Ana Gabriela Guevara titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) les quitó apoyos, les llamó “deudores” y se burló de que vendían trajes de baño para poder costear sus competencias, pero las y los atletas mexicanos rompieron récord en los Juegos Panamericanos 2023, pues México terminó en tercer lugar del medallero general.
La delegación mexicana consiguió 142 medallas: 52 de oro, 38 de plata y 52 de bronce, lo que contrasta con la falta de becas y apoyo para los entrenamientos y viajes de atletas, como denunciaron en su momento las nadadoras Nuria Diosdado y Joana Jiménez; las clavadistas Gabriela Agúndez y Alejandra Orozco y la raquetbolista Paola Longoria.
A pesar de las quejas de los deportistas por la falta de apoyo del gobierno federal, el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó un tuit este domingo donde reconoció a Ana Gabriela Guevara, directora de la Conade, por los resultados en los Juegos Panamericanos.
El equipo de natación artística es uno de los que ha tenido mayores diferencias con la titular de la Conade, Ana Gabriela Guevara; a pesar de ello, consiguieron dos medallas de oro, por equipo y en pareja, en la competencia Panamericana de 2023, además de dos pases para los Juegos Olímpicos de 2024 en París, lo que no se conseguía desde Atlanta 1996.
El equipo mexicano compuesto por las atletas Regina Alferez, María Arellano, Nuria Diosdado, Daniela Estrada, Itzamary González, Luisa Jailib, Joana Jiménez, Jessica Sobrino y Pamela Toscano tuvieron que vender trajes de baño para costear sus viajes a competencias internacionales.
Ante la denuncia que hicieron de la situación, Ana Guevara descalificó al equipo que ganó el oro en la Copa del Mundo Egipto y las llamó deudoras y mentirosas en una entrevista para W Radio.
“Por mí, que vendan calzones, trajes de baño, Avon o Tupperware… pero ellas y sus entrenadoras son deudoras. Les hemos dado 40 millones de pesos y no los han justificado”, dijo Guevara, luego de que las competidoras denunciaron el nulo apoyo de la Conade.
El equipo de natación artística solicitó un amparo porque Guevara les negó becas y apoyos argumentando un pleito legal con la Federación Internacional de Natación, quien impuso a México un Comité de Estabilización para reestructurar la organización de natación en el país, que no fue reconocido jurídicamente por la Conade.
Tras ganas la demanda, el 20 de junio el equipo mexicano de natación artística comenzó a recibir el pago de sus becas.
Como dueto, Nuria Diosdado y Joana Jiménez ganaron el oro Panamericano y su pase para la justa olímpica en 2024. Tras su triunfo, reconocieron que para obtener este resultado tuvieron que sortear varios obstáculos, pero que resurgieron como “ave fénix”.
“Esta rutina que nadamos es Ave Fénix. Como saben el ave fénix renace de las cenizas. Hemos tenido literalmente muchos incendios, nos han atacado por muchos lados, hemos vivido muchas pruebas que enfrentar y es el día en el que el ave fénix renació de las cenizas”, dijo Jiménez.
Los logros de equipos como el de clavados, que obtuvo ocho medallas, también contrasta con la falta de apoyos por parte de la Conade, pues atletas han denunciado a la directora y exdeportista, Ana Gabriela Guevara, de retirarles becas y recursos para sus entrenamientos y viajes.
Las atletas Gabriela Agúndez y Alejandra Orozco, quienes obtuvieron primero y segundo lugar en la plataforma de 10 metros en Santiago-2023, tuvieron que buscar nuevas formas de financiamiento para seguir su preparación y participar en competencias.
Luego de que dejaron de recibir sus becas a principios de año por el conflicto entre la Conade y la federación internacional (World Aquatics), ellas asumieron los gastos de competir en pruebas internacionales como el Mundial de natación de Fukuoka (Japón) de julio.
Las clavadistas comentaron a la agencia AFP que incluso se plantearon subastar las medallas de bronce que lograron en los Juegos Olímpicos de Tokio para poder viajar al Mundial, donde estaban en juego cupos para París-2024.
Otro caso es el de la dupla Kevin Berlín y Randal Willars, quienes obtuvieron medalla de oro en plataforma de 10 metros en clavados sincronizados en los Panamericanos; sin embargo, también se han tenido que enfrentar a la Conade y a Guevara por falta de becas.
En septiembre, junto a otros nadadores y clavadistas anunciaron que emprenderían acciones legales para recuperar sus becas, que no recibieron pese a tener buenos resultados en el campeonato Mundial de Fukuoka.
La raquetbolista Paola Longoria, quien consiguió su décimo oro en unos Juego Panamericanos, es otro caso.
En agosto, Paola Longoria señaló que había ganado una demanda interpuesta contra la Conade y su titular, Ana Gabriela Guevara, por un supuesto adeudo de la raquetbolista hacia el organismo. Detalló que tenía tres años en los que no recibía beca ni apoyos por parte de la Conade.
En entrevista con ESPN, Longoria le recordó a Guevara que fue deportista y que tiene que dejar los egos personales para el beneficio de los atletas.
El fondista Daniel Martínez, quien obtuvo primer lugar en los 5 mil metros en la justa panamericana, pero posteriormente fue descalificado por presuntamente obstaculizar a un competidor, denunció que desde hace mucho tiempo le quitaron los apoyos y arremetió contra la Conade y su titular.
“Yo con ella no tengo contacto, no hay apoyo hacia mí, ya tiene mucho tiempo que me quitaron mis becas, el Gobierno Federal no me apoya… Con Ana Guevara no cruzo palabra, intento comunicarme con quienes le ayudan, pero las respuestas son nulas”, comentó Martínez.
