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Desapariciones y la fama fácil: realidades de México que Amat Escalante muestra en su nueva peli
Desapariciones y la fama fácil: realidades de México que Amat Escalante muestra en su nueva peli
La nueva película de Amat Escalante, 'Perdidos en la noche', llega a cines el 14 de diciembre. Ilustración: Andrea Paredes @driu.paredes Darien Cruz @darien_cl.
7 minutos de lectura

Desapariciones y la fama fácil: realidades de México que Amat Escalante muestra en su nueva peli

Amat Escalante nos cuenta sobre su nueva película, 'Perdidos en la noche', y habla de las dificultades de hacer su tipo de cine en México.
17 de noviembre, 2023
Por: Andro Aguilar
@animalmx 

En su nueva película Perdidos en la noche, el cineasta Amat Escalante aborda la relación que surge entre las desapariciones de personas en México y las nuevas formas de alcanzar “la fama” a partir del internet y las redes digitales.

Con su quinto largometraje, el director cuenta la historia de Emiliano, quien busca a su madre desaparecida como consecuencia de su activismo contra una minera que daña su comunidad. 

Las indagaciones del joven le llevan a la casa de verano de una familia excéntrica, conformada por una exactriz de telenovelas, un artista visual y la hija de ambos, una chica de unos 20 años. 

“Emiliano quiere saber si esta familia tiene algo que ver con la desaparición de su madre, de eso trata la película, pero también que el artista visual quiere usar la situación de Emiliano como inspiración para un proyecto artístico con la idea de ayudarle a encontrar a su mamá”, dice Amat en entrevista con Animal MX

El cineasta reflexiona cómo a través del internet y las redes sociales se perciben y abordan episodios violentos como las desapariciones de personas en México.

“Con el internet hay una interacción muy peculiar y nueva, incluso de sentirse famoso; toda esta nueva idea de la nueva fama, que está también representada en esta familia y que de alguna forma todos tenemos la posibilidad, la ilusión, de ser incluidos en un mundo que posiblemente no existe, o si existiera no pertenecemos exactamente, que es muy similar a la forma en que también consumimos y percibimos acontecimientos de los que no somos parte”, menciona Amat Escalante.

Dostoievski y la injusticia

Durante la pandemia de COVID, el cineasta aprovechó para leer libros que había postergado durante años. Entre esos recorrió toda la obra del ruso Fiodor Dostoiewski, considerado el padre de la literatura psicológica.

Esa atmósfera influyó en la construcción de su película, con personajes enfrentados a situaciones morales, complejas espiritualmente, con misterio y sorpresa.

Amat no considera que Perdidos en la noche sea una obra ‘dostoievskiana’, pero reconoce que contiene la carga de las notas tomadas en ese tiempo de lectura.

Escalante suele trabajar con actores y actrices no profesionales y esos intérpretes completan la propia historia que va construyendo de forma simultánea.

Y aunque en Perdidos en la noche eligió trabajar con actrices reconocidas como Bárbara Mori, Esther Expósito, Juan Daniel García y Fernando Bonilla, esa retroalimentación también modificó la imagen inicial que él mismo tenía de los personajes.

Su cine suele ser relacionado con la violencia. Vive y trabaja en Guanajuato, una de las entidades que encabezan los índices delincuenciales en México. Pero más allá de la violencia, el cineasta precisa que el concepto con mayor peso en su obra es la injusticia, extraída a su vez de su entorno.

“Cuando las cosas están tan desiguales, en automático es que hay injusticia; tendrías que estar muy ciego o muy inconsciente en México para sentir que estamos en un lugar justo”.

  • En Los Bastardos (2008), cuenta la historia de 2 migrantes mexicanos en Los Ángeles que en su búsqueda de ganar dinero aceptan asesinar a la esposa de un hombre.
  • En Heli (2013), el cineasta retrata la lucha de una familia por protegerse en medio de la guerra contra las drogas y la corrupción policial.
  • En La región salvaje (2016), retoma elementos fantásticos de terror para mostrar las represiones morales masculinas que derivan en violencia.

