Esta semana es el Super Bowl LIX, en el cual los Kansas City Chiefs intentarán ganar el quinto título de su historia, mientras que los Philadelphia Eagles van por su segundo trofeo Vince Lombardi.
Pero así como estos dos equipos ya han sido campeones en ocasiones anteriores y han participado en varios Super Bowls, hay otras franquicias históricas de la NFL jamás han podido ganar el gran partido.
Ganar el Super Bowl es una de las hazañas deportivas más complicadas que hay por diferentes factores, tales como el tope salarial (los 32 equipos de la NFL tienen recursos económicos limitados cada temporada), la temporada relativamente corta de 17 partidos, los pocos equipos que avanzan a postemporada (14).
Usualmente los equipos que cuentan con las mejores oficinas administrativas y entrenadores, son aquellos que pueden competir regularmente por el título de la NFL. Esto se debe a su capacidad de “construir” sus escuadras, a pesar de la constante rotación de jugadores. Y entre más pases a playoffs, tu posibilidad de ganarlo todo aumenta.
Pero también aquellos equipos con los mejores quarterbacks son los que usualmente tienen mayores probabilidades de competir por el título, ya que es la posición más importante en el futbol americano. ¿La razón? Es el jugador que más toca el balón y quien toma la decisión de a quién entregárselo.
Por eso equipos como los Chiefs, con Patrick Mahomes, o hace algunos años los Patriots con Tom Brady, son los que siempre están en la pelea por el título, porque estos jugadores elevan la calidad de sus equipos gracias a sus extraordinarias decisiones.
Sin embargo, también está un factor intangible, el cual es la suerte. Esto va desde que el balón ruede a tu favor o en contra después de un balón perdido, que una jugada de rutina salga bien o mal, que tu jugador más confiable haga lo que se espera de él o que falle estrepitosamente en el peor momento posible, entre otras situaciones.
Sí, aunque suene extraño, sin suerte es muy difícil ganarlo todo y hasta hay una empresa de estadística y análisis deportivo llamada Action Network que creó una métrica llamada “ranking de suerte” con la que clasifica a los 32 equipos de la liga para ver cuáles son los más afortunados durante la temporada y los que de plano están salados.
A continuación te contamos sobre algunas de las maldiciones más grandes de la NFL de equipos que a pesar de tener una gran historia, nomás no se les ha hecho ganarlo todo. Por eso no consideramos a los otros que no han ganado el Super Bowl como los Cardinals, Chargers, Falcons, Jaguars, Panthers, Titans y Texans.
El equipo de los Buffalo Bills fue fundado en octubre de 1959, como parte de la nueva American Football League (AFL), que en aquel entonces era la competencia de la NFL antes de la fusión de ambas ligas en 1970.
El equipo fue campeón de los títulos de 1964 y 1965 de la AFL, sin embargo, después de la creación del Super Bowl, pasaron muchísimos años para verlos participar por el título más importante del futbol americano.
Fue hasta la década de los 90 que los Buffalo Bills llegaron al “gran baile” y no lo hicieron de manera chica, sino que llegaron en 4 ocasiones seguidas, en las temporadas 1990-1991, 1991-1992, 1992-1993 y 1993-1994.
El pequeñísimo problema es que en esas 4 ocasiones, los Bills perdieron el Super Bowl, con la derrota más dolorosa ocurriendo en su primera participación, cuando el pateador Scott Norwood falló en los últimos instantes el gol de campo que le hubiera dado la victoria a su equipo.
Después de esa gran generación, los Bills tuvieron problemas para regresar a la relevancia en la NFL, hasta la llegada de Josh Allen, su quarterback actual, con el que año tras año llegan a playoffs, pero con quien no han podido vencer a los Chiefs en postemporada, con la última derrota ocurriendo hace 2 semanas.
Fundados en junio de 1944, los Browns fueron uno de los equipos más dominantes en la época pre-Super Bowl, en la cual ganaron 8 campeonatos en la antigua All-America Football Conference y después en la NFL, con el último llegando en 1964.
Tras la implementación del Super Bowl, los Browns no han podido participar en el partido por el título. Únicamente en 3 ocasiones han llegado a la antesala del Super Bowl, perdiendo los 3 partidos de campeonato de la AFC contra los Denver Broncos de John Elway.
