La cooperativa pesquera Punta Abreojos tiene más de 70 años y aunque actualmente son los mayores productores de verdillo en México, en las últimas décadas cobraron mayor conciencia debido a que capturaban especies cada vez más pequeñas.
Para revertir eso, Eduardo Enriquez, oceanólogo y secretario de la cooperativa, dice que modificaron su arte de pesca para que fuera más selectiva y eso les llevó, junto a otras siete cooperativas de la región Pacífico norte, a implementar buenas prácticas para garantizar una pesca sustentable que los ha enfrentado a grandes retos.
“Nuestra cooperativa se basa en tener un equilibrio al cuidar el recurso, en la parte social y económica. No nos olvidamos que es una actividad económica, sin embargo, esta muere si no cuidamos el recurso. Y así es como se inicia la parte de la sustentabilidad del recurso, pensando en capturar especies más grandes, sin afectar a los pequeños, que son los que mantienen la población”, señaló Enríquez, quien participó como ponente en el Festival Regional de Pesca y Acuacultura Sostenible organizado por el Centro Intercultural de Estudios de Desiertos y Océanos (Cedo).
Uno de los primeros grandes pasos que dió la cooperativa Punta Abreojos fue la implementación de la técnica Ikejime, como resultado de una colaboración con SmartFish en 2013. Este método japonés para el sacrificio de pescado, cuyo objetivo es evitar el estrés y sufrimiento innecesario del pescado, les abrió la posibilidad de brindar un producto de mejor calidad y venderlo a un mejor precio.
“Somos de los productores más importantes del estado. Antes producíamos alrededor de mil 200 toneladas de verdillo al año y, actualmente, andamos en 800 pero no es porque no tengamos recurso, es porque precisamente estamos tratando de bajar la parte productiva con el fin de dejar más organismos en el medio y darle ese valor extra o ese valor agregado al recurso y que se le dé la importancia que debe, porque al fin y al cabo el verdillo es un producto de calidad y si le sumamos esas técnicas enriquecemos y fortalecemos esa calidad para que detone en el mercado”, señaló Enriquez.
El segundo gran paso fue cuando en 2018, con el interés de las cooperativas de Isla Natividad, Bahía Tortugas, Bahía Asunción, La Bocana y Punta Abreojos iniciaron un Proyecto de Mejora Pesquera (FIP, por sus siglas en inglés), una iniciativa diseñada para mejorar la gestión y prácticas de una pesquería específica, en este caso del verdillo, y mantener una pesca sostenible.
“El FIP de verdillo está enfocado en tres principios: el primero es que la población de la especie esté saludable y no se sobreexplote. El segundo es que las pesquerías no afecten en gran medida al ecosistema, y en caso de que se estén afectando, se tomen medidas para retirarlo. Y el tercero es que las pesquerías cuenten con un mecanismo de gobernanza con reglas que los haga llegar a la sustentabilidad”, señaló Belén Ojeda, coordinadora del FIP de verdillo y parte de la organización ProNatura Noroeste.
Sin embargo, actualmente hay pescadores dentro de las cooperativas que apuestan por pescar en volúmen como la mejor vía para generar ingresos, por lo que uno de los retos ha sido concientizarlos de que es el manejo de la pesquería lo que dará un mayor valor agregado y mejores ingresos.
Otro gran reto ha sido encontrar mercados que paguen por todo el esfuerzo que invierten en la captura del recurso para que sea sostenible la producción.
“El mercado tradicional, prácticamente, no está demandando nuestro producto o lo hace a un precio muy bajo que no es rentable. Estamos buscando mercados porque, aunque tenemos aliados, creemos que se pueden sumar más, sobre todo, porque la cultura del consumo de pescados y mariscos en México está en el proceso de entender y de comprar productos de calidad y local”, señaló Enriquez.
Actualmente, la cooperativa tiene una planta de procesamiento certificada donde empaca al vacío el verdillo, da empleo a personas de la comunidad y abastece hoteles y restaurantes de Baja California Sur, Guanajuato, Cancún y Ciudad de México.
“Las oportunidades que tiene el verdillo y otras especies de las cooperativas en Baja Sur son gigantescas. Hay productos que históricamente como el verdillo han tenido un valor muy bajo, pero cuya relación calidad-precio es enorme. Es muy bonito, muy bueno y con un precio muy competitivo”, señaló Rubén Guzmán, director general de la comercializadora de pescados y mariscos Nueve Palmas.