“Sigo haciendo películas de una forma que salen tan de mí, de mi imaginación, que son muy libres en ese sentido, para bien y para mal, y es muy difícil no hablar de esa injusticia que veo. Me encantaría como a todo mundo que se fuera eliminando. Para mejorar algo que se tiene que señalar”, menciona el director.

Lee también: 6 películas navideñas con soundtracks buenísimos que te harán bailar mientras pones el arbolito

La importancia del humor en el cine… y la vida

Amat advierte que el tema de las desapariciones no cubre por completo su nueva película, sino que contiene matices que permiten valorar los claroscuros.

“El humor es importante, así como en la vida. No necesariamente los chistes, pero sí lo irónico de la vida. Si eso se abandona o se niega, deja de ser una situación muy real. La realidad tiene esas contradicciones, del humor y de lo irónico”, explica.

Inesperadamente, agrega Amat, las personas que ven su película también ríen y se divierten con lo que dicen y hacen los personajes. Un balance que siempre procura encontrar. Por ejemplo, como lo hizo con su película Heli (2013), que muestra la crudeza de la guerra contra el narcotráfico en México. 

“La película contrasta eso con el humor y la belleza. Cuando hace ese contraste, el dolor cobra fuerza también gracias a ser nutrido de la belleza, como la belleza también se ve más al lado del horror. Es importante ese balance cuando yo hago estas películas”, señala.

Amat Escalante
El financiamiento es difícil para Amat por los temas que trata en sus películas. Foto: Cortesía.

Los retos de hacer películas en México con el sello “Amat Escalante”

Para hacer el cine que quiere, Amat Escalante ha pagado el costo de que sus películas no siempre estén disponibles para verse tanto por el financiamiento para su realización como por los espacios para su distribución.

Por ello, ve su trabajo realizado en la serie Narcos -de Netflix- como “una beca” que le significó ganar dinero por su oficio. Antes, explica, solo obtenía los recursos necesarios para vivir durante el tiempo que le lleva hacer más películas.

“Yo feliz sigo haciendo estas películas, no es por dinero, es por pasión. En gran parte lo que ha cambiado mucho el panorama son estas plataformas como Netflix, HBO, Apple, Amazon, que me dan la oportunidad de poder invertir más tiempo, paz mental y poder dedicarme todos estos años a hacer mi película, a pesar de que no es una película financiada por ninguna plataforma“, menciona.

Buena parte de los recursos para hacer cine en México provienen de incentivos fiscales del gobierno hacia empresas que financien producciones cinematográficas.

El esquema ha derivado en una mayor producción de filmes, sin embargo, deja en manos privadas la inversión de recursos hacia proyectos que empatan con sus valores e intereses.

En 2003, cuando Escalante hizo su primera película sin fondos gubernamentales (Sangre) se hacían alrededor de 30 a 40 películas al año, ahora son alrededor de 200.

Para mí siempre ha sido difícil el financiamiento por los temas que trato. Hay empresas o individuos que pueden otorgar hasta el 10% de sus impuestos a una película. Ahí lo que sucede es que las empresas que más dan son muy conocidas, por ejemplo Bimbo o Coca-Cola, no van a querer involucrarse en películas arriesgadas como las mías”, explica Amat.

Si bien el esquema abre la puerta a más producciones, también deriva en una especie de filtro sobre los temas abordados en el cine nacional.

“Estas empresas, compañías, bancos, deciden qué financiar y qué no y eso va dándole una forma al cine actual. Se agradece que existe eso, si no, no habría tantas películas y tanto trabajo; pero es algo que yo he notado en mi tipo de películas, que son libres y que no he tenido que convencer ni responderle a nadie en particular. La desventaja es la parte económica, pero no me importa tanto”, señala.

Una carrera llena de reconocimientos internacionales

Entre los premios internacionales que ha recibido, están el galardón a Mejor director en el Festival Internacional de Cine de Cannes de 2013, por Heli; Mejor director por La región salvaje en Festival Internacional de Cine de Venecia de 2016, y Mejor director tanto por Sangre (2006) como por Los bastardos (2008) en el Festival Internacional de Cine de Bratislava, Eslovaquia.

