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Estas *7 películas de terror están inspiradas en historias reales*
Estas *7 películas de terror están inspiradas en historias reales*
5 minutos de lectura

Estas *7 películas de terror están inspiradas en historias reales*

29 de octubre, 2020
Por: Daniela Salazar
@danielasalbe 

El avance de la tecnología y la variada oferta de películas y series en internet y plataformas de streaming, han hecho que cada vez menos cosas nos den miedo.

Quizá esa es la razón de que el género de horror tenga un resurgimiento y sea cada vez más bueno, podemos comprobarlo con películas como Hereditary, The Witch y Midsommar, solo por mencionar algunas.

Y bueno, si quieres añadirle un toque de miedo a una película de terror, basta con incluir que está basada en una historia real, ahí sí ya cambia todo.

Checa: 22 películas de terror que puedes ver ahorita en streaming

Porque una cosa es la ficción y otra que nos asusten con cosas que probablemente ocurrieron en la vida real o que están basadas en testimonios de gente como nosotros.

Así que para que entres con todo al fin de semana de Halloweeen, tenemos para ti estas 7 películas de terror inspiradas en hechos reales.

La Bruja

Esta pelíula de Robert Eggers cuenta la historia de una familia que entra en pánico luego de la desaparición del hijo menor, Samuel. La familia culpa a Thomasin, la hija mayor que estaba cuidando al niño en el momento de su desaparición. Con la sospecha y la paranoia en aumento, los hermanos gemelos Mercy y Jonas culpan a Thomasin de brujería, lo que pone a prueba la fe, la lealtad y el amor del clan.

Esta película está inspirada en varias historias reales, diarios ,relatos de brujería y registros judiciales del siglo XVII. Eggers se documentó sobre todos estos juicios en Salem para darle más realismo a su película.

Eggers consultó a historiadores y visitó museos acerca del tema y trató de emular con precisión cada detalle de la época.

“Toda la ropa se basa en patrones de ropa existente, está cosida a mano, tejida a mano”, dijo Eggers en una entrevista con Slash Film. “Todo lo que ves en la granja en la cámara son los materiales correctos, lo que a menudo significaba que teníamos que usar las herramientas de época para hacer las cosas”.

Chucky

Por muy ridícula que nos parezca la historia de Chucky, el muñeco diabólico, está inspirado en la historia real de un muñeco llamado Robert.

Robert, the doll, es un muñeco real que fue propiedad de Robert Eugene Otto, un artista descrito como “excéntrico”, que formó parte de una influyente familia de Key West.

El fabricante del muñeco es la  empresa alemana Steiff, que ya no existe. El abuelo de Otto lo compró durante un viaje a Alemania en 1904,  se lo dio como regalo de cumpleaños.

Supuestamente, Robert está encantado y para tomarle fotos tienes que pedirle permiso, dicen que si no lo haces, te echa una maldición.

Estaba en el Museo Fort East Martello, pero actualmente se desconoce su paradero.

Verónica

Es una película de terror española que se estrenó en 2017. Sigue la historia de Verónica, una adolescente de 15 años que usa la ouija para tratar de contactar a su padre muerto. Pero después empieza a ser víctima de sucesos paranormales y termina muriendo de forma sospechosa.

Esta película está basada en el caso de la muerte inexplicable de una adolescente en España.

En 1992, Estefania Gutiérrez, de 15 añis realizó una “sesión de espiritismo improvisada” en su secundaria. Meses más tarde, murió en el hospital, después de sufrir convulsiones y decir que veía figuras oscuras.

Un año después, los papás de Estefanía llamaron a la policía porque vieron cosas raras en su casa. La policía acudió y también escuchó ruidos raros, y lo consignó en un informe oficial.

Zodiaco

La célebre película de David Fincher está basado en los hechos reales que también son descritos en el libro homónimo de Robert Graysmith.

Sigue la historia de un  asesino en serie al que llamaron el asesino del zodiaco porque después de cometer sus asesinatos dejaba cartas a la policía y enviaba mensajes misteriosos a los periódicos.

Operaba en San Francisco entre finales de los 60 y los 70 y nunca lograron atraparlo.

https://youtu.be/pKuMpsPxzGA

Pesadilla en la calle del infierno

Wes Craven, el célebre director de esta película contó en una entrevista con Vulture que para hacer esta película se basó en una noticia que leyó en Los Ángeles Times sobre una familia que había escapado de Killing Fields en Camboya y había logrado llegar a los Estados Unidos.

Todo estaba normal, hasta que el hijo más pequeño de la familia dijo que estaba teniendo pesadillas. Le dijo a sus papás que le daba miedo dormirse porque temía que el monstruo que lo perseguía en sus sueños lo atrapara, así que trató de permanecer despierto durante días.