Sin embargo, después de esa época de contendientes a finales de los 80 e inicios de los 90, los Browns no han estado ni cerca de pelear por el Vince Lombardi, es más, hasta el equipo desapareció durante 3 años después de que la franquicia original fuera trasladada a Baltimore y la renombraran a los Ravens.
En los últimos años, el equipo ha encontrado un poco de estabilidad, llegando a playoffs en 2020 y 2023, pero no ha pasado nada más allá. Una gran parte del problema de este equipo ha sido su pésima administración y la poca estabilidad en la posición más importante, ya que han tenido 40 quarterbacks diferentes desde 1999.
Similar a los Browns, el equipo de los Detroit Lions era uno de los más ganadores en la antigua era del futbol americano profesional en Estados Unidos. Fundado en julio de 1930, el equipo ganó 4 títulos de liga, con su época dorada siendo en los años 50, cuando ganó 3 títulos bajo el liderazgo del legendario quarterback Bobby Layne.
Sin embargo, tras la temporada de 1957 donde Layne sufrió una lesión, los Lions decidieron intercambiar a Layne a los Steelers y, supuestamente, Bobby les echó una maldición diciéndoles que no ganarían durante 50 años.
Aunque no se sabe si Bobby Layne realmente dijo eso, desde su salida, el equipo ha sido uno de los más perdedores en la NFL y únicamente ha participado en dos partidos de campeonato para pasar al Super Bowl, sin ganar en ninguna de esas dos oportunidades.
El equipo tiene el séptimo peor porcentaje de victorias en la NFL desde la era del Super Bowl y es uno de los 3 equipos (sin contar temporadas cortas) que han terminado una temporada sin una sola victoria (en 2008 finalizaron con un record de 0 ganados y 16 perdidos).
Pese a estos malos resultados, los Lions han tenido un resurgimiento en los últimos 3 años, donde se han posicionado como uno de los contendientes. En la actual temporada (2024-2025), los Lions eran favoritos para ganar el Super Bowl y terminaron con el mejor récord de la liga, pero perdieron a la primera en los playoffs.
Desde su fundación en enero de 1960, el equipo de los Minnesota Vikings ha sido uno de los más ganadores en la historia de la NFL, con el octavo mejor porcentaje de victorias entre los 32 equipos, la sexta mayor cantidad de apariciones en los playoffs y el mayor número de campeonatos de división de la NFC Norte.
Sin embargo, su récord en el Super Bowl es de 0 ganados y 4 perdidos, y su última aparición en el partido más importante de la NFL fue en la temporada 1976-1977. Lo que siguió después de eso ha sido una derrota dolorosa tras otra y tras otra.
Si hablas con cualquier aficionado de los Vikings (como el autor de esta nota), te dirá que cada año hay esperanza por verlos campeones, aunque en el fondo saben que el equipo perderá de la manera más increíble posible.
Desde esa última aparición en el Super Bowl, el equipo ha perdido 6 juegos de campeonato.
Una de las peores derrotas ocurrió en la temporada 1998-1999, cuando el equipo terminó con un récord en temporada regular de 15 ganados y 1 perdido, y se perfilaba como el favorito para ganar todo.
Todo indicaba que durante esa temporada finalmente se acabaría el mal sabor de boca, pero con todo a su favor, los Vikings perdieron en casa contra los Falcons el partido de campeonato de la NFC, luego de que su pateador -que no había fallado en todo el año- erró una patada de rutina de 38 yardas, para que el equipo después perdiera en tiempo extra.
Ese es solo un pequeño capítulo en la larga lista de derrotas dramáticas que los Vikings han tenido y que por eso, hasta la actualidad, no les ha permitido levantar el preciado trofeo del Super Bowl.
Tal vez por su pequeño mercado o porque el equipo ha tenido muchos años de irrelevancia, los Cincinnati Bengals es otra de las franquicias malditas de la NFL.
Fundado en mayo de 1967, el equipo ha ganado en 11 ocasiones su división y ha llegado a los playoffs en 16 años diferentes. De esas apariciones en postemporada, los Bengals alcanzaron el Super Bowl 3 veces, perdiéndolo de manera dramática en cada ocasión.
