
Cuidar de nuestra salud mental no siempre es fácil. Aunque estemos en pleno siglo XXI, todavía hay personas que ven como señal de debilidad decir que nos sentimos mal o tristes y busquemos ayuda.
Para tratar de evitar esos prejuicios, mucha gente se dirige a internet y consulta tests en línea para identificar si tiene depresión, ansiedad o algún otro trastorno.
Para resolver esas dudas platicamos con la neuropsicóloga y terapeuta cognitivo-conductual Tania Gómez y con Rodrigo Carabaza, psicoterapeuta egresado de la Universidad Anáhuac.
Antes que nada (y lo que más subrayaron ambos especialistas) es que estos tests POR NINGUNA RAZÓN sustituyen el diagnóstico profesional.
Es decir, no importa el sitio donde hayas hecho tu prueba, sólo un especialista te puede diagnosticar con depresión, ansiedad u otra enfermedad.
Tania señala que muchas de las pruebas que hay en internet cuentan con la colección de síntomas de depresión que se encuentran en el manual de diagnóstico de trastornos mentales (DSM-5).
Entonces lo que hacen estos tests es colocar todos los síntomas y hacerte preguntas sobre como te has sentido y si has presentado alguna de estas señales.
“Son más como un instrumento orientativo que una prueba que pueda ser útil para elaborar un diagnóstico”, explica Tania.
En muchos casos, estas páginas incluyen un mensaje en el que señalan que los resultados de esas pruebas no pueden considerarse como un diagnóstico profesional, sin embargo, al ser tantos los sitios que tienen tests, hay otros que no te dicen eso y ahí es donde puede ser problemático.
Rodrigo menciona que los tests que tienen hay en internet son un arma de doble filo.
“Puedes encontrar información muy válida y otra muy mala, entonces en estos temas de salud mental y estado anímico pues es como cuando buscas síntomas de otras enfermedades”, explica.
“Por ejemplo, si a ti te sale una roncha roja con un puntito morado y lo pones tal cual en internet, puedes encontrar algo real o algo falso que te dice que se te va a caer la piel”, agrega.
Tanto Rodrigo como Tania explican que las pruebas psicológicas deben tener un sustento teórico y científico que debe ser aplicado a un cierto número de población para poder ser estandarizado, cosa que no tienen estos tests.
“Una prueba debe tener reportados cuáles son sus niveles de confiabilidad, es decir, qué tan consistente es el resultado que ofrece. Mi reactivo se repite sin importar el número de personas que lo toman”, menciona Tania.

Tania resalta que para saber si se padece algún trastorno es necesaria una entrevista clínica con el especialista para poder hacer el diagnóstico y después seleccionar un instrumento o prueba para tratarlo.
El caso con los tests que vemos en internet es que todos generalizan los síntomas, pero ambos especialistas mencionan que cada persona es diferente y los trastornos pueden presentarse de diferentes formas.
“Tienes que hacer una evaluación de la intensidad de cada uno, el tiempo por el que se han presentado, evaluar el historial, es decir, si el trastorno se ha presentado previamente en la persona, si había accedido a algún tratamiento”, explica Tania.
Además, ella subraya que también está el caso de la comorbilidad, que significa que hay algún otro factor que puede causarte la depresión u otro trastorno.
“A lo mejor te encuentras a dos personas que tienen un cuadro muy similar, pero a una le acaban de detectar cáncer y a otro lo acaban de correr del trabajo, entonces debes considerar esas variables”, menciona Tania.
En el caso específico de la depresión, Tania dice que es un trastorno que incluye una gama de intensidades: leve, moderada y severa, y para saber cómo tratar al paciente, hay herramientas diseñadas para cada uno de los casos.
“Hay instrumentos validados para medir las tres intensidades, pero también se debe especificar para qué grupo de edad se está aplicando porque varía entre niños, adolescentes y adultos”, explica Tania.
Rodrigo agrega que las pruebas psicológicas y psicométricas están probadas, no es algo que a los especialistas se les ocurre en el momento.
“No es lo mismo una prueba para niños, que para adolescentes y adultos, cada caso puede cambiar mucho”, señala Rodrigo.

Como lo explicamos al inicio de la nota, no es que estos tests sean malos, pueden servir para guiarnos, sólo es importante recordar que no reemplazan la opinión de un especialista.
El consejo tanto de Tania como de Rodrigo es que si no te sientes del todo bien, busques ayuda profesional con alguien que te pueda indicar si sufres algún padecimiento y no trates de autodiagnosticarte.
