Después de que los precios del Corona Capital 2023 salieran al público, usuarios de redes sociales manifestaron su sorpresa al ver el drástico aumento en el costo de los abonos a diferencia de ediciones anteriores.
Con el abono general de tres días en fase 1 por 5 mil 126 pesos, y rebasando los 7 mil pesos en fase 4, usuarios en Twitter llegaron a compararlo con el famoso festival californiano Coachella, y aseguraron que el Corona era ahora uno de los festivales más caros del mundo.
Con el apoyo del economista Alfonso Sales Esquivel, en Animal MX realizamos un análisis de precios de algunos de los festivales más populares: Coachella en Estados Unidos, Glastonbury en Reino Unido y Tomorrowland en Bélgica, para compararlos con el Corona Capital.
A pesar de que el festival mexicano no rebasa los precios de ninguno de estos tres, encontramos que en esta lista sí es el festival que ha aumentado más sus precios, y a este paso si continúa haciéndolo al nivel registrado hasta ahora, en poco tiempo podría rebasarlos.
Aunque bueno, también vale la pena subrayar que en el costo de las entradas intervienen muchos factores. Desde la inflación y el tipo de cambio, hasta qué artistas se van a presentar y qué otras atracciones o servicios se puedan ofrecer en el evento.
Hace algunos años, los precios del Corona Capital se encontraban muy por detrás de festivales internacionales como los nombrados anteriormente, pero la brecha se ha ido cerrando poco a poco, con un salto drástico este año.
En 2017, el boleto más barato para asistir al Corona Capital por su duración entera tenía un costo de mil 700 pesos mexicanos, mientras que ese mismo año, quien quisiera asistir a Coachella hubiera pagado aproximadamente 7 mil 553 pesos por el boleto más barato.
Esto, tomando en cuenta el tipo de cambio de pesos a dólares registrado ese año por el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (FRED).
Haciendo ese mismo análisis, alguien que hubiera ido desde México al festival de Glastonbury o Tomorrowland, el boleto más barato para ver el festival completo, hubiera pagado un aproximado de 5 mil 893 pesos o 4 mil 911 pesos respectivamente.
Los precios en 2023 se ven un poco diferentes. Cada año los festivales de música realizan un ajuste al costo de sus boletos para compensar la inflación lo cual, de acuerdo con el economista, es normal.
Este año el abono más barato para Coachella costó un aproximado de 9 mil 310 pesos, mientras que el de Glastonbury costó 7 mil 293 pesos y el de Tomorrowland 5 mil 513 pesos.
Ya que el tipo de cambio del dólar al peso puede afectar la percepción del incremento de precios, la manera más confiable para observar el incremento histórico es comparando los precios en dólares.
La tasa anual de crecimiento promedio para Coachella, Glastonbury, y Tomorrowland desde 2017 calculada en dólar americano con base en el abono general más barato– excluyendo 2020 y 2021 ya que por la pandemia no se llevaron a cabo– es de 5.17%, 5.50%, y 4.62% respectivamente.
Es decir, han tenido un aumento promedio normal y esperado para ajustar sus precios a la inflación.
Lo que llama la atención es que el aumento de los precios del Corona Capital, calculando la misma tasa, desde su edición de 2017 hasta la próxima edición en noviembre de este año, da un crecimiento anual promedio de 20.20%.
Esto significa, según Sales, que “hay un incremento muy agresivo del precio por parte del festival mexicano” que no corresponde con la inflación, y se puede interpretar como una nueva estrategia de precios.
A pesar de las diferencias entre los precios de los festivales, los artistas suelen repetirse de un año a otro entre ellos.
Por ejemplo, en 2017 la banda Foo Fighters lideró el festival de Glastonbury, para volver a hacer una aparición en el Corona Capital en noviembre. En 2019, Billie Eilish encabezó el Corona Capital, para después encabezar Coachella y Glastonbury en 2022.
Este año, en su más reciente edición, Glastonbury contó con la presencia de Arctic Monkeys, quienes se presentaron en México el año pasado para la edición 2022 del Corona Capital. El festival que queda excluido en este punto es Tomorrowland, pues está enfocado en música electrónica y DJs.
Los boletos de los festivales se venden de distintas formas, y dependiendo del festival, es que se tiene una estrategia de precios diseñada por un equipo de marketing.
Festivales como Glastonbury tienen un precio fijo de entrada que no cambia con el tiempo ni cuenta con secciones VIP, sin embargo en el Corona Capital o en Coachella, hay estrategias para vender boletos más caros a los consumidores.
Los abusos con la venta de boletos se hicieron muy notorios durante 2020 y 2021, con la ausencia de los espectáculos. Max Murke de la empresa Tech Check, quien impulsó la primera acción colectiva contra Ticketmaster en México, explicó en el podcast El Café de la Mañana que básicamente las boleteras trasladaron los costos de la pandemia al consumidor.
Los clientes básicamente regalaron un crédito ya que los festivales se cancelaron debido a la pandemia, y las empresas boleteras se quedaron con gran parte del dinero de los boletos que ya estaban vendidos.
