¿Te pusiste de propósito ver más películas en 2025? Pues entonces no te quedes atrás y ve armando las salidas o los planes en casa para darte estos estrenos de enero 2025 en cines y en streaming.
Y es que desde el primer día de este mes tendremos grandes historias en cines. Además, también al fin llegan a México películas multinominadas como Anora, y otras que también son polémicas como Emilia Pérez.
Si lloraste con Robot Salvaje, entonces desde el primer día del 2025 puedes ir a emocionarte con esta película animada que nos demuestra que algunos finales son nuevos comienzos.
Esta producción nos transporta a un mundo postapocalíptico repleto de vestigios de presencia humana. El protagonista es un gato negro, independiente y solitario que se enfrenta a una devastadora inundación que lo obliga a abandonar su hogar.
En estas circunstancias, emprende un viaje para finalmente encontrar refugio en un barco poblado por varias especies, con las que tendrá que formar equipo a pesar de sus diferencias para sortear los retos y peligros de adaptarse a este nuevo mundo.
Uno de los estrenos de enero 2025 más esperados es Nosferatu, esta nueva adaptación de Robert Eggers (La bruja, El Faro) sobre el mítico vampiro que reavivará el terror gótico.
Nosferatu es la gótica historia de una obsesión entre una joven atormentada y un terrorífico vampiro enamorado de ella, causando un horror indescriptible a su paso. La película incluye un elenco estelar con: Lily-Rose Depp, Bill Skarsgård, Nicholas Hoult, Aaron Taylor-Johnson, Emma Corrin y Willem Dafoe.
Recuerda que la temporada de premios ya está a nada de empezar y esta película tiene nominaciones en los Golden Globes, Critics Choice Awards y los AACTA International Awards.
Cóclave sumerge al público en el intrigante mundo de los juegos de poder dentro del Vaticano. La trama sigue al cardenal Lawrence (Ralph Fiennes), un hombre que tiene que hacerse cargo del proceso de elección del nuevo Papa, mientras que lidia con una crisis interna de fe.
Aunque apenas llega a México como los estrenos enero 2025, Anora es considerada por muchos como una de las mejores películas del 2024.
La película sigue a una trabajadora sexual en Brooklyn, quien tiene la oportunidad de vivir su propia historia de amor al casarse con el hijo de un magnate ruso.
Sin embargo, cuando las noticias llegan a su país natal, el cuento de amor se ve amenazado por los furiosos padres que harán todo para anular el matrimonio de su hijo.
¡Ahora sí! La película que ha causado polémica al fin se estrena en México y al fin podremos decir con certeza si en verdad merece premios o si todo el mundo está exagerando.
Descrita como una comedia musical, la película sigue a Rita (Zoe Saldaña), una talentosa abogada poco apreciada y atrapada en un trabajo sin futuro que es contratada por el líder de un temible cartel (Karla Sofía Gascón) para ayudarle a fingir su muerte y poder vivir libremente como la mujer que siempre soñó ser.
Te interesa: Nominados a los Globos de Oro 2025: ‘Emilia Pérez’ y ‘The Bear’ lideran las categorías de cine y tv
El año comienza también con una biopic al estrenarse esta película inspirada en la vida de Bob Dylan.
Ambientada en la vibrante escena musical neoyorquina de principios de los 60, un enigmático joven de 19 años de Minnesota (Timothée Chalamet) llega al West Village con su guitarra y un talento revolucionario, destinado a cambiar el curso de la música estadounidense.
Mientras entabla sus relaciones más íntimas durante su ascenso a la fama, se siente insatisfecho con el movimiento folk y, negándose a ser encasillado, toma una decisión controversial que resuena culturalmente en todo el mundo.
Esta es de las series de DC mejor calificadas tanto por la crítica, como por la audiencia y en su quinta temporada Harley Quinn (Kaley Cuoco) y Poison Ivy (Lake Bell) llegarán a Metrópolis, el hogar de Superman.
Juntas descubrirán que algo siniestro está ocurriendo y que las cosas no son lo que parecen. Entre las amenazas inminentes están Lex Luthor y su hermana, Lena Luthor, además de Brainiac.
También lee: ¡Tendremos una más! Lo que se sabe de la tercera y última temporada de ‘El juego del calamar’
En los estrenos de enero 2025 regresa una de las series más esperadas y celebradas.
La historia sigue a Mark Scout (Adam Scott) lidera uno de los equipos de Lumon Industries, cuyo personal se ha sometido a un procedimiento quirúrgico que divide sus recuerdos entre su vida laboral y la personal.
