El invierno comenzó con días muy fríos y la temperatura disminuyó en gran parte del país. Si tienes mascotas en casa como michis y lomitos, presta atención a su comportamiento durante el frío, especialmente si ya son mayores.
Para mantener a salvo a tus animales de compañía, te compartimos algunos consejos y cuidados específicos para mantenerte alerta a su salud durante este invierno.
Lo primero para saber los cambios de temperatura en México, revisa lo que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Sistema Meteorológico Nacional (SMN) dicen, así estarás preparada ante cualquier situación.
Ylenia Márquez Peña, académica del área de urgencias y terapia intensiva del Hospital Veterinario de Especialidades UNAM, cuenta a Animal MX que los perros y gatos de edad avanzada están entre los grupos de estas especies más susceptibles de padecer efectos secundarios por el frío.
Esto se debe a que ambas especies dependen de su metabolismo para regular su temperatura y mantenerla en rangos seguros para su vida, a pesar de la temperatura en el ambiente.
“Esto implica un desgaste metabólico para su cuerpo, el regular cuando hace mucho frío y generan calor dentro para que su temperatura corporal no descienda. Entonces, perros y gatos con edades avanzadas que ya es frecuente que tengan enfermedades crónicas van a ser menos eficiente para regularlo”, señala Ylenia Márquez Peña en entrevista para Animal MX.
Márquez Peña menciona que las poblaciones de perros y gatos longevos que presentan enfermedades crónicas, degenerativas o articulares, requieren de cuidados especiales cuando la temperatura baja, ya que cuando hace frío se exacerba la sensación de dolor.
“Les duelen más sus articulaciones, les cuesta más trabajo moverse. Estas causas los hacen menos eficientes en soportar temperaturas más bajas de manera normal”, advierte la especialista.
Algunas de las enfermedades crónicas más comunes entre perros y gatos incluyen las respiratorias, cardíacas, renales; así como, enfermedades endocrinas, como diabetes, hipotiroidismo, también los hacen más susceptibles.
Y aunque no existe una “regla de edad tajante”, la especialista explica que para saber que una mascota de compañía ya entró en su edad más longeva, sí es posible determinar ese envejecimiento dependiendo de la raza o condición de los peludos.
“Nos hemos dado cuenta que, cada raza envejece de una manera diferente. Nos damos cuenta que las razas pequeñas tienden a vivir más tiempo y, a lo mejor, su etapa de envejecimiento es después de los 7 u 8 años. Razas grandes, hablando de perros, viven menos tiempo y decimos que después de cinco o seis años ya están en una edad avanzada”, explica.
En el caso de los gatos, Máquez Peña señala que esta especie está en una edad avanzada después de los 7 u 8 años. “Afortunadamente con ellos, tenemos gatos muy longevos considerados de edad avanzada. Hay que tener cuidado porque no hay una regla para edad avanzada”, reiteró.
Con la presencia de días fríos, la especialista recomienda prestar mucha atención al comportamiento de los peludos porque no van a querer moverse, se van a esconder o recluir, justamente por la necesidad de evitar perder temperatura.
Cuando comienzan a tener este comportamiento, la médica señala que cuando perros o gatos tienen este comportamiento es común que dejen de comer, dejen de querer moverse para salir a orinar o defecar, o no quieran tomar agua.
“Esto puede tener repercusiones en su salud, por eso, tenemos que asegurarnos que, a pesar del frío que haga, tienen la posibilidad de sentirse lo suficientemente cómodos para salir a orinar, defecar y comer”, enfatiza.
Otra de sus reacciones ante el frío es buscar un espacio cálido, por eso, nosotras como sus compañeras humanas debemos asegurarles un lugar cálido donde puedan descansar y hacer sus necesidades.
En casos más alarmantes, explica Márquez Peña, podemos encontrar a las mascotas temblando.
“Normalmente se encogen y empiezan a temblar. Esto ya implica un mayor desgaste metabólico de su cuerpo para tratar de evitar perder temperatura. Esto ya sería un dato más preocupante y tendríamos que, rápidamente, recogerlos y calentarlos. Cuando son pequeños abrazarlos o acercarlos de manera segura y vigilada a una fuente de calor”, añadió.
Ante las bajas temperaturas que continuarán registrando, la Cruz Roja, Protección Civil y la Facultad de Veterinaria de la UNAM comparten las siguientes recomendaciones para tus mascotas.
En la Ciudad de México, la Secretaría de Riesgos y Protección Civil recomienda evitar exponer a tu mascota a cambios bruscos de temperatura, especialmente si tienes gatos o perros en casa, además:
La Cruz Roja también se preocupa por el bienestar de nuestros peludos y presentó una serie de consejos para cuidar de michis y lomitos durante la temporada de frío.
Toma nota para aplicarlas en casa:
Ante las bajas temperaturas o sitios donde puedan presentarse nevadas, la Cruz Roja añade que es importante tener listo un kit de emergencia que incluya artículos para tu mascota.
