Ya sabemos que la maternidad viene en un montón de formas y con distintos retos, pero si buscas sentirte cerca de tu mamá o de ver algo con ella, aquí te dejamos algunas películas sobre maternidad que puedes ver en streaming.
Podemos pensar que a veces nos sobre protegen, que exageran o que simplemente no nos entienden, pero estas historian también nos recuerdan que no es nada sencillo ser mamá.
Así que pon de pretexto el Día de las Madres para invitar a tu jefecita a una maratón de películas o, si no la tienes cerca, aprovecha para sentirte más cerca de ella viendo estas cintas.
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Sí, vamos a empezar este listado de forma maciza, pues uno de los elementos más intensos del coming of age Lady Bird es la relación que tiene Christine (Saoirse Ronan) con su mamá (Laurie Metcalf).
Y es que sabemos que no hay etapa más difícil que la adolescencia, donde sentimos que todo el mundo está en nuestra contra y especialmente nuestra familia. En la película, Christine y su madre todo el tiempo están confrontándose, pero aunque a veces su relación puede ser agresiva, también está llena de muchos momentos de dulzura.
La directora Greta Gerwig nos demuestra que a veces mamás e hijes tenemos una enorme capacidad de herirnos mutuamente, pero a veces eso se debe a la conexión tan profunda que tenemos y sí, también a lo mucho que nos parecemos.
Réntala en Google Play, Claro Video, Apple TV.
En esta película sobre maternidad vemos la relación de Laser (Josh Hutcherson) y Joni (Mia Wasikoswka) con sus madres, Nic (Annette Bening) y Jules (Julianne Moore).
Sus vidas se vuelve un poco movidas cuando Laser comienza a tener curiosidad por su padre biológico y convence a su hermana de que lo busquen y contacten. Y aunque primero lo mantienen como un secreto, obviamente sus mamás se enteran y una de ellas piensa que esto destruirá a su familia.
Esta trama no solo trae complicaciones en la relación madres e hijes, sino incluso entre pareja pues Nic y Jules también comienzan a cuestionarse muchas cosas.
Ponla en Prime Video.
A veces se nos olvida que Pixar también tiene una gran película sobre la maternidad que la neta sí nos anda sacando una que otra lagrimita.
La historia es protagonizada por la Princesa Merida, la cual tiene un espíritu más salvaje y aventurero del que su madre, la Reina Elinor, quisiera. Esto ocasiona muchas fricciones entre ambas, pues Merida está consciente de que no puede cumplir con las espectativas de su madre.
Sin embargo, nada mejor para afianzar el lazo entre esta madre y su hija que un hechizo que transfroma a la primera en un oso y que deja a la segunda con tiempo limitado para “remendar el vínculo que el orgullo modificó”.
Así las dos inician un viaje de descubrimiento mutuo y se dan cuenta, poco a poco, de que no son tan diferentes como creen.
Disfrútala en Disney+.
Hollywood nos ha regalado un montón de historias de madres que hacen toda clase de sacrificios por sus criaturas, pero en este listado de películas sobre maternidad recordaremos especialmente a Joy Newsome (Brie Larson), mejor conocida como Ma.
La historia se basa en la novela homónima de Emma Donoghue, donde Ma y su hijo Jack viven en “La Habitación”, el cual es el único lugar que el niño conoce desde que nació. Ahí pasan sus días mientras Ma intenta idear un plan para escapar y conseguir que su hijo conozca el mundo.
Mírala en Netflix y Prime Video.
Sabemos que hay más versiones del clásico de Louisa May Alcott, pero es que Greta Gerwig hace magia con las relaciones madre-hija. Ya dijimos que en Lady Bird nos muestra lo extremista e intenso que puede ser ese vínculo, pero en Mujercitas también vemos cómo las madres tienen un vínculo único con cada una de sus criaturas.