En la década de los 80, perdieron 2 veces el Super Bowl contra los 49ers de Joe Montana, por 4 y 5 puntos respectivamente. Y en la temporada 2022-2023, el equipo llegó al Super Bowl contra los Rams, pero nuevamente perdió el partido por tan solo 3 puntos.
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Como otras regiones en Colombia, el Catatumbo parece estar condenado por su riqueza natural, geográfica y de recursos.
El río Catatumbo es testigo de la historia de vida y muerte que marca a Colombia.
Baña a la región a la que da nombre, una de las más ricas en recursos y mejor geolocalizadas del país, y por años también fue depósito de los cadáveres que dejó la brutalidad paramilitar en la zona a fines de los 90.
Si bien la violencia nunca se apaciguó del todo, expertos ven ahora, más de dos décadas después, cómo se reviven algunas de las peores escenas de aquella época.
Desde el 15 de enero, violentos enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de las FARC dejan al menos 80 muertos y más de 30.000 desplazados huyendo del horror.
La situación es ya considerada una crisis humanitaria.
La disputa por esta región es tan feroz que puso en jaque a la paz total que anhela el presidente Gustavo Petro para Colombia, quien suspendió las negociaciones con el ELN y movilizó a miles de soldados a la zona.
“La situación del Catatumbo es un fracaso de la nación”, dijo Petro.
Muchos leen la frase como un reconocimiento de que su política de paz está lastimada, pero otros la vinculan a las décadas que el Catatumbo acumula a merced de grupos armados, con un Estado que no logra resolver la violencia y precariedad a la que se exponen sus habitantes.
Como muchas otras partes del país, el Catatumbo parece condenado por su riqueza.
La región ocupa alrededor de la mitad del departamento Norte de Santander, en el nororiente colombiano, y parte del sur del Cesar.
Es un territorio de más de 4.800 km² junto a la frontera venezolana donde predominan bosques y selvas y una amplia variedad climática.
“Esta condición la hace muy apetecible como corredor estratégico y de movilidad para grupos armados insurgentes e ilegales”, le dice a BBC Mundo Gerson Arias, investigador de la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
“En términos geográficos, el Catatumbo permite conectar el norte del país con Venezuela”, agrega por su parte Jorge Mantilla, doctor en criminología de la Universidad de Illinois en Chicago.
Si una guerrilla llegase a controlar por completo el Catatumbo, como ahora mismo se la disputan el ELN, disidencias de las FARC y grupos paramilitares, estaría cerca de dominar la frontera colombo-venezolana y el norte colombiano.
Esto es, en la práctica, hacerse con un vasto y estratégico territorio lleno de recursos naturales al que se le pueden sacar rentas millonarias.
Fue algo que comprendieron los primeros grupos guerrilleros que se asentaron en la región desde los 70, en pleno conflicto armado.
El Catatumbo fue en la primera mitad del siglo XX la primera provincia petrolera de Colombia.
Según la Agencia Nacional de Hidrocarburos, su cuenca ha sido una de las más prolíficas del país, aunque el crudo no trajo el progreso esperado para la región.
En ese contexto llegaron las guerrillas, atraídas por rentabilizar esa industria y aprovechar que el territorio vivía “marginado por el Estado”, según describe el Centro Nacional de Memoria Histórica.
El ELN y el Ejército Popular de Liberación (EPL, ya desmovilizado) arribaron a fines de los 70. Las FARC a mediados de los 80.
Según se expandieron estos grupos insurgentes de izquierda, el Estado aumentó su presencia militar, intensificándose el conflicto.
Luego, a fines de los 90, los habitantes sufrieron lo que ellos llaman la “arremetida paramilitar”, una barbarie que desde entonces estigmatiza a la región con sangre y terror.
Las muertes masivas y selectivas fueron constantes. Decenas de cuerpos eran arrojados al río Catatumbo. Muchos por supuestamente estar vinculados a grupos guerrilleros (ELN, EPL o FARC), según las razones que daban los paramilitares.
Las riberas de los afluentes se convirtieron en fosas comunes de las masacres.
Un halo de esperanza apareció para los locales tras el acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC en 2016, pero aquí nunca se materializó esa firma.
Como sucedió en diversas zonas ricas, amplias y de difícil acceso en Colombia, otros grupos armados llegaron antes que el Estado para ocupar los vacíos dejados por los desmovilizados de las FARC y apropiarse así de sus recursos.