Es común decir que las películas del mexicano son más fáciles de ver en el extranjero que en su propio país. El cineasta confiesa que al principio él mismo negaba esta realidad, pero ahora sabe que, por ejemplo, su película La región salvaje no se puede ver en ninguna plataforma, tampoco en formato DVD o Blue-ray. 

Necesité ayuda de Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro para que me apoyaran a que una de las empresas de cine la sacará, porque al último momento me dijeron que no, lo cual nos afectó mucho, fue una semana antes del estreno”.

En el caso de Perdidos en la noche, con la productora Pimienta Films —encargada de la distribución de la película Roma, de Alfonso Cuarón— confía en que tendrá un mayor acceso para las audiencias, con una fórmula de exhibición basada en salas independientes y comerciales, además de la distribución en plataformas digitales.

Perdidos en la noche estará disponible en cines a partir del 14 de diciembre.

Antes de que te vayas: Verdadero cine: lo que necesitas saber sobre la Muestra Internacional de Cine 2023

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Imagen BBC
Oshikatsu, el fenómeno con el que Japón espera impulsar su economía en crisis
6 minutos de lectura

Oshikatsu se refiere a los esfuerzos que hacen los fans para apoyar a su oshi favorito, que puede ser un artista, un personaje de anime o manga, o un grupo que admiran y quieren “impulsar”.

12 de mayo, 2025
Por: BBC News Mundo
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Los carteles en la enorme estación de trenes de Shinjuku, en Tokio, normalmente se usan para publicitar productos como cosméticos y comida, así como películas nuevas.

Pero ocasionalmente uno puede encontrarse con un cartel que muestra un mensaje de cumpleaños y la foto de un joven, a menudo de una boy band y típicamente con una apariencia impecable.

Estos carteles son creados por empresas publicitarias especializadas y son pagados por fans devotos. Forman parte de un fenómeno llamado oshikatsu, un término acuñado en los últimos años que proviene de las palabras japonesas “apoyar” (oshi) y “actividad” (katsu).

Oshikatsu se refiere a los esfuerzos que hacen los fans para apoyar a su oshi favorito, que puede ser un artista, un personaje de anime o manga, o un grupo que admiran y quieren “impulsar”.

Una parte considerable de este apoyo es de naturaleza económica. Los fans asisten a eventos y conciertos, o compran productos como CDs, carteles y otros artículos coleccionables. Otras formas de oshikatsu están destinadas a difundir la fama de su ídolo, compartiendo contenido sobre su oshi, participando en campañas en redes sociales, y escribiendo fanfiction o creando fanart.

Un mensaje de cumpleaños para Kogun en Japón.
Fabio Gygi
Un mensaje de cumpleaños para Kogun, un cantante surcoreano que intenta triunfar en Japón, en 2022.

Oshikatsu surgió a partir del deseo de los fans por tener un vínculo más cercano con sus ídolos. La combinación entre oshi y katsu apareció por primera vez en las redes sociales en 2016 y se generalizó como un hashtag en la entonces plataforma de Twitter en 2018. En 2021, oshikatsu fue nominada como candidata a la palabra del año en Japón, una señal de que su uso se había vuelto popular.

Ahora, ha aparecido en el radar del Japón empresarial. El motivo es el estallido de la inflación en los últimos años, provocado por la interrupción pandémica de la cadena de suministro y las conmociones geopolíticas, que ha hecho que los consumidores japoneses reduzcan su gasto.

Sin embargo, con los salarios a punto de subir por tercera vez en tres años, el gobierno se muestra cautelosamente optimista ante la posibilidad de que el crecimiento económico sea reavivado a través del gasto impulsado por el consumo. Compañías de la industria del entretenimiento y medios de comunicación buscan en el oshikatsu como posible motor de esta tendencia, aunque no está claro si las próximas subidas salariales serán suficientes.