“Hacer un autodiagnóstico erróneo y te puede convencer de que tienes alguno de estos padecimientos y entonces así sí te puedes poner mal”, explica Rodrigo.
Tania señala que si crees que tienes algunos de los síntomas de depresión, ansiedad u otro padecimiento debes acercarte con un especialista de la salud mental para realizar una entrevista clínica y así llegar al fondo del asunto.
“Habrá quienes sí cumplan con el diagnóstico, pero puede que haya quienes sólo tuvieron un mal día”.

Por último, las pruebas de salud mental no son los únicos que hay en internet. En el video de abajo te contamos sobre si funcionan los tests de orientación sexual.
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Un análisis de los detalles clave de la nueva estrategia de seguridad nacional del gobierno de Trump y sus implicaciones para Europa, América Latina y el mundo.
La Estrategia de Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump ha generado alarma entre los aliados más cercanos de Estados Unidos y marca un alejamiento dramático de los principios fundamentales de la política exterior estadounidense de décadas.
El documento de 33 páginas, divulgado por el gobierno hace unos días, presenta el mundo primordialmente como un escenario económico, resaltando los acuerdos bilaterales y el nacionalismo económico por encima del multilateralismo y la promoción de la democracia.
La estrategia refleja las “cepas más ideológicas” del gobierno de Trump, comentó el corresponsal de BBC News en el Departamento de Estado, Tom Bateman, en el podcast The Global Story del Servicio Mundial de la BBC.
Esta también tiene implicaciones para América Latina, tanto en cómo se relaciona Washington con los cada vez más numerosos gobiernos de derecha, hasta la nueva versión de la Doctrina Monroe, que reafirma a la región como el “patio trasero” de EE.UU.
Igualmente impactante es lo que el documento omite, sin casi una sola crítica hacia adversarios tradicionales como Rusia y China.
En cambio, reserva el lenguaje más cargado para con Europa, lo que dio pie a la preocupación a lo largo de las capitales europeas.
Mientras que anteriores estrategias de seguridad nacional tendían a reafirmar los valores y prioridades compartidos de EE.UU. con los países europeos, este documento toma un giro diferente.
Europa será “irreconocible en 20 años a menos”, declara, por la acogida del continente a las instituciones multilaterales y sus políticas migratorias, que se han convertido en una influencia corruptora de la “identidad occidental”.
En esa sección, la estrategia crudamente declara que los estados de Europa enfrentan lo que llama la “eliminación civilizacional”.
Los líderes europeos han quedado, por lo menos en privado, “horrorizados” por el documento, dijo al podcast nuestro corresponsal en el Departamento de Estado.
“No están sorprendidos de que esta sea la postura ideológica de algunas partes del gobierno, pero verlo articulado dentro de un documento formal de política es bastante preocupante para ellos”, expresó.
La reacción en Europa de lado y lado del espectro político no se ha hecho esperar.
El diario francés de izquierda Le Monde catalogó el quiebre como un “divorcio”, señalando que marca una ruptura histórica con la era posterior al final de la Segunda Guerra Mundial
“El divorcio está finalizado, pendiente de la división de bienes”, escribe el diario en su artículo.
Más diciente aún en términos de la prensa francesa, indica el corresponsal Tom Bateman, es el comentario del diario conservador Le Figaro sobre la aparente contradicción de lo que afirma el documento sobre lo que llama la “pretensión del no intervencionismo” por un lado y, por el otro, el intervencionismo explícito en el caso de los países europeos.
La estrategia textualmente indica la intención de EE.UU. de cultivar la resistencia de los partidos de oposición en los países europeos. Eso implica apoyo a partidos de extrema derecha como el AfD en Alemania, el Partido Reforma en Reino Unido, y la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia, entro otros.
Es un apoyo explícito a los movimientos políticos en Europa que abogan por un nacionalismo económico y una oposición férrea a la migración, que el documento tilda de “partidos patrióticos”.
La estrategia hacia Europa sería una repetición de cómo ha accionado el gobierno de Trump en relación con América Latina, opina el corresponsal de la BBC.
En Argentina, por ejemplo, menciona el rescate económico que Trump aprobó para el gobierno de Javier Milei días antes de que su partido enfrentara elecciones legislativas que definirían el futuro de su proyecto político.
“Eso fue interpretado por los opositores (de Milei) como una evidente interferencia por Estados Unidos”, expresó Tom Bateman.
