¡Hoy es Día Nacional del Cine Mexicano!
Y este día es una gran oportunidad para conocer la producción cinematográfica Nacional que es tan diversa y valiosa como las culturas que existen en nuestro país.
Ya te contamos de algunas películas mexicanas disponibles en streaming, pero creemos que también es un gran día para visibilizar el trabajo de las mujeres mexicanas en la industria, una en la que aún predomina el trabajo de los cineastas hombres.
De acuerdo con el anuario estadístico del IMCINE, en 2019, de los 216 largometrajes que se produjeron, sólo 20% fueron dirigidos por mujeres, es decir unas 44 películas.
En 2018 la cifra no fue muy distinta: 47 filmes los dirigieron mujeres.
Así que 2020 es un buen año para que conozcas el trabajo de directoras mexicanas, por eso, le preguntamos a algunas críticas y a una guionista por sus directoras mexicanas favoritas. Y esto fue lo que nos dijeron:
Periodista y crítica de cine, ha trabajado en medios como Gatopardo y Mexico.com. Actualmente colabora en Charros contra Gángsters, de MVS Radio, Sector Cine y Cine Premiere. Ellas son sus cineastas favoritas:
Escritora, directora y productora de cine. Escribió y dirigio las películas Efectos Secundarios y Casi Divas. También es autora de los guiones de las películas Ladies Night y Niñas Mal.
En 2017 escribió y dirigió su tercer largometraje Vuelven, una película de terror y fantasía que fue aplaudida por la crítica nacional e internacional.
Vuelven obtuvo 10 nominaciones al premio Ariel y los elogios de Guillermo del Toro y Stephen King, aparte de la crítica.
Blumhouse, casa productora de películas como Get Out, Us y El Hombre Invisible contrató a Issa López para dirigir su siguiente proyecto.
Beristain es directora de la cinta No quiero dormir sola, con la que ganó el premio a Mejor Largometraje Mexicano en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) en 2012.
También es directora de Los Adioses, en la que imagina de manera particular la vida de Rosario Castellanos, lejos del formato tradicional de las películas biográficas.
Recientemente participó en el proyecto de Netflix Hecho en casa, donde 17 cineastas plasman cómo han vivido el confinamiento en la pandemia de Covid-19.
https://youtu.be/hKt_p0Etzv0
Es mexicana, cineasta y directora de teatro. Con su primer largometraje, LuTo (2013), ganó el Premio Casete en el Festival Internacional de Cine de Los Cabos, en 2013.
En 2015, Katina Medina Mora dirigió su segunda película, Sabrás que hacer conmigo, que cuenta la historia de Nicolás, un fotógrafo que padece epilepsia desde la infancia. Esta circunstancia hizo que se cuidara más y llevara una vida que en apariencia es normal, pero que implica muchos sacrificios.
Isabel es una mujer que parece haberlo descubierto todo … pero esto no es verdad. Tiene una madre enferma y deprimida, no le queda más remedio que intentar ayudarla. Isabel y Nicolás se enamoran y entran en una relación que ninguno de los dos había imaginado porque ninguno se dio permiso para vivir.
En el Encuentro Internacional de Mujeres en el Cine, del Festival Internacional de Cine de Monterrey, Medina Mora señaló que el cine debe permitir a los protagonistas de las historias contar sus propias historias.
“Necesitamos más historias narradas en primera persona. Siempre una historia contada en primera persona es mucho más verdadera. La representación importa e importa muchísimo”.
En ese mismo foto Katina Medina Mora subrayó la importancia de alcanzar la paridad de género en la industria.
“Ojalá en algún punto dejemos de hablar de esto y dejemos de hacer foros solo de mujeres. Todas queremos que solo se vea nuestra película por nuestro talento, no queremos cuotas, pero por ahora son necesarias.”
Es una directora de nacionalidad salvadoreña y mexicana. En 2016 dirigió Tempestad, un documental desgarrador, donde convergen las historias de supervivencia, dignidad y amor de dos mujeres. Una de ellas, acusada injustamente de tráfico de personas y enviada a prisión. La otra lleva diez años buscando a su hija desaparecida.
Por esa película recibió un premio Fénix y el Ariel en la categoría de Mejor Dirección.