Ten a la mano suficiente comida, agua y medicinas (incluyendo cualquier medicamento recetado, así como preventivos contra el gusano del corazón y las pulgas/garrapatas) para pasar al menos 5 días.
En general, señala Ylenia Márquez, tenemos que proveer a los animales de compañía un refugio cálido y techado, independientemente de la raza o animal, porque deben tener la posibilidad de refugiarse bajo techo en donde nosotros preparemos una camita o una caja, por ejemplo, para los gatos con paños que les permitan hacer su nido y estar protegidos de la inclemencia del tiempo.
La especialista también recomienda evitar sacarlos a horas en las que sabemos que disminuye la temperatura, por ejemplo, muy temprano o por la noche. Preferir que si salen al exterior sea en periodos diurnos y mejor cuando hay mayor cantidad de sol.
Tenemos que favorecer que estos refugios tengan agua y alimentos de fácil acceso y que puedan salir a orinar o defecar de manera cómoda.
“Si notamos algún comportamiento extraño y que creamos que sea importante considerar, hay que asistir al veterinario y que haga una revisión para saber si esto es importante o no con la idea de prevenir. Es mejor que se den cuenta a tiempo”, recomienda.
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El método desarrollado por el botánico japonés apunta a la creación de bosques ya sea en zonas urbanas o degradadas, privilegiando el uso de especies nativas y con la participación de la comunidad. Y es un éxito
La expresión describe a los bosques sagrados cercanos a los templos japoneses y se podría decir que fue una de las inspiraciones de la carrera del aclamado botánico Akira Miyawaki (1928-2021).
El doctor en Ciencias, nacido en una zona montañosa en Okayama, en el oeste de Japón, se convirtió en una eminencia de la ecología, un mundo que lo apasionó hasta su último día de vida, al desarrollar un sistema que ha dado la vuelta al mundo y ha contribuido en la recuperación de la biodiversidad en distintas latitudes: el Método Miyawaki.
El biólogo japonés dedicó su vida a estudiar la vegetación de Japón -publicando los 10 volúmenes de Vegetation of Japan–, a la vez que desarrolló herramientas que revolucionarían la práctica de la forestación a nivel mundial.
En BBC Mundo te contamos quién fue este personaje, de qué se trata su método y cómo sigue inspirando a nivel global la lucha por la protección de la biodiversidad y el medio ambiente.
“No deseo nada más que crear el bosque de la vida, la base para la supervivencia de todas las formas de vida de la Tierra y la clave para el desarrollo humano, con los ciudadanos de Japón, el resto de Asia y todo el mundo. Me gustaría hacer realidad este sueño. Plantemos árboles juntos, desde debajo de nuestros pies, hacia el mundo”.
Las palabras las escribió el botánico en 2006. Por esos días recibía el Blue Planet Prize, galardón de reconocimiento internacional que destaca las contribuciones excepcionales a la protección del medio ambiente a nivel global.
En ese momento Miyawaki ya tenía 78 años y había plantado 30 millones de árboles y realizado trabajo científico en bosques y ciudades de 38 países alrededor del mundo.
Muchos años antes, había llegado a la ecología por accidente.
“Dejé la escuela primaria a finales de los años treinta, en medio de una guerra desastrosa. Mis hermanos se fueron a la guerra y mi padre decidió que yo, el menor de los cuatro, me hiciera cargo de la granja familiar. Sin embargo, quizás porque pensó que yo no estaría a la altura de las duras tareas agrícolas, ya que era un tipo más bien débil y perezoso, me envió a la Escuela Superior de Agricultura y Silvicultura de Niimi”, relató en un ensayo al recibir el premio.
Los estudios académicos se volvieron más interesantes para él cuando entró a la escuela secundaria de agricultura, y cuando, poco después de los bombardeos sobre la capital nipona durante la Segunda Guerra Mundial, dio el examen para estudiar en la Escuela Superior de Agricultura y Silvicultura de Tokio.
Luego ingresaría a la Universidad de Hiroshima para estudiar biología. Ahí fue donde le surgió un interés extraño para el campo de estudio: las malezas.
La rama interesaba a pocos. “Las malas hierbas están en la frontera de la ciencia y la agricultura”, le dijo su profesor,Yoshio Horikawa, cuando Miyawaki decidió hacer su tesis en el estudio de esa vegetación.
Pero al botánico no le importó y dedicó gran parte de los inicios de su carrera a investigarlas.
Irónicamente el estudio de las malezas fue lo que lo llevaría a entender la ecología como la entendió y a, luego, desarrollar su revolucionario sistema de restauración de bosques nativos en áreas degradadas; sus investigaciones llamaron la atención de Reinhold Tüxen, entonces director del Instituto Federal de Cartografía de la Vegetación de Alemania.
Con apoyo financiero del gobierno germánico y otras organizaciones, entre 1956 y 1958, el japonés pudo profundizar sus conocimientos y elaborar lo que luego se transformaría en el Método Miyawaki.
Con la investigación que inició bajo el alero de Tüxen en Alemania, y ya de vuelta en Japón, Miyawaki logró demostrar que mediante la plantación densa de vegetación endémica era posible restaurar la biodiversidad de los ecosistemas diez veces más rápido que con métodos tradicionales.
