Decenas de papalotes volaron la tarde de este domingo en el Zócalo de la Ciudad de México, como homenaje a las más de 24 mil personas asesinadas durante los 100 días que lleva la invasión en territorio palestino por parte del ejército de Israel.
El acto político, convocado por distintos colectivos en el marco del ‘Día internacional de la cometa’, comenzó desde las 11:00 horas con un taller para elaborar papalotes con papeles de los colores de la bandera de Palestina.
“La actividad es parte de una acción global en la que se busca involucrar a las infancias, que han sido de la población más afectada en Palestina; se está llevando a cabo también en países como Estados Unidos, India, Australia, Nueva Zelanda, Irlanda, Japón, entre otros”, señaló Sandra Macías, una de las talleristas que apoyó a los asistentes.
La joven explicó que se tomó como emblema de la protesta el papalote, porque “tiene un significado de libertad”, y para visibilizar que un niño palestino es víctima de los bombardeos aproximadamente cada 10 minutos, lo que ha dejado como saldo más de 9 mil víctimas mortales que son menores de edad.
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Alaide Marina, asistente al taller y vuelo de papalotes, comentó que en Palestina “lo que están haciendo es un genocidio” que no comenzó el pasado 7 de octubre, con el ataque de Hamas contra la población de Israel, sino que data desde 1948, cuando la sociedad palestina fue despojada de sus casas y medios de vida como consecuencia del conflicto árabe-israelí.
“Al día de hoy van más de 23 mil muertos y un gran porcentaje han sido niños, y pues Israel dice que se está defendiendo, pero ha masacrado niños, ha bombardeado hospitales, ha bombardeado refugios de Naciones Unidas, ha bombardeado ambulancias… es claro que lo que están haciendo es un genocidio”, reclamó Alaide.
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De acuerdo con la joven, además de elegir una protesta con papalotes por el día internacional, este objeto es un homenaje para el poeta Refaat Alareer, académico palestino destacado, que murió el pasado 8 de diciembre en un bombardeo israelí.
Como parte de la protesta, Alaide leyó la última obra de Alareer, ‘Si tengo que morir’, escrita un par de días antes de ser víctima de un bombardeo con su familia: “Si tengo que morir / tú tienes que vivir / para contar mi historia, para vender mis cosas / y comprar un trozo de tela / y unas cuerdas / (hazla blanca y con una larga cola / y así un niño, en algún lugar de Gaza, / cuando sus ojos miren al cielo/ buscando a su padre que se fue en una llamarada / sin despedirse de nadie / siquiera de su carne / siquiera de sí mismo / verá la cometa hecha por ti volando / y pensará por un momento que viene un ángel / trayéndole mayor. / Si tengo que morir / deja que ella traiga esperanza, deja que cuente la historia”.
Al finalizar el taller de papalotes, las familias y personas asistentes ocuparon la plancha del Zócalo para correr y elevar las cometas que adornaron el cielo de banderas, sandías y otros diseños con mensajes a favor de la libertad de Palestina.
Este fin de semana se cumplieron 100 días de invasión, luego de que el pasado 7 de octubre integrantes de Hamas llevaron a cabo un ataque en Israel, que dejó unas mil 200 personas asesinadas y 240 fueron tomadas como rehenes, de las cuales 130 continúan retenidas.
Tras estos hechos, Israel inició una contraofensiva que, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha dejado más de 23 mil víctimas mortales palestinas, de las cuales un 75% son niños y mujeres, así como un centenar de periodistas, así como la destrucción de infraestructura civil en Gaza -incluyendo casas, hospitales, escuelas, refugios y sistemas de agua-.
Además, Naciones Unidas ha reportado que alrededor de 1.3 millones de personas se encuentran en situación de desplazamiento forzado interno, y la mitad de los habitantes del territorio palestino están en riesgo de morir de hambre.
Philippe Lazzarini, comisionado general de la agencia de la ONU responsable de los refugiados palestinos (UNRWA) ha subrayado que una generación de niños sufre un trauma psicológico, a lo que se suman enfermedades que se propagan por las condiciones de salubridad y una creciente hambruna.
Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró el fin de semana que los combates en territorio palestino continuarán “hasta el final, hasta la victoria total”, de acuerdo con reportes de la agencia BBC.
“Nadie nos detendrá: ni La Haya, ni el eje del mal, ni nadie más”, declaró Netanhayu, en rederencia a la acusación de Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde el Estado fue denunciado de cometer genocidio contra los palestinos.
El pasado jueves, Sudáfrica presentó una acusación contra el estado de Israel ante la CIJ, en la que aseguró que “esta matanza es nada menos que la destrucción de la vida palestina. Se inflinge deliberadamente y nadie se salva, ni siquiera los recién nacidos”, reportó la BBC.
Mediante este recurso, Sudáfrica solicitó de forma urgente que se tomen medidas provisionales que ordenen a los líderes de Israel que cesen inmediatamente cualquier actividad que constituya una campaña de genocidio en curso contra el pueblo palestino, en tanto que el CIJ resuelve si la campaña militar israelí ha cometido actos de exterminio sistemático contra esta población.