“Deberíamos seguirle la pista a estas directoras porque tienen voces auténticas, personalísimas, que les permiten saltar de un género a otro, de un formato a otro, sin perder la esencia de sus intereses cinematográficos. Todas ellas poseen sensibilidades únicas para acercarse a temas sociales desde la intimidad de sus personajes y narrarlos de manera que se quedan en tu mente mucho tiempo después de ver sus películas, ya sean cortometrajes o largometrajes. Además, tienen una propuesta estética en constante evolución”, dijo la crítica Marcela Vargas.
Te puede interesar: Ve películas y series gratis y de forma legal en estas plataformas
Reportera y crítica de cine. Ha publicado en medios como Cine Premiere, Reforma, LatAm Cinema y Der Tagesspiegel. Actualmente trabaja de manera independiente como periodista y en proyectos que fomentan la participación de las mujeres y la diversidad sexual y de género en el cine. Sus cineastas mujeres mexicanas favoritas son:
Landeta fue una de las primeras directoras de cine en México. Trabajó como asistente de dirección de Fernando de Fuentes, director de la trilogía de la revolución, compuesta por las películas El Prisionero 13, El Compadre Mendoza y Vámonos con Pancho Villa.
El trabajo de Matilde Landeta precede al cine de la llamada Época de Oro.
“Trabajó como asistente de dirección de Emilio Fernández y Julio Bracho, pero quiso contar historias con una perspectiva más justa para las mujeres. Así fue como dirigió Lola Casanova y La negra angustias, dos de las primeras películas consideradas feministas en el cine mexicano”, comentó Fabiola Santiago.
Es una de las principales exponentes del cine mexicano contemporáneo. Directora de películas como Perfume de violetas, Manos libres y La Niña en la piedra.
Su formación en antropología ha influido fuertemente en su filmografía.
“Sus películas han hablado de asuntos que atraviesan a las mujeres en momentos en los que no solía hacerse. Con cintas como Perfume de violetas y La niña en la piedra mostró la manera sistemática en la que la sociedad violenta a las mujeres jóvenes en México”, dijo Santiago.
Es una reconocida directora, guionista, editora y productora mexicana.
Dirigió películas como Danzón, que fue la primera película mexicana presente el Festival de Cine de Cannes después de más de 15 años, en 1991.
Entre la filmografía de Novaro también destacan las películas Las buenas hierbas, Lola y Sin dejar huella.
https://youtu.be/dnKfqwJiPy4
Para Fabiola Santiago,”sus documentales han abordado hechos devastadores, como la guerra y las desapariciones, de una manera cuidadosa y contundente”.
Es una directora, editora y productora mexicana egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica.
Participó en la edición 71 del Festival de Cannes, con su película Tragic Jungle, apoyada por “L’atelier” de la Cinefondation.
Su filmografía incluye las películas Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo (2008), Paraísos artificiales (2011), Fogo (2012) y Epitafio (2015) codirección con Rubén Imaz.
Su ópera prima, Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo, le hizo ganar diversos premios como el Ariel de Plata, el premio a Mejor película, Buenos Aires Internacional Independent Film Festival y el Premio FIPRESCI, Fribourg International Film Festival, entre otros.
Es una cineasta maya tsotsil, directora de documentales donde muestra la cosmovisión de la mujer maya tsotsil.
Sus documentales han sido proyectados en muestras y festivales de cine a nivel nacional e internacional, entre los que destacan Berlinale, Ficvaldivia, Edimburgh International Film Festival, FICMAYAB’, ganadora del Festival de Cine y Video Indígena de Morelia en 2016, con su documental Bankilal (El hermano mayor).
“En su ópera prima, TOTE_Abuelo, María plasma un diálogo entre ella y su familia, intentando explorar a través del cine su identidad como mujer tsotsil, pero también como una persona que convive entre cosmovisiones distintas”, enfatizó la crítica de cine Fabiola Santiago.
Es cineasta, fotógrafa, productora, directora y gestora cultural de Oaxaca. Fue nominada al Premio Mezcal a la Mejor Película Mexicana y el Premio Maguey dentro del Festival Internacional de Cine en Guadalajara 2017 por la película Los años azules.
Su filmografía incluye las cintas Tío Yim, Los años azules, y el corto documental Me parezco tanto a ti.
