Han pasado 15 años desde que vimos por primera vez a Nick Fury en el MCU y sí, han pasado haaaaaartas cosas desde entonces. Para que el estreno de Secret Invasion no te agarre con cara de “what?”, aquí te decimos todo lo que debes recordar antes de verla.
El ex director de S.H.I.E.L.D. y fundador de los Vengadores fue víctima del chasquido de Thanos y desde su regreso casi no lo hemos visto… hasta hora.
En Secret Invasion, Nick Fury se entera de una invasión clandestina de la Tierra por una facción de Skrulls. Fury se une a sus aliados para emprender una carrera contrarreloj para frustrar una inminente invasión Skrull y salvar a la humanidad.
De lo más importante para el estreno de Secret Invasion es saber qué ha pasado con Nick Fury.
Repetimos: fue víctima del chasquido de Thanos en Infinity War junto con Maria Hill (Cobie Smudlers).Antes de desaparecer, alcanza a enviar una señal de alerta a la Capitana Marvel.
Sin embargo, así como todos los que se hicieron polvo por Thanos, Nick y María revivieron gracias a lo sucedido en Endgame. Al final de esa película, lo vemos ir al funeral de Tony Stark/Iron Man.
Después de eso, no habíamos visto mucho de este líder hasta Spider-Man: Far From Home, donde su escena post créditos nos reveló que Fury ha estado en el espacio todo este tiempo y que un Skrull (Talos, del que hablaremos más abajo) se hizo pasar por él en esta película.
Ahora, en Secret Invasion, veremos su regreso a la Tierra y como contó el elenco y el mismo Samuel L. Jackson, es una persona muy distinta.
Si tuvieras que repasar una película antes de ver Secret Invasion esta debería ser Captain Marvel. Pues ahí se introduce a esta raza de alienígenas y parte del problema que origina lo planteado en la serie.
Pero si no tienes tiempo, los skrulls son unos aliens de piel verdosa que pueden cambiar su forma e imitar tanto la apariencia, voz y formas de cualquier forma de vida (incluyendo humanos).
En la película de Capitana Marvel (cuya trama se desarrolla en los 90s) se nos explica que a consecuencia de la guerra entre los Skrulls y los Kree (otra raza de aliens), los Skrulls se quedaron sin hogar.
Hacia el final de la película, tanto Nick Fury como Carol Danvers prometen encontrarles un nuevo hogar y por eso no habíamos visto a la Capitana en todo este tiempo, pues supuestamente estaba viajando por la galaxia para encontrar en nuevo planeta Skrull.
Desde el estreno de Secret Invasion verás que Talos (Ben Mendelsohn) es otro personaje protagonista de la serie y que también conocimos en Captain Marvel.
En esa película, él era un comandante Skrull que le hizo a ver a Nick y a Carol que los Kree les estaban manipulando y que su raza era inocente. Igual conocimos que tenía una esposa, Soren, y una hija cuyo nombre nunca se menciona.
Talos y Soren volvieron a aparecer en Spider-Man: Far From Home pues ellos son los Skrull que en la película se hacen pasar por Nick Fury y Maria Hill.
El Coronel James Rhodes, también conocido como War Machine, era mejor amigo de Tony Stark.
Rhodes estuvo con los Vengadores durante Endgame ayudando con el plan para deshacer el chasquido de Thanos. Después de salvar al mundo, también asistió al funeral de su mejor amigo.
La última vez que lo vimos fue en la serie The Falcon and the Winter Soldier mientras asiste a una ceremonia donde Sam Wilson le entrega de regreso el escudo del Capitán América.
En otro momento, Rhodes cuestiona a Sam sobre su decisión de renunciar al escudo y antes de irse le dice que se pondrán en contacto.
Por lo que contó el actor en la conferencia de prensa, en Secret Invasion veremos a Rhodes más como un actor político que como un superhéroe.
Con lo de Thanos y los viajes en el tiempo entendemos que es confuso saber en qué año se desarrollan los eventos actuales del MCU.
Los productores de Secret Invasion dijeron que la serie sucede “en el tiempo actual” lo que sería el año 2025 en la línea cronológica de esta franquicia.
Washington y Londres acordaron una reducción de aranceles y facilidades para la entrada de productos en ambos países. Sin embargo, el gobierno de Trump mantuvo un 10 % de impuestos general.
Estados Unidos y Reino Unido alcanzaron un acuerdo comercial por el cual Washington redujo los aranceles de un número determinado de automóviles de origen británico y permite la importación de un porcentaje de acero y aluminio británico sin aranceles.
El anuncio, hecho este jueves, supone un alivio para las principales industrias británicas frente a algunos de los nuevos aranceles anunciados por el presidente Donald Trump desde su llegada al poder en enero.
Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos mantiene en vigor un arancel del 10 % sobre la mayoría de los productos procedentes de Reino Unido.
