”, dijo. “Estamos en uno ahora mismo… No está a la venta. Canadá nunca estará en venta”.
“Nunca digas nunca”, dijo Trump. “Ya veremos qué pasa con el tiempo”, apuntó el mandatario.
Estados Unidos es un gran mercado para las empresas canadienses. Aproximadamente 75 % de las exportaciones de Canadá van hacia su vecino del sur.
Canadá, por su parte, representa un porcentaje mucho menor (el 17 %) de las exportaciones estadounidenses.
Canadá también es el mayor proveedor extranjero de petróleo crudo de Estados Unidos. El déficit comercial estadounidense con Canadá, que se espera que sea de 45 mil millones de dólares en 2024, se debe en gran parte a la demanda energética de Estados Unidos.
Trump emprendió una guerra comercial global en la que Canadá fue uno de los primeros países blanco de los aranceles.
El mandatario impuso parcialmente un arancel del 25 % sobre varios productos canadienses, junto con impuestos de importación del 25 % sobre todas las importaciones de aluminio y acero.
Sin embargo, eximió a productos cubiertos por el Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés).
Canadá respondió con aranceles por 42 mil millones sobre productos estadounidenses.
Las relaciones entre ambos países se han vuelto más tensas en los últimos meses, impulsadas por la retórica de Trump sobre el “estado 51” y su referencia al exprimer ministro Justin Trudeau como “gobernador”, tal como se denomina a los líderes de los estados en Estados Unidos.
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