“Con Tío Yim, Luna comparte el trabajo que su padre ha realizado como músico y activista, pero también reflexiona sobre su relación con él. Además, Luna ha desarrollado diferentes proyectos de cine comunitario en Guelatao (Oaxaca), como el Cine Too”, comentó Santiago.
Sobre López, Santiago considera que “es una de las mujeres mexicanas que están destacando en el cine de terror. Además de ser una guionista muy eficaz dentro de la comedia, Issa sorprendió con Vuelven, por la manera en que la fantasía propia de la niñez se mezcló con los horrores de la violencia de nuestro país”.
Directora de cine y guionista mexicana conocida por su ópera prima Los insólitos peces gato, una pelíucula sobre la historia de dos mujeres que se conocen mientras se recuperan en un hospital.
Los insólitos peces gato, fue acreedora al Premio del Jurado Joven a Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Locarno y también obtuvo el premioFIPRESCI de la Crítica Internacional, Festival Internacional de Cine de Toronto, en 2013.
En 2016 dirigió su segunta película: La caja vacía.
“A partir de materiales usualmente inertes, Sofía ha creado sus propios universos llenos de oscuridad y ternura. Es una de las animadoras más destacadas actualmente y cada uno de sus cortometrajes significa un desfile de sombras e imaginación”, señaló Fabiola sobre el trabajo de Sofía Carrillo.
Guionista y productora ejecutiva de la película El baile de los 41. Escribió en dos series originales de Netflix dirigidas por Manolo Caro: La casa de las flores y Alguien tiene que morir.
También escribió en dos mini-series históricas para el Canal Once: Juana Inés sobre la poeta Juana Inés de la Cruz y Malinche sobre la traductora del conquistador Hernán Cortés.
Es de Hermosillo, Sonora.
Es productora y socia de Woo Films. Produce un rango muy amplio de películas y series, que van desde comedias como La Casa de las Flores y Perfectos Desconocidos, hasta dramas como Los adioses, Las niñas bien y Cómprame un revólver. En unos meses se estrena Alguien tiene que morir en Netflix.
“Tiene un rango superamplio. Va de cosas supercomerciales -como la casa de las flores-, hasta cosas más de nicho, más de autor.
“Es súper ética, ecuánime, soluciona las cosas que parecen imposibles. Hace un trabajo gigante, señaló Revilla.
“Como productora se encarga de escoger proyectos, armarlos, ayudar a la cabeza del proyecto -a veces escritor, a veces director-; su papel es proteger la calidad del proyecto, conseguir lo mejor para el proyecto. Revisar en qué se invertirá. Siempre tiene que ver esquemática y estratégicamente cómo construir el proyecto; cómo se va a estrenar, ante quién, etcétera”.
https://youtu.be/Zxz-idKlcRA
Dirige stop motion. Ha ganado dos Arieles de plata por Mejor Cortometraje Animado con Cerulia, además ganó en FIC Monterrey, en FICG 32 y en FICM15º. Prita Noire también ganó el Chilemonos. La casa triste ganó el premio de animación del Fantastic Fest, el premio de la Habana y el FICM. Actualmente está nominada al Ariel por La bruja del fósforo paseante.
“Ha creado un universo simbólico propio. Según yo, de las cosas más difíciles de un artista es crear un estilo propio; que si tú lees o ves algo, lo reconozcas. Creo que Sofía tiene eso. Sus proyectos son muy cuidados, se nota que hay una paciencia infinita detrás. A veces cada corto se tarda 1 o 2 años para 20 minutos. De verdad es un verdadero amor al arte.”
“Su mundo es un mundo precioso. Es infantil, pero a la vez tiene algo muy oscuro, algo que perturba. Tiene muchas capas”.
Productora, exdirectora de Ambulante y cofundadora de No Ficción, una compañía productora que se especializa en cine documental y que persigue temas de relevancia social.
Entre sus documentales más destacados figuran: Familia de medianoche que ganó Sundance, Lorena la de pies ligeros sobre la corredora rarámuri y Vivos de Ai Weiwei.
“Tiene un propósito, que es el de hacer una diferencia social a través del arte. Me parece importante seguir su trabajo.”
