¡¿Es cierto que los aliens nos están visitando?! En Twitter aseguran que un reporte del Pentágono de Estados Unidos señala que “podría haber una nave nodriza extraterrestre en nuestro Sistema Solar que está enviando sondas de reconocimiento a la Tierra”. Pero la información está sacada de contexto.
Contrario a lo que dicen en redes, el trabajo no es del Pentágono de Estados Unidos, sino de un académico de astrofísica en la Universidad de Harvard cuyo labor es analizar y teorizar sobre la presencia de fenómenos aéreos no identificados —UAP, por sus siglas en inglés—.
Tampoco se trata de algo que acaba de ocurrir, lo descrito son observaciones de fenómenos aéreos no identificados que datan de 2017.
Además, se trata de un borrador y no de un reporte final, en donde se acepta que “hay una posibilidad” de que exista una nave cercana a la Tierra, pero también se reconoce que existen limitantes en la determinación de imagen de los objetos y en las interpretaciones de los datos.
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Para empezar no es un reporte como tal, sino una versión borrador, por lo que todavía no son aseveraciones, ni una conclusión de la comunidad científica, ni de las autoridades responsables de la vigilancia aeroespacial.
Este borrador se publicó el 7 de marzo de este año en el portal de Astrofísica de Harvard.
Se trata de un trabajo realizado por Abraham Loeb, jefe del “Proyecto Galileo” en el departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard y que por la Ley de Autorización de Defensa Nacional debe acreditarse como coautor Sean Kirkpatrick, director de la oficina de Resolución de Anomalías de Todo Dominio del Pentágono (es decir, debe desarrollar teorías científicas sobre los fenómenos aéreos no identificados con el fin de iniciar un proceso en busca de probarlas).
En el documento se explica que se considera la posibilidad de que exista una nave que a su paso por la Tierra libere sondas pequeñas, una operación similar a la que tiene la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) al explorar otros planetas.
“Nos inspiran a considerar la posibilidad de que un objeto interestelar artificial pueda ser una nave matriz que libere muchas sondas pequeñas durante su paso cercano a la Tierra, una construcción operativa no muy diferente de las misiones de la NASA”, dice el reporte.
El investigador describe que en marzo de 2017 se identificó un meteorito interestelar de un metro de tamaño, al que llamaron ‘IM2’ y que chocó con la Tierra. Para octubre de ese mismo año, un telescopio astronómico de nombre ‘Pan-STARRS’ mostró que había un objeto inusual interestelar, al que identificaron como ‘Oumuamua’, que en hawaiano significa “mensajero de lejos que llega primero”.
“Oumuamua parecía tener una forma extremadamente plana y se alejó del Sol sin mostrar una cola cometaria de gas y polvo, lo que plantea la posibilidad de que fuera delgado y de origen artificial”, dice el reporte.
Encontraron que IM2 tenía algunas coincidencias de trayectoria con ‘Oumuamua’, por lo que consideran como una posibilidad que “un objeto interestelar artificial pueda ser una nave matriz que libere muchas sondas pequeñas durante su paso cercano a la Tierra, una construcción operativa no muy diferente de las misiones de la NASA.
“Estas ‘semillas de diente de león’ podrían separarse de la nave principal por la fuerza gravitacional de marea del Sol o por una capacidad de maniobra”, agrega el reporte.
Existen algunas limitantes en la determinación de imagen de los objetos por su gran distancia y en las interpretaciones de los datos.
“Las consideraciones en este documento implican un límite útil en las observaciones que limitan las explicaciones hipotéticas y pueden respaldar las limitaciones en las interpretaciones de los datos.
Los avistamientos típicos de UAP están demasiado lejos para obtener una la imagen altamente resuelta del objeto y la determinación del movimiento del objeto están limitadas por la falta de datos de rango. El error en la estimación del alcance da lugar a una variación significativa en la velocidad calculada y está sujeta al sesgo y al error humano”, concluye el reporte.
Básicamente lo que están diciendo, es que están observando objetos aéreos no identificados, pero todavía están limitados en la información e interpretación como para afirmar que hay una madre nodriza extraterrestre cerca de la Tierra.