Marmee (Laura Dern) tiene que lidiar no solo con un esposo ausente, sino también con cuatro hijas con sueños y metas muy distintas que están entrando o desarrollándose en la adolescencia. Las cuatro –Meg, Jo, Beth y Amy– tienen personalidades muy distintas y fuertes convicciones, y por eso ella encuentra la manera de apoyarlas de distinta manera y de guiarlas.
Vela en Prime Video y HBO Max.
Aunque el tema principal no es la maternidad, no hay duda de que el lazo que tienen Rosie (Scarlett Johansson) y su hijo Jojo Betzler (Roman Griffin Davis) es muy importante en la trama.
Aunque Jojo es un niño alemán cuyo héroe favorito es Hitler, sus ideas comienzan a verse perturbadas cuando descubre que en su casa habita una chica judía que su madre ha estado protegiendo.
Y aunque pone en duda las acciones de su madre, su amor por ella jamás se rompe y de hecho es ella quien le da las mejores lecciones sobre la vida, a recordar y denfer sus ideales y también quien nos deja hechos un mar de lágrimas.
Ve por los pañuelos y vela en Star+.
En su momento, medio mundo habló de esta película por ser una “innovadora experiencia” cinematográfica al ser filmada durante breves periodos de 2002 hasta 2013. El chiste era mostrar parte de la vida de Mason (Ellar Coltrane) y su paso de la infancia a la adolescencia.
Sin embargo, es de esas grandes películas sobre maternidad debido a que también tenemos la oportunidad de ver cómo la relación con su madre Olivia (Patricia Arquette) se transforma conforme pasan los años.
Mírala en HBO Max.
https://www.youtube.com/watch?v=kbwc4AJ7I2M
Sí, sabemos que desde su estreno has escuchado mil y un cosas sobre esta película que aborda de manera difernte el tema de la adolescencia y la menstruación. Pero, no podemos negar que también es una de las grandes películas sobre maternidad.
Como otros ejemplos de la lista, la protagonista Mei se siente asfixiada por su madre quien quiere que sea prácticamente perfecta en todo lo que hace. Y digamos que Mei lo estaba consiguiendo hasta que llegaron esos cambios hormonales que todo lo derrumban.
Aunque Red muestra más el autodescubrimiento de Mei, su madre juega un papel fundamental en su vida y por eso también se explora la relación que tiene con ella.
Vela de nuevo en Disney+.
El peso ha sido una de las monedas más apreciadas de 2024, lo que ha vuelto al país caro no solo para los extranjeros, sino también para los propios argentinos.
“Argentina está cara en dólares”, me dice Manuel, un empresario gastronómico de 37 años, durante mi última visita a Buenos Aires en diciembre. “Te habrás dado cuenta rápido, vos que venís de Estados Unidos”.
Ya el primer día en la ciudad, noto lo que me dice Manuel en el precio del café.
En Palermo, un barrio turístico de Buenos Aires, una taza de café vale $3.300, US$3.2 al tipo de cambio oficial, unos pocos centavos menos que al paralelo, que los argentinos llaman “dólar blue“.
Es un dólar más de lo que pago por el café en la misma cadena de cafeterías en Coconut Grove, Miami.
Pero no solo los lugares que frecuentan los extranjeros están caros en dólares. La situación se repite en lugares menos turísticos y con productos más buscados por los argentinos.
Lo vemos en un pan en rebanadas que cuesta US$4 o en la manteca a US$3. También en los productos importados. Por ejemplo, un termo Stanley vale US$140 en Buenos Aires, mientras que en Estados Unidos no supera los US$30.
De acuerdo con el índice de precios Big Mac de McDonald’s, creado por The Economist en 1986, Argentina con US$7.37 tiene el precio más caro de la hamburguesa de América Latina y el segundo del mundo, detrás de Suiza.
Hace un año, el Big Mac costaba en Argentina la mitad en dólares.
Según estimaciones del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), el peso argentino se revalorizó un 40% en términos reales entre diciembre de 2023 y octubre del año pasado.