Aunque Monika no se mencionó a sí misma, vale la pena seguirle la pista, como ya te contamos es guionista y productora.
“Empecé a escribir El Baile de los 41 en 2014. Me gané la beca Jóvenes Creadores en guión. Las becas sí funcionan, sí rinden frutos. Gracias a esta beca escribí el primer borrador, salió un director a bordo. Para mí era muy importante hablar de esto porque la primera vez que me enteré de esta anécdota dije: ‘Cómo es posible que nunca hubiera escuchado sobre esto’ si soy una persona interesada en la orientación sexual, en la construcción de los géneros; mi feminismo abarca derechos LGBT también. Le preguntaba a mis amigos y muchos tampoco la conocían. Mis papás sabían perfecto. Entonces noté que es una historia oral que se estaba perdiendo entre las generaciones y sentí que había una necesidad de rescatarla”, dijo en entrevista con AnimalMX.
“Por su propia inercia la anécdota se está recobrando. Pensé que tenía que resignificarse. Mis papás la conocían como un chisme, una burla. Para muchos académicos es un momento de orgullo, la primera vez que sale la homosexualidad del clóset en la sociedad mexicana. Esto debería estar en los libros de la SEP, deberíamos estudiarlos”. Se estrenaría a finales de este año o al principio del siguiente.
Sobre su trabajo en Alguien tiene que morir, Revilla compartió:
“Es una miniserie que sucede en los años 50 durante el franquismo en Madrid y también tiene temática gay. Es una época en que la homosexualidad estaba prohibida. Había condenas de cárcel. Separaban a los gays activos y pasivos en cárceles distintas por esa mentalidad retrógrada de la época”.
En estas elecciones que él mismo tildó de “las más importantes de la historia del país”, los expertos coinciden que se jugaba también el desenlace de sus cuentas pendientes con la Justicia.
Este martes Donald Trump no solo competía por la presidencia de Estados Unidos. Los expertos coinciden que se jugaba también el desenlace de sus cuentas pendientes con la Justicia.
Ahora que Trump logró un contundente triunfo ante Kamala Harris que le permite un épico regreso a la presidencia de Estados Unidos, los analistas adelantan que esto probablemente resultará en la desestimación de los dos casos penales federales que enfrenta, el congelamiento de los casos penales estatales hasta que deje el cargo y retrasos adicionales en sus diversos procesos civiles pendientes.
A continuación te explicamos cuál es el panorama de las cuatro causas penales que enfrenta y cuál es su evolución más probable.
Es un caso estatal y el más urgente.
En mayo un jurado popular declaró a Trump culpable de los 34 delitos que se le imputaban por falsificar registros contables para encubrir el pago de un soborno por US$130.000 a la actriz de cine porno Stephanie Cliffords, conocida como Stormy Daniels, con fines electorales, ante la campaña para las presidenciales de 2016.
Fue por unanimidad, como se requería para alcanzar el veredicto. Y así, Trump se convirtió en el primer expresidente de EE.UU. condenado en un juicio penal.
La sentencia estaba inicialmente prevista para el 11 de julio, pero tras el fallo con el que Tribunal Supremo concedió una amplia inmunidad penal a los presidentes por sus actos oficiales, el juez Juan Merchán, del Tribunal Supremo del Estado de Nueva York, les dio plazo a las partes para presentar alegaciones y fijó una nueva fecha: 18 de septiembre.
Pero Trump pidió que la sentencia se retrasase, alegando que un fallo tan cercano a la cita en las urnas sería una forma de interferencia electoral. Merchán se lo concedió, estableciendo como fecha última el 26 de noviembre.
La falsificación de registros comerciales puede castigarse con hasta cuatro años de cárcel, aunque en el caso de Trump los expertos en leyes no se ponen de acuerdo sobre el desenlace más probable.
Algunos apuntan a que el juez Merchán podría dictar una pena de prisión por las especificidades de su caso, como que Trump fue hallado en desacato 10 veces y el objetivo del pago fue influir en unas elecciones.
Otros aseguran que lo más probable es que imponga una condena leve o vuelva a retrasar la fecha de la sentencia hasta después de que Trump dejase la Casa Blanca.
“Si gana las elecciones, no habrá una sentencia significativa”, le dijo hace unas semanas Karen Friedman Agnifilo, quien fue jefa de la división de juicios del fiscal de distrito de Manhattan, a la cadena estadounidense ABC.
