Home
>
Animal MX
>
Entretenimiento
>
No era fan de Bad Bunny… lo vi en vivo y así me dejó
No era fan de Bad Bunny… lo vi en vivo y así me dejó
5 minutos de lectura

No era fan de Bad Bunny… lo vi en vivo y así me dejó

Una gira con una convocatoria masiva genera pasiones que se desbordan más allá de las gradas.
12 de diciembre, 2025
Por: Luis Baylón

Benito Martínez Ocasio, alias Bad Bunny, es hoy una de las figuras más destacadas de la cultura pop en lo que va del siglo. Su gira “Debí Tirar Más Fotos” hizo su parada en la Ciudad de México con una serie de ocho conciertos masivos en el Estadio GNP Seguros, donde el reguetón es el gran protagonista. Sin embargo, más allá de la potencia de este género musical, Benito va más allá, ofreciendo a Puerto Rico como el producto más sexy de su trabajo artístico.

“¡Puerto Rico está bien cabrón!”

El lanzamiento de su más reciente trabajo, “Debí tirar más fotos”, es una colección sonora que captura la esencia de Puerto Rico con el estilo del cantante boricua más exitoso de la última década.

Para los mexicanos, el nacionalismo es un tema casi implícito, impuesto desde la educación pública, el arte y la televisión; un tema que puede resultar incómodo para algunos latinoamericanos por el sobrado orgullo mexicano que nos caracteriza. Pero la forma en que Bad Bunny promueve a la isla como un producto cultural —a partir de su música, su estética, su fauna y sus costas— ofrece una lectura distinta de este territorio que vive una suerte de colonia estadounidense en pleno siglo XXI.

“Estoy muy agradecido de que acepten a este puertorriqueño y a la música de mi tierra”, enunció Bad Bunny en diversas ocasiones.

Durante todo el espectáculo, el intérprete de “La Mudanza” echa mano de músicos de folclor boricua, quienes hacen reventar los timbales y las trompetas, y con singular destreza tocan las cuerdas con el estilo que caracteriza a la música del Caribe.

Benito Martínez Ocasio de 31 años es la figura más influyente en la música en español. (Luis Baylón)

 

“Porque si alguien está orgulloso de su tierra soy yo, y sé que ustedes, como mexicanos, son como yo. ¡Que viva Puerto Rico!, ¡Que viva México!”, añadió.

La aproximación a la música popular de los boricuas es un ejercicio que logra permear entre una audiencia potente que celebra cada paso de Bad Bunny.

Durante el recital, la audiencia enardeció con el tradicional “¡Benito, hermano, ya eres mexicano!”. Ante el rugido del respetable y con singular astucia, desde el escenario abrazó el gesto y lo puso en su dimensión: “Yo por esta noche soy mexicano y ustedes, puertorriqueños”, atizó.

Se deshizo en agradecimiento a México por su apoyo en su carrera (el tamaño del mercado mexicano es determinante en carreras como la de él). Posiblemente nunca se ha gritado tan fuerte “¡Viva Puerto Rico!” fuera de la nación isleña; Bad Bunny logró que los mexicanos lo hicieran.

Fanáticos y Aficionados

Las cifras escandalosas que ofreció Ocesa, como empresa organizadora, mostraron que más de 500,000 personas acudirían al llamado del “Conejo Malo” en Ciudad de México, de las cuales un 45% viene de fuera del Valle de México. En esa cifra, hay asistentes originarios de 77 países.

En el espacio que ocupé en General A (en la pista junto al primer escenario), estaba rodeado de visitantes dispuestos a entregarse para cantar a todo pulmón “Callaíta”, “Nuevayol” y “Neverita”, por citar algunas.

Junto a mí, un grupo de cuatro mujeres originarias de República Dominicana y Puerto Rico que viven en Estados Unidos coordinaron un viaje desde California, Florida y Nueva York. Su euforia fue desbordada, al igual que la de los colombianos que no pararon de saltar, sobre todo cuando apareció de sorpresa su compatriota Feid, quien hizo un dueto con Bad Bunny en “La casita” cantando “Perro Negro”. Había grupos de amigos que viajaron de San Luis Potosí, Sinaloa, Chihuahua y Tlaxcala. Todos, sin importar su acento, celebraron al “Conejo” llevando las “pavas”, el sombrero tradicional de Puerto Rico.