Un día, simplemente el niño se durmió, por lo que sus padres pensaron que la crisis de su hijo había terminado, pero no, lo escucharon gritar mientras dormía y cuando fueron a su habitación lo encontraron muerto. Esa fue la inspiración de Craven para crear a Freddie Krueger y esta saga.

El Conjuro 1 y 2

Estas películas están basadas en las historias de Ed y Lorraine Warren, dos investigadores estadounidenses de fenómenos paranormales. Eran esposos, él un demonólogo reconocido por la iglesia y ella una medium. Juntos lograron reunir los suficientes objetos raros y asociados a fenómenos para normales para tener un museo.

El Museo del Ocultismo de los Warren está en Connecticut y la estrella del lugar, por supuesto es la muñeca Annabelle.

Annabelle

Es una de las tantas historias documentadas por los Warren. Está inspirada en la historia de un par de amigas enfermeras, una de las cuales era dueña de Annabelle, una muñeca fabricada la marca Raggedy Ann.

Donna, la dueña de Annabelle decía que su muñeca estaba poseída por un espíritu. Sin embargo, los Warren le explicaron a este par de amigas enfermeras que la muñeca no estaba poseída por ningún espíritu, sino por un demonio.

Además les dijeron que la muñeca sólo fue utilizada como un conducto o medio, ya que los demonios no poseen cosas, sino personas, así que realmente el demonio quería poseerlas a ellas.

Checa: ¿Annabelle se escapa del museo? Esto es todo lo que sabemos

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Imagen BBC
¿Por qué ‘Requiem por un sueño’ sigue causando polémica a 25 años de su estreno en el cine?
9 minutos de lectura

Esta película sobre la adicción a las drogas fue muy aclamada y criticada cuando se estrenó en 2000. Hoy, no es menos polémica.

10 de junio, 2025
Por: BBC News Mundo
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Cuando el filme Réquiem por un sueño se estrenó hace 25 años, generó excelentes críticas y una acalorada polémica.

La proyección de medianoche en el Festival de Cine de Cannes culminó con una efusiva ovación de pie por parte de los 3 mil espectadores del auditorio.

Cuando se encendieron las luces y se vio a Hubert Selby Jr., autor de la novela de 1978 en la que se basó la película, las lágrimas corrían por sus mejillas.

La admiración de la crítica llegó pronto, y Peter Bradshaw, del diario británico The Guardian, dijo con entusiasmo que el director Darren Aronofsky había alcanzado las legendarias alturas de Orson Welles en cuanto a “energía, consistencia y dominio absoluto de la técnica”.

Sin embargo, la recepción fue muy distinta en el Festival de Cine de Toronto, donde algunos espectadores vomitaron de asco.

Con una clasificación para mayores de 17 años, la película recaudó apenas 7.5 millones de dólares con un presupuesto de 4.5 millones, y fue criticada duramente por algunos detractores por, como expresó Jay Carr en el Boston Globe, “refugiarse en una visión del infierno nacida de la comodidad burguesa”.

Lo que dividió la opinión de la crítica fue la forma en que Réquiem por un sueño retrataba a los drogadictos, con detalles desgarradores y en primer plano.

La película presenta a una viuda, Sara Goldfarb (interpretada por Ellen Burstyn), que se vuelve adicta a las pastillas para adelgazar con el objetivo de participar en un concurso televisivo.

Mientras tanto, su hijo Harry (Jared Leto) y su mejor amigo Tyrone (Marlon Wayans) traman un plan para enriquecerse vendiendo heroína. Cuando las cosas se complican, presionan a Marion (Jennifer Connelly), la novia de Harry, para que intercambie sexo por drogas.

La trama se arremolina como un torbellino que los arrastra hacia sus espantosos destinos: torturas con electrochoques, amputación de un brazo gangrenoso, reclutamiento en una cuadrilla de trabajo penitenciario supervisada por un guardia racista y explotación sexual.

Darren Aronofsky quiso ofrecer al público un bombardeo sensorial que imitara la experiencia de la adicción.

Pero terminó haciendo mucho más, provocando serios debates sobre el libre albedrío del adicto, la línea entre la observación compasiva y el voyerismo explotador, y el tóxico canto de sirena del propio sueño americano.

Veinticinco años después, estos debates siguen latentes.

La idea de la película surgió cuando el productor Eric Watson vio una copia de la novela de Selby en la estantería de Aronofsky en 1998.

“Darren me dijo que había tenido que dejarla a la mitad; era demasiado oscura e implacable, y eso me intrigó”, le dice Watson a la BBC.