En conclusión, el Pentágono de los Estados Unidos no reportó la existencia de una nave nodriza cercana a la Tierra.
Lo que pasó es que se compartió un borrador de una investigación de un académico de astrofísica de Harvard que plantea la posibilidad de que exista una nave que a su paso por la tierra libere sondas pequeñas, en una operación similar a la que tiene la NASA al explorar otros planetas.
Ucrania tiene yacimientos de minerales estratégicos y tierras raras, algunos de ellos en zonas controladas por Rusia, que ahora Trump quiere explotar para asegurar el desarrollo de tecnologías frente al auge de China.
Es un acuerdo que le otorgará a Estados Unidos acceso a una de las riquezas naturales más valiosas de Ucrania, pero aún no está claro que le conceda a Kyiv las garantías de seguridad que busca el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
Kyiv y Washington están a punto de firmar un acuerdo sobre el acceso de EE.UU. a valiosos minerales de Ucrania, país que posee enormes yacimientos de tierras raras y minerales cruciales.
Olga Stefanishyna, viceprimera ministra para la integración europea y euroatlántica, ha declarado en X que “las negociaciones han sido muy constructivas y que casi todos los detalles clave están ultimados”.
Añadió que “estamos comprometidos a completarlo rápidamente para proceder a su firma”.
La idea de conceder acceso a EE.UU. a estos minerales valiosos surgió del propio Zelensky, quien se la presentó a Trump en septiembre de 2024 como parte del “plan de la victoria” y era visto como una forma de asegurar el apoyo estadounidense a Kyiv en la guerra contra Rusia.
Tras su llegada a la Casa Blanca, Trump ha mostrado interés en los minerales, pero sin ofrecer las garantías de seguridad buscadas por Ucrania.
“Le dije [a Ucrania] que quiero el equivalente a unos US$500.000 millones en tierras raras, y básicamente han accedido a hacerlo”, dijo Trump al periodista de Fox News Bret Baier el pasado 10 de febrero.
Trump sostenía que esos minerales deberían ser canjeados por el apoyo continuado de EE.UU. a Ucrania en la guerra contra Rusia, pero no daba señales de querer comprometerse con la defensa de ese país.
“No es una conversación seria”, dijo Zelensky, rechazando la propuesta. “No puedo vender nuestro Estado”.
Desde entonces, las relaciones entre ambos gobiernos se tensaron, pero recientemente parecieron distenderse haciendo posible el avance en estas negociaciones, cuyos términos definitivos aún no están definidos.
En todo caso, la propuesta de Trump ha demostrado la importancia de estos minerales, pero ¿para qué sirven y qué pueden ofrecer a EE.UU.?
“Tierras raras” es un término colectivo para 17 elementos químicamente similares que se utilizan mucho en la tecnología y la industria modernas.
Estos elementos son cruciales para la fabricación de teléfonos inteligentes, computadoras y equipos médicos, entre otros.
Se trata del escandio (Sc), el itrio (Y), el lantano (La), el cerio (Ce), el praseodimio (Pr), el neodimio (Nd), el prometio (Pm), el samario (Sm), el europio (Eu), el gadolinio (Gd), el terbio (Tb), el disprosio (Dy), el holmio (Ho), el erbio (Er), el tulio (Tm), el iterbio (Yb) y el lutecio (Lu).
Estos minerales se denominan “raros” porque es muy poco habitual encontrarlos en estado puro, aunque existen yacimientos de algunos de ellos en todo el mundo.
Sin embargo, las tierras raras suelen hallarse con elementos radiactivos, como el torio y el uranio, y para separarlos se necesitan muchos productos químicos tóxicos, por lo que el proceso de extracción resulta a veces difícil y caro.
Ucrania posee 21 de las 30 sustancias que la Unión Europea (UE) define como «materias primas críticas», lo que representa alrededor del 5% de las reservas mundiales.
Muchas de las zonas que contienen estos elementos se encuentran al sur de lo que es conocido como Escudo Cristalino ucraniano, principalmente bajo el mar de Azov. La mayoría de estos territorios están actualmente ocupados por Rusia.
