La Navidad está por llegar al Hemisferio Norte y ya nos preparamos para tener un chocolate calientito con bombones, crema batida y chispas de chocolate para disfrutar de esta temporada de la mejor forma posible: ¡con películas navideñas y buena música!
Si te gustan las comedias románticas o historias emotivas con un toque de humor, entonces no te puedes perder estas opciones para recibir las fiestas con un espíritu navideño.
Lo mejor de estas películas navideñas es que las historias van directo al corazón y con los soundtracks bailarás mientras pones el arbolito.
Tenemos que hablar de Last Christmas: Otra oportunidad para amar, una película dirigida por Paul Feig, que narra la historia de Kate, una joven que trabaja en una tienda de adornos navideños disfrazada de elfa.
La vida de Kate cambiará cuando conoce a Tom, un hombre generoso y misterioso con quien aprenderá que el mundo también tiene oportunidades positivas.
La película tiene como soundtrack a “Last Christmas” una canción emblemática del dúo britanico de Wham!, integrado por George Michael y Andrew Ridgeley. Esta rolita fue publicada un 3 de diciembre de 1984 y se volvió un clásico de estas fechas.
Y aunque la historia de la canción está dirigida a un amor que terminó, la película le da un nuevo sentido. ¿La has escuchado?
Esta es una de las películas más famosas de Tim Burton, con escenas cautivadoras como el momento en que Edward (Johnny Depp) realiza una escultura con sus manos de tijeras mientras Kim Boggs, interpretada por Winona Ryder, con un hermoso vestido blanco, disfruta del hielo que sale volando.
Si no has visto esta película, te contamos un poquito de la historia: un hombre es creado artificialmente y le incorporan tijeras en lugar de manos. Edward es adoptado y enfrenta muchos retos para adaptarse a un mundo peculiar.
Una de las canciones que más disfrutamos de esta película es “With These Hands” del cantante Tom Jones.
La rola aparece en el álbum What’s New Pussycat? de 1996. La letra relata la historia de unos enamorados, de los cuales uno promete que “nunca la dejará ir”, justo como el amor que Edward profesa a Kim.
¿Alguna vez pensaste en pasar Navidad lejos de tu familia y amigos tras una ruptura? Nancy Meyers directora, escritora y productora de la película The Holiday nos presenta esta situación con 2 mujeres exitosas que intercambian sus casas a partir de un anuncio en Internet, para pasar 2 semanas de vacaciones decembrinas fuera de sus países.
Esta comedia romántica tiene como protagonistas a Camerón Díaz, Kate Winslet, Jude Law y Jack Black, y se ambienta en una pequeña comunidad londinense y una lujosa ciudad de Estados Unidos.
La historia es divertida y se antoja para un finde en casa, pero la música es grandiosa con la canción “Best of my love” de la agrupación The Emotions y que pertenece al álbum Rejoice de 1977.
Esta peli, que ahorita está en el catálogo navideño de Netflix, tiene un giro que no tiene que ver con el amor romántico, sino con el amor de una mamá soltera que busca conseguir el regalo perfecto para su hijo.
Marysia, personaje que interpreta Monika Frajczyk, trabaja en una empresa de correos. Ella es una mensajera que le toca lidiar con Krzysiek (Franciszek Krupowicz), un cliente con quien intentará entregar los regalos de Navidad a sus correspondientes destinatarios, pero tras un error, ambos vivirán una aventura inimaginable.
La canción icónica que aparece en esta película de Navidad es “Santa Claus is Coming to Town”, interpretada por Bing Crosby & Andrews Sisters que apareció en el álbum compilación de “White Christmas” del año de 1945. ¡Todo un clásico!
El cine animado también tiene su lugar con Klaus, una divertida película escrita y dirigida por Sergio Pablos, quien cuenta la historia de un cartero soñador que hace un trato con un juguetero para llevar felicidad al pueblo más desdichado del mundo.
Klaus destaca por el impecable trabajo de animación. Obtuvo siete premios Annie otorgados por la International Animated Film Association (Asociación Internacional de Películas Animadas) en Los Ángeles, California. Además, fue nominada al Oscar de mejor película de animación en 2019.
Esta aventura es acompañada por una canción realmente hermosa que juega un momento importante dentro de la película (y que no queremos spoilear). Se trata de “Invisible” de Zara Larsson.
Los Muppets han estado en la memoria de distintas generaciones y con películas súper divertidas a lo largo de los años. Para la época decembrina no se quedan atrás con su propia adaptación del clásico cuento navideño A Christmas Carol de Charles Dickens, publicada originalmente en 1843.
En la película, la rana René y su familia hacen que Scrooge comprenda el significado de la Navidad y el espíritu navideño que la acompaña.
La rola emblemática de la película es “When Love is Gone” de Belle, una pieza que al escucharla nos hace creen que los sueños se hacen realidad, tal y como dice la canción.
El aroma corporal evoluciona a lo largo de nuestra vida, y los cambios que se producen no solo tienen una explicación biológica, sino que ha sido clave en la selección social y evolutiva.
Le propongo un reto: ¿sería capaz de adivinar el rango de edad de alguien sentado a su lado que no lleve perfume utilizando tan solo el sentido del olfato? No he encontrado ningún reto de este tipo en TikTok, pero sí una investigación que lo demuestra: podemos discriminar la edad de una persona por su aroma.
El olor corporal evoluciona a lo largo de nuestra vida, y los cambios que se producen no solo tienen una explicación biológica, sino que también han jugado un papel importante en la selección social y evolutiva.
