Home
>
Animal MX
>
Entretenimiento
>
“Vasos vacíos”, “Mal bicho” y las rolitas de Los Fabulosos Cadillacs que esperamos escuchar hoy
“Vasos vacíos”, “Mal bicho” y las rolitas de Los Fabulosos Cadillacs que esperamos escuchar hoy
Instagram @lfcoficial
5 minutos de lectura

“Vasos vacíos”, “Mal bicho” y las rolitas de Los Fabulosos Cadillacs que esperamos escuchar hoy

A unas horas del concierto gratis de Los Fabulosos Cadillacs en el Zócalo, aquí hay unas canciones que queremos escuchar.
03 de junio, 2023
Por: Animal MX
@animalmx 

¡Es hoy, es hoy! Finalmente llegó el gran día del concierto gratuito de Los Fabulosos Cadillacs en el Zócalo y, como las tumbas son para los muertos, estamos listos para cantar, bailar y gritar toda la noche.

Y como estamos tan emocionados por el concierto, que iniciará a las 20:00 horas de CDMX, armamos una lista con las rolas que esperemos sí o sí nos regale la querida banda argentina.

Recuerda que si planeas asistir al concierto de Los Fabulosos Cadillacs en CDMX, es recomendable que llegues con muuuucho tiempo de anticipación para que encuentres buenos lugares, y si no puedes ir, acá te contamos cómo podrás ver el show en la TV o por streaming.

Ahora sí, te dejamos las canciones de Los Fabulosos Cadillacs que queremos escuchar en el setlist de esta noche y algunos datos curiosos.

“Vasos vacíos”

“Siempre habrá vasos vacíos, con agua de la ciudad. La nuestra es agua de río, mezclada con mar”.

Este rolón, perteneciente al álbum “El ritmo mundial” de 1988, fue grabado junto con la legendaria Celia Cruz y es una de las canciones que no pueden faltar en los conciertos de Los Fabulosos Cadillacs.

“Mal Bicho”

“Ante los ojos de dios todos somos iguales, sos el que hace las guerras. Dicta falsas condenas, el que ama la violencia, que no tiene conciencia”.

Esta canción fue lanzada en 1995 como parte del álbum “Rey azúcar” y es considerada como una protesta contra las dictaduras militares latinoamericanas.

“Yo no me sentaría en tu mesa”

“Mira mis pies bailando al son de este ritmo, voy a vestirme de traje aunque me veas mal. Voy a saltar toda la noche sin parar de silbar. Está lloviendo pero yo no me voy a mojar. Mis amigos me cubren cuando voy a llorar. Por más que quieras tapar toda nuestra voz, nunca podrás callar esta canción”.

En 1987 llegó esta rola junto con el álbum “Yo te avisé!!”, con el cual la banda se estableció como uno de los mejores grupos latinoamericanos.

“Matador”

“Me dicen el matador, nací en Barracas. Si hablamos de matar mis palabras matan No hace mucho tiempo que cayó el León Santillán. Y ahora sé que, en cualquier momento, me la van a dar”.

En 1994 llegó esta canción como parte del álbum “Vasos vacíos”, un disco recopilatorio que incluía dos nuevos temas, incluyendo “Matador”, que trata de un revolucionario perseguido por la policía.

“Padre nuestro”

“Me escapé de mi casa, me escapé de mi amor, pero nadie se escapa, de tu mano señor”.

Luego de una pausa de 6 años, Los Fabulosos Cadillacs regresaron con el disco “La luz del ritmo” que incluye esta canción que fue el primer sencillo.

“El satánico Dr. Cadillac”

“Que es lo que ha pasado con tu corazón. Ya no marca el paso que marcaba ayer. Nunca fuiste libre y esa es la razón, siempre algún idiota para convencer. Hablas toda la noche como un boy scout, hablas sobre mi vida como tu papá Los Cadillacs tocando para vos”.

Esta canción, que es la primera del disco “El satánico Dr. Cadillac” de 1988, se la dedicaron al ex manager Alejandro Taranto, a quien corrieron de la banda.

“Siguiendo la Luna”

“Vamos, mi cariño, que todo está bien. Esta noche cambiaré, te juro que cambiaré. Vamos, morenita, ya no llores más. Por vos yo bajaría el Sol, o me hundiría en el mar”.

Esta canción forma parte del álbum “El león”, considerado como el #21 mejor álbum de rock argentino de la historia por la revista Rolling Stone.

“Desapariciones”

“Llevo tres días, buscando a mi hermana. Se llama Altagracia, igual que la abuela. Salió del trabajo para la escuela, llevaba puestos jeans y una camisa blanca. No ha sido el novio… El tipo está en su casa. No saben de ella en la policía, ni en el hospital”

Esta canción, igual del álbum “El león”, también habla sobre las dictaduras militares y las personas desaparecidas por los regímenes autoritarios.