“Un presidente en ejercicio no se vería obligado a ingresar en la cárcel, por lo que en teoría, si es condenado a prisión, podría cumplirlo una vez dejado el cargo”, le dijo a ese mismo medio Jeffrey Cohen, profesor de Derecho del Boston College.
Es un caso federal. Lo está llevando el Tribunal de Distrito de EE.UU. para el Distrito de Columbia, Washington.
Desde 2020 Trump sostiene que le robaron aquellas elecciones ganadas por Joe Biden, pero el fiscal especial Jack Smith, nombrado específicamente por el Departamento de Justicia, no lo acusa por esa afirmación que se ha probado sin fundamento.
La acusación se centra en sus presuntos esfuerzos para alterar el resultado e impedir la certificación de la victoria de Biden.
Según el acta judicial que se hizo público en octubre, Smith acusa a Trump de cuatro delitos: conspiración para defraudar al gobierno estadounidense, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción o intento de obstrucción de un procedimiento oficial y conspiración para violar derechos civiles.
Si bien la “conspiración de Trump para permanecer en el cargo” comenzó el 13 de noviembre de 2020, dice el documento, él ya la venía preparando desde antes.
De acuerdo a la acusación, los esfuerzos de Trump para revertir el desenlace electoral de hace cuatro años incluyeron mentir a funcionarios estatales para inducirlos a ignorar los recuentos de votos y fabricar votos en siete estados en los que quiso cambiar el resultado: Pensilvania, Georgia, Arizona, Nevada, Michigan, Wisconsin y Nuevo México.
También lo señalan de intentar reclutar al entonces vicepresidente, Mike Pence, en su papel de presidente del Senado, para obstruir la certificación de la elección.
Además, la acusación responsabiliza al entonces presidente del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
“El acusado también sabía que solo le quedaba una última esperanza para impedir la certificación de Biden como presidente: la gran multitud enfurecida que tenía delante. Así que durante más de una hora, el acusado pronunció un discurso diseñado para enardecer a sus partidarios y motivarlos a marchar hacia el Capitolio”, se lee en el acta publicada en octubre.
Trump se declaró inocente de los cargos.
Han pasado 15 meses de ello y, tras múltiples retrasos por las maniobras dilatorias de la defensa, no hay una fecha fijada para el juicio.
La jueza de distrito Tanya Chutkan está considerando cómo debe proceder el caso a la luz del fallo de julio del Supremo sobre la inmunidad de Trump. Mientras, ha establecido fechas clave del procedimiento que van más allá de las elecciones. La siguiente es el 19 de diciembre.
El republicano prometió quitar del cargo al fiscal Smith si se alzaba con la victoria, aunque podría no tener que echar mano de esa carta, logrando que el Departamento de Justicia retire los cargos.
Y es que una antigua política de este departamento impide el procesamiento de un presidente en ejercicio, con lo que los casos federales en su contra podrían quedar en nada una vez asuma el cargo.
Si bien el fiscal Smith podría tratar de avanzar con el procesamiento en los dos meses que hay de las elecciones a la toma de posesión, los expertos creen que tiene pocas probabilidades de revivir el caso.
Los expertos concuerdan, pues, en que el caso terminaría diluyéndose. Lo que no está tan claro es la forma exacta en la que eso ocurriría.
Es el segundo caso penal federal que enfrenta Trump.
Trump está imputado por los documentos confidenciales que se llevó a Mar-a-Lago, su mansión de Palm Beach (Florida), y que retuvo allí tras dejar la presidencia, en enero de 2021.
El 8 de agosto de 2022 agentes del FBI recolectaron en la residencia más de 20 cajas que incluían más de un centenar de documentos marcados con distintos grados de clasificación: desde “confidencial” hasta “top secret“.
En total son más de 10.000 documentos que por ley pertenecen al gobierno de EE.UU., así como unas 90 carpetas vacías con marcas que indicaban que contenían material clasificado o que debían ser devueltas al personal de secretaría de la Casa Blanca o a un asistente militar.
Por ello, el republicano enfrenta siete cargos: uno en virtud de la Ley de Espionaje, así como cargos de obstrucción de la justicia, destrucción o falsificación de registros, conspiración y declaraciones falsas.