“Le pregunté si podía prestármela para leer en un viaje de esquí con mis padres. Me arruinó las vacaciones por completo. Al volver, le dije a Darren: ‘Esta es la indicada; tenemos que hacer esta película’. Así que adquirimos los derechos de la novela por 1.000 dólares, y Darren escribió el guion”.

Jared Leto interpretando a Harry en la película
Alamy
La película provocó ovaciones y repulsión en la misma medida, y lo sigue haciendo.

Aronofsky y Watson enviaron el guion a todos los grandes estudios. ¿La respuesta?

“¡Silencio!”, recuerda Watson. “Nadie se molestó en llamarnos para rechazarlo”.

Sin desanimarse, consiguieron la mitad de la financiación que necesitaban de Artisan Entertainment y contrataron a un productor independiente, Palmer West, para que les ayudara a reunir el resto de un presupuesto ajustado.

El proceso de casting también resultó complicado.

“Tobey Maguire, Adrien Brody, Joaquin Phoenix, Giovanni Ribisi… todos exploraron el proyecto o se presentaron a la audición para interpretar a Harry, pero rechazaron el papel”, recuerda Watson. “Era un riesgo demasiado grande para sus carreras”.

Una vez elegidos, Leto, Connelly, Wayans y Burstyn se esforzaron por lograr autenticidad en sus interpretaciones.

Leto perdió 11 kg y convivió con heroinómanos sin hogar en el East Village de Nueva York.

Wayans recorrió sin camisa las gélidas calles de Brighton Beach, en Brooklyn, en febrero.

Al comenzar el rodaje, Burstyn simuló la pérdida de peso poco saludable de su personaje poniéndose un traje de 18 kg para sus primeras escenas, luego cambiándolo por uno de 9 kg y, finalmente, tomándose dos semanas de descanso y perdiendo 4.5 kg con una estricta dieta de sopa de repollo.

Representando la adicción a las drogas

Aronofsky, inspirado por los planos de Spike Lee en “Haz lo que debas”, utilizó tomas SnorriCam (cámaras acopladas al cuerpo del actor) para transmitir una sensación de disolución de la realidad externa.

A esto añadió pantallas divididas, aceleraciones y desaceleraciones, fundidos a blanco, tarjetas de título, espirales de cámara, lentes ojo de pez, planos generales extremos, pixelaciones y puestas en escena surrealistas.

Todas eran herramientas para imitar las distorsiones sensoriales inducidas por los opioides.

Pero aunque estos efectos visuales generaron entusiasmo, la visión de la película sobre la adicción a las drogas generó controversia.

Mientras que Trainspotting (1996) había sido criticada por glorificar la estética de la “heroína chic”, Réquiem por un sueño se percibía como un retrato incesantemente sombrío del consumo de sustancias.

Ewan McGregor, quien interpretó a Renton en la película Trainspotting
Getty Images
Ewan McGregor, quien interpretó a Renton en la película Trainspotting.

La imagen de una “espiral” se convirtió en la metáfora preferida de la crítica para describir la idea de la película de que los adictos, una vez enganchados, son arrastrados casi inexorablemente hacia finales horribles.

“Lamento decir que la forma en la que describe la trayectoria de la adicción a la heroína es notablemente precisa”, afirma David J. Nutt, profesor de neuropsicofarmacología en el Imperial College de Londres.

“La mayoría empieza a consumir por desesperación o desesperanza, pero muchos, como Harry y Tyrone, ven el narcotráfico como una aventura empresarial, como una forma de ganar dinero rápido y luego seguir adelante con sus vidas. Pero rara vez termina bien”.

Por otro lado, el profesor Nutt considera a Sara Goldfarb un símbolo de toda una generación de amas de casa de las décadas de 1950 y 1960 a las que se les recetaron anfetaminas sin supervisión médica adecuada.

En cuanto al destino de Marion, afirma que hoy en día “los proxenetas siguen controlando y abusando de las mujeres explotando sus adicciones”.

Pero lo fundamental de la película, añade Nutt, es que dramatiza la adicción como un trastorno químico cerebral que induce conductas compulsivas.

“No recurres a la reutilización de puntos de inyección extremadamente dolorosos a menos que seas presa de impulsos irresistibles”, afirma.

No todos los expertos en adicciones están de acuerdo.

Gene Heyman, profesor titular del departamento de Psicología y Neurociencia del Boston College, le dice a la BBC que Réquiem por un sueño describe admirablemente la euforia de la iniciación en las drogas, seguida de episodios de abstinencia cada vez más intensos y dolorosos.

Pero ahí termina su precisión.

