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Lo que el *anime ‘Attack on Titan’* nos enseña sobre radicalización y búsqueda de la libertad
Lo que el *anime ‘Attack on Titan’* nos enseña sobre radicalización y búsqueda de la libertad
7 minutos de lectura

Lo que el *anime ‘Attack on Titan’* nos enseña sobre radicalización y búsqueda de la libertad

26 de marzo, 2021
Por: César Galicia
@cesargalicia_ 

Ojo: Este texto contiene spoilers de Attack on Titan, hasta el final de la primera mitad de la última temporada.

Uno de los principales ejes temáticos de Attack on Titan es la búsqueda de la libertad frente a las fuerzas que nos oprimen. En las sociedades brutales de Paradis y Marley, todos los personajes se encuentran atrapados en un ciclo de violencia que comenzó mucho antes de que nacieran y que nadie sabe cómo habrá de terminar.

Las narrativas históricas siempre están cambiando: ¿Nacemos libres o nos hacemos luchando? ¿Es posible la redención, tanto individual como histórica? ¿Ymir fue una liberadora o una conquistadora? ¿Karl Fritz fue un pacifista o un cobarde? ¿Más allá del mar se encuentra la hecatombe o la esperanza? ¿Cuál es el costo de la libertad?

Aquí entra Eren Jaeger, el personaje principal. Desde el inicio de la historia, su postura existencial es clara: nacemos siendo libres y cualquier fuerza que amenace nuestra libertad merece la extinción, sean criminales, humanos perezosos, titanes o naciones enteras.

Hay aquí una cosa curiosa: Eren, más que ser libre, lo que quiere es no ser un esclavo. Y esa es una distinción importante. Su idea de libertad, incluso si al inicio no se da cuenta, está fundamentada en una noción de individualidad extrema: mi libertad depende de que ninguna persona pueda decidir sobre mí y, para lograr esto, debo de ser más fuerte que el resto.

Conforme avanza la historia, Eren se fortalece y radicaliza cada vez más, como producto de la frustración resultante de descubrir que la vida es más compleja que un “buenos contra malos”.

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En un principio, Eren pregona luchar por la libertad humana. Cuando se descubre portador del Titán de Ataque (y, por lo tanto, portador de un poder que nadie más en su grupo tiene y que lo vuelve una pieza clave para la “liberación de la humanidad”), asume que su misión es convertirse en un monstruo y exterminar su propia humanidad en búsqueda de ese “bien mayor”.

Los titanes no son fuerzas de la naturaleza, sino seres humanos. Los seres humanos que ama, como Reiner, Bertolt o Annie, pueden traicionarlo. Quienes lo traicionan, no siempre tendrán motivaciones oscuras y muchas veces podrán estar luchando por la misma libertad que él.

La definición de “libre” y “esclavo” no es fija y está sujeta a múltiples narrativas y fuerzas históricas. Y, sobre todo, como señala el videoensayista Soul en su ensayo The Genius of Eren Jaeger’s Character, Eren no es especial simplemente por tener un poder extraordinario, del mismo modo en que el círculo de la violencia no depende de su voluntad individual para ser quebrado.

Ante la frustración acumulada con el tiempo, Eren llega a una terrible conclusión: no es que nacemos siendo libres y alguien nos arrebata esa libertad, es que porque nacemos no somos libres, y la única manera de aspirar a la libertad es la homogeneización absoluta y la exterminación de la otredad. Es decir: el fascismo.

Este plan encuentra, en parte, su génesis y espejo en la historia de Zeke, su medio hermano. Lo mismo radicalizado y abandonado afectivamente por Grisha, el padre de ambos, su vida fue dañada de manera irreparable no sólo debido a las fuerzas históricas y políticas que lo oprimían en tanto perteneciente al pueblo eldiano, sino también por los fútiles intentos por cambiar la historia.

Después de una vida de trauma, Zeke llega a una conclusión: la única manera de eliminar el sufrimiento es erradicar su causa desde la raíz: la vida misma. Es un “mamá, yo no pedí nacer” llevado al extremo. Su plan de utilizar el poder del Titán Fundador (el “plan de eutanasia”) para provocar la esterilización masiva de los eldianos no es más que un genocidio de largo aliento que, desde su perspectiva, nace desde una compasión profunda, un traumatizado lugar de amor. Un espejo más se encuentra en los personajes de Reiner, Bertolt o Gabi: figuras que se asumen del lado de su opresor sea para conseguir una mejor vida o sea para expiar su culpa.