“Este show es simple, es acerca de México, Puerto Rico, de América Latina, de la unión”, enunció Benito en su intervención.

Es palpable la fuerza de su fanaticada que viene desde muy lejos hasta la Deportiva Magdalena Mixhuca, porque es posible perrear llorando y cantando una canción de Bad Bunny. Eso es algo que la música en español no había experimentado.

“La Casita” y la Experiencia

Parece que todo se le perdona a Bad Bunny; su figura tiene muchos significados para una audiencia que no tiene un solo estrato social.

Al inicio, el primer escenario tiene protagonismo y aparece Benito impecablemente vestido con un traje en un tono crudo, cantando acompañado de Los Sobrinos. Desde ahí, el espectáculo es muy ortodoxo, destacando el graderío de “Los Vecinos”, un área diseñada con poco más de 500 localidades justo bajo la gran pantalla del espectáculo. Pero la mayor parte del concierto terminaron torciendo el cuello para ver la imagen y no perderse el detalle de lo que ocurría a 200 metros de distancia en otro escenario.

 

Los vecinos de Bad Bunny no lo pasaron tan bien cuando él se fue a “La Casita”. (Luis Baylón)

 

Todo el ánimo cambia cuando se traslada a “La Casita”, donde se lleva más de una hora del concierto y los más grandes éxitos del recital, que dura dos horas y veinte minutos.

Era sabido que ese cambio había molestado a los fans que compraron las localidades de General A, Los Vecinos y los Fan Pit, que eran sustancialmente más caras. “¡Que chingue a su madre el General B!”, escuché decir a una asistente con un tono muy fresa y sumamente incómoda por no poder ver claramente a su ídolo.

La colocación de este escenario no permite ser visto más que por las personas en gradas y los que estaban en el ángulo correcto de esa zona. El concierto se redujo a ver una gran pantalla que cada tanto presentaba retrasos y la imagen congelada.

El anuncio de que cada concierto tendrá un tema que no se repetirá en ninguna otra fecha de la gira ha generado gran expectativa entre los fans, creando la ilusión de un dueto, una experiencia única o un recuerdo que marque esa fecha en el calendario.

Al entonar su tema “Debí tirar más fotos”, llamó a la audiencia a desprenderse de sus celulares y a festejar con las manos en alto, a vivir el momento, a bailar sin sentirse presos de la vida digital.

“Los que se atrevan a vivir con nosotros este momento, guarden su teléfono y alcen sus manos”, arengó Benito.

Bad Bunny tiene mucho que ofrecer como producto pop y con un discurso que confronta las ideas culturales de la música urbana, el folclor y la dignidad de un pueblo.

Entonces, ¿lo volvería a ver? Sí. ¿Pagaría lo que se exigen sus precios? Seguramente no. El señor Martínez ofrece toda la energía del Caribe y refresca las ideas de la música urbana. Los purismos murieron, y el que Benito solo cante en español hace todo el sentido.

Mientras tanto, es una gira extremadamente redituable para todos los que tienen las manos en este tour. La gira que no visitará Estados Unidos tiene hambriento al tigre del entretenimiento, que solo podrá tener un episodio de 12 a 15 minutos del “Conejo Malo” en el medio tiempo del Super Bowl LX.

Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
Qué ha pasado en Gaza desde el alto el fuego y por qué el conflicto no ha terminado
12 minutos de lectura

Mas de 350 palestinos han muerto desde el pasado 10 de octubre en Gaza, donde seis semanas después del inicio del alto el fuego la situación sigue siendo desesperada para la gran mayoría de sus habitantes.

04 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
0

Israel y Hamás sellaron el pasado 10 de octubre un acuerdo de cese el fuego que debía poner fin a dos años de un conflicto que ha devastado la Franja de Gaza.