Para las medidas provisionales, Sudáfrica no necesita demostrar de manera concluyente que se ha producido un genocidio, pero sí que los palestinos enfrentan un daño irreparable, y que la conducta de Israel podría considerarse como una campaña de genocidio.
En respuesta, Israel ha dicho que Sudáfrica distorsiona lo que está ocurriendo en territorio palestino, y afirmo que aunque la situación de los civiles es “trágica”, Hamas busca “maximizar el sufrimiento civil tanto de israelíes como de palestinos”.
De acuerdo con las autoridades de Israel, el ejército ha tomado medidas para evitar las víctimas civiles, entre ellas el lanzamiento de volantes que alertan de ataques y llamadas a los teléfonos celulares de la población para que abandonen edificios, lo que supuestamente muestra la intención de destruir a Hamas, pero no al pueblo palestino.
Con información de BBC Mundo
El líder republicano de 78 años se convirtió en el 47º presidente de Estados Unidos al jurar el cargo en el Capitolio.
En sus primeras horas como presidente de Estados Unidos Donald Trump cumplió lo que había prometido y dio un giro radical a la política del país al firmar decenas de órdenes ejecutivas.
Entre ellas, la declaración del estado de emergencia en la frontera con México.
Trump regresó al Despacho Oval, desde donde gobernó entre 2017 y 2021, y revirtió muchas de las políticas del gobierno anterior, promesa con la que ganó las elecciones de noviembre del año pasado.
Tras jurar el cargo en la primera ceremonia oficial en el Capitolio, el mandatario de 78 años se dirigió al pabellón deportivo Capital One Arena de Washington DC para liderar la fiesta de investidura, a la que asistieron miles de seguidores e invitados.
Allí firmó sus primeras 9 órdenes ejecutivas, iniciando el giro total a la política estadounidense desde el primer día en aspectos como migración o economía y acabando con el legado del presidente saliente, Joe Biden.
Además de las medidas que endurecen la postura del país hacia la migración, firmó la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático, algo que ya hizo en su primer mandato, y de la Organización Mundial de la Salud.
Y también indultó a más de 1,000 simpatizantes suyos condenados por el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.
Trump firmó 9 órdenes ejecutivas frente a sus seguidores y luego se dirigió al Despacho Oval e la Casa Blanca.
El grueso de órdenes ejecutivas fueron las relativas a sus promesas de neutralizar la migración irregular.
Una de ellas fue para declarar el “estado de emergencia” en la frontera sur con México, y otra para declarar a los carteles del narcotráfico como organizaciones terroristas.
Preguntado por periodistas presentes en el Despacho Oval, afirmó que no descarta intervenir militarmente en territorio mexicano para combatir a los carteles.
También firmó una orden para eliminar el derecho a adquirir de forma automática la ciudadanía estadounidense por nacimiento, si bien este está protegido por la Constitución, por lo que expertos creen que será difícil revertirlo.
La Casa Blanca también anunció que la administración entrante devolverá a Cuba a la lista de “países patrocinadores del terrorismo” y recuperará las sanciones a empresas relacionadas con las fuerzas armadas del país caribeño, lo que supone revertir las medidas tomadas por Biden hace apenas una semana.
Por otro lado, Trump rubricó una orden ejecutiva para indultar a 1,500 personas arrestadas por los disturbios protagonizados por sus seguidores más radicales que asaltaron el Capitolio durante la certificación del triunfo electoral de Biden en 2021.
Otra de las directivas fue para crear el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE por sus siglas en inglés) que presidirá el empresario Elon Musk con el objetivo de recortar el gasto público.
Y firmó otra orden ejecutiva para retrasar durante 75 días la aplicación de la prohibición federal de TikTok, que había entrado en vigor el domingo.
El resto de órdenes ejecutivas abordaron diversos temas, desde requerir a las agencias y departamentos federales que aborden la crisis inflacionista hasta prevenir nuevas regulaciones, “restaurar la libertad de expresión” o “acabar con el uso del gobierno como arma” contra anteriores administraciones.
En definitiva, un giro de 180 grados respecto al rumbo que tomó el país con la administración anterior, encabezada por Biden.
La fiesta de inauguración ante miles de simpatizantes sucedió a la jura oficial del cargo de Trump, que tuvo lugar a mediodía en el interior del Capitolio -en lugar de al aire libre, en la escalinata, como suele ser habitual- debido a las temperaturas bajo cero en Washington DC.
“El 20 de enero de 2025 es el día de la liberación”, proclamó en su primer discurso como presidente, y adelantó que firmaría las órdenes ejecutivas para comenzar lo que llamó “la era dorada de Estados Unidos“.
Anunció que declararía la emergencia nacional en la frontera con México, que cambiará el nombre del Golfo de México por el “Golfo de América” y que quiere “recuperar” el Canal de Panamá, algo que ya había dicho en las semanas previas.
