Seguro ya sabes que el 21 de febrero de 2020 los Backstreet Boys darán un (khermoso) concierto en el Palacio de los Deportes, de la Ciudad de México, y que habemos más de tres morrxs emocionadxs por ver a nuestros ídolos de la infancia (o adolescencia) bailar como a inicios de los dosmiles.
Tanto furor causó el anuncio, que los boletos de preventa se terminaron ra-pi-dí-si-mo por lo que ¡abrieron una nueva fecha para Ciudad de México! Ahora también darán un concierto el 22 de febrero (khemocionante).
A nosotrxs nos alegró muchísimo el anuncio de su DNA World Tour, y obvio de inmediato le dimos play a sus mejores rolas y decidimos traerte esta Guía Chavorruca para disfrutar los conciertos de los Backstreet Boys que sí, ya se verán “grandecitos”, pero siguen bailando y cantando como hace 20 años.
Como diría mi abuela, comencemos por el principio: por allá de 1993 Nick Carter, Brian Littrell, Kevin Richardson, A.J. McLean y Howie Dorough eran unos morritos felices que vivían en Orlando (menos Brian, quien es de Kentucky) y se unieron al proyecto de Backstreet Boys.
El inversionista era Lou Pearlman, quien contrató a Johnny Wright, exmánager de otra boyband llamada New Kids on the Block (seh, la idea de BSB era muuuy similar), y pues se armó el pachangón con los cinco morritos que en 1996 sacaron su primer álbum homónimo y tuvo éxito, con canciones como “We’ve got goin’on” y “Quit playing games (with my heart)”.
Y bueeeno, aunque no es el álbum más recordado de la banda, les puedo asegurar que sí encendió las alarmas en todo el mundo e hizo que toooodes les pusieran los ojos de encima a estos morros.
Para el siguiente año sacaron el memorabilísimo Backstreet’s Back, y ahora sí que volvieron loca a más de una adolescente (o niña) en todo el mundo.
No te hagas, ahora cuando escuchas “Everybody” haces ese bailecito que todos recordamos, y la neta cómo no acordarnos de la rola cuando estuvo en la lista de Billboard Hot 100 por 22 semanas (casi medio año), además de que el video, donde están en una especie de mansión embrujada, es me-mo-ra-ble, ¿síono raza?
Fun fact de esta canción: en los sitios oficiales de los Backstreet Boys mencionan a Victoria Beckham, Melanie Brown, Emma Bunton y Geri Halliwell (sí, las Spice Girls) como “compositoras”, aunque en realidad la canción es de Max Martin (es un súúúper compositor que ha trabajado con todos los artistas pop que puedes imaginarte, en serio TODOS).
La razón es medio misteriosa, lo que sí podemos decir es que desde el año pasado nuestra boyband favorita busca hacer un tour con las Spice Girls y ellas no han aceptado (aún) la invitación.
Ahora dale play a este video mientras sigues leyendo la nota.
Y ahora, así de rápido como pasan los años (sí, comentario de tía), vamos a contarte del álbum que ha hecho con los Backstreet Boys sean quienes son ahora: Millennium, una beieza desde la primera canción.
Desde 1998 comenzaron a dar “adelantos” del álbum, lo que generó muchísima expectativa para su lanzamiento en mayo de 1999 (ha-ce-20-años) y sólo en su primera semana de lanzamiento vendió 1.1 millones de copias y se posicionó en número 1 de la lista Billboard 200.
Fue su tercer álbum y ya sonaban en, literal, todo el mundo. Tan fue así que “Larger than life” fue una canción en agradecimiento a sus miles de fans y por supuesto sus seguidoras respondimos a eso y mantuvimos la rola como la más solicitada en MTV Total Request Live, batiendo todos los récords hasta ese año.
