Un accidente aéreo en medio de los Andes es parte de la historia real de La sociedad de la nieve, la nueva película de J.A. Bayona y que fue elegida por España para conseguir al menos una nominación en los Oscar.
Luego de un breve estreno en cines, al fin llega a plataformas y aquí te contamos lo que debes saber de la película y de la tragedia en la que se basa.
En 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, llevaba a un equipo de rugby a Chile. Sin embargo, se estrelló en el corazón de los Andes.
Sólo 29 de sus 45 pasajeros sobrevivieron al accidente. Atrapados en uno de los entornos más hostiles e inaccesibles del planeta, tendrán que recurrir a medidas extremas para mantenerse con vida.
La película tuvo un estreno limitado en algunos cines en México, pero llega oficialmente a Netflix este 4 de enero.
La sociedad de la nieve es dirigida por J.A. Bayona, quien también hizo El orfanato (2007), Lo imposible (2012) y Jurassic World: el reino caído (2018).
Todo empezó el 13 de octubre de 1972, cuando el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrelló en las montañas de los Andes, en territorio argentino.
El vuelo llevaba 45 personas a bordo entre los jugadores del equipo uruguayo de rugby Old Christians, algunos familiares y la tripulación.
El avión se partió en dos y algunas personas murieron al instante. Otras en el impacto contra la parte delantera de la aeronave cuando esta tocó tierra en el Valle de las Lágrimas, a más de 3 mil metros de altura.
Los demás, fallecieron a lo largo de a lo largo de los 72 días que estuvieron en ese lugar.
Al final, solo quedaron 16 supervivientes.
El club de rugby Old Christians viajaría hasta Santiago de Chile para jugar diversos partidos amistosos.
El avión, un Fairchild FH-227D, era pilotada por el coronel Julio César Ferradas (experimentado piloto de la Fuerza Aérea) y el copiloto, el teniente coronel Dante Héctor Lagurara.
El avión despegó de Montevideo el 12 de octubre y era un vuelo directo hasta la capital chilena. Sin embargo, por condiciones climáticas, tuvieron que detenerse antes en Mendoza, en Argentina. El 13 de octubre reanudaron el vuelo aunque las condiciones no habían mejorado.
Aunque era un vuelo corto, el clima nos les dejó ver bien los elevados picos de los Andes y al final chocaron en la cordillera.
El Servicio de Búsqueda y Salvamento Aéreo de Chile (SARS) fue notificado que el vuelo estaba perdido y comenzaron la búsqueda.
Tanto aviones de Argentina, Chile y Uruguay buscaron el avión derribado, pero no rindieron fruto. Las duras condiciones climáticas hicieron difícil la búsqueda y las esperanzas de encontrar a alguien con vida disminuían.
Después de diez días, las misiones de búsqueda fueron canceladas. Pensaban que si no habían aparecido para entonces, no los encontrarían con vida.
Mientras tanto, a más de 3 mil metros de altura, a temperaturas bajísimas y casi sin elementos para vivir, quienes quedaron con vida hicieron una hazaña de supervivencia humana.
Esos supervivientes conformaron “la sociedad de la nieve”, pues se enteraron de que las búsquedas pararon y tuvieron que poner sus propias reglas para continuar con vida.
Coco Nicolich plasmaba el horror de lo que estaban viviendo en cartas que dirigía a su padres y hermanos, y otra exclusivamente para su novia.
Describió cómo pasaron por congelación, sed y hambre e incluso cómo se vieron obligados a recurrir a la antropofagia: consumir carne humana.
Mientras explicaba cómo se les acababa la comida, detalló cómo iban a empezar a alimentarse:
“Hoy empezamos a cortar a los muertos para comerlos, no tenemos otro remedio”, decía la carta de Coco Nicolich retomada por BBC.
Era ya casi Navidad cuando se dio a conocer la noticia de que había los uruguayos seguían con vida. El 23 de diciembre de 1972, solo 16 sobrevivientes fueron rescatados de la montaña después de 72 días.
Esto fue gracias al enorme esfuerzo de Fernando Parrado, Roberto Canessa y Antonio José Vizintin Brandi, quienes el 12 de diciembre partieron de su “campamento” en busca de ayuda.
“Escuchar que te decretan muerto, que ya no estás y que el mundo sigue sin ti, quita el dilema de si esperar el rescate o salir a caminar”, recordó Canessa en una entrevista retomada por NatGeo.
Vizintin regresó al avión tres después de tres días, pues se estaban quedando sin comida. Los otros dos decidieron seguir a toda costa.