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Estas perspectivas me parecen interesantes porque, de algún modo, reflejan cómo uno puede llegar a radicalizarse hacia ideologías fascistas cuando pone el sufrimiento por la opresión al centro de la vida (incluso si sólo es percibida, como sucede en el caso de cierta población blanca de Europa o Estados Unidos, por poner un ejemplo).

Si la decepción nos hace alejarnos de la otredad en vez de encontrarnos en ella, es difícil que nuestra mente logre resistirse a la seducción de los discursos que suponen que es en el mero hecho de la otredad donde está la génesis de toda violencia, en vez de apostar por una transformación más compasiva, diversa y pacifista.

Aquí, de hecho, cabe la pregunta ¿por qué Zeke y Eren apuestan por soluciones fascistas, mientras que otros personajes, como Armin, Hange, Levi, Falco o Mikasa, no?

Imaginaría que tiene que ver con otra apuesta. Armin, por ejemplo, comparte la motivación de ser libre (y una historia de orfandad y pérdida no muy distinta a la de Eren, por cierto), sin embargo, la emoción que lo alimenta no es la venganza, sino la curiosidad. A diferencia de Eren, Armin es capaz de imaginar un mundo más allá de todas las murallas porque su interés no está en exterminar a todos los titanes, Armin quiere ver el mar.

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Los otros personajes que apuestan por salidas similares al círculo de la violencia comparten una visión similar: Hange cree que el conocimiento será lo que nos libere, Falco reconoce de inmediato la humanidad de los eldianos a partir de observar su sufrimiento, Sasha (que R.I.P. en F) reconoce que necesita de otras personas para sobrevivir, Levi repudia la noción de las muertes sin sentido e incluso Reiner, el espejo narrativo de Eren, encuentra su posible redención a través de renunciar a su identidad como “guerrero”, aquel que legitima su existencia a partir de su capacidad para triunfar en la guerra.

En este sentido, creo que Eren y Zeke representan dos formas en que una persona puede llegar a radicalizarse hacia el fascismo incluso partiendo de ideales aparentemente nobles.

Tanto Eren como Zeke son incapaces de romper el círculo de violencia que los oprime porque no pueden mirar más allá de la misma violencia: para ellos, la existencia de la otredad es el problema, no un posible punto de encuentro y reconciliación. Quienes leemos el manga sabemos ya cómo (casi) termina la historia y cómo se resuelve este tema. Yo, por ahora, la voy a dejar hasta ahí.

Aquí va un paréntesis largo, pero necesario:

En medio de una historia con exploraciones tan complejas de la opresión, la historia y la violencia, se encuentra una cuestión en la que no entraré a detalle pero no quiero dejar de mencionar: la ambigüedad con la que presenta sus posiciones políticas.

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Lo mismo ha sido interpretada como una historia anticolonialista que como una profascista y no es gratuito que tanto el anime como el manga gocen de mucha popularidad entre simpatizantes de la derecha.

En un ensayo del canal Just Write (que fue dado de baja por infracciones de copyright y que, al menos al momento de escribir este texto, se encuentra bajo apelación) , Sage Hyden argumenta que este problema nace como un conflicto entre texto y subtexto: si bien, el texto es una historia que parece ser abiertamente antifascista, el subtexto la contradice en múltiples ocasiones [como con la explícita alegoría del pueblo eldiano con el pueblo judío y la explícita invención de “razas”, por poner sólo uno de varios ejemplos problemáticos].

¿Este conflicto es intencional o no? Nadie sabe. Hajime Isayama, el autor, ha insistido en que su manga es “apolítico” y no pedagógico, incluso si, bueno, estamos hablando de una historia que incluye armas de destrucción masiva, campos de concentración, guerras entre naciones, conflictos raciales y hasta un golpe de Estado.