En el caso del Catatumbo, “bosques, agua, petróleo, carbón y, desde los 90, coca”, menciona Arias, además de múltiples cultivos base para la alimentación.
Son recursos clave para el desarrollo que hasta la fecha no han servido para traer suficiente bienestar a sus habitantes.
Falta “inversión en infraestructura, en educación, en salud, en vivienda, en oportunidades laborales, en apoyo a proyectos productivos”, según un relato de la Comisión de la Verdad en Colombia.
Las décadas de conflicto, la débil presencia del Estado y su ubicación estratégica convirtieron al Catatumbo en una región prolífica para rentas ilegales como el narcotráfico, la extorsión, el tráfico de migrantes desde Venezuela y el lavado de activos.
Guerrillas como el ELN, surgidas en los 60 con fines políticos, “transitan hacia un escenario donde cada vez es más importante la delincuencia organizada y donde aumentan su dependencia de economías ilícitas”, describe Mantilla.
El Catatumbo es uno de los enclaves cocaleros más importantes del país y, según este experto, superó en los últimos años la producción de cocaína de otras regiones como Nariño o Putumayo.
Un informe de las Naciones Unidas de 2024 estima que el Catatumbo contaba en 2023 con casi 54.000 hectáreas de hoja de coca.
Esta región y otras tres en el país son las únicas que superan las 30.000 hectáreas de ese cultivo.
Una concentración que, de acuerdo a testigos e informes sobre terreno, es controlada por los grupos armados presentes.
“Por algunos años, el ELN y disidencias las FARC, de alguna forma, coexistieron aquí”, cuenta Arias, “a excepción de 2018 cuando hubo enfrentamientos entre un reducto del EPL y el ELN”.
El experto recuerda que incluso el ELN facilitó el rearme de facciones de las FARC que no se adhirieron al proceso de paz de 2016.
“Desde 2019, estos grupos elaboraron algunos acuerdos tácitos de respetar zonas, asuntos y temas de finanzas”, dice Arias.
Dichos tratos abordaban temas de narcotráfico, financiamiento y extorsión, y le dieron una mayor estabilidad a la zona.
Una especie de “gobernabilidad paralela”, dice la Comisión de la Verdad.
En medio, el ELN se sentó a la mesa negociadora de la administración de Petro en unos diálogos de paz que lograron avances prometedores y un cese al fuego.
Pero los diálogos se enquistaron desde mayo de 2024, los acuerdos entre el ELN y otros grupos de la región se quebrantaron y la breve estabilidad del Catatumbo se desmorona en este arranque sangriento de 2025.
El Catatumbo demuestra también su importancia política en un conflicto que hoy luce lejos de resolverse.
Es casi imposible, según expertos, que haya paz en Colombia si no hay paz con el ELN, la guerrilla en activo más numerosa del país.
Además, el dominio por décadas del ELN en esta región fronteriza contribuyó a que en los últimos años se convirtiera en actor “binacional” y un instrumento “clarísimo de Venezuela para influir en Colombia”, según el analista Mantilla.
Esto complica, más si cabe, cualquier resolución.
El gobierno de Venezuela es garante de paz del ELN en las negociaciones con funcionarios colombianos.
“Maduro se lo recuerda con frecuencia a Petro”, dice Mantilla.
El académico también advierte que “la fortaleza militar del ELN es la frontera con Venezuela y el hecho de que ahora esté asumiendo una posición más beligerante es un recordatorio de que cualquier conversación de paz pasa por ese país”.
Un escenario particularmente complejo a la fecha, dado que las relaciones entre los gobiernos de Petro y Maduro atraviesan su momento más complicado después de que Colombia no reconociera la victoria del venezolano en las elecciones del pasado 28 de julio.
En la pugna de poder del Catatumbo, este experto cree que el ELN acabará imponiéndose sobre las disidencias de las FARC y otros grupos armados.
“Esto podría acelerar los acuerdos con las disidencias, que quizás busquen protección del Estado”.
Lo que sucedería con un ELN más poderoso e influyente es una incógnita, aunque muchos en Colombia conciben que la violencia reciente es un golpe definitivo a la legitimidad de cualquier acuerdo de paz.
Todo indica que lo que pase en el Catatumbo marcará en Colombia el debate sobre la seguridad y la paz a poco más de un año de nuevas elecciones presidenciales.
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