¿Amas el cine, los eventos gratuitos y no te asusta ni el SAT? Entonces este evento es para ti. Lánzate a este ciclo gratuito de películas de terror en panteones de la CDMX.
Mucho Halloween y El Exorcista, pero ¿podemos hablar del cine de terror mexicano? Hay clásicos como Veneno para las hadas, del gran Enrique Taboada, que no pueden faltar en tu maratón de terror en octubre.
Afortunadamente, ese y otros clásicos mexicanos son parte del ciclo “Entre sombras y delirios”.
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Anota la fecha, que del jueves 26 de octubre al jueves 5 de noviembre tendrás la oportunidad de disfrutar de este ciclo gratuito.
La programación se integra de tres películas de terror mexicanas clásicas:
Veneno para las hadas, de Enrique Taboada y que habla sobre la brujería protagonizada por dos niñas; Dos monjes de Juan Bustillo Oro, influenciada por el expresionismo alemán que pone al centro un triángulo amoroso que se entreteje por una compleja lucha psicológica por el amor de una mujer; y el Esqueleto de la señora Morales de Rogelio A. González, comedia negra que narra la historia de un matrimonio fallido.
En realidad no solo podrás ver películas en cementerios de CDMX, sino que durante los once días del ciclo de cine pisarán recintos culturales, cineclubs y plazas públicas.
Sin embargo, vale definitivamente verlas en los panteones para tener la experiencia terrorífica por completo.
Ahí te va el calendario de las películas de terror mexicanas con sedes, fechas y horarios:
Veneno para las hadas:
Dos monjes:
El esqueleto de la señora Morales:
Junto al ciclo de películas de terror en panteones, también tendremos funciones para toda la familia con un mini ciclo infantil.
El viernes 27 de octubre a las 18:30 horas habrá proyección al aire libre de Coco. La cita es en el Lago Acitlalin del Parque Ecológico de Xochimilco.
Si te queda lejos, también podrás verla el jueves 2 de noviembre a las 16:00 en la sala de cine del Metro Zapata.
Ahí mismo también pasarán Frankenweenie, la película animada en stop motion de Tim Burton que le da un giro a la historia de Frankenstein. Esta se proyecta en Zapata el martes 31 de octubre a las 16:00.
El CDS fue descrito por primera vez en las décadas de 1960 y 1970, pero ¿por qué se considera un síndrome y no simplemente un rasgo peculiar de la personalidad?
¿Notas que sueñas mucho despierto? ¿Te sientes lento a menudo y tiendes a desconectarte fácilmente cuando realizas una tarea? Es posible que tengas síndrome de desvinculación cognitiva o CDS, por sus siglas en inglés.
El CDS fue descrito por primera vez por psicólogos en las décadas de 1960 y 1970, cuando notaron que algunas personas mostraban estos rasgos de manera más persistente que otras.
Pero ¿por qué se considera un síndrome y no simplemente un rasgo peculiar de la personalidad?
La distinción radica en el efecto. Para las personas con CDS, su comportamiento interfiere significativamente en su vida diaria, su rendimiento académico y sus interacciones sociales.
Si bien todo el mundo sueña despierto de vez en cuando, a las personas con CDS les resulta difícil concentrarse en las tareas durante períodos prolongados. No se trata sólo de falta de atención o pereza, el CDS es un patrón persistente que puede alterar la capacidad de una persona para tener éxito en diversas áreas de la vida.
A diferencia del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), que incluye hiperactividad e impulsividad, el CDS se caracteriza por su “ritmo cognitivo lento”, un nombre con el que anteriormente se conocía la afección.
El síndrome no está reconocido como un “trastorno de atención” distinto en el “Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales”, la clasificación estándar de trastornos mentales utilizada por los profesionales en Estados Unidos.
Sin embargo, un creciente número de investigaciones muestra que merece más atención y debe considerarse por separado del TDAH.
Una forma de distinguirlos es que, si una persona tiene TDAH, puede concentrarse en algo, pero probablemente se distraiga y cambie su atención a otra cosa. Si una persona tiene CDS, en primer lugar no puede concentrarse.
El diagnóstico es complicado porque no existen criterios oficiales. Sin embargo, algunos psicólogos utilizan una combinación de cuestionarios y observaciones de comportamiento para evaluar síntomas como ensoñaciones frecuentes, niebla mental y velocidad de procesamiento lenta.
Los padres y maestros observan con frecuencia este comportamiento en niños que parecen “estar en otra parte” o que tardan más en responder preguntas y completar tareas.
Una velocidad de procesamiento lenta significa que las personas tardan más en asimilar la información, darle sentido y responder.
Por ejemplo, en la escuela, un estudiante con una velocidad de procesamiento lenta puede tardar más en responder una pregunta o completar una tarea porque necesita más tiempo para comprender el material y pensar en su respuesta.
Esto no se debe a falta de inteligencia o esfuerzo: su cerebro simplemente procesa la información a un ritmo más lento.
El apoyo y el tratamiento para el CDS aún están evolucionando. La terapia cognitivo-conductual (TCC) se usa comúnmente para ayudar a las personas a desarrollar mejores formas de afrontar la situación y mejorar su concentración.
Algunos investigadores están explorando el uso de fármacos estimulantes, similares a los utilizados para el TDAH, pero la evidencia aún no es concluyente.
También se recomiendan cambios en el estilo de vida, como tener una rutina de sueño más estable e incorporar el ejercicio regular, para ayudar a controlar los síntomas.
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Una de las mayores dificultades es la falta de conciencia. Muchas personas, incluidos algunos profesionales de la salud, pueden descartar el CDS como mera pereza o falta de esfuerzo.
Este estigma puede impedir que las personas busquen ayuda y reciban el apoyo que necesitan.
A pesar de la falta de reconocimiento oficial, se estima que el CDS puede afectar a una parte importante de la población.
Los estudios sugieren que podría ser tan común como el TDAH, que afecta alrededor del 5% al 7% de los niños. Esto indica que un número sustancial de personas podrían estar lidiando con los síntomas del CDS sin siquiera saberlo.
Comprender el CDS es fundamental porque puede ayudar a los afectados a obtener el apoyo que necesitan.
Al reconocer que el comportamiento CDS no son sólo caprichos –o un intento de demostrar que eres demasiado genial para que te importe– sino indicadores potenciales de un problema más amplio, podemos ayudar mejor a las personas a controlar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.
*Sofia Barbosa Boucas es profesora de psicología, Brunel University London.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic para leer la versión original.
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