En su ensayo, Hyden concluye que, aunque no hay forma de saberlo a ciencia cierta, él cree que este conflicto se debe más a descuidos de Isayama que a una intención fascista abierta. Varias cuestiones, como el hecho de que Eren claramente se convierte en el antagonista final de la historia, me hacen coincidir. Sin embargo, el peligro de una alegoría demasiado ambigua y no muy bien trabajada ya está ahí.

(Fin del paréntesis largo, pero necesario).

Reconociendo esto, y si me lo permiten rápidamente, quiero aprovecharme de esa ambigüedad  por un segundo para quedarme con una lectura un poco más optimista de la historia y pensar que existen algunos elementos que también indican que existe una posible lección en ella, si es que acaso existe algo así como una “lección” en la ficción: que nadie existe, ni se libera, ni se oprime en individualidad, porque todos estamos interconectados, desde mucho antes de nacer, hasta mucho después de haber desaparecido de esta tierra.

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Imagen BBC
Ordenan prisión domiciliaria para Jair Bolsonaro, expresidente de Brasil, en medio de la disputa con EU
6 minutos de lectura

El juez que lleva el caso aseguró que Bolsonaro incumplió las medidas cautelares que se le habían impuesto.

05 de agosto, 2025
Por: BBC News Mundo
0

El Tribunal Supremo de Brasil ordenó este lunes el arresto domiciliario del expresidente de derecha Jair Bolsonaro.

El exmandatario está acusado de haber participado en una conspiración golpista tras perder las elecciones de 2022, un cargo que él niega.

El juez a cargo de la investigación de Bolsonaro, Alexandre de Moraes, afirmó que la decisión de arrestarlo se debe a que el expresidente no cumplió con las medidas cautelares que se le impusieron el mes pasado, entre ellas abstenerse de realizar publicaciones en redes sociales.

Moraes, que fue sancionado por el gobierno de EE.UU., dijo que Bolsonaro había utilizado las redes sociales de sus aliados, incluyendo las de sus hijos, para difundir mensajes incitando ataques contra el Tribunal Supremo y la intervención extranjera en el poder judicial brasileño.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha calificado el juicio contra Bolsonaro de “cacería de brujas” e impuso el pasado jueves aranceles del 50% a algunos productos brasileños, a pesar de que su país tiene un superávit comercial con Brasil.

El hijo del expresidente y diputado federal (PL-SP), Eduardo Bolsonaro, publicó en inglés y portugués en la red social X protestando por el arresto de su padre.

El diputado, quien reside en EE.UU. y ha ejercido presión a políticos estadounidenses para que se impongan sanciones contra Alexandre de Moraes y el Supremo Tribunal Federal (STF), afirmó que el arresto se produjo “sin delito, sin pruebas, sin juicio”.

“Brasil ya no es una democracia. El mundo debe tomar nota”, escribió el congresista.

Eduardo Bolsonaro destacó que la decisión de Moraes se produjo el mismo día en que la organización Civilization Works publicó un expediente acusando al juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de crear un grupo de trabajo para realizar publicaciones en redes sociales que justificaran los arrestos del 8 de enero.

Tanto él como su padre están siendo investigados por intentar obstruir el juicio en el que se acusa al expresidente de liderar un supuesto golpe de Estado para mantenerse en el poder.

Flavio Bolsonaro con una seguidora del expresidente en la calle
AFP via Getty Images
Flávio Bolsonaro ha estado participando en manifestaciones en contra del juicio de su padre.

Otro hijo del exmandatario, el senador Flávio Bolsonaro (PL-RJ), declaró en una entrevista con CNN Brasil que la detención de su padre demuestra que Brasil se encuentra ahora “oficialmente en una dictadura”.

“Una sola persona ordena la detención de un expresidente de la República, una persona honesta e íntegra”, declaró Flávio, afirmando que el caso contra su padre es un “juego amañado”.

“Eso era todo lo que Alexandre Moraes quería: vengarse del presidente Bolsonaro”.

El senador acusó a Moraes de haber “desequilibrado el proceso electoral” cuando presidía el Tribunal Superior Electoral (TSE) durante las elecciones de 2022, “inclinándolo a favor de nuestro competidor”, declaró Flávio.

