Pues la banda que viene a cada rato a la CDMX ahora nos dará un concierto masivo. Veremos a Interpol en el Zócalo con un concierto gratuito y aquí te dejamos todos los detalles.
A través de una conferencia de prensa, el pasado 1 de abril confirmaron este evento que se realizará con la emblemática banda de rock conformada por los integrantes Paul Banks, Daniel Kessler y Sam Fogarino.
Claudia Curiel, secretaria de Cultura, explicó que se buscó a la banda para complacer distintos gustos musicales en la ciudad, además de que la banda también había mostrado un gran interés en realizar este tipo de concierto.
El concierto masivo de Interpol en el Zócalo será el próximo sábado 20 de abril y empezará a las 19:00. Repetimos que el concierto se realizará en la Plaza de la Constitución.
Podrás escuchar grandes éxitos como “Evil”, “Obstacle 1”, “C’mere”, “Slow Hands”, “All The Rage Back Home”, “Narc”, entre otras.
Aunque aún no hay nada confirmado, la posible setlist con las canciones que tocará Interpol en CDMX podría ser la misma que ofreció en su último concierto, el cual se realizó en el Palacio de los Deportes el pasado 18 de abril.
En aquel concierto, el grupo interpretó las siguientes rolitas:
¡Pero ojo! Interpol en el Zócalo contará con acto de apertura, el cual estará a cargo de la banda invitada Water From Your Eyes. Este es un dúo neoyorquino de indie pop conformado por Rachel Brown y Nate Amos.
Como ha sucedido en presentaciones anteriores, lo recomendable es llegar con varias horas de anticipación para encontrar buen lugar. Recordemos que el concierto de Julieta Venegas juntó a más de 80 mil personas, así que toma tus precauciones.
Para llegar al Zócalo en metro directamente, podrás bajar en la estación Zócalo/Tenochtitlan de la línea 2 (azul). Peeeero, en algún momento la encontrarás cerrada dependiendo de ya cuánta gente haya en la zona. Así que también te queda cerca Pino Suárez de la línea 1 (rosa) y la estación San Juan de Letrán de la línea 8 (verde).
Si vas a tomar el metrobús, tu mejor opción es subirte a la línea 4 (naranja) y bajarte en la estación Museo de la Ciudad, que es la más cercana a la Plaza de la Constitución.
Sabemos que tienes ganas de ver en primera fila a Interpol en el Zócalo. Sin embargo, mantén la calma si nada más no puedes llegar hasta la Plaza de la Constitución y más si vas con infancias, personas con alguna discapacidad, mujeres embarazadas o adultos mayores.
Para el disfrute de todas las personas, se pondrán ocho pantallas gigantes en puntos estratégicos en el Centro Histórico:
Sobre 20 de noviembre:
Sobre Pino Suárez:
Sobre Madero, cerca del acceso al Zócalo.
Si te vas a lanzar, pon en tu lista de prioridades el bloqueador y el agua. Recuerda que la temperatura máxima en la CDMX ha rondado los 30°C, así que es muy importante protegerte del sol y mantenerte siempre hidratada.
Para ello se recomienda llevar gorras o sombreros, aunque se pide evitar las sombrillas, para no arruinarle la vista a otras personas.
Habrá varios filtros de revisión y monitoreo en las calles que dan acceso al Zócalo. Así que también te dejamos lo que sí puedes y no puedes llevar al concierto masivo:
Con tantas aglomeraciones, te recomendamos que desde antes de meterte al Zócalo identifiques rutas de evacuación, zonas de menor riesgo y hasta los puesto de atención médica por cualquier emergencia.
Igual no está de más que portes una “tarjeta de seguridad” poniéndole tu nombre completo, tipo de sangre, alergias o señalar si tomas un medicamento.
También puedes establecer un punto de encuentro con tus amix por si se separan.
¿Y tú ya sabes si te lanzarás a ver a Interpol en el Zócalo?
El premio Nobel Mario Vargas Llosa murió a los 89 años en su residencia de Lima. Deja una prolífica obra de la que te destacamos 5 novelas de ficción que marcaron su carrera.
La carrera prolífica del escritor Mario Vargas Llosa, fallecido a los 89 años en Lima, duró casi 7 décadas y le valió, entre otros, el Premio Nobel de Literatura en 2010 y el premio Príncipe de Asturias, gracias a sus novelas, cuentos, ensayos, piezas de teatro e infinidad de artículos periodísticos.
Vargas Llosa era además integrante de la Academia Francesa, uno de los mayores honores culturales e intelectuales en Francia. Sus miembros son conocidos como les immortels (los inmortales), y solo hay 40 asientos, numerados y vitalicios.
Entre sus miembros destacados han estado Voltaire, Montesquieu, Victor Hugo y Alejandro Dumas.
El gobierno peruano decretó “Duelo Nacional el día 14 de abril” y anunció banderas a media asta en locales estatales con motivo del deceso, indicó un Decreto Supremo divulgado a medianoche.
Su disciplina y compromiso lo llevaron a producir una obra de asombrosa abundancia: 20 novelas, un libro de cuentos, 10 obras de teatro, 14 libros de ensayo, dos de crónicas y uno de memorias.
Estas son las obras de ficción más célebres de Mario Vargas Llosa, nacido en 1936 en la ciudad peruana de Arequipa:
Con su primera novela, el autor peruano irrumpió en el panorama literario internacional de manera impactante, marcando también el inicio del llamado “Boom Latinoamericano”, un movimiento literario que revolucionó la narrativa del siglo XX en lengua española.