“Esta película cuenta una historia conocida: una vez adicto, siempre adicto, y es necesariamente una trayectoria descendente de la que nadie se recupera”, dice Heyman.

“Y eso es completamente falso. Todos los datos epidemiológicos muestran que, a los 30 años, la mayoría de los consumidores habituales de drogas maduran y dejan de consumir, no vuelven a consumir, y lo hacen sin tratamiento ni intervención profesional. “Eso son solo los datos, no mi opinión. Están ahí para que todos lo vean”.

El sueño americano

Por su parte, Watson se exaspera al responder preguntas sobre la veracidad de la adicción en Réquiem por un Sueño.

“Hubert Selby fue muy activo en AA y NA [Alcohólicos Anónimos y Narcóticos Anónimos], pero nuestra película nunca tuvo la intención de ser un documental ni un panfleto sobre el camino a la recuperación”, dice.

“No, no es realista. Es surrealista. Relájense”.

El propio Selby siempre insistió en que consideraba la drogadicción solo una manifestación del poder seductor del sueño americano y de lo que consideraba sus efectos tóxicos.

Antes del estreno de la película, escribió un nuevo prólogo para su novela, que decía: “Obviamente, creo que perseguir el sueño americano no solo es inútil, sino autodestructivo, porque en última instancia lo destruye todo y a todos los que lo componen”.

Muchos críticos han llegado a considerar que Réquiem por un sueño está en la misma línea que El gran Gatsby (1925) y Revolutionary Road (1961), obras que exponen el lado oscuro del mito estadounidense.

Con su televisión y su comida basuras, la película se circunscribe en un ambiente de adicciones específicamente estadounidense, afirma Kevin Hagopian, profesor de Estudios de Medios en la Universidad Estatal de Pensilvania.

Los personajes transportando equipos en una calle
Alamy
Tyrone (Marlon Wayans) y Harry (Jared Leto) inicialmente ven el tráfico de drogas como una forma de ganar dinero rápido antes de seguir adelante con sus vidas.

“El concurso televisivo que cautiva a Sara se centra en crear una alegría ansiosa, exagerada y falsa”, dice.

“Aquí hay una búsqueda desmedida de panaceas irrealistas, un atajo hacia una solución rápida para no tener que pensar nunca en el propósito de la vida. Aquí, el sueño americano no es lo que hay que perseguir, sino el villano definitivo. Y esa crítica es tan devastadora para los mitos que nos sostienen que no es de extrañar que mucha gente no la acepte”.

Danny Leigh, ahora crítico de cine del diario Financial Times, elogió efusivamente Réquiem por un sueño en la revista Sight and Sound cuando se estrenó.

“Me cautivó lo que era: sin duda, una obra cinematográfica con estilo, con un crudo brío cinematográfico”, le dice Leigh a la BBC.

Trainspotting había sido un acontecimiento cultural trascendental, que desencadenó un momento de vértigo en la cultura británica del momento, y vi ‘Réquiem por un sueño’ como una poderosa corrección, una advertencia casi paródica que golpeó con fuerza”.

Sin embargo, con el paso de los años, Leigh ha desarrollado recelos sobre la obra de Aronofsky.

“He llegado a sentir que hay cierta lascivia en su cine, como si se entrometiera en situaciones emocionalmente desesperadas y aplicara una condescendencia desagradable, incluso voyerista, a circunstancias trágicas”.

Leigh señala que este impulso alcanzó su extremo más grotesco en La Ballena (2022) de Aronofsky, en la que un profesor de inglés solitario y con obesidad mórbida, interpretado por Brendan Fraser, come hasta morir.

Hagopian, en cambio, considera que Aronofsky ha demostrado una genuina curiosidad por comprender a las personas marginadas de la sociedad.

“Muchas películas experimentales crean lo que yo llamaría ‘pesadillas de distanciamiento psíquico'”, opina.

“Piensen en Terciopelo azul (1986) de David Lynch, La pianista (2001) de Michael Haneke o Tenemos que hablar de Kevin (2011) de Lynn Ramsay; en todas ellas, nunca sabemos qué piensan o sienten realmente los personajes”.

Réquiem por un sueño, añade, adopta el enfoque opuesto al lograr lo que él llama una “pesadilla de intimidad psíquica”.

“Nos vemos tan cerca de los personajes que, en algún momento, su dolor y trauma parecen filtrarse en nuestra conciencia.

“Puede resultar claustrofóbico, incluso invasivo. Pero para mí, ese es el tipo de cine más valiente, y explica por qué esta obra de arte, ya sea que la admires o la detestes, queda grabada para siempre en la mente de las personas”.

*Si quieres leer el artículo en inglés en BBC Culture, haz clic aquí

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