Aunado a la falta de becas y apoyos, la titular de la Conade, Ana Gabriela Guevara, sugirió -hace unos días- al presidente López Obrador que tras la emergencia en Acapulco por el huracán Otis, “se pueda exentar el recurso” que está destinado a los deportistas que ganaron medallas en los Panamericanos 2023 y donarlo para la recuperación de la ciudad.
La exvelocista dijo que, aunque el presidente no ha respondido a su solicitud, el dinero no viene de la Conade sino que es una excepción que hizo el mandatario y debido a la “situación crítica en Acapulco” recomendó “ser solidarios”.
La sugerencia no fue muy bien recibida por el Comité Olímpico Mexicano (COM) y la presidenta María José Alcalá se pronunció a favor de los atletas. Ante medios de comunicación pidió a las autoridades que antes de tomar una decisión les pregunten su postura a los deportistas.
“Hay otros espacios de la administración pública donde se puede encontrar el tema financiero para lo de Acapulco, nosotros somos solidarios, pero creo que los atletas necesitan los apoyos, y yo creo que también primero hay que preguntarles a los atletas cuál es su postura, yo creo que se les debe de respetar. Creo que lo más importante es que se terminen los juegos, que se analice todo lo de las necesidades de los atletas y que estos apoyos lleguen, no están pidiendo nada que no se ganaron”, dijo.
Los juegos Paralímpicos comienzan este 28 de agosto en París con la presencia de cerca 4.400 atletas que competirán en 22 deportes.
Este miércoles comenzaron los Juegos Paralímpicos en París 2024.
Como viene ocurriendo desde Seúl 1988 (aunque los Paralímpicos existen desde 1960), los 4.400 deportistas paralímpicos usarán las instalaciones que hasta el pasado 11 de agosto fueron escenario de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Serán 10 días en los que deportistas de 185 países se reunirán para disputar cerca de 540 eventos donde se entregarán medallas.
Una de las principales características de los Juegos Paralímpicos es que cada deporte tiene una clasificación de discapacidad, por lo que es posible que en un mismo evento se adjudiquen varias medallas.
Muchas más que en los Olímpicos: en estos hay 329 eventos en 32 deportes que entregan preseas, mientras que en los Paralímpicos esa cifra es de 549 eventos con premiación en 22 deportes distintos.
Por ejemplo, en natación hay una clasificación de 1-10 que agrupa las discapacidades físicas, de 11-13 para los niveles de discapacidades visuales y la 14 que tiene que ver con la discapacidad intelectual.
Otra gran diferencia son los símbolos: mientras que los Olímpicos están representando por los cinco famosos anillos, los Paralímpicos se asocian con las cinco “medialunas” o “agitos” (que proviene del latín “me muevo”) de tres colores: rojo, azul y verde.
Y otra de las grandes diferencias entre estos dos grandes eventos son los deportes que se practican.
Aunque la mayoría de las disciplinas paralímpicas tiene una versión homóloga en los Olímpicos, hay dos deportes que son exclusivos de los Juegos Paralímpicos: el boccia y el golbol.
En italiano “boccia” significa bola.
Y para este deporte la bola es fundamental.
Tiene sus orígenes en un popular juego que se practica en varios países europeos. En Italia se lo conoce como “boccia” y en España y Francia hay variaciones conocidas como “bochas” o “petancas”.
La disciplina paralímpica, que existe desde 1984, se disputa en un campo cubierto que no tiene más de 12 metros por seis, donde se puede competir de forma individual, por parejas o en equipos de tres personas.
El objetivo del juego es, como lo señala la organización de los Paralímpicos, “lanzar o hacer rodar estas bolas lo más cerca posible de otra pequeña bola llamada “diana’”.
Los jugadores pueden utilizar las manos. Al ser un juego táctico, donde no importa tanto la fuerza o la distancia sino la estrategia, los deportistas pueden pedir la ayuda de una persona para lanzar la pelota.
Los encuentros se dividen en cuatro mangas o partidas cuando es individual o en parejas y seis cuando es por equipos.
Una de las cualidades del “boccia” es que permite a personas con discapacidad grave participar en la mayor competencia deportiva.
El británico David John Smith ha ganado el oro en Río 2016 y Tokio 2020 y es considerado una de las leyendas de este deporte.
Después de la II Guerra Mundial, centenares de soldados quedaron con problemas de visión como secuela del conflicto.
Hacia 1946, el austríaco Hans Lorenzen y el alemán Sepp Reindle diseñaron un juego con la idea de rehabilitar a estos veteranos de guerra.
De allí nació el “goalball” o “golbol”, un deporte que consiste en dos equipos de tres integrantes cada uno que defienden un arco que mide unos nueve metros de largo.
La idea es evitar que una pelota -que lleva un cascabel o campanas en su interior- entre dentro de ese arco y se convierta en una anotación.
Todos los jugadores tienen los ojos cubiertos (para estandarizar la competencia y evitar ventajas) y la idea es utilizar todo el cuerpo para cubrir la portería.
El golbol consiste en tratar de anotar con una pelota dentro de un arco que mide nueve metros y que está protegido por tres rivales.
Es un deporte de alta exigencia física, ya que los jugadores más entrenados pueden llegar a lanzar la pelota a una velocidad de 70 km/h.
A raíz de su popularidad, en los Paralímpicos de 1976 fue incluido como deporte de exhibición y en los Juegos de 1980 comenzó a dar medallas.
En los Paralímpicos de Tokio 2020 la medalla de oro fue para el equipo de Brasil en masculino y Turquía, que ya había ganado en Río 2016, en femenino.
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