Después del exitazo que resultó ser Millennium, con canciones tan chidas como “I want it that way” o la desgarradora “Show me the meaning of being lonely”, sacaron Black & Blue, un nuevo álbum donde los veíamos pues digamos “creciditos” y sí, todavía eran súper pop, pero ya se escuchaba un poquito más rockerito su cotorreo (un ejemplo es “The Call” o “Get another boyfriend”).
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Debemos decir algo importante: las expectativas de este álbum eran altísimas y hemos de reconocer que no se cumplieron porque, aunque tuvieron buenas muy buenas ventas en un inicio, no alcanzaron a estar en los primeros lugares de los charts como con Millenium o Backstreet’s Back.
Aún así, se lanzaron a un tour mundial que se dividió en dos etapas y de la cual sólo completaron la primera, pues en 2001 se anunció que A.J. había ingresado a rehabilitación por depresión, alcoholismo y adicción a la cocaína.
Y sí, este fue el principio del fin de la boyband más grande de todos los tiempos (N’Sync es otra discusión que podemos tener en otro momento, amigues, los Backstreet Boys son los mejores).
En 2002 la banda tomó un descanso, Nick intentó hacer su carrera en solitario (no con mucho éxito, la dvd) y para no hacerles el cuento largo, lanzaron Never Gone en 2005 .
La rola más recordada es la de “Incomplete”, pero cambiaron durísimo su estilo, muuucho más meloso y tranqui y pues… las críticas no fueron nada halagüeñas, aunque hemos de decir que es un álbum que ha vendido 10 millones de copias, así que tan mal no les fue.
No me detendré mucho en los siguientes álbumes: Unbreakable, lo lanzaron en 2007 (clávate en “Inconsolable”) sin Kevin Richardson.
Para 2009 sorprendieron con This is us, donde oootra vez se escucha ese popcito que a miles nos hizo latir el corazón adolescente (te recomendamos la primera rola de este álbum “Straight Through my heart” y “Bye bye love”).
En 2011 sucedió la reunión que nadie esperaba: NKOTBSB, con el que se lanzaron de gira con nada más y nada menos otra boyband: New Kids on the Block.
Dos años después llegó In a world like this, con los cinco juntitos (sí, Kevin volvió), además de que ese año se estrenó un documental que relata la biografía de la banda y comenzaron su estancia en Las Vegas, esta duró cinco años.
Pues este año nuestros morros -ya no tan morros- favoritos lanzaron DNA y llegó el anuncio que a muchas nos hizo gritar (sólo pregunta cómo ha estado la redacción de Animal MX en las últimas horas): un tour que nos traerá a los Backstreet Boys a México.
Por si estabas despistadx y no te enteraste, aquí están todos los datos de los conciertos que darán en nuestro país.
El 21 y 22 de febrero de 2020 se presentarán en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, la preventa para el primer concierto fue el 2 y 3 de septiembre, para el segundo concierto será el 6 de septiembre y, según Ticketmaster, los costos van desde los 700 pesos hasta los 3,000 (ya con cargos).
El 26 de febrero se presentarán en la Arena VFG de Guadalajara y el rango de precios de los boletos va desde los 540 pesos hasta los 2,600.
Para que vayas calentando la garganta, en Animal MX te hicimos esta bonita playlist:
Pagasa es tan pequeña que apenas puede aterrizar un avión, pero es objeto de una intensa disputa entre Filipinas y China, que mantiene a sus 300 habitantes bajo constante tensión.
Con 37 hectáreas, la isla Pagasa -que significa “esperanza”- apenas tiene espacio para que sus habitantes puedan vivir.
En la isla, que es administrada por Filipinas, prácticamente no hay nada.
Sus aproximadamente 300 habitantes viven en pequeñas casas de madera, pescan en las cristalinas aguas turquesas que rodean la isla y cultivan lo que les permite el suelo arenoso.
Pero no están solos. En la costa oeste de esta isla en disputa hay una flota de barcos.
Todos son chinos: de la marina, la guardia costera o la llamada milicia marítima de China.
Son grandes buques pesqueros que han sido reconvertidos y que buscan mantener el dominio de ese país en el mar que rodea la isla.
