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Filtran video íntimo de Gabriel Soto y es hora de recordar la importancia de la Ley Olimpia
Filtran video íntimo de Gabriel Soto y es hora de recordar la importancia de la Ley Olimpia
Foto: Instagram Gabriel Soto
2 minutos de lectura

Filtran video íntimo de Gabriel Soto y es hora de recordar la importancia de la Ley Olimpia

21 de diciembre, 2020
Por: Daniela Salazar
@danielasalbe 

El actor mexicano Gabriel Soto es tendencia en Twitter desde esta madrugada. Todo porque alguien filtró un video íntimo sin su consentimiento y en internet se empezó a compartir, así como si no estuviéramos ya en 2020.

Más de 22 mil 500 personas hablaron sobre el tema, como podemos ver en las tendencias de Twitter.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de gabrielsoto (@gabrielsoto)

Gabriel Soto confirmó que la persona que aparece en el video es él. Además, señaló que la filtración del video es una violación a su privacidad.

“Pues que les digo….. Disfruten! Vaya violación a mi intimidad!”,  escribió el actor en un tuit.

Pero algunas personas recordaron que filtrar imágenes íntimas sin el consentimiento de la persona que aparece en ellas, además de ser poco ético, es un delito en México, no importa si se trata de imágenes de un hombre o de una mujer.

Checa: No más packs ni agresiones a mujeres en internet: 10 claves para entender la Ley Olimpia

Hablemos de la ley Olimpia

Recordemos que en México existe la Ley Olimpia que busca castigar, visibilizar, prevenir e inhibir la violencia digital, en especial contra las mujeres y grupos vulnerables.

De acuerdo con esta ley, la violencia digital será castigada con cuatro a seis años de prisión y multas económicas de entre 42 mil 245 a 84 mil 490 pesos mexicanos.

La Ley Olimpia se llama así por Olimpia Coral, quien fue víctima de violencia digital y ahora es activista e impulsora de esta ley.

La ley considera como violencia digital:

“Acoso, hostigamiento, amenazas, insultos, violación de datos e información privada, divulgación de información apócrifa, mensajes de odio, difusión sin consentimiento de contenido íntimo, textos, fotografías, videos y/o datos personales u otras impresiones gráficas o sonoras, verdaderas o alteradas”.

Mira: Sextorción, la violencia digital que será sancionada con la Ley Olimpia

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Imagen BBC
Un jugo de naranja al día y sus efectos positivos en el corazón
5 minutos de lectura

Aunque se ha dicho muchas veces que es mejor consumir la fruta entera y no su jugo por el aporte de fibras, no faltan estudios que le encuentran virtudes. interesantes a esta bebida.

13 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
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Aunque llevamos ya algunos años escuchando que es preferible desayunar fruta que jugo de naranja, porque esta bebida solo aporta azúcares libres que aumentan el riesgo de obesidad, no faltan estudios que le encuentran virtudes interesantes.

En concreto, una investigación reciente ha demostrado que el consumo regular de jugo de naranja puede influir en la actividad de miles de genes dentro de nuestras células inmunitarias.

Muchos de estos genes ayudan a controlar la presión arterial, calmar la inflamación y regular la forma en que el cuerpo procesa el azúcar, lo que contribuye a mejorar la salud cardíaca a largo plazo.

Los investigadores realizaron un seguimiento a adultos que bebieron 500 ml de jugo de naranja pasteurizado puro cada día durante dos meses. Después de 60 días, muchos genes asociados con la inflamación y la hipertensión arterial se habían vuelto menos activos.

Entre ellos, NAMPT, IL6, IL1B y NLRP3, que suelen ponerse en marcha cuando el cuerpo está sometido a estrés.

Otro gen conocido como SGK1, que afecta a la capacidad de los riñones para retener sodio (sal), también redujo su actividad.

Estos cambios coinciden con hallazgos previos que indican que beber jugo de naranja a diario puede reducir la presión arterial en adultos jóvenes.

