Este clásico del cine de terror y del género slasher nos ha dado una enorme franquicia de secuelas y remakes. Pero sin importar qué versión veas siempre urge la duda de cuál es la historia real de La Masacre de Texas.
No hay duda de que imagina a un hombre con una máscara hecha de piel humana y una sierra eléctrica es suficientemente aterrador para hacer correr a cualquiera. Pero, ¿este tal Leatherface fue real o es ficción?
En 1974se lanzó en cines la primera película de esta franquicia dirigida y co escrita por Tobe Hooper. En ella se presentaba a Sally (Marilyn Burns), quien realizaba un viaje por carretera junto a su hermano Franklin (Paul A. Partain) y dos amigos.
Su destino es Texas y el objetivo es visitar la tumba familiar, la cual, según informes, ha sido vandalizada. Pero en algún punto se quedan sin gasolina y comienza una pesadilla donde se vuelven la presa de una familia de caníbales.
Como puedes ver en el tráiler, todo indicaba que La Masacre de Texas se inspiraba en una historia real, pues así la vendían en todos lados y hasta decían que era “uno de los crímenes más bizarros en la historia de Estados Unidos”.
Pero la realidad es que esta fue una estrategia de marketing para atraer a más gente a verla. Tal y como cuando La Bruja de Blair nos hizo pensar que efectivamente lo que veíamos eran restos de cintas que se habían encontrado.
Sin embargo, el director Tobe Hooper sí tomó inspiración de una creciente ola de asesinatos que había en Estados Unidos. Específicamente, hay dos casos que inspiraron a los personajes y la historia.
La película original está co escrita por Hooper y por Kim Henkel, quien alguna vez declaró que un caso que le impactó y que influyó en la película es el de Elmer Wayne Henley.
Él es un asesino serial que actualmente cumple su condena en el Departamento de Justicia Criminal de Texas al participar en una serie de asesinatos conocidos como los “Asesinatos en masa de Houston”.
Estos se desarrollaron entre 1970 y 1973 y las víctimas fueron 28 adolescentes y jóvenes que fueron secuestrados, torturados, violados y asesinados por Henley, junto a Dean Corll y David Owen Brooks.
La dinámica y personalidad de estos tres hombres fueron la base para desarrollar a la familia caníbal que acechan a los protagonistas.
Te puede interesar: Todo sobre la serie Chucky: dónde verla, su conexión con las pelis, y más
Sin embargo, digamos que la historia real de La Masacre de Texas está más relacionada con el asesino en serie Ed Gein, también conocido como “el carnicero de Plainfield”, quien cometió varios asesinatos durante los 50 en Wisconsin.
De hecho, la historia de Ed Gein también ha inspirado a otras películas de terror como Psicosis (1960) y El Silencio de los Inocentes (1991).
Lo más brutal de este asesino es que mutilaba los cadáveres en varias formas perversas. Se dice que cuando la policía entró a su casa para relacionarlo al asesinato de Bernice Worden, encontraron varios objetos cubiertos con piel humana y huesos de sus víctimas.
¿Pueden las personas realmente sentirse positivas y negativas a la vez? o ¿simplemente cambiamos rápidamente de una emoción a la otra?
Hace poco (al comienzo de este curso académico), innumerables padres por todo Estados Unidos llevaron a sus hijos a la universidad por primera vez.
Esa transición puede provocar un revuelo de emociones: la pena de la separación, la tristeza por el cambio permanente en la dinámica familiar o la incertidumbre por lo que vendrá. Pero también el orgullo de ver a tus hijos empezar a independizarse. Algunos podrán describir ese adiós como agridulce, y dicen que sienten emociones encontradas.
En ese escenario, ¿qué harías si te preguntan como calificas lo que sentiste en una escala de 1-9, siendo 1 lo más negativo y 9 lo más positivo? La pregunta parece absurda dadas las circunstancias; ¿cómo calificarías esta mezcla de malo y bueno?