A este grupo pertenecen también los mexicanos Carlos Fuentes, Juan Rulfo y Vicente Leñero, el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar y el uruguayo Juan Carlos Onetti, entre otros.
La historia, inspirada en sus vivencias personales, transcurre en el Colegio Militar Leoncio Prado, ubicado en Lima. Un internado de formación castrense donde jóvenes adolescentes se preparan para una posible carrera militar.
El colegio, sin embargo, representa cómo era a ojos de Vargas Llosa la sociedad peruana de la época: autoritaria, violenta, machista y profundamente desigual.
Al momento de su publicación, Perú atravesaba un periodo de fuertes tensiones políticas y sociales tras la dictadura del general Manuel A. Odría (1948–1956), por lo que la publicación de la novela fue polémica hasta el punto de que el ejército peruano quiso censurarla.
A Vargas Llosa le traería fama internacional y repudio local.
Como figura clave de la literatura latinoamericana, su segunda novela de ficción tampoco defraudaría. Ambiciosa y compleja, “Conversación en La Catedral” fue considerada por muchos críticos como una de sus obras maestras.
El libro se caracteriza por los cambios constantes de narrador, de tiempos verbales y de escenas, lo que obliga al lector a reconstruir por si mismo los hechos.
El 3 de octubre de 1968, el general Juan Velasco Alvarado lideró un golpe militar que derrocó a Fernando Belaúnde Terry, elegido en las urnas en 1963. En ese contexto y solo un año después se publicaría este libro.
La historia gira en torno a Santiago Zavala, conocido como “Zavalita”, un joven periodista que acaba desilusionado, trabajando como redactor en un periódico sensacionalista y viviendo una vida gris.
Un día, se encuentra casualmente con un antiguo chofer de su padre, y juntos se sientan a conversar en un bar llamado precisamente “La Catedral”. La conversación y los recuerdos de ambos sirven como eje central de la novela.
En un caso de rebeldía tribal, Vargas Llosa contrajo matrimonio en 1955, cuando aún contaba con 19 años, con su tía materna, la boliviana Julia Urquidi, 11 años mayor que él y divorciada. El escándalo en la familia fue enorme, no solo por la edad, sino por el parentesco.
De su relación con ella y su trabajo en Radio Panamericana saldría una de sus novelas más exitosas y graciosas: “La tía Julia y el escribidor”.
De nuevo, era una novela que contaba sus experiencias vitales, pero a diferencia de las anteriores obras, más densas y centradas en temas políticos, esta tiene un tono más ligero, casi humorístico y autobiográfico. Sí se mantiene la crítica al conservadurismo y clasismo de la sociedad peruana.
Cuando Vargas Llosa publicó “La tía Julia y el escribidor”, ya era un autor consagrado en América Latina y Europa.
Julia Urquidi publicaría luego una suerte de respuesta en su libro de memorias “Lo que Varguitas no dijo”.
Los críticos dicen que con este libro Vargas Llosa alcanzó la madurez literaria. Se nota, añade la crítica literaria, en la épica y las disertaciones filosóficas latentes en toda la narración.
Con “La guerra del fin del mundo” el escritor vira hacia la novela histórica de ficción.
Los acontecimientos que inspiran la historia son reales y ocurrieron en Brasil a fines del siglo XIX: la llamada Guerra de Canudos (1896–1897) fue una sangrienta rebelión religiosa que tuvo lugar en 1897 en Canudos, Brasil, y encabezada por el mesiánico Antonio Conselheiro.
Vargas Llosa toma este hecho real como base para una novela en la que múltiples personajes cruzan sus caminos: periodistas, soldados, bandidos, intelectuales, prostitutas, campesinos y políticos. El lector asiste no solo a una guerra física, sino también a una colisión ideológica entre modernidad y tradición, razón y fe.
Lo que empezó como un guión para una película que nunca se filmó terminaría convirtiéndose en una de sus obras más ambiciosas.
Más adelante regresaría a la novela histórica con “El paraíso en la otra esquina” (2003) y “El sueño del celta” (2010).
En 2000, cuando nadie lo esperaba, volvió a publicar una novela total con “La fiesta del chivo”, que rivalizaría con sus grandes logros en la escritura, como “Conversación en la catedral” o “La guerra del fin del mundo”.
Era el regreso del Vargas Llosa que se metía en el fragor de los grandes acontecimientos políticos y de la violencia. Y también el regreso a un tema muy atractivo para los escritores latinoamericanos: el caudillo devenido en dictador.
En esta ocasión, el foco se sitúa en la República Dominicana y la figura del dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien gobernó con mano de hierro entre 1930 y 1961. Cómo haría antes, Vargas Llosa escribió esta novela tras una profunda investigación documental y entrevistas.
La trama gira en torno a Urania Cabral, hija de un antiguo funcionario trujillista, que regresa a Santo Domingo después de décadas en el exilio. Su viaje es el hilo conductor emocional y sirve para explorar el trauma personal y colectivo de una sociedad marcada por el silencio y la complicidad.
La novela denuncia cómo muchos sectores sociales –élite, iglesia, militares, empresarios– fueron cómplices del régimen, y cómo el miedo disolvió la responsabilidad individual.
Su literatura “estuvo marcada por la pasión por la literatura y el compromiso con la exploración de la condición humana a través de sus historias”, dijo La Casa de las Américas en su nota de despedida al genial escritor.
*Con información de Juan Carlos Pérez Salazar.
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