El jugo reduce la inflamación y relaja los vasos sanguíneos

El hallazgo ofrece una posible explicación a por qué el jugo de naranja se ha relacionado con una mejor salud cardíaca en varios ensayos.

El nuevo trabajo muestra que, a la vez que eleva el azúcar en sangre, esta bebida cítrica desencadena pequeños cambios en los sistemas reguladores del cuerpo que reducen la inflamación y ayudan a relajar los vasos sanguíneos.

Tiene sentido si pensamos que los compuestos naturales de las naranjas, en particular la hesperidina, un flavonoide cítrico conocido por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios, pueden influir en los procesos relacionados con la hipertensión arterial, el equilibrio del colesterol y la forma en que el cuerpo procesa el azúcar.

La respuesta varió en función del tamaño corporal: las personas con más peso tendían a mostrar mayores cambios en los genes implicados en el metabolismo de las grasas, mientras que los voluntarios más delgados mostraban efectos más fuertes sobre la inflamación.

Una revisión sistemática de ensayos controlados en la que participaron 639 personas de 15 estudios descubrió que el consumo regular de jugo de naranja reducía la resistencia a la insulina y los niveles de colesterol en sangre. La resistencia a la insulina es una característica clave de la prediabetes, y el colesterol alto es un factor de riesgo establecido para las enfermedades cardíacas.

Otro análisis centrado en adultos con sobrepeso y obesidad encontró pequeñas reducciones en la presión arterial sistólica y aumentos en las lipoproteínas de alta densidad (HDL), a menudo denominadas colesterol bueno, tras varias semanas de consumo diario de jugo de naranja.

Persona preparando un jugo de naranja.
Getty Images
Prepararlo es muy sencillo.

Aunque estos cambios son modestos, incluso las mejoras leves en la presión arterial y el colesterol pueden marcar una diferencia significativa si se mantienen durante años.

A esto se le suma que, según una revisión reciente, el jugo de naranja influye en las vías relacionadas con el uso de energía, la comunicación entre las células y la inflamación. También puede afectar a la microbiota intestinal, que cada vez se considera más importante para la salud cardíaca.

Si nos decantamos por jugo de naranja sanguina, basta consumirlo durante un mes para que aumente el número de bacterias intestinales que producen ácidos grasos de cadena corta. Estos compuestos ayudan a mantener una presión arterial saludable y a reducir la inflamación.

Las personas con síndrome metabólico son las que más pueden salir ganando. Una investigacion con 68 participantes obesos demostró que el consumo diario de jugo de naranja mejoraba el funcionamiento del revestimiento de los vasos sanguíneos (función endotelial), esto es, la capacidad de los vasos sanguíneos para relajarse y dilatarse.

Y eso se asocia directamente con un menor riesgo de ataques cardíacos.

Algunos estudios contradictorios

Otro estudio, realizado con 129 trabajadores de una fábrica de jugo de naranja en Brasil, reveló concentraciones sanguíneas más bajas de apolipoproteína B, o apo-B, un marcador que refleja el número de partículas portadoras de colesterol relacionadas con el riesgo de sufrir un infarto.

Mujer leyendo la etiqueta de un jugo de naranja en un supermercado.
Getty Images
Si no quieres prepararlo, puedes comprarlo envasado.

Sin embargo, un análisis más amplio de las concentraciones de grasas en sangre reveló que, aunque los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL) –colesterol malo– suelen descender, otras mediciones lipídicas, como los triglicéridos y el HDL, no varían significativamente.

En cualquier caso, parece que beber jugo de naranja no solo aporta azúcar: aunque la fruta entera sigue siendo la mejor opción debido a su fibra, un vaso diario de jugo de naranja puro podría tener efectos beneficiosos para la salud que se acumulan con el tiempo.

Estos incluyen aliviar la inflamación, favorecer un flujo sanguíneo más saludable y mejorar varios marcadores sanguíneos relacionados con la salud cardíaca a largo plazo.

*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.

*David C. Gaze es profesor de Patología Química de la Universidad de Westminster, en Reino Unido.

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