“Calaveras y diablitos”

“Las tumbas son para los muertos. Las flores para sentirse bien. La vida es para gozarla. La vida es para vivirla mejor”.

Este himno a la supervivencia es la octava pista del álbum “Fabulosos Calavera”, lanzado en 1997 y con el cual ganaron el Grammy a mejor disco latino.

“Manuel Santillán El León”

Lo curioso es que antes de morir, El León Santillán pronunció palabras, ante los oficiales que desconcertados miraban y les dijo: queridos enemigos de siempre, dejo este mundo de dolor. Nunca se olviden que el llanto de la gente va hacia el mar”.

Esta canción, que también forma parte del álbum “El león”, habla sobre un estudiante argentino que protestó contra la dictadura de Jorge Rafael Videla, un sangriento gobierno totalitario en Argentina que duró de 1976 a 1983.

“Demasiada presión”

“Noche de calor en la ciudad, ella te dejó y todo sigue igual. Mil veces y una más juraste que ibas a crecer y solo una vez más, creciste hasta morir sin ver. La fiesta terminó no te pudiste controlar, mil golpes y uno más, la noche te volvió a pegar”.

Esta rola forma parte del quinto disco de la banda, titulado “Volumen 5”, lanzado en 1990.

Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
Por qué algunas personas prefieren pasar sus vacaciones todos los años en el mismo lugar (algo que para otros es aburrido)
6 minutos de lectura

En un mundo cada vez más estresante, muchos viajeros encuentran consuelo en la repetición: volver cada año a los mismos pueblos de esquí, suburbios costeros o sus cafés favoritos.

23 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
0
cuatro mujeres de pie frente a una pared de madera de color amarillo y azul. Todas sostienen un helado en sus manos y sonríen.
Getty
Los expertos dicen que el atractivo va mucho más allá de la nostalgia y ayuda a lidiar con el estrés.

Durante los últimos 15 años, el fotógrafo Jason Greene y su familia han viajado desde la ciudad de Nueva York hasta Mont Tremblant, en Quebec, para pasar una semana del invierno boreal en la nieve.

“Tenemos una tradición: el primer día comemos paletas de jarabe de arce, patinamos sobre hielo y luego pasamos por la tienda de dulces local”.

La ciudad turística francocanadiense, dice, “ocupa un lugar especial en nuestros corazones porque allí todos aprendimos a esquiar y hacer snowboard”.

Para muchos viajeros, la novedad es el objetivo: tachar nuevos destinos y buscar nuevas sensaciones.

Pero un número creciente de personas, como Greene y sus cuatro hijos, hace lo contrario: regresa al mismo lugar cada año. Reservan la misma habitación, comen los mismos platos y recorren las mismas calles para encontrar comodidad en lo familiar, en lugar de la emoción del descubrimiento.

“Para muchas personas, hay una sensación de seguridad al volver a lo conocido”, afirma Charlotte Russell, psicóloga clínica y fundadora de The Travel Psychologist.

Imagen aérea de varios edificios en Mont Tremblant, un municipio en las montañas de Quebec.
Getty Images
Durante los pasados 15 años, la familia del fotógrafo Jason Greene regresa cada invierno a Mont Tremblant en Quebec.

“Sabemos qué esperar, qué nos conviene… y [es] menos probable que enfrentemos desafíos inesperados”.

Este comportamiento, añade, suele atraer a personas abrumadas por su vida diaria, por lo que repetir las mismas vacaciones una y otra vez puede resultar muy reconfortante.

Movidos por la nostalgia

Esa sensación incomparable de tranquilidad fue lo que me llevó de nuevo a Lima, Perú, este mayo, exactamente un año después de mi primera visita, mientras escribía mi libro de viajes Street Cats & Where to Find Them.

Me alojé en el mismo hotel, comí el mismo sándwich en el mismo café, caminé por las mismas calles y dejé que muchos de los mismos gatos durmieran en mi regazo, disfrutando de la satisfacción que me había sorprendido la primera vez.

La profesora de sociología Rebecca Tiger ha regresado a Atenas ocho veces, con una novena visita programada este mes, por razones similares. “Siempre me quedo en Pangrati porque me encantan los cafés del barrio [y] sus gatos”, señala.

“Ahora tengo residentes locales con quienes mantengo contacto mientras estoy fuera y socializo cuando regreso”.

Tiger aprecia la familiaridad que ha cultivado con el tiempo y no se aburre gracias a la diversidad de experiencias que ofrece el lugar.

Los datos reflejan este cambio impulsado por la nostalgia.