Sin embargo, esta escala es lo que los investigadores en psicología suelen usar para sondear los sentimientos en estudios científicos, tratando las emociones como positivas o negativas, pero nunca ambas cosas a la vez.
Soy un neurocientífico que estudia como las emociones encontradas son representadas en el cerebro. ¿Pueden las personas realmente sentirse positivas y negativas a la vez? O ¿simplemente cambiamos rápidamente de una a la otra?
Los científicos algunas veces definen las emociones como estados del cerebro y el cuerpo que te motivan a acercarte o alejarte de cosas. Las personas típicamente las experimentan como positivas o negativas.
Si te adentras en un bosque y ves un oso, tu ritmo cardíaco y respiración se aceleran, provocando el ansia de huir, posiblemente ayudándote a tomar una decisión que te mantenga con vida. Muchos científicos catalogarían esa reacción como la emoción de “miedo”.
Igualmente, las sensaciones de calidez en torno a quienes amamos te hacen querer estar cerca de ellos y nutrir esas relaciones, fomentando el fortalecimiento de tu red social y sistema de apoyo.
Ese punto de vista de acercamiento-evasión de las emociones ayuda a explicar por qué las emociones evolucionaron y cómo afectan la toma de decisiones. Los científicos lo han utilizado como un principio rector cuando intentan descifrar la biología detrás de las emociones.
Pero las emociones encontradas no se acomodan dentro de este marco. Si los sistemas biológicos opuestos se inhiben mutuamente, y si las emociones son biológicas, no puedes tener experiencias opuestas al mismo tiempo.
Este razonamiento significaría que es imposible tener dos emociones opuestas a la vez; en lugar de eso deberías estar saltando entre una y otra. Desde que los científicos propusieron las primeras teorías de las bases biológicas de la emoción, así es como han conceptualizado las emociones encontradas.
El orgullo, amor y tristeza que se mezclan cuando los padres llevan a sus hijos por primera vez a la universidad es una muestra clásica de sentimientos encontrados.
Puedes leer: ¿Te cuesta hacer amigos a medida que creces? Te contamos la razón y algunos consejos para cambiarlo
Los métodos tradicionales para medir las sensaciones todavía tratan lo positivo y lo negativo como lados opuestos del espectro. Pero los investigadores encuentran que los participantes de los estudios suelen reportar emociones encontradas.
Por ejemplo, las personas de variadas culturas experimentan algunas sensaciones, como nostalgia y asombro, como positivas y negativas simultáneamente.
Un grupo investigativo encontró que las respuestas psicológicas de los voluntarios -como el ritmo cardíaco y la conductividad de la piel- despliegan patrones singulares durante experiencias que son tanto desagradables como cómicas, en comparación a cada categoría por separada. Eso implica que las reacciones de desagrado y humor están en efecto ocurriendo simultáneamente para crear algo nuevo.
En lo que parece ser un descubrimiento contradictorio, una investigación que usó imagen por resonancia magnética funcional o IRMF, para estudiar las respuestas cerebrales al humor desagradable no encontraron un patrón de actividad cerebral que fuera distinto al desagrado común. Los estados cerebrales de las personas que reportaban sentirse tanto desagradadas como divertidas parecían reflejar únicamente desagrado y no un patrón singular de una nueva emoción encontrada.
Pero los estudios con IRMF generalmente se basan en el promedio de la actividad cerebral dentro de un grupo variado de personas y a lo largo del tiempo. El meollo del asunto -experimentar verdaderas emociones encontradas versus fluctuar entre estados positivos y negativos– involucra lo que el cerebro hace a lo largo del tiempo.
Es posible que al observar el promedio de actividad cerebral a lo largo del tiempo, los científicos terminen con un patrón que se parezca mucho a una emoción -en este caso, desagrado- pero que pasen por alto información importante de cómo la actividad cambia o permanece igual de segundo a segundo.