No obstante, estos cambios no se tradujeron en una mejora del poder adquisitivo de los argentinos, ya que los salarios se mantuvieron congelados y las llamadas correcciones del gobierno de Javier Milei generaron una dura recesión que provocó una caída del consumo.
“No estamos ni mejor ni peor. Tenemos problemas distintos a los del año pasado”, me dice el dueño de una panadería con más 30 años en el rubro, que votó por Milei y que lo sigue apoyando, cuando le pregunto cómo afecta la apreciación de la moneda local en sus ventas.
Por eso, el impacto de la baja en el ritmo de la inflación en Argentina, que es el mayor logro de Milei en su primer año como presidente, combinada con la apreciación de la moneda local, sorprenden a cualquiera que no haya visitado el país en el último año.
En BBC Mundo te explicamos por qué este país se volvió “caro en dólares” después de haber sido uno de los más baratos de América Latina y qué impacto tiene en su economía.
“Necesito más dólares que hace un año para vivir en Argentina”, me dice Thiago, un programador brasileño que cobra en la moneda estadounidense y que hace dos años eligió vivir en Argentina favorecido por el tipo de cambio.
Desde que el peso se fortaleció en Argentina y el real cayó en Brasil, liderando las pérdidas de las monedas de América Latina, Thiago está pensando volver a São Paulo porque “con menos dólares vivo mejor allá”.
Pero Thiago no es el único. En agosto de 2024, BBC News Brasil reportaba una oleada de brasileños que dejaban Argentina porque era “inviable” para ellos mantenerse allí.
Pero ¿cómo llegó la moneda argentina, que Milei devaluó un 54% apenas asumió, a convertirse en un solo año en lo que los medios de comunicación locales han apodado un “súper peso”?
La respuesta está en la estrategia que utilizó Milei para bajar la inflación –su principal meta al asumir– que en 2023 había alcanzado el 211% según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Se trata de una herramienta que los economistas llaman “ancla inflacionaria”. Es decir, se “ancló” la cotización de dólar oficial, aumentando su cotización -es decir, devaluando el peso- un 2% fijo por mes, muy por debajo de la tasa mensual de inflación.
Eso, sumado a un “ancla fiscal” que redujo fuertemente el gasto público y un “ancla monetaria” que dejó de emitir dinero para financiar al Tesoro, ha sido clave para que Argentina cerrara el 2024 con una inflación anual del 118%, lo que representa una reducción del 44,5% en un año.
Sin embargo, el lado negativo es que mientras el peso se ha ido fortaleciendo al devaluarse menos que la inflación, el dólar oficial ha quedando retrasado con respecto al costo de vida, perdiendo mucha de su capacidad de compra.
El resultado fue un fenómeno nuevo para los argentinos: la inflación en dólares, que según las estimaciones de varios economistas locales superó el 70% el año último.
En otras palabras: lo que hace un año pagabas con US$100, ahora te cuesta US$170.
Pero no solo el dólar “oficial”, que es controlado por el gobierno, perdió poder de compra. El libre o de mercado también está en niveles similares a cuando asumió Milei, a pesar de que la inflación superó el 100% en ese período.
Lorenzo Sigaut Gravina, economista de la consultora Equilibra, lo atribuye principalmente a una exitosa iniciativa que realizó el gobierno para que los argentinos ingresaran al sistema financiero los dólares en efectivo que tenían ahorrados en sus casas o depositados en el exterior sin declarar.
“La calma del mercado cambiario se consolidó gracias al blanqueo de capitales”, le dijo a BBC Mundo. “El gobierno logró, con mucha mucha confianza y pragmatismo, un blanqueo de capitales que le habilitó un ingreso muy generoso de dólares en efectivo”, dice el economista.
La iniciativa resultó mejor de lo esperado. En la primera etapa, Argentina consiguió que ingresaran US$19.023 millones, según la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA).
Esto llevó a contener el dólar paralelo y que se mantenga a una tasa levemente superior al tipo de cambio oficial, a diferencia de años anteriores cuando la brecha era muy amplia.
El “peso fuerte” tiene aspectos positivos y negativos para el país.
