Los violines reverberan en la caja torácica, el violonchelo y el bajo se sienten un poco más abajo, las trompas en los hombros y, la mayoría de las veces, los solistas en las muñecas.
Esa es una de las formas en que el experto en audio Patrick Hanlon programa los trajes hápticos, diseñados para que las personas sordas o con problemas de audición puedan vivir la música sin oírla.
En un reciente concierto de música clásica en el Lincoln Center de Nueva York, algunos asistentes se pusieron estos chalecos vibratorios inalámbricos con 24 puntos de vibración que “traducían” la música que salía de la orquesta.
“Involucra al cuerpo”, dice Hanlon a la AFP antes del espectáculo, ofreciendo a los asistentes una “experiencia envolvente en 3D a través de las vibraciones”.
Patrick Hanlon es cofundador de Music: Not Impossible, una rama de Not Impossible Labs, que emplea la tecnología para intentar paliar las barreras sociales, incluidas las que rodean a la discapacidad.
Hasta ahora, las personas sordas o con dificultades auditivas recurrían a otros métodos para disfrutar la música en directo, como poner las manos en los altavoces o sujetar un globo para sentir las vibraciones en las yemas de los dedos.
El objetivo de los chalecos vibratorios –junto con bandas en las muñecas o los tobillos– es permitir una experiencia corporal completa, creando sensaciones que reproduzcan los sentimientos que puede evocar la música.
“Nadie espera que sea tan atractivo”, dice Patrick Hanlon sobre los chalecos. Pero “cuando ves los ojos de la gente, es mágico”.
Para Jay Zimmerman, un compositor que perdió capacidad auditiva por los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, los chalecos vibradores son un ejemplo de nueva tecnología que ofrece más flexibilidad y dinamismo de lo que había hasta ahora.
“Mi esperanza es que podamos lograr que los niños sordos vivan experiencias con vibraciones y materiales reales, para que empiecen a construir esta biblioteca de memoria auditiva, aunque no sea auditiva a través de sus oídos, pero con sensaciones diferentes”, dice a la AFP.
“Creo que si podemos juntarlo todo, tendremos verdaderas oportunidades”.
El Lincoln Center, el prestigioso complejo del Upper West Side de Manhattan, empezó trabajando con Music: Not Impossible en 2021, tanto para los espectáculos de orquesta como para su popular serie de conciertos al aire libre.
En su colaboración más reciente se ofrecieron 75 chalecos vibratorios durante el concierto al aire libre de la Semana de las Artes Coreanas, en el que se interpretó música folclórica coreana y el Concierto nº 2 de Mozart.
Liza Fiol-Matta fue una de las asistentes, y aunque no tiene problemas auditivos, estaba intrigada con esta nueva tecnología.
“Amo la música”, dice y la “idea de que cualquiera la pueda sentir” es emocionante, incluso “los sordos y las personas con discapacidad auditiva”.
“Me encanta la idea de la inmersión, de toda experiencia inmersiva. La música se produce a muchos niveles diferentes”, dice.
Flavia Naslausky, responsable de negocio de Music: Not Impossible, describió cómo durante las primeras pruebas, Mandy Harvey –una cantante que perdió la audición tras una enfermedad– fue capaz de igualar el sonido de la música tras sentir la vibración que la traducía.
“Fue entonces cuando supimos que estábamos en lo cierto, porque si alguien que no oye puede igualar esa nota con una vibración… estamos en la dirección correcta”, dijo Naslausky.
Los chalecos de esta compañía no se limitan a un tipo de música. Hanlon explica que se pueden ajustar los puntos de vibración para adaptarse al ambiente de un espectáculo, desde el rock hasta la música disco.
Estos chalecos vibratorios ya se han utilizado en conciertos de Greta Van Fleet y Lady Gaga.
Zimmerman está entusiasmado con el potencial de la tecnología, pero es consciente de que queda mucho camino por recorrer.