Sin embargo, desde que la jueza de distrito Aileen Cannon asumió el control del caso en junio de 2023, muchas de sus decisiones se han salido tanto de la norma que han avivado las preguntas sobre su favoritismo hacia Trump.
“Tenemos una jueza excelente en Florida. Es una jueza brillante. No la conozco. Nunca hablé con ella. Pero es valiente y brillante”, ha dicho de ella el propio acusado.
El 15 de julio la jueza Cannon dictaminó que el fiscal Smith fue nombrado de forma inconstitucional para el cargo y, tras desestimar los cargos, decidió archivar y dar por cerrado el procedimiento.
Ante ello, el fiscal Smith presentó un recurso ante un tribunal de apelaciones, argumentando que la jueza “pone en peligro la forma en la que el Departamento de Justicia funciona desde hace tiempo y pone en duda cientos de nombramientos en todo el Poder Ejecutivo”.
Sin embargo, los expertos adelantan que con Trump en la Casa Blanca, lo más probable es que el fiscal no tenga más remedio que retirar la apelación.
En caso de que decidiera proseguir, Smith tendría que lograr convencer al tribunal de Apelaciones de que revoque la decisión de la jueza Cannon y el equipo de Trump ya ha planteado una defensa construida sobre la inmunidad presidencial, que podría convertirse en la base de una futura apelación.
Como en el otro caso federal ya mencionado, Trump también podría conseguir que el Departamento de Justicia retire los cargos.
En este caso estatal Trump enfrenta —junto con otros acusados— cargos por conspirar para subvertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia, como parte de una trama mayor para mantenerse en la Casa Blanca.
Los fiscales presentaron originalmente 41 cargos contra 19 acusados en agosto de 2023.
Desde entonces, cuatro acusados se declararon culpables y el juez que está al frente del caso, Scott McAfee, del Tribunal Superior del condado de Fulton, anuló nueve de los cargos, aunque la mayor parte del auto de procesamiento sigue intacto.
La evidencia clave es la conversación telefónica de Trump con el secretario del estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que el republicano le pidió que “encontrara” los votos que necesitaba para imponerse en el estado.
El caso está en suspenso hasta diciembre, cuando un tribunal de apelaciones sopesará si se debe permitir a la fiscal de distrito Fani Willis y su equipo sigan liderando el caso.
Y es que Trump y otros acusados alegan que la relación personal de Willis con el fiscal especial Nathan Wade, a quien ella contrató para ayudar a llevar el caso, crea un conflicto de intereses. El juez McAfee optó por no descalificarla, pero el equipo de Trump apeló la decisión.
Los argumentos orales está programados para el 6 de diciembre.
Si el tribunal de apelaciones desestima la impugnación, esto podría allanar el camino para que el juez McAfee fije una fecha para el juicio. Aunque los expertos apuntan a que lo más probable es que el equipo de defensa lo apele en otras instancias, generando más retrasos.
Si, por el contrario, el tribunal decide que hay que retirar a la fiscal y su oficina del caso, eso también traería retrasos. Es que, para empezar, habría que buscar otro fiscal.
Los expertos aseguran que, a diferencia de los cargos de subversión electoral presentados por el fiscal especial Jack Smith, el caso de Willis estará aislado de cualquier posible intromisión de Trump.
Así, no podría perdonarse a sí mismo ni a sus aliados ante una condena a nivel estatal, ni quitar del cargo a los fiscales del condado de Fulton que presentaron los cargos.
En cualquier caso, los expertos prevén que el caso quedaría congelado mientras Trump sea presidente.
Durante una audiencia en diciembre del año pasado, cuando el juez McAfee le preguntó al abogado de Trump, Steve Sadow, cuándo podría enfrentar un juicio su cliente, este le respondió: “La respuesta a eso es que creo que bajo la cláusula de la supremacía y sus deberes como presidente de Estados Unidos, el juicio no podría tener lugar hasta después del fin de su mandato”.
“Lo más probable es que ambos casos penales estatales (el de Georgia y el de Stormy) se suspendan y se reanuden cuando expire su mandato”, le dijo Barbara McQuade, ex fiscal federal, al medio NBC News.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.