Este experimento se pone en tela de juicio cuando Mark se ve inmerso en un intrincado misterio que lo obligará a confrontar la verdadera naturaleza de su trabajo… y de sí mismo.
En la segunda temporada, Mark y su equipo enfrentan las graves consecuencias de jugar con la barrera de la separación, lo que los lleva por un camino lleno de desgracias.
Empezando el año tenemos un estreno mexicano con Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti, Johana Murillo, Dolores Heredia, Ofelia Medina y Diego Boneta dirigido por Alejandra Márquez Abella (El Norte Sobre el Vacío).
La serie aborda la historia de tres mujeres que se unen para evitar que se haga público un señalamiento de acoso sexual contra un renombrado director de cine. Esta controvertida misión las llevará hasta las puertas de un grupo que las hará emprender un viaje fantástico a sus adentros: a una aldea medieval donde se representan sus heridas patriarcales.
Este mes también llega una nueva de Marvel, pero animada, que sigue los comienzos de Peter Parker como Spider-Man con una travesía nunca antes vista y un estilo que celebra los orígenes de los primeros cómics del personaje.
Los estrenos de enero 2025 traen una producción mexicana inspirada en una historia real. La película es protagonizada por Bárbara Mori, Juan Pablo Medina, Ari Brickman, Danish Hussain, Julián Tello, Samuel Pérez.
Decidida a ayudar a su hijo Lucca, quien tiene parálisis cerebral, Bárbara viaja a la India con toda su familia para probar un tratamiento experimental para él. Basado en una historia real.
La juramentación de Nicolás Maduro para un nuevo periodo como presidente, coloca a la oposición en Venezuela en una situación difícil tras no haber sido capaz de concretar una transición en el poder pese a asegurar que derrotó al actual gobernante en las elecciones del 28 de julio.
La trayectoria política de la oposición venezolana es como una suerte de montaña rusa en la que cada ascenso suele estar sucedido por una bajada vertiginosa con fuertes curvas.
En esa ruta probablemente la mayor subida ocurrió durante las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio cuando, de acuerdo con las actas publicadas por la oposición, su candidato, Edmundo González, obtuvo casi el 70% de los votos frente al 30% de Nicolás Maduro, quien buscaba permanecer en el cargo.
Las actas de la oposición fueron convalidadas por estudios independientes y por el Centro Carter, que envió una misión de observación internacional a Venezuela.
Adicionalmente, decenas de gobiernos optaron por no legitimar la reelección de Maduro, tomando en consideración que el Consejo Nacional Electoral nunca publicó los resultados pormenorizados de las votaciones ni permitió una auditoría internacional e independiente que permitiera verificar sus cifras.
Si las actas que avalan el triunfo de González son ciertas, la oposición obtuvo una victoria apabullante el 28J que debió haber abierto el camino para una transición política en Venezuela y que debió haberse concretado el pasado 10 de enero.
Pero eso no fue lo que ocurrió.
Ese día, Maduro se juramentó para cumplir un tercer periodo en la presidencia de Venezuela, mientras González permaneció en el extranjero donde se encuentra asilado desde septiembre de 2024 para evadir una orden de captura emitida por la Fiscalía General de la República, organismo afín al gobierno.
Así, las expectativas de cambio político en Venezuela terminaron de entrar en una fuerte caída que ya se había iniciado con la represión de las protestas postelectorales de la oposición -durante las cuales hubo según el gobierno más de 2.000 detenidos, incluyendo menores de edad-, que continuó con el exilio de González y que se ha visto marcada recientemente por la detención por razones políticas de 83 personas en los primeros 12 días de enero, de acuerdo con la ONG Foro Penal.
Las autoridades venezolanas no han admitido que todas estas personas se encuentren detenidas. Y, cuando lo han hecho, suelen alegar que los arrestados estaban vinculados a algún plan desestabilizador.
Ante este escenario, ¿cuáles son las opciones que le quedan a la oposición en Venezuela?
Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, explica que, según la teoría política, los procesos de transición ocurren cuando hay unos niveles de presión que hacen que para el gobierno sea muy costoso permanecer en el poder.
“Si nos vamos a lo teórico, no habrá transición política mientras los niveles de presión no hagan que el gobierno considere que resulta mejor negocio, por decirlo así, negociar su salida del poder y tratar de obtener garantías, amnistía, lo que se pueda obtener, que mantener el poder”, dice Alarcón.
“Normalmente, cuando un gobierno negocia su salida del poder es porque siente de alguna manera que no tiene las condiciones para sostener el poder y eso justamente es lo que no ha ocurrido en Venezuela”, agrega.
