Si la última vez que viste a Gokú fue en el Arco de Majin Buu y cuando todavía lo pasaban en televisión abierta, tenemos un problema. Y es que esta famosa saga todavía no termina y tenemos nuevas temporadas y películas. Para que no te quedes atrás, ahí te va la cronología de Dragon Ball.
Tú decide si quieres buscar toooodos los episodios y películas que te han faltado, pero aquí te damos un brevísimo resumen de qué ha pasado con nuestro saiyajin. Te prometemos que es más corto que el Camino de la Serpiente.
Como recordarás, la historia de Goku comienza con la serie Dragon Ball, la cual cuenta con 153 episodios. En ella vemos a nuestro protagonista desde pequeño y cómo conoce a Bulma e inicia el viaje tras las Esferas del dragón. En el camino se encuentra con Oolong, Yamcha, Puar y el Maestro Roshi.
Dentro de este anime vemos los siguientes arcos:
Luego siguió la épica Dragon Ball Z que tiene 291 episodios y que para muchas personas es la favorita de todas. En especial por todos los antagonistas que vemos a lo largo de la serie.
En este anime están los arcos:
Y sí, sabemos que después viene una especie de epílogo que es el Arco del Mundo en Paz (ep. 288 – 291), pero como se desarrolla como una década después, entra más tarde en la cronología de Dragon Ball.
También mencionamos que con el 20 aniversario del manga, Toei Animation lanzó Dragon Ball Z Kai, que es una nueva edición (más corta, remasterizada y con algunasnuevas escenas) de lo que vimos en Dragon Ball Z.
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Si viste la película Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses ya le estabas entrando a este nuevo anime que es de los más recientes y que cuenta con 131 episodios.
La historia de la serie comienza aproximadamente seis meses después de la derrota a Majin Buu y retoma (añadiendo nueva información) los hechos de la película ya mencionada y de Dragon Ball Z: La resurrección de Freezer.
Prácticamente con el Arco de La Batalla de los Dioses (o del Dios de la Destrucción Beerus), Goku logra desbloquear la forma de Dios Super Saiyajin. Esta saga son los episodios 1 a 15.
Mientras que en el arco de La Resurrección de Freezer (o Golden Freezer), logran desbloquear la forma Super Saiyajin Blue. Puedes verlo en los episodios 16 a 27.
Luego vienen los siguientes arcos:
Aquí las cosas se ponen feas cuando llega Champa, el Dios de la Destrucción del Universo 6 y hermano de Beerus (o Bills en la traducción). Esta deidad reta a su hermano para que elija a sus mejores guerreros (del Universo 7) y vean quién de los dos posee al universo más fuerte.
Este es un pequeñísimo arco donde nuestros héroes ya están en casa, pero se ven nuevamente en problemas cuando alguien hace una copia de Vegeta que le quita su fuerza vital, por lo que Goku debe pelear contra él.
Nuevamente tenemos a un Trunks del futuro que viaja al pasado (o presente) para advertirles de otra amenaza: el malvado Goku Black. (Y sí, adivinaste, su apariencia es idéntica a la de Goku).
Ya sabes que nuestro protagonista no puede quedarse tranquilo. Por eso se emociona cuando Zen-o-sama organiza una batalla de artes marciales organizado donde ocho distintos universos participan enviando a sus guerreros más fuertes.
¿El problema? Los universos perdedores serán borrados. Aquí vemos un montón de nuevos personajes, pero el que más destaca es Jiren quien es el más difícil de vencer.
Luego de estos arcos, Dragon Ball Super se complementa con dos películas:
Así es, el personaje que salió en una trilogía de películas anteriores hace su debut canónico en la cronología de Dragon Ball en esta película.
Aquí vemos cómo fue que Broly nació siendo un saiyajin demasiado poderoso por lo que fue expulsado por el Rey Vegeta. Sin embargo, Broly y su padre se unen al mismísimo Freezer para planear una venganza contra nuestro querido Vegeta.