Los analistas dijeron que las nuevas condiciones no parecían alterar significativamente los términos del comercio entre ambos países, tal y como estaban antes de la ofensiva arancelaria de Trump de las semanas previas.
El jueves no se firmó ningún acuerdo formal y ni Washington ni Londres dieron muchos detalles. Los líderes de ambos países, sin embargo, celebraron el nuevo entendimiento.
Desde una fábrica de Jaguar Land Rover en West Midlands, el primer ministro británico, Keir Starmer, describió el acuerdo como una “plataforma fantástica”.
En la Casa Blanca, Trump lo calificó como un “gran acuerdo” y rechazó las críticas que le acusaban de exagerar su importancia.
“Es un acuerdo que hemos llevado al máximo y que vamos a ampliar”, aseveró el mandatario estadounidense. Refirió que este era el primero de muchos acuerdos por venir.
Las dos partes dijeron que Estados Unidos había acordado reducir el impuesto a la importación de automóviles -que Trump había aumentado en un 25 % el mes pasado- al 10 % sobre unos 100 mil automóviles al año.
Esto ayudará a los fabricantes de automóviles de lujo como Jaguar Land Rover y Rolls Royce, pero podría limitar el crecimiento en los próximos años, ya que equivale aproximadamente a lo que Reino Unido exportó el año pasado.
Los aranceles sobre el acero y el aluminio, que Trump también había elevado a principios de este año al 25%, también se han recortado, según la Oficina del Primer Ministro.
Londres también dijo que las dos partes habían acordado un “acceso recíproco” para las exportaciones de carne bovina, con una cuota de 13 mil toneladas métricas para los agricultores británicos.
Estas cifras no fueron confirmadas por la Casa Blanca, que afirmó que esperaba ampliar sus ventas de carne bovina y etanol a Reino Unido, una antigua demanda por parte de Estados Unidos.
Estados Unidos dijo que el acuerdo crearía una “oportunidad” de negocios de US$5.000 millones para las exportaciones, incluidos US$700 millones en etanol y US$250 millones en otros productos agrícolas.
“No se puede subestimar la importancia de este acuerdo”, declaró Brooke Rollins, secretaria de Agricultura estadounidense.
El director general de la acerera UK Steel, Gareth Stace, acogió con satisfacción el acuerdo, afirmando que supondrá un “gran alivio” para el sector siderúrgico. “La serenidad y perseverancia del gobierno británico en las negociaciones con Estados Unidos han dado sus frutos”, declaró.
Otros grupos empresariales expresaron más incertidumbre.
“Es mejor que ayer, pero definitivamente no es mejor que hace cinco semanas”, dijo Duncan Edwards, director ejecutivo de BritishAmerican Business, que representa a empresas de los dos países y apoya el libre comercio.
“Intento estar entusiasmado, pero me cuesta un poco”.
El ministro británico de Comercio, Douglas Alexander, subrayó que el acuerdo “salvaba puestos de trabajo”.
Estados Unidos y Reino Unido llevan discutiendo un acuerdo comercial desde el primer mandato de Trump. Estuvieron cerca de firmar un acuerdo limitado en ese momento.
Pero Estados Unidos lleva tiempo presionando para que se introduzcan cambios que beneficien a sus agricultores y a las cuestiones farmacéuticas, algo que políticamente no había sido viable hasta ahora en Reino Unido.
No está claro hasta qué punto habían avanzado estas cuestiones.
La Asociación Nacional de Ganaderos de Bovinos afirmó que el acuerdo en principio había supuesto una “gran victoria” para los ganaderos estadounidenses, pero la Federación de Exportadores de Carne de Estados Unidos, que realiza un seguimiento de las barreras comerciales para los ganaderos de su país, declaró que aún estaba intentando obtener información sobre los cambios.
Por su parte, Reino Unido afirmó que no se debilitarían las normas alimentarias aplicables a las importaciones.
Aunque los británicos parecen haber asumido algunos compromisos, “el diablo estará en los detalles”, dijo Michael Pearce, economista jefe adjunto de Oxford Economics, que consideró que no modificaba sus previsiones económicas como consecuencia del anuncio.
También se avecinan otras cuestiones.
Trump ha dicho en repetidas ocasiones que quiere gravar las importaciones de productos farmacéuticos, en un intento de garantizar que Estados Unidos tenga una base sólida de fabricación de medicamentos esenciales.
Reino Unido dijo que Estados Unidos había acordado dar a las empresas británicas un “trato preferencial”.
Pero Ewan Townsend, abogado de Arnold & Porter, que trabaja con empresas de atención sanitaria, dijo que la industria ahora “queda a la espera de ver exactamente lo que significará este trato preferencial”.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.
Utilizamos cookies propias y de terceros para personalizar y mejorar el uso y la experiencia de nuestros usuarios en nuestro sitio web.