Esto ocasionó que las autoridades tuvieran que intervenir para que se ofreciera una compensación a todos aquellos que habían comprado boletos para distintos espectáculos que fueron cancelados por la pandemia.
Debido a que la oferta creció drásticamente después de la pandemia, es una realidad que los precios aumentaron de manera desproporcionada.
El precio del boleto para algunos festivales, incluyendo el Corona Capital, se determina con tres factores: abonos, fases y clase.
Para los festivales que duran más de 1 día, es posible comprar boletos para un sólo día por separado, o se pueden comprar en abono. Esto significa que el costo de ese boleto cubre la entrada por la duración del festival que puede ser de dos o más días.
La fase se refiere a cuándo se compra el boleto, lo cual es utilizado también como estrategia conjunta de marketing con tarjetas de crédito. Cosa que han notado muchos consumidores como un abuso, y ahora es tema de acción colectiva ya que esta práctica es considerada discriminatoria.
Lo que sucede con las fases es que los festivales reservan cierta cantidad de boletos y los sacan a la venta en determinadas fechas, usualmente de 3 a 5 fases.
Cuando se terminan los de cierta fase, las personas que se quedaron sin boleto tienen que esperar a la que sigue, que viene acompañada de un incremento en precio. Es aquí donde entran las “preventas” afiliadas a tarjetas de crédito.
Las empresas vendedoras de boletos reservan una cantidad y la sacan en una venta exclusiva antes de abrirla al público en general, –usualmente acompañada de un mejor precio o mejores lugares– para clientes del banco con afiliación al festival.
Además de esto, los festivales han creado clases dentro de sus boletos, poniendo zonas exclusivas dentro del evento para personas que compren boletos más caros.
En el Corona Capital 2023 existen 4 clases, el abono general de 5 mil 126, el abono comfort de 7 mil 689, el abono Citibanamex Plus de 10 mil 200 y la nueva modalidad de Área Club cuyo precio se encuentra en 36 mil 620.
Hamás e Israel intercambiaron rehenes y prisioneros este viernes como parte del acuerdo que incluye cuatro días de alto el fuego en la Franja de Gaza, el primero desde el inicio del conflicto el 7 de octubre.
El grupo islamista Hamás liberó a 24 rehenes, mientras Israel entregó a 39 prisioneros palestinos.
La organización palestina que gobierna Gaza, considerada terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, entregó a los secuestrados a la Cruz Roja, que los trasladó en varios vehículos por la frontera sur de la Franja hasta Egipto.
El grupo liberado por Hamás se compone de 13 ciudadanos israelíes, 10 tailandeses y un filipino, informó el Ministerio de Exteriores de Qatar, mediador en las negociaciones.
Israel confirmó que sus 13 ciudadanos ya se encuentran en el país.
El grupo forma parte de los 50 rehenes -entre ellos mujeres y menores de edad- que, en virtud del acuerdo, Hamás se comprometió a liberar en varias tandas durante la tregua de cuatro días.
La organización islamista radical palestina secuestró a 240 personas durante un ataque masivo a territorio israelí el pasado 7 de octubre, en el que murieron 1.200 personas.
La respuesta de Israel ha provocado en Gaza unos 14.000 muertos.
Los rehenes trasladados a Israel se encuentran bajo custodia de las fuerzas especiales y los servicios de seguridad del país, informaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Indicaron que los liberados se sometieron a una evaluación médica inicial y fueron trasladados a hospitales en Israel, donde podrán reunirse con sus familias.
“Las FDI, junto con todo el sistema de seguridad israelí, seguirán trabajando hasta que todos los rehenes regresen a casa”, expusieron las FDI en un comunicado.
Todos los integrantes del grupo parecen estar en buen estado de salud, informaron autoridades médicas israelíes.
El jefe del servicio de ambulancias de Israel, Eli Bin, también confirmó que 13 de los rehenes eran israelíes y 11 ciudadanos extranjeros.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró sobre la liberación que “es sólo el comienzo, pero hasta ahora todo ha ido bien”.
“No pararemos”, afirmó el presidente estadounidense, hasta que todos los rehenes hayan sido devueltos a sus hogares.
Horas después de la liberación de los rehenes de Hamás, Israel envió de vuelta a territorio palestino a 39 prisioneros condenados por diversos delitos, en su mayoría ataques violentos contra las fuerzas de seguridad israelíes.
La entrega se produjo en el puesto de control fronterizo de Beitunia en Cisjordania, cerca de la ciudad de Ramala, confirmó Israel.
Los 39 prisioneros palestinos fueron elegidos de una lista compilada por las autoridades israelíes, compuesta de 300 mujeres y jóvenes, quienes han sido acusados de diversos delitos, desde arrojar piedras hasta intento de asesinato.
La gran mayoría de ellos se encuentran detenidos sin haber sido sometidos a un juicio y muchos de los que figuran en la lista son adolescentes varones: el 40% tiene menos de 18 años.
El acuerdo contempla que unos 150 prisioneros palestinos que están en cárceles israelíes salgan en libertad.