A la ceremonia acudieron líderes mundiales, entre ellos el presidente argentino Javier Milei, así como magnates de multinacionales tecnológicas estadounidenses como Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg.
En su discurso tras la investidura, Trump acusó al gobierno saliente de Biden de haber provocado la “decadencia” de Estados Unidos, y prometió militarizar la frontera con México y acabar con la inmigración ilegal.
Adelantó que lo primero que hará es declarar el estado de emergencia en la frontera con México, enviar soldados para detener la inmigración ilegal y declarar a los carteles del narcotráfico organizaciones terroristas extranjeras.
Una de sus órdenes ejecutivas, adelantó, servirá para “poner fin a la captura y liberación”, en referencia a la puesta en libertad de migrantes que estén a la espera de juicio.
Y explicó que invocaría la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para combatir a las pandillas y redes criminales.
Además, prometió restituir la política “Quédate en México”, que requiere permanecer en ese país mientras los solicitantes de asilo en EE.UU. aguardan una decisión, medida que fue aplicada en su anterior gobierno y derogada por el de Biden.
También confirmó que cambiará el nombre del Golfo de México por el de Golfo de América (EE.UU.).
En cuanto al Canal de Panamá, reiteró sus acusaciones al gobierno panameño de “tratar injustamente” a Estados Unidos y favorecer a China, por lo que prometió “recuperarlo”.
“No se lo dimos a China, se lo dimos a Panamá y lo vamos a recuperar”, sentenció, tras afirmar que devolver el Canal al país centroamericano en 1999 fue un error histórico que hay que revertir.
En un ámbito global, el discurso sobre política exterior de Trump fue más conciliador y aseguró que se erigirá como “un pacificador y unificador” cuyo gobierno sea recordado por “las guerras a las que puso fin y las guerras en las que nunca se involucró”.
Y, más allá del planeta Tierra, avanzó que bajo su mandato se enviarán “astronautas que planten las barras y estrellas (la bandera estadounidense)” en Marte.
En el ámbito económico, el presidente aseguró que acabará con lo que consideró como “inflación récord” y el aumento de los precios, problemas que atribuyó al “exceso de gasto” y a políticas energéticas erróneas.
Indicó que declarará una emergencia energética nacional y reiteró su promesa de impulsar la perforación de petróleo y gas en suelo estadounidense.
Estados Unidos tiene “la mayor cantidad de petróleo y gas natural que cualquier otra nación en la Tierra, y lo vamos a utilizar”, proclamó, tras pronunciar su conocido lema “drill, baby, drill” (“perfora, bebé, perfora”).
“Seremos de nuevo una nación manufacturera” y un “productor de petróleo y gas” que exportará energía a todo el mundo, aseveró.
Trump prometió reimpulsar la industria automotriz al revocar las medidas de promoción de vehículos eléctricos de la administración Biden para fabricar de nuevo automóviles “a un ritmo que nadie podría haber soñado hace apenas unos años”.
En cuanto al comercio exterior, dijo que trabaja en la creación del “Servicio de Impuestos Externos” para recaudar aranceles y otros gravámenes.
“En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a países extranjeros, impondremos aranceles e impuestos a países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos”, proclamó.
También anunció el establecimiento del DOGE, el nuevo departamento de eficiencia gubernamental a cargo de los empresarios Elon Musk y Vivek Ramaswamy.
Antony Zurcher, Corresponsal en América del Norte de BBC News
El discurso inaugural de Donald Trump fue una mezcla de dardos contra la saliente administración demócrata y promesas de cosas mejores por venir.
Bajo la mirada estoica del expresidente Joe Biden –y otros demócratas– Trump reivindicó su mandato para revertir lo que consideró “una horrible traición” a Estados Unidos.
Arremetió contra lo que llamó un “sistema radical y corrupto que ha extraído poder y riqueza de nuestra nación”.
“Todo esto cambiará a partir de hoy”, afirmó.
A partir de ahí, Trump fue al grano: detalló una serie de medidas ejecutivas sobre inmigración y energía y se comprometió a poner fin a los programas de diversidad ordenados por el gobierno.
Reiteró su promesa de cambiar el nombre del Golfo de México a “Golfo de América” y de recuperar el Canal de Panamá.
“Estados Unidos se volverá a considerar una nación en crecimiento”, apuntó, y se comprometió a aumentar la riqueza del país y a expandir “nuestro territorio”.
Es posible que esa última frase llame la atención de los aliados de Estados Unidos, que ya han mostrado preocupación por el interés de Trump en adquirir Groenlandia y sus comentarios sobre convertir a Canadá en el estado número 51 de Estados Unidos.
Tanto en su campaña electoral como en este discurso, Trump hizo una serie de grandes promesas. Ahora que es presidente, se enfrentará al reto de cumplirlas y veremos cómo será realmente la “época dorada” que anuncia.
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