Para ahondar en esa posibilidad, realicé un estudio para ver si las emociones encontradas estaban relacionadas con un estado cerebral singular que se mantenía parejo a lo largo del tiempo.
Mientras estaban en la máquina de IRMF, los participantes vieron un agridulce cortometraje animado sobre la aspiración de toda una vida de una joven niña que, con el apoyo de su padre, quería ser astronauta. Revelación: el padre muere.
Después del escaner, esos mismos voluntarios volvieron a ver el video y marcaron los momentos exactos en los que tuvieron sentimientos positivos, negativos o emociones encontradas.
Mis colegas y yo descubrimos que las emociones encontradas no mostraban patrones singulares, consistentes en las áreas profundas del cerebro como el cuerpo amigdalino, que juega un papel importante en las respuestas rápidas a asuntos emocionalmente importantes.
Curiosamente, la corteza insular, la parte del cerebro que conecta las regiones más profundas del cerebro con la corteza, mostró patrones singulares y consistentes para ambas emociones, positiva y negativa, pero no para las mixtas. Interpretamos ese resultado como que las regiones como el cuerpo amigdalino y la corteza insular estaban procesando las emociones positiva y negativa como mutuamente exclusivas.
Pero sí vimos patrones singulares y consistentes en regiones corticales como el córtex del cíngulo anterior, que tiene un papel crucial en el procesamiento de conflicto e incertidumbre, y en la corteza prefrontal ventromedial, que es importante para el autocontrol y el pensamiento complejo.
Estas regiones cerebrales de la corteza que se encargan de las funciones más avanzadas parecen representar estados mucho más complejos, permitiendo que algunos realmente sientan emociones encontradas. Las regiones cerebrales como el córtex del cíngulo anterior y la corteza prefrontal ventromedial integran muchas fuentes de información, esenciales para la formación de emociones encontradas.
Nuestros descubrimientos también cuadran con lo que los científicos conocen sobre el cerebro y el desarrollo emocional. Interesantemente, los niños no empiezan a entender o reportar las emociones encontradas hasta más tarde. Ese cronograma coincide con lo que los investigadores conocen sobre cómo el desarrollo de esas regiones cerebrales llevan a un control y entendimiento emocional más avanzado.
Este estudio reveló algo nuevo sobre cómo los sentimientos complejos se forman en el cerebro, pero hay mucho más por aprender.
Las emociones encontradas son tan interesantes, en parte, por su papel potencial durante los eventos importantes de la vida. Algunas veces, las emociones encontradas pueden ayudarte a lidiar con grandes cambios y convertirlos en recuerdos preciados. Por ejemplo, podrías percibir sensaciones positivas y negativas cuando tus amigos te dan una gran fiesta de despedida porque te vas a otra ciudad para iniciar el trabajo de tus sueños.
En otras ocasiones, las emociones encontradas son una constante fuente de angustia. Aún cuando sepas que deberías romper con una pareja amorosa, eso no significa que todos los sentimientos positivos que tienes de ella automáticamente desaparecen, o que la ruptura no te traerá algo de dolor.
¿Qué es lo que lleva a estos resultados diferentes? ¿Podrá ser que estas diferencias tienen que ver con cómo el cerebro representa estas emociones encontradas a lo largo del tiempo?
Entender mejor las emociones encontradas podría ayudar a las personas a garantizar que este tipo de sentimientos fuertes se convierten en recuerdos preciados que les ayudarán a crecer, en lugar de no poder superar un angustiante adiós.
*Anthony Gianni Vaccaro es investigador asociado de posdoctorado en Psicología de la Escuela Dornsife de Letras, Artes y Ciencias en Universidad del Sur de California. Su artículo original fue publicado en The Conversation, cuya versión en inglés puedes leer aquí.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp, donde encontrarás noticias de última hora y nuestro mejor contenido.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.