¡Y ahora sí! En la cronología de Dragon Ball hemos llegado a la película que actualmente está en cines.
En esta ocasión, el protagonista es más Gohan y trae de regreso a un viejo enemigo. Como seguro recordarás, en su momento Goku eliminó al Ejército del Liston Rojo, pero el legado de esta organización revive con nuevos androides: Gamma 1 y Gamma 2.
Estos dos androides se autoproclaman “superhéroes” y deciden atacar a Piccolo y Gohan, quien tendrá que despertar todo su poder para detener esta nueva amenaza.
No se nos olvidó este anime, solo que no es canónico y por eso no entra dentro de la cronología de Dragon Ball oficial.
Para quienes no recuerdan, esta historia se desarrolla unos 15-20 años después de la batalla contra Majin Buu, cuenta con 64 episodios y en ella vemos cómo por accidente Goku vuelve a ser un niño.
Varias academias de béisbol se han creado en Perú a raíz de la llegada de miles de migrantes venezolanos para ayudarlos a integrase en su nuevo país.
“¡Out!”
Miguel está envuelto por la nube de polvo que acaba de levantar tras correr con todas sus fuerzas para alcanzar la tercera base.
A pocos metros está Franklin Lopez. Él es el coordinador de una academia de béisbol conocida como Los Astros, conformada por unos 20 niños y jóvenes venezolanos que comparten un solo sueño: jugar en la Grandes Ligas de Estados Unidos.
Pero la Academia Los Astros no funciona en Caracas, sino en Lima, la capital peruana, donde el béisbol, a diferencia de lo que pasa en Venezuela, no es un deporte muy popular.
“Uno de los primeros problemas que encontramos cuando llegamos a Lima es que no había canchas para jugar al béisbol. Acá todo es fútbol”, le cuenta López a BBC Mundo.
Desde 2017, debido a la fuerte crisis económica y política en la que se fue sumiendo Venezuela, millones de sus habitantes huyeron hacia distintos países de América Latina.
Al menos 1,5 millones de ellos terminaron viviendo en Perú. De hecho, más de 500.000 pidieron refugio de manera oficial. Y muchos de ellos se encuentran entre los 10 millones de habitantes de Lima.
La capital peruana es una ciudad diferente a Caracas, donde los diamantes de béisbol abundan en los barrios y los parques. En Lima las canchas deportivas suelen tener forma rectangular y arcos para meter goles.
Sin embargo, en medio del paisaje desértico de la costa limeña y su cielo gris, muchos de los nuevos residentes se dieron cuenta que, más allá de su experiencia de desarraigo, lo que no querían era que sus hijos perdieran sus raíces venezolanas, incluidas las deportivas.
“He aprendido muchas cosas del béisbol, pero sobre todo he aprendido a estar acá, cómo vivir acá”, explica Miguel José Rivas, quien tiene apenas 7 años, pero es uno de los niños que más entusiasmo le pone al entrenamiento.
Y tanto ha sido el éxito de los clubes de béisbol en la comunidad, que Los Astros contó en sus inicios con el apoyo de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur.
“Nos dimos cuenta que era un proyecto que servía para algo fundamental: usa el poder del deporte para ayudar en la integración de la migración venezolana en Perú. Y creo que ha logrado su objetivo”, le dice a BBC Mundo Laura Almirall, representante de Acnur en el país sudamericano.
En Venezuela el béisbol es casi una religión: a pesar de la crisis, la famosa liga profesional de este deporte cuenta con ocho equipos y los torneos siguen atrayendo a multitudes.
Además, de acuerdo a la Federación Venezolana de Béisbol, al menos 50.000 niños están inscritos en las escuelas de formación.
Cuando huyó de Venezuela en 2017, porque con su sueldo no podía comprarse “ni lo mínimo para sobrevivir”, Ramón Olmedo llegó a Lima con la idea de no olvidarse de su país.
“Ramón escuchó a muchos otros venezolanos quejarse de que sus hijos no tenían donde jugar béisbol. Entonces decidió hacer algo”, cuenta López, quien se siente responsable de la historia de Los Astros. Ahora se encarga de la coordinación, después de que Olmedo regresara a Venezuela el año pasado.