Ante la consulta de BBC Mundo, el experto explica que siguiendo esa perspectiva teórica, quizá la opción que le queda a la oposición sea seguir con lo que ya estaba haciendo: intentar movilizar a la población internamente para generar presión, al mismo tiempo que busca coordinar con la comunidad internacional para que genere también presión desde afuera.
Pero el camino de la teoría a la práctica no está libre de obstáculos y, en este caso concreto, durante los últimos meses muchos analistas han destacado lo difícil que puede resultar ahora para la oposición ejercer presión interna a través de grandes manifestaciones de calle como las que ha realizado en el pasado, entre otros motivos porque -sobre todo tras la represión postelectoral- hay miedo a protestar.
De hecho, durante los últimos meses son muchos los venezolanos, incluso sin ningún tipo de activismo político, que han adoptado la práctica de borrar constantemente sus mensajes en WhatsApp y redes sociales para evitar la posibilidad de que funcionarios de los cuerpos de seguridad los detengan en la calle y terminen arrestándolos tras encontrar en sus celulares algún contenido político que consideren inapropiado.
A esto se suman las detenciones de periodistas y de defensores de derechos humanos como el director de la ONG Espacio Público, Carlos Correa.
Carmen Beatriz Fernández, analista de la consultora DatastrategIA y doctora en comunicación pública de la Universidad de Navarra, piensa que las grandes manifestaciones de calle ya no tienen tanto sentido.
“Creo que el 10 de enero marca una lógica distinta en la acción política para la oposición. Ahora necesitan cuidarse más. Empiezan a tener sentido otras cosas más pequeñas, realizadas por organizaciones menos verticales, menos visibles, a escala micro y semi-independientes, como modelo de organización de acción política”, apunta.
Colette Capriles, profesora de Ciencias Sociales de la Universidad Simón Bolívar, indica que probablemente en este momento la oposición atenderá, sobre todo, a la preservación de los partidos y de todos los liderazgos.
Luego de la toma de posesión de Maduro el 10 de enero, el desánimo se ha propagado en una parte de la oposición y han circulado mensajes que, en algunos casos, cuestionan incluso los esfuerzos que se hicieron de cara a las elecciones del 28 de julio.
En ese sentido, Capriles indica que ese evento fue muy importante como expresión clara de la voluntad del pueblo.
Considera que quizá a la oposición le convendría hacer recuento de una serie de activos de los que aún dispone.
“El ánimo de la gente para ir a votar y, luego, defender su voto y contribuir por un trabajo colaborativo a tener ese capital político es algo que siempre hay que considerar. Ese es el gran activo para empezar”, señala.
Capriles piensa que en Venezuela los partidos políticos y, en general, los actores políticos están nuevamente frente al dilema de reconstruir sus capacidades, sus relaciones con las bases y con los ciudadanos.
“Ahí también va a ocupar probablemente un lugar importante la capacidad de la propia sociedad civil, de los movimientos sociales”, apunta.
La experta cree que el momento actual demanda nuevas estrategias y mucho liderazgo de parte de la oposición.
“El liderazgo no es poner mensajes en redes sociales. Eso forma parte, pero creo que la gente quiere también ser escuchada y asegurarse de que todo no está perdido. Ahora hay un momento emocional, pero después viene la vida cotidiana y ahí es donde las personas se enfrentan con las cosas que les hicieron votar contra Maduro”, señala.
Explica que a la oposición le convendría entender qué fue lo que movió la gente a votar.
“La gente vota contra el estado actual de cosas, por lo que la oposición tiene la posibilidad de capitalizar el deseo de cambio, valorarlo y fortalecerlo”, indica.
Desde hace varios años, una visión predominante en la oposición venezolana es que hace falta debilitar la cohesión en torno a los actores que apoyan al gobierno de Maduro.
Ese fue un elemento clave en la política de sanciones aplicada durante el primer gobierno de Donald Trump que con su discurso de “todas las opciones están sobre la mesa” buscaba crear fisuras entre los actores que respaldan a Maduro.
“Creo que la oposición podría apostar a la cohesión de los que son mayoría, en lugar de apostar al quiebre de la coalición dominante. El trabajo es al revés. Conseguir esa cohesión que hace que la gente entienda que no es que hay un plan que nadie conoce, sino que el plan es la propia gente haciendo cosas, organizándose en su comunidad y reclamando sus derechos. Entonces, es un trabajo de otro tipo”, apunta Capriles.