La base del Método Miyawaki está en el concepto de vegetación natural potencial. En simple, se trata de una proyección -con las condiciones climáticas y ecológicas del momento de la medición- de las especies nativas que podrían proliferar en una zona específica si no hubiese intervención humana.
El método desarrollado por el botánico japonés, apunta a la creación de bosques ya sea en zonas urbanas o degradadas, privilegiando el uso de estas especies nativas, las que -en conjunto- crean comunidades forestales diversas que permiten recuperar o reforzar su biodiversidad.
La rápidez con la que crecen estas especies y su resiliencia, además, permiten disminuir las temperaturas de sus entornos y captar gases de efecto invernadero, desempeñando un papel fundamental en la mitigación de la crisis climática actual.
Para llegar a esa conclusión, Miyawaki recopiló por años datos sobre las especies endémicas de Japón, generando mapas de la vegetación existente en ese momento y también de la potencial.
Ese mapeo sigue siendo útil como modelo de restauración de hábitats degradados en todo el mundo.
El Método Miyawaki ha llegado a distintas latitudes, con varias experiencias exitosas, en Asia, Europa, Estados Unidos y América Latina.
Bosques Miyawaki, en Chile, ha buscado democratizar el método y explica así sus pasos: 1. Conocer la estructura del suelo y determinar la biomasa; 2. Seleccionar árboles nativos para la plantación; 3. Diseñar el bosque; 4. Preparación del área que se va a plantar; 5. Plantar los árboles seleccionados y 6. Cuidar el bosque por al menos dos años.
Una de las cuestiones más relevantes para Miyawaki, y que también promueven sus seguidores alrededor del mundo, es el rol de las comunidades en el proceso de plantación y cuidado de los bosques.
Uno de los primeros proyectos de Miyawaki se lo encargó la Nippon Steel Corporation.
La empresa metalúrgica buscaba reforestar los alrededores de una de sus plantas en Oita y le confió la misión. El resultado fue sorprendente y cimentó las bases para que la compañía siguiera financiando proyectos similares alrededor de Japón.
Una de las críticas que se le hizo en su época al botánico justamente apuntaba a su colaboración con grandes multinacionales, las que a fines del siglo pasado buscaban amilanar el impacto que estaba teniendo en su imagen pública el daño al medio ambiente asociado a sus operaciones.
Pero Miyawaki siempre dijo que sus colaboraciones sólo fueron con aquellos que estaban realmente comprometidos con la recuperación de la biodiversidad.
“Siempre he respondido que no ayudaría plantando vegetación como una forma temporal de camuflaje”, dijo en 2006, al momento de recibir el Blue Planet Prize, ocasión en la que también recordó sus contribuciones con Mitsubishi.
Con todo, su legado trascendió los cuestionamientos y las fronteras. Los bosques Miyawaki han proliferado en diversos continentes.
Él mismo inició proyectos en Malasia, Tailandia, China y el Amazonas brasileño entre los 90 y los 2000. Miyawaki formó a miles de personas durante su vida y esos botánicos formaron a otros.
En Europa, Italia fue uno de los primeros países en que se probó el mecanismo Miyawaki en el clima mediterráneo y tuvo buenos resultados. En otros países de esa región, como Bélgica, también se han plantado los denominados bosques de bolsillo en zonas urbanas.
El proyecto denominado “bosques pequeños”, basado en el mecanismo del botánico japonés, también fue adoptado en varias zonas del Reino Unido en los últimos años.
En América Latina; México, Brasil y Chile, entre otros, han tomado la herencia del científico para incentivar la biodiversidad en zonas urbanas o recuperarlas en zonas degradadas.
El Método Miyawaki fue implementado en Brasil en los 90 por el propio botánico, quien estudió por más de un año la Amazonía de ese país.
En uno de los proyectos, relató en 2006, plantó junto a decenas de voluntarios más de 20 especies de árboles altos en la zona.
El método se ha seguido utilizando en Brasil para regenerar fragmentos como la Mata Atlántica, hoy altamente degradada.
La semilla que plantó el botánico también ha llegado a Chile, país donde desde hace años se viene utilizando este método en zonas urbanas y rurales para recuperar biodiversidad.
En la capital del país, Santiago, la Gobernación Metropolitana está impulsando una licitación para implementar 33 bosques de bolsillo, con la herencia Miyawaki, en distintas comunas.
Asimismo, mediante el Programa Brotar, en diciembre de 2023, se plantaron 600 especies en 150 metros cuadrados, bajo el método del botánico japonés en los jardines de la Universidad de Santiago de Chile.
México no ha sido la excepción. El proyecto de mini bosques urbanos también se ha desarrollado en su capital, además de otras experiencias en Talplan, Xochimilco, Monterrey y Puebla.
El método también se ha aplicado a nivel de escuelas para concientizar a los niños sobre la crisis climática y la importancia que tiene para el futuro del planeta algo tan simple como plantar árboles.
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