Seis semanas después del inicio de ese cese de hostilidades, el derramamiento de sangre no ceja en Gaza, donde civiles palestinos siguen muriendo a diario por disparos o ataques israelíes.

La intensidad del conflicto se ha reducido, pero eso no ha evitado que la cifra de víctimas palestinas siga creciendo, aunque más lentamente.

La ayuda humanitaria, tras meses de férreo bloqueo, vuelve a entrar a la Franja, pero no en el volumen necesario para hacer frente a las necesidades de una población que sigue, en su gran mayoría, desplazada y en un territorio que se ha quedado prácticamente sin infraestructuras.

El alto el fuego ha permitido que la ONU empiece a reabrir las escuelas que opera en la Franja, la mayor parte de ellas dañadas por los bombardeos y que siguen sirviendo de refugio para muchas familias. El sistema sanitario también sigue siendo muy precario. Solo 36 de los hospitales de Gaza están parcialmente operativos, según Naciones Unidas.

Hamás, aunque ha quedado muy debilitado, se niega a desarmarse, como demostró al día siguiente de iniciarse el alto el fuego, cuando sacó a 7.000 milicianos armados a las calles para reafirmar el control sobre zonas de Gaza desocupadas por las tropas israelíes. Pero su hegemonía está siendo cuestionada por un nada desdeñable número de grupos armados han proliferado en la Franja dispuestos a hacerle frente.

En medio de todo esto, los palestinos aguardan a que el plan de paz que propuso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, del que el alto el fuego solo constituía una primera fase, avance y pueda comenzar la reconstrucción de un territorio controlado aún en su mayoría por el ejército israelí.

Más de 350 muertos en ataques israelíes

El goteo de víctimas desde el día en que entró en vigor el alto el fuego no se ha detenido.

Más de 350 personas han muerto en Gaza en ataques israelíes desde entonces, lo que elevan la cifra total de víctimas palestinas desde el inicio del conflicto el 7 de octubre de 2023 a 70.100, muchas de ellas mujeres y niños, según cifras del ministerio de Sanidad de Gaza.

Los milicianos de Hamás continúan siendo objetivo del ejército israelí, pero la enorme mayoría de víctimas siguen siendo civiles, como el fotógrafo Mahmud Wadi, fallecido este martes en un ataque con dron en Jan Yunis. O los hermanos Fadi y Juma Abu Assi, de 8 y 11 años que, según su familia, estaban buscando leña para cocinar al este de esta misma ciudad cuando fueron alcanzados el pasado sábado por el fuego israelí.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguraron a la BBC que habían disparado sobre dos sospechosos que cruzaron la Línea Amarilla.

Una imagen de dos niños en un teléfono móvil.
Anadolu via Getty Images
Los hermanos Fadi y Juma Abu Assi, de 8 y 10 años, estaban buscando leña cuando fueron alcanzados por el fuego israelí, según su familia.

Esta demarcación, que delimita el territorio al que Israel aceptó retirarse tras el alto el fuego, no está claro para muchos palestinos, a veces con consecuencias fatales.

Pero las muertes no solo se han producido en las inmediaciones de la Línea Amarilla. Israel ha llevado a cabo bombardeos de zonas densamente pobladas en Gaza en respuesta, según las FDI, a ataques de Hamás.

En uno de ellos, en la noche del pasado 28 de octubre, murieron 104 palestinos en una oleada de bombardeos en Ciudad de Gaza, Beit Lahia, Bureij, Nuseirat y Jan Yunis, según el ministerio de Sanidad de la Franja. Israel alegó que actuó contra “decenas de objetivos terroristas”.

Tanto las FDI como Hamás se han acusado mutuamente de violar el alto el fuego en repetidas ocasiones.

El pasado 21 de noviembre, el portavoz de Unicef, Ricardo Pires, recordó que, desde el cese el fuego, dos niños han muerto de media cada día en Gaza.

“Esto no son estadísticas. Cada uno de ellos era un niño con una familia, un sueño, una vida truncada repetidamente por la violencia continuada”, dijo Pires a los periodistas.