Advierte que ese enfoque implica mucho esfuerzo, mucho liderazgo y una relación distinta incluso con la opinión pública, pues tal vez el trabajo no tenga que venir dado simplemente por declaraciones públicas, sino más bien de la vinculación cotidiana con la gente.
“Todo esto implica el abandono de una promesa de cambio inmediato y eso es quizás el precio más caro que la oposición tendría que pagar. Parte del entusiasmo tal vez de la gente era ver la victoria como muy cerca y ahora esto se ha alejado”, indica.
Más allá de decepcionar a quienes buscaban un cambio político en Venezuela, la juramentación de Maduro trajo consigo nuevos e inmediatos retos para la oposición, pues el gobernante venezolano anunció una reforma constitucional, así como la convocatoria a tres elecciones en 2025: alcaldes, gobernadores y Asamblea Nacional.
De esta forma, Maduro ha tomado la iniciativa política y ha puesto a la oposición en un difícil dilema.
“La intención del gobierno llamando a elecciones es generar incentivos para dividir a la oposición. Cuando tú llamas a una elección de gobernadores y de alcaldes, empieza el gran debate entre los partidos, entre los que quieren ir a la elección y los que no”, señala Benigno Alarcón.
“El problema que tienen los partidos de la oposición es que después de lo sucedido con las elecciones del 28J, la gente no tiene ningún incentivo para votar. Ir a una elección cuando ya fuiste a una, la ganaste por mucho y no se respetó el resultado, hace muy poco probable que en la próxima elección la gente salga a votar y a apoyarte”, agrega.
Carmen Beatriz Fernández, por su parte, advierte sobre la posibilidad de que en Venezuela no se sigan haciendo elecciones como las que se hicieron hasta el 28 de julio, con un sistema electoral automatizado y con muchos puntos de auditoría del proceso, vistas las irregularidades denunciadas por la oposición en los últimos comicios.
“Es probable que estas nuevas elecciones sean más parecidas a las que se hicieron para escoger jueces de paz, que fueron manuales y muy arbitrarias. No digo que la oposición tenga o no que participar. Hay que evaluar cada situación y cada convocatoria por separado”, dice.
Para Fernández, es posible que las elecciones del futuro en su país “se parezcan más al sistema cubano, donde la gente vota permanentemente pero no elige”.
Una de las fortalezas de la oposición, según Carmen Beatriz Fernández, reside en el hecho de que hasta ahora ha habido sintonía entre los venezolanos que están en el país y los que están en la diáspora.
De acuerdo con datos de la ONU, unos 7,89 millones de venezolanos emigraron en la última década.
“Una cosa que la oposición podría seguir haciendo es la integración entre la Venezuela de afuera y la Venezuela de adentro. Hay sociedades que han sufrido diásporas importantes, donde se genera una animadversión entre el país de adentro y el país de afuera. En el caso venezolano, no ha pasado así y eso favorece a la oposición, porque su lucha se consolida y se fortalece cuando trabajan unidas la Venezuela de adentro y la Venezuela de afuera como un solo país”, apunta.
Otro elemento destacable fronteras afuera es el regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, que ha generado una cierta incertidumbre dada la fuerza con la que el político estadounidense se implicó durante su primer mandato en la crisis política venezolana.
Abundan las especulaciones sobre si Trump buscará una negociación pragmática con Maduro o si retomará el camino de las sanciones duras.
Los expertos consultados por BBC Mundo coinciden en señalar que el hecho de que una parte importante de la comunidad internacional ponga en duda la legitimidad de Maduro es algo que puede ayudar a la oposición en su búsqueda de un cambio político.
Esto, no obstante, no es garantía de cambio, pues ya en 2019 unos 60 gobiernos del mundo respaldaron al opositor Juan Guaidó cuando se juramentó como presidente interino de Venezuela, mientras Maduro siguió gobernando el país.
Colette Capriles cree que el hecho de que haya una lectura internacional sobre la crisis venezolana puede ayudar a encausar el conflicto político.
“Eso pudiera ayudar a que se presione para volver a construir un espacio de negociación. Habrá que volver a construir un espacio donde pueda haber unos consensos mínimos que funcionaron en el pasado, porque eso fue lo que permitió que hubiera primarias opositoras y elecciones el 28 de julio”, afirma.
“Eso es importante destacarlo cuando dicen que la negociación no sirvió. La negociación sirvió para lo que estaba diseñada: lograr una elección que mostró inequívocamente la voluntad de cambio de la población. Más temprano que tarde será necesario algún tipo de negociación que reconozca esa voluntad de cambio y plantee una ruta para la transición política”, agrega.
La montaña rusa de la oposición venezolana prosigue su recorrido.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección del mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.