“En última instancia, el gran objetivo para mí es que podré sentir un violín suave y será tan hermoso para mi cuerpo y mi mente que me haría llorar”, dice. “Y podré sentir esa misma nota a través de una ráfaga de trombón que será tan hilarante que me reiré”.
“Ese es el gran sueño”, concluye.
Estuvo a su lado en cada momento de la campaña presidencial.
Y este domingo, cuando se supo que Javier Milei había logrado un contundente triunfo sobre Sergio Massa en el balotaje, fue ella, su hermana Karina, quien lo presentó ante una multitud que esperaba eufórica oír su primer discurso como presidente electo.
Visiblemente emocionada, abrazó a su hermano y ambos saludaron desde el escenario a sus seguidores que gritaban “libertad, libertad, libertad”.
Fiel a su bajo perfil, no dijo mucho más. Se sabe poco de su vida y es difícil acceder a ella.
Pero quienes conocen a Milei reconocen que es la “gran arquitecta” detrás del proyecto del libertario antisistema.
Es su principal estratega, consejera y la figura central de su armado político, La Libertad Avanza.
Javier Milei, de hecho, la llama “El Jefe” (en masculino) y ha repetido en varias ocasiones que “sin ella, no habría nada de todo esto”.
En BBC Mundo te contamos tres datos sobre ella.
Karina Milei es la única hermana del economista libertario. Es dos años y medio menor que él (ella tiene 50 y él 53 años).
Crecieron en el barrio de Villa Devoto, en la ciudad de Buenos Aires, en el seno de una familia de clase media. Su papá, Norberto, era colectivero y su mamá, Alicia, ama de casa.
Cursaron la primaria y secundaria en el Instituto Cardenal Copello, una institución educacional católica y desde niños tuvieron una relación muy estrecha.
Sus vidas se unieron en el ámbito laboral hace más de una década, cuando ella decidió comenzar a trabajar con él mientras daba conferencias como economista.
Y desde hace casi tres años, Karina Milei está volcada a la carrera política de su hermano y a fortalecer La Libertad Avanza, la coalición fundada en 2021 con la que Javier Milei llegó al poder.
De acuerdo con Juan Luis González, periodista y autor de “El Loco, la vida desconocida de Javier Milei y su irrupción en la política argentina”, ella es quien está detrás de la mayoría de las decisiones que toma el presidente electo.
“En cualquier otro partido, los temas que Karina monopoliza están divididos en siete u ocho personas. La agenda, las alianzas, con qué periodista habla Milei y con quién no, quién entra al búnker, quién accede a la intimidad de Javier Milei y quién no”, le dice a BBC Mundo.
“Es quien tiene la palabra final”, agrega.
El propio Javier Milei ha reconocido que él le “reporta” a su hermana. Y ella, en una de sus pocas apariciones públicas, dijo que él “es muy aplicado y hace caso”.
Karina Milei también es la artífice de ideas que son consideradas exitosas entre los seguidores del próximo mandatario, como el sorteo del sueldo que recibía como diputado o las clases públicas de economía con las que ha recorrido el país.
“Para él, Karina es muy importante, es la que lo sostiene, conduce y alienta. Y le dice lo que tiene que hacer”, le explica a BBC Mundo el politólogo argentino José Natanson, autor de “Por qué. La rápida agonía de la Argentina kirchnerista”.
Pero antes de que todo esto sucediera, Karina Milei era una persona ajena a la política.
Licenciada en Relaciones Públicas de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), se dedicaba a sus negocios (tuvo una taller de reparación de neumáticos), al arte y a hacer repostería (en una época incluso vendió tortas).
“Es muy impresionante el crecimiento de Karina Milei. Hace 2 años y 8 meses, ella nunca jamás había hecho política. Hoy, les dice a todos: si quieren estar en este espacio, ya saben a qué teléfono tienen que llamar”, afirma Juan Luis González.
Para los analistas, el papel fundamental que hoy juega Karina Milei en la vida y en la carrera política de su hermano se explica, en parte, por su rol de contención en el pasado.
Javier Milei ha contado públicamente que tuvo una infancia y adolescencia muy dura y que en eso la compañía de su hermana fue esencial.