Según el informe para 2026 Where to Next? de la plataforma de viajes Priceline, el 73% de los viajeros encuestados afirmó sentirse atraído por los lugares y experiencias que los marcaron, desde playas familiares hasta parques de diversiones.

Hombre sentado en el muelle mirando los molinos de viento en Zaanse Schans, Zaandam, Países Bajos.
Getty Images

El último informe global de viajes de Hilton confirma la tendencia: el 58% de los viajeros con hijos planea volver a destinos de su propia infancia, mientras que el 52% de los viajeros brasileños regresa a los mismos lugares año tras año.

La nostalgia y la comodidad son lo que ayuda a Greene y su familia a “dejar atrás el estrés de la vida y relajarse en nuestros lugares favoritos”.

No solo repiten su costumbre del jarabe de arce en la montaña.

Su rutina diaria en Mont Tremblant también se replica cada año: “Esquí y snowboard durante tres días seguidos, luego un día libre para pasear en trineo con perros, dar un paseo en carruaje u otra actividad invernal”.

Cuando la vida se vuelve difícil, es la anticipación de su viaje invernal -y la alegría que sienten juntos allí- lo que les ayuda a sobrellevarlo.

Un toque de novedad

Russell señala que, desde una perspectiva neurocientífica, “los circuitos de recompensa en nuestro cerebro pueden volverse menos receptivos a medida que nos acostumbramos a visitar el mismo lugar”.

Sin embargo, volver puede seguir aportando beneficios para el bienestar, añade, destacando que suele ser más relajante ir a un sitio asociado con el disfrute porque seguimos “distanciados de las señales que asociamos con el estrés”.

Greene afirma que su familia no ha experimentado ninguna disminución en la emoción de hacer exactamente las mismas cosas en el mismo orden cada año.

Aun así, Tiger y yo intentamos añadir un toque de novedad a nuestras vacaciones repetidas y rutinas familiares.

Cuando visito Inglaterra, lo cual intento hacer varias veces al año, no es para repetir experiencias idénticas, sino para conocer estadios de fútbol, producciones teatrales y rutas de senderismo.

Si solo me quedara en Wandsworth y viera partidos en el estadio de Craven Cottage, mis vacaciones se volverían aburridas rápidamente.

En cambio, recorro el país, como en distintos restaurantes y dejo que mi curiosidad me guíe hacia nuevas aventuras. Según Russell, esta combinación ayuda a mantener viva la chispa de la exploración, al tiempo que ofrece comodidad.

Esto es importante, explica, porque “hay un punto en el que volver al mismo lugar empieza a ser problemático.

Si regresamos demasiadas veces y superamos nuestro “apetito” por él, se llama adaptación hedónica: acostumbrarse a las cosas placenteras y volver a nuestro nivel emocional original”.

Tiger plantea un argumento similar sobre su predilección por Grecia.

Una vista aérea de una playa en italia. Se ven decenas de sombrillas de playa y decenas de personas tanto en la arena como en el mar.
Getty Images
El último informe global de viajes de Hilton confirma la tendencia: el 58% de los viajeros con hijos planea volver a destinos de su propia infancia.

“El país sigue siendo nuevo para mí: nuevas playas, islas y pueblos rurales; hay tantos lugares por explorar que podría pasar toda una vida allí y no conocer ni una fracción de ellos”.

Si solo nos fijamos en los códigos de los aeropuertos de destino, nuestros viajes podrían parecer idénticos. Pero las experiencias que vivimos -Tiger en Grecia y yo en Inglaterra- son tan distintas que nuestros recorridos nunca resultan monótonos.

Crecí en los suburbios de Filadelfia y veía a los vecinos viajar en masa y entre el tráfico hacia la costa de Jersey cada verano. Iban al mismo pueblo, la misma playa, con las mismas atracciones en el mismo muelle y se alojaban en las mismas casas de alquiler.

Alguna vez me pregunté: ¿qué pasa cuando viajar deja de ser una ruptura con la rutina y se convierte en otra rutina más?

Ahora, en un mundo cada vez más estresante, entiendo el atractivo de buscar alegría en lo familiar, mientras doy un pequeño paso fuera de mi zona de confort para encontrar nuevas emociones en lugares conocidos.

A Tiger le encantan sus rutinas vacacionales en Grecia, pero admite que otras partes del mundo también le atraen.

“Siento mucha curiosidad por Japón, pero me gusta controlar el ritmo de mis días”, dice.

Su trabajo como profesora es agotador, al igual que su trayecto diario, por lo que se entiende cuando afirma: “Mi tiempo en Grecia es un respiro que agradezco, tanto porque es familiar como porque resulta extraño al mismo tiempo”.

Y añade: “Atenas casi se siente como un segundo hogar”.

línea gris que separa el texto
BBC
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...