Durante la infancia, el olor corporal suele ser suave debido a la baja actividad de las glándulas sudoríparas y a un microbioma (comunidad de microrganismos) cutáneo sencillo. Aun así, los padres son capaces de identificar la “fragancia” que despide su propio hijo y preferirla a la de niños desconocidos.
Los olores que en este caso generan una percepción olfativa emocional (información hedónica) agradable o familiar, activan las redes neuronales de la recompensa y el placer y disminuyen las respuestas al estrés. En coherencia con esto, las madres con trastornos del vínculo posparto no desarrollan este reconocimiento ni preferencia olfativa de su propio bebé.
Desde un punto de vista evolutivo puramente pragmático, la identificación placentera de la descendencia permitiría la inversión selectiva de los recursos.
La adolescencia supone un cambio importante en el olor corporal. Esta transformación se debe a la producción de hormonas sexuales, que, entre otras cosas, induce la activación de las glándulas sudoríparas y sebáceas.
Mientras que la mayoría de las glándulas sudoríparas (las ecrinas) excretan agua y sales, las glándulas sudoríparas llamadas apocrinas (asociadas al vello y localizadas en las axilas y la zona genital) segregan proteínas y lípidos
Es la degradación conjunta de estos lípidos y del sebo (triglicéridos, ésteres de cera, escualeno y ácidos grasos libres) liberado por las glándulas sebáceas presentes por casi toda la piel lo que genera el característico aroma a “humanidad”.
La descomposición de esas sustancias ocurre cuando entran en contacto con el aire y las bacterias de la piel. Microorganismos como los Staphylococcus convierten las grasas en ácido acético y ácido 3-metilbutonoico, responsables del olor agrio de los adolescentes.
Otras moléculas volátiles que aparecen en mayor cantidad en el sudor de los púberes frente al de los niños son la androstenona (olor sudoroso y urinario, similar al almizcle), el androstenol (parecido al sándalo o el almizcle) y el escualeno (rancio, graso o ligeramente metálico cuando se oxida).
La capacidad de reconocer a los hijos por el olor corporal disminuye tanto en madres como en padres cuando sus descendientes abandonan la infancia y están en plena adolescencia.
De hecho, las madres incluso prefieren el aroma de desconocidos. Y en ambos casos, la capacidad de identificación y preferencia se recupera cuando los vástagos entran en la etapa de pospúberes.
Una posible explicación a esta especie de “rechazo” hacia el olor corporal de los propios hijos adolescentes sería la prevención del incesto y, por tanto, la endogamia.
Las glándulas sebáceas alcanzan su actividad máxima en la edad adulta. Aunque menos intenso que en la adolescencia, el olor corporal sigue existiendo en cada persona y depende de factores como la dieta, el estrés, los niveles de hormonas o el microbioma cutáneo.
Pero ¿qué sentido tendría poseer un olor propio cambiante a lo largo de la vida si no tuviésemos la capacidad de sentirlo? El mismísimo Darwin se equivocó (nadie es perfecto) al afirmar que “para el hombre, el sentido del olfato es de muy poca utilidad, si es que tiene alguna”.
En realidad, el olfato es eficaz para obtener información de congéneres, resulta esencial cuando la visión o audición están restringidas (entorno oscuro o ruidoso) y permite detectar eventos pasados, pues las moléculas odoríferas persisten en el espacio y el tiempo.
Por lo tanto, poseer un aroma característico y la capacidad de detectar olores ajenos proporciona información social respecto a nosotros mismos, nuestros parientes, la edad, el sexo, la personalidad, las enfermedades y las emociones.
Igual que en otros animales, los olores corporales ayudan en la selección de pareja, el reconocimiento del parentesco o la diferenciación sexual.
Con el envejecimiento, la falta de colágeno de la piel aplasta y reduce la actividad de las glándulas sudoríparas y sebáceas.
La pérdida de las primeras explica la dificultad de las personas mayores para mantener el equilibio térmico. En cuanto a las sebáceas, no solo disminuye su producción, sino que cambia su composición, disminuyendo la cantidad de compuestos antioxidantes como la vitamina E o el escualeno.
Todo esto, sumado a la también menor capacidad de producción de antioxidantes por las células cutáneas, desencadena un aumento de reacciones de oxidación, dando lugar al olor “a persona mayor”, que los japoneses llaman kareishu.
Así, a partir de los 40 años, comienza a cambiar la forma en que se procesan algunos ácidos grasos de la piel, como el omega-7 (ácido palmitoleico). La oxidación de este ácido graso monoinsaturado da lugar al 2-nonenal, responsable del olor característico.
Por cierto, este compuesto se encuentra también en la cerveza añeja y el trigo sarraceno, y se describe como un olor a grasa y hierba.
Si para algunas personas este olor resulta desagradable, la mayoría lo asociamos con buenos recuerdos de abuelos y padres. Y es probable que, al igual que en la infancia, ayude a perpetuar los cuidados, esta vez de nuestros mayores.
Por lo tanto, el olor de la vejez no tiene tanto que ver con la higiene; de hecho, el 2-nonenal no es soluble en agua, por lo que no se elimina fácilmente ni con la ducha ni lavando la ropa.
A medida que la piel madura, su protección antioxidante disminuye, generando una mayor presencia del citado compuesto, así que lo mejor para minimizar el rastro olfativo es beber abundante agua, hacer ejercicio, seguir una alimentación sana, disminuir el estrés y reducir el consumo de tabaco o alcohol. Todos estos hábitos reducen el estrés oxidativo responsable de nuestro olor.
*Noelia Valle es profesora de Fisiología, Creadora de La Pizarra de Noe, Universidad Francisco de Vitoria.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
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