Cuando nos acercábamos a Pagasa contamos al menos 20 barcos.
Durante los últimos diez años, China ha estado expandiendo su presencia en el mar de China Meridional. Ha tomado posesión de arrecifes de coral sumergidos y ha construido en ellos tres grandes bases aéreas.
También ha desplegado cientos de barcos para reforzar su reclamo sobre casi todas las rutas marítimas estratégicas que se extienden hacia el sur desde las grandes ciudades exportadoras de la costa china.
Pocos países del Sudeste Asiático que también reclaman islas en el mismo mar se han atrevido a contraatacar a China; solo Vietnam y Filipinas lo han hecho.
Los ejércitos de ambos países son mucho más pequeños que los de China, pero aún conservan un puñado de arrecifes e islas.
Pagasa, también conocida como Thitu, entre otros nombres, es la más grande de ellas.
Sin embargo, lo que hace que la isla sea excepcional es su población civil, presente en pocas islas del mar de China Meridional.
Desde la perspectiva de Filipinas, esto, y el hecho de que Pagasa sea tierra firme y no un arrecife parcialmente sumergido ni un cayo arenoso, refuerza sus reivindicaciones sobre la isla.
“Pagasa es muy importante para nosotros”, le dice a la BBC Jonathan Malaya, director general adjunto del Consejo de Seguridad Nacional de Filipinas.
Explica que tiene una pista de aterrizaje y es un lugar habitable: “Hay una comunidad filipina residente y pescadores viviendo allí”, prosigue.
“Y dado el tamaño de la isla, una de las pocas que no tuvo que ser recuperada del mar, bajo el derecho internacional genera su propio mar territorial de 12 millas náuticas”.
“Por lo tanto, es, en cierto modo, un eje fundamental para la presencia filipina (en la zona)”, añade.
Para llegar a Pagasa se necesitan dos o tres días de viaje en barco desde la isla filipina de Palawan, o una hora de viaje en avión, pero en ambos casos las tormentas son frecuentes en esa parte del mundo.
Anteriormente sólo aviones pequeños podían aterrizar en la isla, hasta hace dos años cuando pavimentaron la pista y la ampliaron a 1.300m.
Ahora pueden llegar grandes aviones de transporte C130.
Pero viajar en ellos, como hicimos nosotros, es como hacerlo en un autobús lleno en hora pico.
Todo tiene que ser traído desde afuera y por eso nuestro avión estaba repleto. Desde el suelo hasta el techo.
Había colchones, huevos, bolsas de arroz, un par de motos y mucho equipaje, sin mencionar un gran grupo de personal militar, la mayoría de los cuales tuvieron que estar de pie durante todo el vuelo.
Mucho ha cambiado en los últimos años. Hay un nuevo hangar, lo suficientemente grande como para albergar aviones durante las tormentas.
También están construyendo una torre de control y dragando un pequeño puerto para permitir el atraque de barcos más grandes.
Algunos marineros filipinos apostados allí nos ofrecieron un recorrido por la isla. Aunque en realidad, dado su tamaño, esto parecía innecesario.
Filipinas le arrebató Pagasa a Taiwán en 1971, cuando una guarnición taiwanesa la abandonó durante un tifón.
Fue anexionada formalmente por Filipinas en 1978.
Poco después, el gobierno empezó a animar a la población civil a asentarse allí.
Sus habitantes necesitan apoyo para sobrevivir en esta remota franja de tierra. Las familias reciben mensualmente donaciones oficiales de alimentos, agua y otros víveres.
Actualmente cuentan con electricidad y conexión a internet móvil, pero eso solo llegó hace cuatro años.
Aparte de los trabajos gubernamentales, la pesca es la única forma viable de ganarse la vida, y desde la llegada de las flotillas chinas incluso esto se ha vuelto difícil.
El pescador Larry Hugo lleva 16 años viviendo en la isla y ha estado documentando el creciente control chino sobre la zona.