Este último había jugado béisbol de forma regular en su país natal y sentía que tenía la confianza para enseñárselo a los niños venezolanos que se habían instalado en Lima con sus familias.
Lo primero fue encontrar un lugar. Eligieron un espacio abierto en el populoso sector de San Juan de Lurigancho, en el este de la capital. No hizo falta hacer una convocatoria ya que los niños comenzaron a aparecer por decenas.
En 2020, cuando se fundó Los Astros, llegaron a entrenar a 50 niños.
“Eran tantos que tuvimos que clasificarlos en categorías por edades y buscar personas para que nos ayudaran con la formación”, recuerda López.
Pronto el juego de la pelota caliente llamó la atención de los vecinos, curiosos por ese juego de bates, corridas y bases que se practicaba en el barrio todos los martes y jueves.
Pero también pronto comenzaron algunos ataques que en Los Astros consideran discriminatorios.
Tras varios meses en San Juan de Lurigancho, un día se encontraron con que la cancha era un campo de lodo en el que era imposible realizar la práctica.
El boicot continuó durante varios días.
Entonces Olmedo tomó una decisión drástica: se mudó al barrio de Lomas, en el norte de la ciudad. Temió que por la distancia fuera a perder a varios de sus pupilos, pero todos aparecieron en la primera práctica en la nueva cancha.
Y no solo eso: poco a poco niños y jóvenes limeños se fueron sumando a las clases.
Es el mismo lugar donde transcurre la práctica de este sábado. El sol aparece sobre un inusual cielo despejado y celeste en la capital peruana.
Los niños entran en calor dando varias vueltas a la cancha. La idea de López es darles conceptos básicos y técnicos sobre el béisbol, pero también sobre todo lo que trae consigo el juego: el compañerismo, el trabajo en equipo y la amistad.
Pero sobretodo, quiere usar el deporte para la integración.
“Llegar a un país tan distinto donde hay culturas y comportamientos muy diferentes a los de tu país es muy difícil. Esta es una forma de ayudarles en ese proceso de adaptación”, afirma López.
“¡Out!”
Otra nube de polvo. Esta vez es Ignacio Garcés, que desde que había bateado sabía que iba quedar eliminado apenas llegara a primera base. Pero igual corrió, igual se arrastró por el piso.
Tiene 10 años. Y también quiere llegar a las Grandes Ligas.
“Acá fue muy difícil encontrar un lugar para practicar béisbol. Pero me ha ayudado mucho porque aprendí a atajar, a lanzar, a batear”, dice con entusiasmo.
En una carpa improvisada un grupo de padres observa la práctica. Ellos han estado desde el inicio de Los Astros. Si hay que atravesar la ciudad para una práctica de dos horas, se hace.
“Lo primero que hicimos cuando llegamos a Lima en 2018 fue buscar lugares para que mis hijos jugaran al béisbol. Pero no fue fácil. Nos tomó más de un año”, le cuenta a BBC Mundo Joana Marín, madre de uno de los jóvenes que forma parte del club.
Para ella, el ingreso de su hijo en las prácticas de béisbol le ha ayudado a mucho más que a integrarse en la nueva ciudad.
“Mi hijo era tímido. Tenía problemas para relacionarse con los demás cuando llegó acá. Además de a hacer deporte, en este tiempo en Los Astros le ha ayudado a ser más extrovertido, más sociable. De verdad ha sido una bendición”, agrega.
En los últimos dos años, muchos venezolanos que residían en Lima han regresado a Venezuela, y el impacto de esos regresos se hace sentir en la alineación del equipo. Los responsables del club confirman que ha disminuido el número de jóvenes que juegan en Los Astros, aunque no el interés.
“Con los muchachos seguimos trabajando. Seguiremos ayudándolos a integrarse mejor a esta nueva sociedad, pero también a conseguir su sueño de llegar a las Grandes Ligas”, concluye López.
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