Sin embargo, sigue habiendo proyectos prometedores en el Buzh Medio, así como en las regiones de Kyiv, Vinnytsia y Zhitómir.
Los expertos afirman que, aunque se han identificado varios centenares de lugares geológicos prometedores, sólo algunos de ellos podrían convertirse en yacimientos si su explotación se considera económicamente viable.
“Las estimaciones que se han publicado son muy aproximadas”, afirma Adam Webb, responsable de materias primas para baterías de Benchmark Mineral Intelligence.
“Hay que trabajar mucho más para demostrar que esos depósitos minerales se pueden convertir en reservas económicas”.
En cuanto a otros importantes recursos minerales ucranianos, cerca del 70% de ellos se encuentran, según Forbes Ukraine, en las regiones de Donetsk, Dnipropetrovsk y Luhansk. Es decir, muchos están en territorio invadido y aún ocupado por Rusia.
Además de los minerales de tierras raras, Ucrania también posee lo que se conoce como minerales esenciales, como el litio.
Según el gobierno ucraniano, el país tiene unas 450.000 toneladas de reservas de litio. No se está explotando, aunque ha habido planes para empezar a hacerlo.
Rusia ha ocupado al menos dos yacimientos de litio: Shevchenkivske, en la región de Donetsk, y el yacimiento del complejo de Kruta Balka, en la región de Berdyansk.
Los yacimientos de litio de la región de Kirovohrad siguen bajo control ucraniano.
El interés de Estados Unidos por controlar la producción de tierras raras y muy posiblemente de minerales esenciales se debe en gran medida a la competencia con China, que actualmente domina la oferta mundial.
En las últimas décadas, China se ha convertido en líder tanto en la extracción como en el procesamiento de minerales de tierras raras, con un 60-70 % de la producción mundial y casi el 90 % de la capacidad de procesamiento.
La dependencia estadounidense de China en esta cuestión preocupa a la administración Trump, tanto en términos de seguridad nacional como de economía.
Estos materiales son necesarios para tecnologías muy sofisticadas, desde coches eléctricos hasta equipos militares.
Análisis de Navin Singh Khadka, corresponsal de Medio Ambiente del Servicio Mundial de la BBC.
A primera vista, parece una paradoja.
Trump ha ordenado la expansión de la producción de combustibles fósiles, abandonando las políticas de energías renovables. Pero, al mismo tiempo, quiere asegurarse minerales cruciales -que son clave para la transición a la energía limpia- de donde pueda.
Sin embargo, esos minerales son también los componentes básicos de la electrónica de consumo, los equipos militares y de navegación y, lo que es más importante, los centros de datos de Inteligencia Artificial (IA).
Trump ha anunciado un gran estímulo para la expansión de la infraestructura de IA en Estados Unidos. Para ello se necesitará un enorme suministro de minerales esenciales, principalmente cobre, silicio, paladio y elementos de tierras raras.
Y el suministro de minerales estratégicos ya ha empezado a disminuir, convirtiéndose en una de las principales causas de la ralentización del crecimiento mundial de las energías limpias.
Según los expertos, el principal factor es el dominio chino de los minerales esenciales, entre ellos las tierras raras, en gran parte debido a la geopolítica entre Estados Unidos y China.
Tras haber perfeccionado durante décadas sus técnicas de procesamiento, China controla actualmente el 100% del suministro refinado de grafito natural y disprosio, el 70% del cobalto y casi el 60% de todo el litio y manganeso procesados, según la Agencia Internacional de Energías Renovables.
También produce mayoritariamente elementos de tierras raras y mantiene un férreo control sobre metales clave en todo el mundo, con la titularidad de importantes minas en África, Asia y Sudamérica.
“Para contrarrestar el creciente control de China sobre la cadena de suministro global”, el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de Estados Unidos durante la administración de Biden afirmó que “es esencial que Estados Unidos asegure su propio suministro innovador de minerales críticos y estratégicos”.
La administración Trump parece ver en lugares como Ucrania y Groenlandia zonas en las que utilizar métodos innovadores para añadir a su cadena de suministro.
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