Por un lado, el gobierno destaca que los salarios han aumentado en dólares.
Según un informe de Bumeran, una plataforma de empleo en línea, el sueldo promedio pretendido en este país es de US$1.234, por encima de la media regional. Mientras que hace un año era uno de los más bajos de América Latina.
Sin embargo, la apreciación de la moneda también ha generado una caída en el número de turistas extranjeros que visitan el país y el aumento de los argentinos que aprovechan el “dólar planchado” para viajar al exterior.
Según datos del Indec, la cantidad de turistas internacionales en el país registró una baja interanual del 19,2% en noviembre.
Pero el impacto que más preocupa a muchos locales es en sectores como la industria, dado que ahora es más caro producir, tanto para el mercado local como para el exterior, lo que hace menos competitivos a la industria y al agro argentino.
A esto se suma la apertura de las importaciones que realizó el gobierno para incentivar la competencia y bajar los precios locales.
El resultado es que “cada vez será más barato acceder a productos importados y cada vez será más cara la producción nacional”, afirma Sigaut Gravina.
En este sentido, desde el sector industrial han advertido que esto podría generar una caída en la producción, que llevaría a una consecuente reducción de puestos de trabajo.
Los más críticos al gobierno incluso alertan sobre un posible “industricidio”, como el que ocurrió en la década de 1990 cuando el peso argentino estaba atado al dólar y muchas empresas terminaron cerrando.
Entre los economistas que advirtieron sobre los efectos negativos del “súper peso” está Domingo Cavallo, quien fue ministro de Economía durante ese período (1991-1996) del presidente Carlos Menem, apodado el “padre de la convertibilidad” en Argentina.
Cavallo dijo en diciembre que la actual “apreciación real exagerada del peso” es “parecida” a la que ocurrió a finales de 1990, “una deflación muy costosa porque transformó a la recesión que se había iniciado a fines de 1998 en una verdadera depresión económica”.
En Argentina, la lectura de que el peso está artificialmente alto en comparación con su valor real o competitivo en el mercado internacional se expande en la opinión pública e incomoda al presidente.
Pero Milei asegura que sus críticos están equivocados.
“El tipo de cambio desde mi perspectiva no está atrasado”, aseguró en una entrevista a comienzos de enero en la radio El Observador. “Es irritante e insultante la estupidez que dijo [Cavallo]”.
Para el mandatario, la poca distancia en la cotización entre el dólar oficial y el de mercado, además del hecho de que el Banco Central logró acumular unos US$25.000 millones en reservas con la actual cotización, son prueba de que no hay retraso.
“Además hay equilibrio fiscal”, destacó.
La economía de este país, según la lectura de Milei, no debe ganar competitividad debilitando al peso sino desregulando la economía, reduciendo los impuestos y mejorando el acceso al crédito.
Para Sigaut Gravina, las palabras de Milei buscan contener la presión para que el gobierno vuelva a devaluar la moneda argentina.
“Si todos tenemos la idea de que hay un atraso cambiario significativo, todos van a pensar que el peso así como está no se sostiene”, señala.
No obstante, el experto dice que “el principal activo del gobierno hoy es que bajó la inflación y devaluar implica, como efecto inmediato, más inflación”.
Por eso, Milei ha asegurado que no hará otra gran devaluación del peso, como la que hizo al asumir.
Por el contrario, el Banco Central argentino anunció que a partir de febrero reducirá la devaluación mensual del tipo de cambio oficial del 2% al 1%, lo que fortalecerá aún más al peso.
Se espera que la estrategia ayude a seguir bajando la inflación, que en diciembre pasado alcanzó un 2,7% mensual.
Pero muchos se preguntan cuál será el perjuicio de seguir siendo “caros en dólares”.
De todas formas, lo que realmente podría definir la cotización del dólar es lo que ocurra una vez que Milei levante los controles de capitales que hoy restringen el acceso al billete estadounidense y deje flotar al peso, algo que ha prometido hacer en 2025.
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