Las manifestaciones de la discordia

El domingo, se celebraron manifestaciones a favor de Bolsonaro en varias ciudades brasileñas. El senador Flávio puso brevemente a su padre en el altavoz del teléfono ante la multitud en Río de Janeiro.

Según se informa, posteriormente publicó un video, que luego borró, de su padre al otro lado de la llamada enviando un mensaje a sus simpatizantes.

El diputado Nikolas Ferreira también se comunicó con el expresidente durante las manifestaciones en São Paulo.

Por eso, el juez Moraes señala que Bolsonaro incumplió con las restricciones que se le habían impuesto.

En su decisión de este lunes, Moraes también le prohibió al expresidente recibir visitas, excepto de abogados o personas autorizadas por el Tribunal Supremo, y usar el teléfono móvil directamente o a través de terceros.

Los visitantes autorizados tampoco podrán usar celular, tomar fotos ni grabar videos.

Ya se le había ordenado previamente llevar una tobillera, quedarse en su casa por las noches y no contactar a su hijo Eduardo Bolsonaro, quien ha acudido a funcionarios estadounidenses en su nombre.

Estas restricciones se le impusieron debido a acusaciones de que el expresidente estaba instigando a Donald Trump a interferir en el caso.

En mayo, la Procuraduría General de la República (PGR) señaló que Eduardo Bolsonaro, que actualmente vive en Estados Unidos, había hecho declaraciones públicas “con un tono intimidatorio” y publicaciones en redes sociales que buscaban que el gobierno de EE.UU. impusiera sanciones a funcionarios brasileños relacionados con el juicio.

La semana pasada, el gobierno estadounidense aplicó contra el juez Alexandre de Moraes la Ley Global Magnitsky —una de las más sanciones más severas que hay para castigar a extranjeros acusados de graves violaciones a los derechos humanos y corrupción.

Una publicación en la que una foto en la que sale Jair Bolsonaro, con una camiseta amarilla, sentado viendo su teléfono en la sala de su casa, se acompaña con el título:
Reproducción
Durante las manifestaciones, se dieron a conocer una imagen y unas palabras del exmandatario a través de redes sociales.

Estados Unidos también condenó este mismo lunes la decisión del Tribunal Supremo de Brasil.

“El juez Moraes, ahora sancionado por Estados Unidos como violador de derechos humanos, continúa utilizando las instituciones brasileñas para silenciar a la oposición y amenazar la democracia”, declaró la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental en una publicación en X.

“Imponer más restricciones a la capacidad de Jair Bolsonaro para defenderse en público no es un servicio público. ¡Que Bolsonaro hable!”.

Los otros presidentes presos de Brasil

A petición del Supremo Tribunal Federal, la Policía Federal ejecutó, además, una orden de búsqueda y confiscación de teléfonos celulares.

“La participación encubierta de Jair Messias Bolsonaro, preparando material prefabricado para su difusión en manifestaciones y redes sociales, demostró claramente que continuó con su conducta ilícita de intentar coaccionar al Supremo Tribunal Federal y obstruir la justicia, en flagrante desacato a las medidas cautelares previamente impuestas”, escribió el juez Moraes en su orden.

Para Moraes, “las conductas de Jair Messias Bolsonaro, al desacatar deliberadamente las decisiones de este Tribunal Suprema, demuestran la necesidad y pertinencia de medidas más severas para evitar la continua reiteración delictiva del acusado.”

Ante la noticia de la detención de su padre, Eduardo Bolsonaro afirmó en redes sociales que la decisión se dio “sin crimen, sin pruebas, sin juicio”.

Y añadió: “Brasil ya no es una democracia. El mundo necesita darse cuenta de eso”.

Bolsonaro es el cuarto expresidente brasileño arrestado, de los ocho líderes que ha tenido el país desde el fin de la dictadura militar en 1985.

Además de Bolsonaro, fueron arrestados el actual presidente Lula y los expresidentes Michel Temer y Fernando Collor de Melo.

Los expresidentes José Sarney, Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso nunca fueron a prisión. Y la expresidenta Dilma Rousseff fue arrestada mucho antes de asumir la presidencia, por la dictadura militar.

BBC

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