La inteligencia artificial (IA) podría quitar el trabajo a los artistas japoneses de animación, pero nada puede reemplazar el talento de Hayao Miyazaki, el alma creativa del Studio Ghibli, afirmó su hijo en una entrevista a AFP.
Tras la publicación de la versión actualizada de ChatGPT (GPT-4o), internet se llenó de imágenes y memes generados con el estilo del famoso estudio de animación, conocido especialmente por las películas animadas Mi vecino Totoro, El Viaje de Chihiro, o La princesa Mononoke.
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“No sería sorprendente que, dentro de dos años, una película [de animación] sea realizada completamente por la IA”, reflexionó Goro Miyazaki, para quien esta herramienta digital podría algún día “reemplazar” a los creadores.
La ola de imágenes virales generadas por el programa de la empresa OpenAI abrió un debate sobre la posible violación de los derechos de autor y el uso de contenidos ajenos para desarrollar estos programas.
Durante una entrevista realizada a finales de marzo en las instalaciones de Studio Ghibli, al oeste de Tokio, Goro Miyazaki se preguntó si el público estaría dispuesto a ver una película de animación generada completamente por la IA.
El director, de 58 años, admitió sin embargo que las nuevas tecnologías ofrecen “un fuerte potencial para la emergencia de talentos inesperados”.
Japón enfrenta una escasez de animadores calificados, en particular porque la mayoría de ellos sobreviven inicialmente con empleos mal remunerados durante años para aprender los trucos del oficio.
Para el hijo de Miyazaki, la generación Z [nacidos entre finales de 1990 y principios de 2010], muy familiarizada con las tecnologías digitales, podría rechazar progresivamente el trabajo manual.
“Hoy en día, el mundo está lleno de oportunidades para ver cualquier cosa, en cualquier momento y en cualquier lugar”, lo que hace más difícil la idea de vivir del acto físico de dibujar, opinó.
El padre de Goro, que creaba dibujando, fundó Studio Ghibli junto con Isao Takahata en 1985, un año después de haber dirigido la película animada postapocalíptica Nausicaä del Valle del Viento.
Tras el deceso de Takahata en 2018, Hayao Miyazaki, de 84 años, siguió realizando películas de animación junto al productor Toshio Suzuki, de 76 años.
“Si estas dos personas ya no pueden hacer animación o ya no pueden moverse, ¿qué pasará entonces?”, se preguntó Goro Miyazaki al ser interrogado sobre el futuro de Studio Ghibli. “No es como si pudieran ser reemplazados”.
A pesar de su edad, Hayao Miyazaki ganó el segundo Óscar de su carrera el año pasado con su película El niño y la garza, que probablemente será su último largometraje.
Los dibujos animados suelen estar destinados a los niños, pero Takahata y Hayao, que son de la “generación que conoció la guerra”, incluyeron elementos más oscuros que atraen a los adultos, según Goro Miyazaki.
“No hay solo dulzura, sino también amargura y otras cosas que se entrelazan magníficamente en la obra”, añadió. “Eso es lo que da toda la profundidad a este trabajo”, continuó.
Para los jóvenes que crecieron en tiempos de paz, “es imposible crear algo con el mismo significado, el mismo enfoque y la misma actitud que la generación de mi padre”, sostuvo.
Mientras se multiplicaron las imágenes de estilo Ghibli generadas por la IA, reapareció un video de Hayao Miyazaki del año 2016 en el que critica esta nueva herramienta digital.
“Sinceramente creo que es un insulto a la vida misma”, expresaba entonces en un documental de la televisión pública japonesa NHK.
Sus declaraciones fueron una reacción a una anime de una criatura semejante a un zombi creada por la IA. La calificó de “extremadamente desagradable”.
El hijo de Hayao Miyazaki, por su parte, se unió a Studio Ghibli en 1998 y dirigió dos películas de animación, entre ellas Cuentos de Terramar en 2006 y La colina de las amapolas en 2011.
Cuando era niño, a Goro Miyazaki le gustaba dibujar. Confiesa que aprendió mucho observando el trabajo de su padre y de Takahata, aunque “no pensaba poder convertirse en animador” a la altura de su talento.
“Mi madre, que era animadora, también me dijo que no siguiera esta carrera porque es un trabajo difícil y muy exigente”, relató. “Pero siempre quise hacer algo creativo (…) y creo que el oficio de director me conviene”, agregó.
El popular diccionario del inglés añadió 66 palabras y expresiones del español hablado en EE.UU. a su catálogo. La mayoría provienen del habla de mexicanos, cubanos y puertorriqueños en el país norteamericano.
La nueva actualización del OED (según sus siglas en inglés) presentó esta semana una muestra de estas decenas de nuevas palabras que se usan cotidianamente en el inglés de Estados Unidos y que tienen un origen hispano.
El OED dijo que el español y el inglés “son lenguas con una larga historia de contactos e influencias mutuas, como lo demuestra el gran número de palabras que han tomado prestadas la una de la otra a lo largo de los siglos”.
La lista de nuevas acepciones está fuertemente influenciada por el español hablado por mexicanos, cubanos y puertorriqueños en EE.UU., al ser estos los hablantes hispanos más numerosos en ese país.
Y, como se hace evidente, la comida es uno de los espacios de influencia de palabras más fuerte con el inglés.
El diccionario que tiene unas 2.000 palabras cuyo origen es el español, desde el siglo XIV, ahora tiene 66 nuevos términos.
Al clasificarlas por su origen, el OED dio algunos ejemplos de palabras y expresiones de uso cotidiano en EE.UU. que tienen origen mexicano, como “órale”, una interjección que se usa para expresar sorpresa o expresar afirmación.
Otra de uso muy frecuente es “güey”, que originalmente era una palabra despectiva para referirse a una persona tonta, pero su uso se ha transformado para referirse en general a una persona. “Primo” y “prima”, que tienen el mismo sentido, también fueron añadidas.
Los términos “chilango” (persona originaria de Ciudad de México), “naco” (sustantivo para referirse a una persona sin educación o de mal gusto), o “pinche” (adjetivo para expresar desprecio o señalar algo con poco valor) también fueron incluidas.
Entre las múltiples palabras de cocina mexicana están: barbacoa, birria, comal, cotija, elote, frijoles refritos y torta.
Aunque Puerto Rico es parte de EE.UU., su gentilicio informal en español, “boricua”, no era parte del OED hasta ahora. De la isla también rescatan “cuchifritos”, un plato tradicional puertorriqueño de carne de cerdo y verduras que se come como tentempié.
“Vejigante”, que es un personaje maligno representado en las celebraciones de carnaval, proviene de la mezcla de vejiga y gigante.
El estilo de baile y música del “perreo” también fue añadido.
Entre las expresiones cubanas aparece ahora “cubano”, no solo por el gentilicio de los habitantes de la isla, sino también por el sándwich que se prepara en Florida con jamón, cerdo rostizado, queso y pepinillos en un pan tostado.
El OED explica que las palabras extranjeras escritas con signos diacríticos tienden a perderlos al ser prestadas al inglés, pero a veces se conservan.
Las palabras “güey” y “charrería”, por ejemplo son algunas que fueron añadidas en la nueva versión del diccionario con sus signos en español por su amplio uso con esas grafías.
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