Qué ha pasado con la ayuda humanitaria

El estricto bloqueo que Israel impuso en Gaza durante meses antes del alto el fuego, impidiendo el acceso de ayuda humanitaria a la Franja, provocó una hambruna que mató a más de 200 personas, según la propia denuncia de la ONU.

El acuerdo de alto el fuego alcanzado entre Israel y Hamás establecía que 600 camiones de ayuda humanitaria debían entrar diariamente a la Franja para satisfacer las necesidades básicas de sus 2,1 millones de habitantes.

Sin embargo, aunque desde el 10 de octubre Israel ha aflojado los controles y se ha permitido la entrada de ayuda, no se han alcanzado los niveles necesarios, según la ONU.

El acceso humanitario sigue estando muy restringido, tal y como denunciaron recientemente un grupo de expertos de Naciones Unidas, entre otras cosas porque solo se han reabierto dos de los seis pasos fronterizos.

“El volumen de camiones de ayuda que entran en Gaza nunca ha alcanzado el objetivo acordado de 600 al día y, con frecuencia, ha sido inferior a la mitad de esa cifra”, afirmaron los expertos, entre los que se encuentra Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los territorios palestinos.

Amnistía Internacional también ha denunciado que Israel sigue bloqueando “la entrada de equipos y materiales necesarios para reparar las infraestructuras vitales y retirar municiones sin explotar, escombros contaminados y aguas residuales”, señaló recientemente la organización en un comunicado.

Israel asegura que desde el inicio del alto el fuego han entrado en Gaza una media de 600 a 800 camiones diarios con alimentos, suministros para refugios y material médico, según la Coordinadora de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT). El 41% de esos camiones van al sector privado, según sus propias cifras.

Según la OCHA, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, aunque la frecuencia con la que los gazatíes comen ha mejorado en la mayoría de los hogares, “el consumo de alimentos sigue estando muy por debajo de los niveles anteriores al conflicto”, y la dieta se basa principalmente en cereales, legumbres y cantidades moderadas de lácteos y aceite, con un acceso muy limitado a alimentos nutritivos como la carne, las verduras y las frutas.

Varios cocineros preparan comida en una ollas gigantes.
BBC
La cocina de Anera en al-Zuwayda es una de las más de 35 que hay en Gaza y que proporcionan 210.000 comidas calientes al día.

Tal y como relató a la BBC Sami Matar, de la ONG Anera, que gestiona una cocina comunitaria en Gaza, “nos vemos obligados a cocinar principalmente tres tipos de comidas a la semana: arroz, pasta y lentejas (…) Necesitamos que la comida sea más variada, para garantizar verduras frescas y proteínas esenciales como la carne y el pollo”.

Estos productos, asegura, “no pueden entrar en Gaza para su distribución como ayuda humanitaria”, y solo las importan vendedores locales, aunque muchos gazatíes no tienen dinero para comprarlas.

Quien ha dejado de operar en Gaza seis meses después de ponerse en marcha es la polémica Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), que crearon Estados Unidos e Israel para eludir el sistema tradicional de ayuda de la ONU. Cientos de personas murieron por disparos israelíes durante sus caóticas entregas de cajas de ayuda humanitaria.

Dónde está el ejército israelí

El acuerdo de alto el fuego establecía que el ejército israelí se retiraría de Gaza “en base a estándares, hitos y plazos” que debían ser acordados por todas las partes.

Un mapa que distribuyó la Casa Blanca entonces mostraba las tres etapas propuestas para la retirada de las tropas israelíes, que dejaba en la primera fase, la única que se ha acordado por el momento, bajo control israelí un 53% de Gaza, toda la franja que se extiende a lo largo de la frontera con Israel.

En las siguientes fases, este territorio debería reducirse hasta el 40% en la segunda etapa y hasta el 15% en la última, una suerte de “perímetro de seguridad” que “permanecería hasta que Gaza esté debidamente protegida frente a cualquier resurgimiento de la amenaza terrorista”.

Actualmente, las FDI permanecen tras la conocida como Línea Amarilla, en un territorio que, según una investigación de BBC Verify que analizó videos e imágenes satelitales, es mayor de lo previsto en el acuerdo con Hamás.