Ella siempre lo apoyó y fue su hincha más importante cuando jugaba como portero en el Club Atlético Chacarita Juniors, de la segunda división del fútbol argentino.
También ha sido clave en la turbulenta relación del presidente electo con sus padres, a quienes ha criticado duramente, afirmando que sufrió maltrato físico y psicológico.
En una entrevista con el periodista Agustín Gallardo realizada hace cinco años, Milei recordó que cuando tenía 11 años le dijo a su padre que le parecía un “delirio” la decisión del gobierno de facto de Leopoldo Galtieri de anunciar el desembarco de tropas argentinas en las Islas Malvinas/Falklands, bajo control de Reino Unido.
“A mi padre le agarró un ataque de furia. Empezó a pegarme trompadas y patadas. Me fue pateando a lo largo de toda la cocina”, afirmó Milei.
“De grande dejó de pegarme para infligir violencia psicológica”, relató. “Siempre me dijo que era una basura, que me iba a morir de hambre, que iba a ser un inútil”.
Entre 2010 y 2020, Javier Milei cortó relaciones con sus padres y, según el periodista Juan Luis González, fue Karina quien los logró reconciliar antes de la pandemia.
“Milei tiene una vida muy compleja, con un padre que lo golpeaba, con una madre cruel, con amigos que no tuvo… la única persona que estuvo a su lado toda la vida es Karina Milei”, explica González.
Una mirada similar tiene el politólogo José Natanson: “Javier Milei es un tipo que está muy solo, que tiene un entorno muy chico, ha tenido una vida personal difícil. Y la hermana lo ha acompañado siempre”.
El economista libertario no ha escondido su admiración hacia ella y ha expresado en numerosas ocasiones que “es el ser humano más maravilloso del planeta”.
Aún más: el mandatario electo ha comparado el vínculo que los une con el del profeta más importante para el judaísmo, Moisés, y su hermano Aarón: “Moisés era un gran líder, pero no un gran divulgador. Dios le mandó a Aarón para que se comunicara. Yo soy a Kari lo que Aarón es a Moisés”.
“Me saqué el premio con Kari. Ella es la protectora. Es la gran responsable de esto. Yo soy el divulgador”, dijo en declaraciones a Crónica TV.
Aunque es conocida como el “alma” del proyecto libertario, es muy difícil saber qué piensa realmente Karina Milei.
Y es que la hermana del “león” -como le llaman sus seguidores por su melena- no da entrevistas ni suele hablar en actividades públicas.
Tampoco se relaciona con periodistas y tiene un círculo cercano acotado.
Uno de los pocos lugares en los que ha dado declaraciones es en el documental “Javier Milei, la revolución liberal”.
En él, la hermana plantea algunas ideas que fueron clave en la campaña del mandatario electo. Entre ellas, el hartazgo con la política tradicional y su lucha contra la “casta”.
“No piensan en la gente, creo que solamente piensan en ellos. No veo que tengan empatía con la gente. Porque realmente no les importa”, indica ella en la cinta.
También asegura que “admira” a su hermano y que en cuanto “más le pegan, más se fortalece”.
“No sé si muchos lo saben, pero Javier es uno de los mejores promedios de la facultad (…). Yo admiro a mi hermano. La gente lo que ve de Javier es que es genuino”, señala.
Javier Milei ha dicho que cuando eran niños ella era la extrovertida y él el introvertido. Pero que ahora “hicimos cambio de roles”.
Según Juan Luis González, su bajo perfil también se debe a que “no es una persona muy dada con el resto del espacio político; marca distancia”.
“Ella es la gran incógnita y merece un libro más que Javier Milei”, le dijo el periodista a BBC Mundo.
La pregunta ahora es qué papel tendrá Karina Milei en la presidencia de su hermano.
El mandatario electo ha deslizado la idea de que ella podría asumir el rol de Primera Dama.
Pero para Juan Luis González ella no necesita ningún tipo de cargo “para seguir siendo la persona más importante en la cabeza de Javier Milei”.
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