Un fenómeno ampliamente extendido

Contrario a la percepción popular, oshikatsu ya no es del ámbito exclusivo de las subculturas juveniles. Se ha hecho camino también entre los grupos de mayor edad en Japón.

De acuerdo a una encuesta realizada en 2024 por la empresa japonesa de estudios de mercado, Harumeku, el 46% de las mujeres que están en sus 50 tienen un oshi al que apoyan económicamente. Las generaciones mayores tienden a tener más dinero para gastar, especialmente después de que sus propios hijos hayan terminado su educación.

Oshikatsu también supone una interesante inversión en términos de género. Mientras en los hogares tradicionales japoneses se sigue esperando que los maridos sean el sostén económico de las familias, en el oshikatsu son más a menudo las mujeres las que apoyan económicamente a hombres jóvenes.

Cuánto gastan los fans en sus oshi, depende. Según una encuesta reciente realizada por la empresa japonesa de marketing CDG y Oshicoco, una agencia de publicidad especializada en oshikatsu, la cantidad media que gastan los fans en actividades relacionadas con sus oshis es de 250.000 yenes (unos US$1.736) anuales.

Se calcula que esto aporta cada año 3,5 billones de yenes (US$24.500 millones) a la economía japonesa, y representa el 2,1% del total de las ventas minoristas anuales de Japón.

Oshikatsu impulsará el gasto de los consumidores. Pero dudo que tenga el impacto en la economía japonesa que esperan las autoridades. Para los aficionados más jóvenes, el peligro es que la aprobación gubernamental acabe con cualquier tipo de influencia cool, haciendo que el oshikatsu sea menos atractivo para estas personas a largo plazo.

Y si apoyan a un oshi que aún no ha conseguido el éxito, pueden tener una mayor sensación de que su apoyo importa. De ahí que parte del gasto vaya directamente a individuos, en lugar de a superestrellas corporativas ya establecidas. Pero también es posible que los jóvenes oshis en apuros gasten más de este dinero que las celebridades establecidas.

La cantidad media que gastan los fans en actividades relacionadas con sus oshis es de 250.000 yenes (unos US$1.736) anuales.
Getty Images
La cantidad media que gastan los fans en actividades relacionadas con sus oshis es de 250.000 yenes (unos US$1.736) anuales.

La prensa internacional se está enfocando ya sea en el lado económico del oshikatsu, o en lo peculiar de los fans “obsesivos” que consiguen un segundo trabajo para apoyar a su oshi, y madres que gastan grandes sumas en un hombre que tiene la mitad de su edad. Pero lo que esa cobertura pasa por alto es la lenta pero profunda transformación social de la que el oshikatsu es un síntoma.

Una investigación de 2022 sobre personas que practican oshikatsu deja claro que las “actividades de fans” responden a un deseo profundo de conexión, validación y pertenencia. Si bien esto podría satisfacerse mediante la amistad o una relación íntima, un número creciente de jóvenes adultos japoneses siente que este tipo de vínculos son “problemáticos”.

Los hombres jóvenes lideran esta tendencia, especialmente aquellos que no trabajan como asalariados de oficina con empleos relativamente estables, los llamados salarymen. Muchos de los que trabajan a tiempo parcial o en empleos manuales tienen dificultades para imaginar un futuro con una familia.

El sector terciario está cambiando para dar cabida a un número creciente de servicios que convierten en productos cosas intangibles como la amistad, la compañía y las fantasías románticas escapistas.

Desde abrazos no sexuales hasta alquilar a un amigo por un día o tener una cita con un acompañante travestido, se puede buscar alivio temporal de la soledad pagando por hora. Como resultado, la conexión humana en sí misma se está convirtiendo en algo que puede ser consumido mediante pago.

Por otro lado, compartir actividades de oshikatsu puede generar nuevas amistades. Reunirse para adorar colectivamente a sus ídolos es una forma poderosa de crear nuevas comunidades. Aún está por verse cómo estos cambios en la manera en que las personas se relacionan moldearán el futuro de la economía y la sociedad japonesa.

*Fabio Gygi es profesor titular de Antropología en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres.

Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Puedes leer la versión original en inglés aquí.

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