Luego de 10 días de camino, en los que ascendieron picos de más de 4 mil 500 metros de altura sin casi comida, Parrado y Canessa vieron a un hombre a caballo.
Se trataba de Sergio Catalán, un arriero chileno, quien los llevó hasta su finca y transmitió la noticia de los supervivientes y de que necesitaban ayuda.
Fue la tarde del 22 de diciembre que dos helicópteros que transportaban personal de búsqueda y rescate llegaron a los supervivientes.
Todos fueron tratados por deshidratación, congelamiento, malnutrición, huesos rotos y otras condiciones.
La tragedia –o milagro– de los Andes fue una historia que le dio la vuelta al mundo. No solo se han realizado documentales y libros sobre el tema, sino que el accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya ya tiene otras dos adaptaciones cinematográficas.
La primera (y la peor de todas) fue la mexicana Supervivientes de los andes (1976), de René Cardona Jr., y con actuaciones de Hugo Stiglitz, Norma Lazareno, Luz María Aguilar y Fernando Larrañaga. Está disponible en Prime Video y Tubi.
En 1993 llegó la versión estadounidense ¡Viven!, protagonizada por Ethan Hawke y dirigida por Frank Marshall, quien hizo Congo y Rescate en la Antártida. La puedes ver en Vix.
Ahora, casi 50 años después, llega La sociedad de la nieve, producción española, basada en el libro homónimo de Pablo Vierci, quien recoge los testimonios de los miembros de “la sociedad de la nieve”.
BBC Mundo te desgrana cuatro aspectos que revela la cinta recién estrenada “Mañana será bonito”.
Tiene una botas de tacón grueso con plataforma que le llegan arriba de las rodillas, una minifalda globo y un top de mangas largas que deja su abdomen descubierto. El pelo largo, color rosa, lo lleva suelto. Remata el atuendo con un sombrero vueltiao.
Es una noche de agosto de 2023, la cantante colombiana está de pie en una enorme tarima en forma de flor y se dirige a su público con un micrófono blanco adornado con brillantes:
“Mi comunidad latina me tiene viajando por el mundo, cumpliendo sueños por el mundo entero.
Por ahi he leído comentarios a veces que dicen: “Claro, está llenando los lugares… (Lo que) están llenos es de latinos
Y los latinos es que no somos gente, ¿o qué?”.
Los más de 89.000 asistentes que llenan el estadio Rose Bowl de Los Ángeles, Estados Unidos, le responden con un largo grito de ovación mientras agitan luces led.
Se trata de una de las escenas más conmovedoras del recién estrenado documental “Karol G, mañana será bonito”, de Netflix.
La cinta recoge su última gira, la más taquillera de la historia para una artista latina, un récord que la colombiana suma a sus múltiples reconocimientos, que van desde varios premios Grammy a haber sido nombrada “mujer del año” por la revista Billboard.
En BBC Mundo compartimos cuatro revelaciones del documental, que retrata la profunda conexión de Karol G con la comunidad latina que tanto la admira y sigue.
Advertencia: esta nota contiene spoilers del documental: “Karol G, mañana será Bonito” de Netflix.
Nacida Carolina Giraldo Navarro, creció en el Medellín de los años 90, en una familia muy musical.
Su padre, Guillermo Giraldo, ha sido el principal precursor de su carrera.
En el documental aparecen varias imágenes de Karol cantando desde que era muy pequeña, siempre acompañada por su papá, quien también toca algunos instrumentos y canta.
Su madre, Martha Navarro, también ha sido un apoyo importante. La misma Karol cuenta que su mamá creció en un ambiente muy precario, y que sus padres se endeudaron para apoyarla cuando decidió seguir el sueño de ser cantante internacional.
El documental, en el que también aparecen sus hermanas Jessica —quien también es su máganer— y Verónica, muestra la complicidad y sencillez de una familia promedio que se vio arrojada a los reflectores de la fama mundial.
Los Giraldo Navarro se revelan como una familia unida, que apoya a la artista en la gira y la sostiene en sus momentos más vulnerables.
Y también lloran y se emocionan con ella, como cuando Martha no puede contener las lágrimas al ver cómo su hija ayuda a unas niñas colombianas de bajos recursos a cumplir su sueño de estudiar en la NASA.
“Dios le pague, mamita, por todo lo que está haciendo”, le dice a su hija con la voz entrecortada mientras van en el carro después de visitar a las niñas en las instalaciones que la agencia espacial estadounidense tiene en Houston, Texas.
Cuando era niña, su padre le mostró la película sobre la vida de la “reina del tex mex“, Selena Quintanilla.