En algunos puntos, los marcadores colocados por las tropas israelíes para señalizar la división se encontraban cientos de metros más al interior de la Franja de lo que se esperaba según la línea de retirada.

En este territorio, Israel ha destruido además barrios enteros en lo que parecen demoliciones intencionadas. Según un análisis de BBC Verify, al menos 1.500 edificios fueron derribados en el primer mes tras el alto el fuego.

Mapa que muestra la Franja de Gaza y la delimitación de la Línea amarilla que la separa de Israel
BBC

Israel alega que estas demoliciones no violan lo acordado ya que según los términos del cese al fuego, “todas las infraestructuras del terror, incluyendo túneles, deben ser desmantelados en Gaza. Israel actúa en respuesta a las amenazas, violaciones y la infraestructura del terror”, dijo un portavoz de las FDI.

Pero algunos analistas y expertos en derecho internacional opinan que estas demoliciones podrían estar violando las leyes de la guerra, que prohíben la destrucción de propiedad civil por parte de una potencia ocupante, así como poniendo en peligro el acuerdo de alto el fuego.

Más del 90% de la población de Gaza se ha visto desplazada durante los dos años de conflicto y la mayoría sigue viviendo en tiendas de campaña improvisadas.

Muchos no pueden regresar a sus hogares porque ya no están ahí. Según cifras de la ONU, el 80% de los edificios de la Franja han sido destruidos. En la Ciudad de Gaza, el principal núcleo urbano del territorio, esta cifra se eleva hasta el 92%.

Proliferación de grupos armados rivales de Hamás

En los últimos meses y, especialmente desde el inicio del alto el fuego, una serie de facciones armadas enfrentadas a Hamás han proliferado en la Franja de Gaza.

Entre ellos hay grupos que se apoyan en clanes familiares, bandas criminales y nuevas milicias, algunas de las cuales cuentan con el respaldo de Israel, como ha admitido el propio primer ministro Benjamin Netanyahu.

Hamás no parece estar dispuesto a ceder el control de la Franja y en las semanas posteriores al alto el fuego se han podido ver videos en redes sociales de sus milicianos propiciando palizas o ejecutando a plena luz del día de miembros de grupos rivales a los que acusan de colaborar con Israel.

Estas nuevas formaciones operan, cada uno en su porción de territorio, dentro de la Línea Amarilla, la parte de la Franja que sigue controlada por el ejército israelí.

Están, por ejemplo, las Fuerzas Populares, el grupo que lidera Yaser Abu Shabab en la zona de Rafah, que ha sido acusado de haber saqueado camiones de ayuda humanitaria enviados a Gaza durante la guerra. O las Fuerzas de Ataque Antiterrorista, que dirige Hossam al Astal en los alrededores de Jan Yunis. Otro de los grupos es el Ejército del Pueblo – Fuerzas del Norte, que está liderado por Ashraf al Mansi y que opera en el norte de la Franja.

Miembros armados de la milicia Fuerzas Populares de Yasser Abu Shabab escuchan un discurso de su comandante adjunto, Ghassan al-Dhahini (16 de noviembre de 2025).
Yasser Abu Shabab/Facebook
Una de las milicias más grandes, las Fuerzas Populares, opera cerca de la ciudad sureña de Rafah.

Algunos de estos grupos aspiran a acabar formando parte de las futuras fuerzas policiales de Gaza y aseguran, aunque no está confirmado, que trabajan en coordinación con la Junta para la Paz, el organismo internacional que deberá administrar Gaza bajo el plan del presidente estadounidense Donald Trump.

Su despliegue despierta recelos entre parte de la población gazatí y de la Autoridad Nacional Palestina, que desconfía del apoyo que Israel parece prestar a algunos de estos grupos.

“Israel podría exigir la integración de estas milicias, debido a sus propias consideraciones políticas y de seguridad específicas”, señaló el general Anwar Rajab, portavoz de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina, a la corresponsal de la BBC en Medio Oriente Lucy Williamson.

Pero las exigencias de Israel, prosiguió, “no necesariamente benefician a los palestinos. Israel quiere seguir imponiendo su control de una u otra manera en la Franja de Gaza”.