Filmó una construcción en el arrecife Subi, a unos 32 km de Pagasa, que con el tiempo se fue convirtiendo en una base aérea militar a gran escala.
Uno de sus videos, que muestra cómo su pequeño bote de madera casi es embestido por un barco de la guardia costera china en 2021, lo ha convertido en una pequeña celebridad.
Pero el acoso chino lo ha obligado a pescar en una zona más pequeña y más cerca de su casa.
“Sus barcos son enormes comparados con los nuestros. Nos amenazan, se acercan y hacen sonar sus sirenas para ahuyentarnos. Nos asustan muchísimo. Así que ya no voy a mis antiguos caladeros más lejanos”, explica.
“Ahora tengo que pescar cerca de la isla, pero las reservas de peces están disminuyendo y es mucho más difícil llenar nuestros tinacos como antes”.
Realyn Limbo ha trabajado como profesora en la isla por 10 años y ha visto crecer la escuela, que antes era una pequeña cabaña y ahora es una edificación de gran tamaño.
Enseña a más de 100 alumnos, desde el preescolar hasta los 18 años.
“Para mí, esta isla es como el paraíso”, le dice a la BBC.
“Tenemos cubiertas todas nuestras necesidades básicas. Es limpia y tranquila; los niños pueden jugar al baloncesto o ir a nadar después del colegio. No necesitamos centros comerciales ni todo ese materialismo”.
Pagasa es un lugar muy tranquilo. Con el intenso calor del mediodía, encontramos a la mayoría de la gente dormitando en hamacas o escuchando música en sus porches.
Durante nuestro recorrido nos topamos con Melania Alojado, una trabajadora sanitaria del pueblo, quien mecía a un bebé pequeño para ayudarlo a dormir.
“El mayor desafío para nosotros es cuando las personas, especialmente los niños, se enferman”, afirma.
“Si es grave, debemos evacuarlos a tierra firme. No soy enfermera titulada, así que no puedo realizar tareas médicas complejas. Pero no siempre hay aviones disponibles (para evacuarlos) y, a veces, el clima es demasiado duro para viajar”, añade.
“Cuando eso sucede simplemente tenemos que cuidarlos lo mejor que podamos”.
Pero ella también valora la tranquilidad de la vida en la isla.
“Nos liberamos de muchas tensiones. Recibimos alimentos subvencionados y podemos cultivar algunos de nuestros propios alimentos. En la gran ciudad, se necesita dinero para todo”.
Vimos algunas casas nuevas y en construcción, pero Pagasa no tiene espacio para alojar a mucha más gente.
Como también hay muy pocos empleos, los jóvenes suelen abandonar la isla al terminar la escuela.
A pesar de su tranquilidad encantadora y sus impresionantes playas de arena blanca, persiste una atmósfera tensa, debido en parte a la abrumadora presencia china, claramente visible en la costa.
“Los chinos de la base aérea de Subi Reef siempre nos retan cuando nos acercamos a Pagasa”, asegura el piloto de la aeronave en la que viajamos. “Siempre nos advierten que estamos entrando en territorio chino sin permiso”.
Le preguntamos si alguna vez han intentado detenerlo.
“No, es rutina. Les decimos que esto es territorio filipino. Siempre lo hacemos”, responde.
Jonathan Malaya afirma que su gobierno ha presentado una protesta diplomática formal cada semana ante la Embajada de China por la presencia de sus buques en lo que Filipinas considera aguas territoriales de Pagasa.
Esto contrasta marcadamente con la administración anterior del presidente Rodrigo Duterte, que evitó confrontaciones con China con la esperanza de atraer más inversiones a Filipinas.
“Creo que ganaremos más respeto de China si nos mantenemos firmes y les demostramos que también podemos jugar este juego”, afirma.
“Pero el problema de las democracias como Filipinas es que las políticas pueden cambiar con gobiernos nuevos. China no tiene ese problema”.
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