“Me dijo: ‘Te va a encantar'”, cuenta Karol G en el documental.
No solo acertó, sino que se volvió para ella un referente que aún hoy menciona. “El verdadero fanático de Karol G sabe lo mucho que amo a Selena Quintanilla”, confirma en la cinta.
Tanto así, que durante su gira, la colombiana se reunió en San Antonio (Texas) con la hermana de la artista quien, a 30 años de su fallecimiento, sigue siendo todo un ícono.
Ocurrió justo antes del concierto en el que le rindió homenaje, cantando “Como la flor” y recordando a la cantante que fue asesinada por la presidenta de su club de fans cuando se encontraba en la cúspide de su carrera.
Quintanilla es un ícono de la música tejana, un género que combina los ritmos populares de México y Texas (Estados Unidos).
Pero Karol G también tiene como referentes a sus contemporáneas.
Y el documental también recoge el detrás de cámaras de la colaboración con una de ellas, su compatriota Shakira, en la canción TQG.
La cinta muestra el proceso de creación, que arranca con Shakira contando detalles íntimos y ella ofreciéndole su canción.
Luego se ve cómo trabajaron a larga distancia en la grabación de las voces y finalmente su encuentro en España para grabar el exitoso video.
Al terminar la grabación, Shakira la felicita por el resultado y Karol G, muy efusiva, la abraza y le dice: “Gracias por todo. No tienes idea de lo que significa esto para mí, no tienes idea”.
El símbolo de una mujer latina cantándole a sus compatriotas fuera de sus países de origen es muy potente durante todo el documental.
Como ella misma revela, Karol G se atrevió a hacer una gira de estadios a pesar de los reparos de sus asesores, y resultó todo un éxito, dejando patente que el público latino es enorme y fiel.
Siendo muy joven, la artista cambió Medellín por la capital, Bogotá, donde vivió sola y tuvo que enfrentar un incidente de acoso por parte de su entonces mánager.
Más adelante Karol G dejó Colombia y se mudó a EE.UU., donde la recibió una tía y donde vivió uno de sus periodos más difíciles –dice– a nivel emocional.
En el documental, la artista cuenta que requirió de apoyo psiquiátrico para salir de una depresión que la llevó incluso a abandonar temporalmente su sueño musical.
Así que la cantante le repite a su público frecuentemente en los conciertos: “Sé lo que es estar por fuera de tu tierra buscando oportunidades”.
La gira la llevó por las principales ciudades de América Latina y EE.UU., y también logró éxito en Suiza e Inglaterra. Aunque quizá ninguna cita fue más simbólica de ese apoyo de la diáspora que la de Madrid, donde llenó el estadio Santiago Bernabéu durante cuatro días.
En el documental muestra a Karol G preparándose para recibir el premio de la revista Billboard.
Comparte la noticia con su familia y, en medio de la gira, en algún camerino, escribe las palabras que planea decir en la ceremonia de entrega.
El galardón se lo entregó la colombiana Sofia Vergara, quien logró triunfar en Hollywood siendo también una migrante orgullosa de sus raíces.
Y al recibirlo, Karol G subrayó cuán difícil fue acceder a la industria del reggaeton siendo mujer.
“Durante muchos, muchos años viví decepcionada del hecho de ser una mujer… Me encontré en el camino con tantos rechazos, me preguntaba por qué no había nacido entonces siendo un hombre”, dijo.
Sin embargo, decidió cambiar el “no puedo por ser mujer” a “mira cómo lo hace una mujer”, añadió.
La decisión se cristalizó en “Bichota”, el término con el que bautizó una de sus canciones.
En el documental, Karol G cuenta cómo descubrió que la palabra “bicho” se usaba en Puerto Rico para referirse al hombre poderoso, malandro, el patrón.
Cuando preguntó qué sería entonces una “bichota”, le decían una mujer pero con una connotación muy fuerte. Así que ella decidió resignificarla.
“Bichota es la que es dueña de su negocio, la que es una visionaria, la que es la más mamacita”, explica la cantante. “O sea, ella es una bichota”.
Hay quien temió que la decisión la estimatizaría, pero la convirtió en símbolo de empoderamiento femenino.
De hecho, una de las imágenes más potente del documental es la de la artista junto a su banda compuesta sólo por mujeres cantando su éxito “Provenza”, mientras el público grita y salta entre efectos visuales y lluvia de papel de colores.
El objetivo de la canción es mostrar un mundo “en el que las mujeres somos autosuficientes”, explica la colombiana. “Siento que es el alma, en general, del todo (el álbum) ‘Mañana será bonito'”.
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