Ese apoyo se repitió antes de las recientes elecciones en Honduras, cuando Trump indultó al expresidente Juan Orlando Hernández, que cumplía una condena de 45 años en EE.UU. por narcotráfico, al tiempo que manifestó su apoyo al candidato de derecha Nasry “Tito” Asfura.
Lo mismo se ha visto en Brasil, con los ataques de Trump contra los tribunales de ese país que condenaron al expresidente de corte “trumpista” Jair Bolsonaro por su intento de golpe tras haber perdido las elecciones en 2022.
La nueva estrategia realza al continente americano, referido como el “Hemisferio Occidental”, como un principal foco de la política exterior de EE.UU.
El gobierno quiere “asegurarse… de que la región permanezca estable y suficientemente bien gobernada para evitar y desalentar la migración masiva hacia Estados Unidos”, lee el documento.
La estrategia introduce la idea de un “corolario Trump” a la doctrina Monroe, posicionando la táctica del gobierno como una secuela a la política del presidente James Monroe en el siglo XIX afirmando la primacía de EE.UU. en el continente americano y repeliendo la interferencia de los poderes coloniales europeos.
El gobierno considera esta renovada atención como necesaria para contrarrestar la influencia de China en América Latina, señala nuestro corresponsal, a pesar de que China no está mencionada directamente en el documento.
China ha logrado obtener demasiada posición económica en la región, según Trump, aunque su insinuación de que está “operando” el Canal de Panamá no es literalmente verdad.
Los recientes esfuerzos diplomáticos, incluyendo la visita del secretario de Estado, Marco Rubio, a países latinoamericanos a comienzos de año, son una señal de la intención de Washington de reafirmar su dominio tanto económico como estratégico en la región.
Aunque la estrategia no se extiende en la dimensión militar de esta política, la campaña de bombardeos aéreos contra supuestos narcotraficantes en el Caribe y la presencia de múltiples acorazados y personal militar estadounidense frente a las costas de Venezuela subraya la amenaza del uso de fuerza militar.
El deterioro de las relaciones entre EE.UU. y Europa ha sido aparente durante meses.
Una de las primeras señales de la actitud del gobierno de Trump hacia Europa se produjo en enero, cuando el vicepresidente de EE.UU., JD Vance, emitió un cáustico ataque contra las democracias europeas, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en el que reprendió a sus líderes por ignorar las preocupaciones de sus votantes sobre la migración y la libertad de expresión.
Pero en la práctica, esta incómoda relación se ha desarrollado en otro escenario; la guerra en Ucrania.
El documento parece sugerir que Europa no ha entendido las dinámicas de poder que están en juego y que Estados Unidos debe invertir energía diplomática para estabilizar la región.
La Unión Europea está acusada de obstaculizar los esfuerzos de Washington por termina la guerra en Urania, según el documento, y que EE.UU. deber “restablecer una estabilidad estratégica hacia Rusia”, que a su vez “estabilizaría las economías europeas”.
El mensaje central es que Ucrania debería permanecer siendo un estado viable pero eso requiere reconocer la posición dominante de Rusia.
Donald Trump está “perdiendo la paciencia” con Europa y Ucrania, señala nuestro corresponsal.
“Está claro… la presión está sobre los europeos para que asientan a una postura que los ucranianos básicamente interpretan como una capitulación”, comentó en el podcast.
La tensión en torno a Ucrania ya se manifestó en momentos de alto perfil, incluyendo la reunión en el Despacho Oval de Trump y Vance con el presidente Volodymyr Zelensky en febrero, en la que tacharon al presidente ucraniano de “irrespetuoso” y “desagradecido”.
Los líderes europeos ahora enfrentan la realidad de que EE.UU. podría presionar para lograr un resultado mucho más preferencial para Moscú que para Kyiv.
Rusia recibió con beneplácito la Estrategia de Seguridad Nacional, describiéndola como “ampliamente consistente” con su visión.
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional ya ha reconformado los debates en Washington y a lo largo de Europa.
Sus implicaciones para Ucrania, las relaciones EE.UU.-Europa y el orden global más amplio siguen desarrollándose.
Pero el documento deja una cosa inequívocamente clara: el gobierno de Trump pretende redefinir las prioridades de la política exterior de EE.UU. y espera que sus aliados se adapten a esa nueva realidad.
*Con información adicional del podcast The Global Story del Servicio Mundial de la BBC
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