El alto el fuego entró en vigor este viernes después de un comienzo inestable, salpicado de sonidos esporádicos de explosiones.
Ambas partes informaron que la pausa sería temporal y que se extenderá por cuatro días.
La periodista de la BBC Anna Foster, quien se encuentra en el sur de Israel, señaló que el ejército israelí continuó su operación hasta que comenzó el alto el fuego, y parece que también hasta poco después de iniciado.
Desde que comenzó la tregua, han entrado en Gaza al menos 60 camiones con suministros de ayuda.
Israel indicó que ocho de ellos llevaron combustible en cumplimiento del acuerdo, que especifica la entrega de 130.000 litros diarios.
Este recoge que, cada uno de los cuatro días, entrarán en Gaza a través del cruce egipcio de Rafah 200 camiones que transportan ayuda como insumos médicos, agua y alimentos, cuatro camiones cisterna de combustible y cuatro camiones que transportan gas para cocinar.
“Israel insistió durante muchos días en que el combustible no debía pasar a Gaza porque decían que ya había combustible que Hamás estaba acaparando y temían que si enviaban más combustible, los militantes lo tomarían y lo utilizarían como parte de sus operaciones contra Israel”, señala la periodista Anna Foster.
Sin embargo, la garantía estipulada en el acuerdo es que el combustible será llevado directamente a los lugares que lo necesiten, como hospitales, y no se permitirá que le llegue a Hamás.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que supervisa la aplicación del pacto, destacó que la operación también “incluirá la entrega de asistencia humanitaria adicional” a Gaza.
También expresó su intención de enviar suministros médicos a los hospitales de la franja como parte de la operación.
La mayoría de los hospitales, especialmente en el norte, han dejado de funcionar o están sobrepasados por la avalancha de pacientes.
Sin embargo, el proceso sigue siendo muy complejo: las agencias de asistencia de la ONU también están enviando suministros a Gaza, pero hoy expresaron dudas cuando se les preguntó si podrían entregarlos en el norte de la Franja.
Aunque el acuerdo de alto el fuego de cuatro días sugiere que todas las áreas deberían ser accesibles para las organizaciones que entregan ayuda, Israel exigió a los palestinos ahora desplazados en el sur que se queden allí.
En un mensaje publicado en árabe en las redes sociales, el ejército israelí recordó a los palestinos que la pausa humanitaria es solo temporal y advirtió que la guerra no había terminado y que tenían prohibido desplazarse hacia el norte del territorio.
De acuerdo con Foster, las FDI han estado lanzando panfletos desde la mañana advirtiendo a los civiles dentro de Gaza que no se desplacen hacia el norte.
“Debido a esta calma inusual, sabemos que muchos de ellos van a aprovechar esa oportunidad, y ya lo han hecho, para iniciar el regreso a sus casas para tal vez recoger algunas posesiones y, en algunos casos, para comprobar si sus casas siguen en pie”.
Las FDI les han dicho que deben permanecer en la parte sur de la Franja de Gaza. Han reiterado que la parte norte sigue siendo una zona de guerra.
“La pausa está teniendo un efecto enorme en los civiles dentro de Gaza. Nos enteramos de que se llevarán a cabo las primeras oraciones públicas del viernes, desde que comenzó la guerra, en un estadio de fútbol abierto en Jan Yunis”.
Ismail Haniya, líder político de Hamás, dijo que el grupo está comprometido con la tregua con Israel y con el acuerdo de intercambio de rehenes, siempre y cuando “todas las partes” lo respeten .
Se reportó que Haniya, que reside en Qatar y dirige el buró político de Hamás, también señaló que las negociaciones eran “difíciles”.
Por otra parte, en una entrevista con la BBC, James Elder, un portavoz de Unicef, señaló que los palestinos en Gaza podrían aprovechar la tregua para buscar a los niños que están bajo los escombros.
“Tal vez el alto el fuego dé a la gente la oportunidad de buscar a sus familiares, quizás les dé a las familias la oportunidad de enterrar a los muertos”, indicó el funcionario que llegó a Gaza el jueves.
Elder indicó que todo tiene las marcas de la devastación. “Ya sean esas caras asustadas de niños o esas paredes destrozadas y ventanas rotas, todo cuenta la historia de este asalto implacable”.
Lucy Williamson, periodista de BBC News desde Cisjordania
El autobús avanzaba lentamente entre un mar de entusiastas partidarios palestinos.
A través de las ventanas se podía ver a algunos de los prisioneros bailando, entre ellos uno envuelto en una bandera palestina.
Fuera, teléfonos móviles pegados al cristal de las ventanas entre gritos de bienvenida y proclamas de “Dios es grande”.
Algunos entre la multitud ondeaban banderas de Hamás, mientras otros aludían esta noche a la unidad palestina, a un pequeño momento de victoria para los palestinos en medio de una guerra agotadora.
Para Israel, los prisioneros liberados esta noche son una amenaza a su seguridad. Para los palestinos que los reciben son víctimas de la ocupación de Israel, y su liberación es un símbolo.
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