Retorno de cuerpos de rehenes y de palestinos

En el acuerdo de alto el fuego, Hamás se comprometió a devolver en un plazo de 72 horas a los 20 rehenes israelíes vivos y los cadáveres de los 28 secuestrados que aún se encontraban en Gaza.

Según los términos de lo pactado, Israel debería devolver 15 cadáveres de palestinos en su poder por cada rehén fallecido en manos de Hamás.

Todos los rehenes vivos fueron liberados el 13 de octubre a cambio de 250 presos palestinos y 1.718 detenidos de Gaza.

Hasta ahora se han entregado los restos mortales de 26 secuestrados, 23 de ellos israelíes, así como un tailandés, un nepalí y un tanzano.

A cambio, Israel ha devuelto los cadáveres de 330 palestinos muertos durante la guerra. En su mayoría son cuerpos sin identificar de los que no está claro si fallecieron en Gaza o bajo custodia israelí, y algunos muestran signos de tortura, según han denunciado los doctores que los recibieron.

Israel ha acusado a Hamás de retrasar deliberadamente la recuperación de los cadáveres de los rehenes, mientras que Hamás ha insistido en que está luchando por encontrarlos bajo los escombros.

La lentitud de los avances ha supuesto que no se haya avanzado en la segunda fase del plan de paz del presidente Donald Trump para Gaza. Este incluye planes para la gobernanza de Gaza, la retirada de las tropas israelíes y el desarme de Hamás y la reconstrucción.

Hamás tomo 251 rehenes el 7 de octubre de 2023, cuando lanzó un ataque sorpresa sobre el sur de Israel en el que mató a más de 1.200 personas -en su mayoría civiles- que desencadenó una respuesta militar de una intensidad sin precedentes del ejército israelí sobre Gaza.

Familiares se despiden ante la tumba de Tal Haimi, uno de los rehenes cuyo cuerpo devolvió Hamás tras el acuerdo de alto el fuego.
Alexi Rosenfeld/Getty Images
La familia de rehenes como Tal Haimi, cuyo cadáver estaba en manos de Hamás, pudo por fin enterrarlo después de que el acuerdo de alto el fuego facilitara el intercambio de fallecidos.

En qué punto se encuentra la negociación de la segunda fase del plan de paz

El cese de las hostilidades, el retorno de los rehenes, la retirada del ejército israelí de zonas de Gaza y la entrada de ayuda humanitaria forman parte de la primera fase del conocido como plan de paz de Trump para Gaza, que cuenta con 20 puntos.

Una vez alcanzado, la partes debían avanzar hacia las siguientes etapas, que prevén el despliegue de una Fuerza Internacional de Estabilización (FIE) y, en un futuro, el posible camino hacia el establecimiento de un Estado palestino, algo que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha rechazado.

El pasado 17 de noviembre, el plan presentados por Estados Unidos recibió el espaldarazo del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que permitiría avanzar desde el alto el fuego hacia la reconstrucción de la Franja.

La resolución prevé la creación de una “Junta para la paz” que supervisaría la gobernanza de un comité tecnocrático y apolítico palestino y supervisaría la reconstrucción de Gaza y la entrega de ayuda humanitaria, aunque no especifica quién formaría parte de esa junta.

Tampoco está claro por ahora qué países aportarían efectivos para esas fuerzas de estabilización, ni el papel que tendrá en Gaza la Autoridad Nacional Palestina, a la que el plan exige una reforma profunda.

El plan también prevé la desmilitarización de Hamás y otros grupos en la Franja, algo a lo que la milicia islamista se ha negado.

Según la resolución, la fuerza de estabilización colaborará con Israel y Egipto, junto con una fuerza policial palestina de nueva formación debidamente seleccionada, para ayudar a proteger las zonas fronterizas y garantizar el proceso de desarme permanente de los grupos armados no estatales, incluido Hamás.

La incertidumbre en torno a todas estas cuestiones ha frenado el inicio de la segunda fase del plan de paz, para la que aún no hay fecha.

BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...