Por su cuenta, chefs como Benito Molina y Héctor Palacios, consideran que tienen el reto de darle continuidad a la cadena de valor de las comercializadoras y de las cooperativas con sus platillos y de comunicar todo el esfuerzo que hay detrás al consumidor final.
“El restaurante se convierte en el escaparate, es la vitrina donde se comunica todo esto, sobre todo el trabajo que hay de los pescadores para que tenga una calidad última. Hay que trabajarlo de muchas formas y comunicar esto en los menús”, señaló Molina.
En un futuro las cooperativas buscan la certificación de la pesquería para garantizar que el producto sea de calidad y sea reconocido el buen manejo de la pesquería y sabor del producto, señaló Ojeda.
“Estamos convencidos que para 2027 cuando concluye el FIP vamos a acceder a la certificación. Y lo quiero decir sinceramente y no presuntuosamente, no lo hacemos por tener el certificado, lo hacemos por convicción de cuidar los recursos y de que ese valor agregado que se le da a el producto se disperse entre las familias para que tengan una mejor calidad de vida. Al fin y al cabo somos comunidades pequeñas pero tenemos el respeto y la responsabilidad de proteger los recursos para que las generaciones futuras puedan seguir en esta actividad”, señaló Enríquez.
*Este artículo se publicó originalmente en Causa Natura Media.
Luigi Mangione fue arrestado este lunes en una ciudad de Pensilvania, y en su mochila se encontró un arma fantasma que podría ser importante en el caso en su contra. Te explicamos por qué.
Cuando este lunes las autoridades capturaron a Luigi Mangione, un joven de 26 años sospechoso de asesinar de un disparo en Nueva York a Brian Thompson, director ejecutivo de la aseguradora UnitedHealth, encontraron entre sus pertenecías lo que se conoce como un arma fantasma.
El artefacto, que las autoridades creen que habría sido utilizado por el acusado para cometer el crimen, podría convertirse en una pieza clave en el proceso legal en su contra.
Mangione, un experto en programación, fue detenido en un McDonald’s de la ciudad de Altoona, en Pensilvania, tras ser reconocido por alguien en el restaurante.
El lunes fue acusado de asesinato y de otros cargos relacionados con la posesión ilegal de armas de fuego.
Además del arma, el presunto asesino también tenía en su mochila “varias identificaciones falsas” y un manifiesto escrito a mano de tres páginas que incluía quejas contra el sistema de salud de EE.UU.
“Estaba en posesión de una pistola fantasma que tenía la capacidad de disparar una bala de 9 mm”, dijo el lunes Joe Kenny, jefe de detectives del Departamento de Policía de Nueva York.
“Puede haber sido fabricada en una impresora 3D”, agregó.
El arma estaba cargada con seis balas de nueve milímetros. Además, la policía también encontró un silenciador, que de igual manera habría sido producido en una impresora 3D.
Para las autoridades podría ser un reto investigar el origen de la pistola.
Este tipo de armamento se conoce como armas fantasma precisamente porque, en su mayoría, son fabricadas por individuos que ensamblan las piezas en casa, por lo que pueden quedar fuera de los registros oficiales.
De acuerdo con el Buró de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos de EE.UU. (ATF, por sus siglas en inglés), las armas fantasma o armas de fabricación privada son completadas, ensambladas o producidas por cualquier persona que no sea un fabricante con licencia.
Son difíciles de rastrear porque hasta agosto de 2023 no era obligatorio colocarles un número de serie que permita seguir su rastro ni tampoco realizar una verificación de antecedentes al comprador.
En EE.UU., generalmente, los fabricantes e importadores de armamento colocan un número de serie y marcas en las armas de fuego, que identifican al fabricante o importador, marca, modelo y calibre, según explican reportes del Centro Ley Giffords para la Prevención de la Violencia con Armas.
“La investigación de delitos que involucran armas de fuego de fabricación privada no serializadas puede generar dificultades para rastrear el origen de las armas de fuego y vincularlas con delitos relacionados”, dice la página web de ATF.
Las autoridades las categorizan en diez tipos: pistola, revolver, rifle, escopeta, armazón o cajón de mecanismos, dispositivo de conversión de ametralladora, dispositivo destructivo, ametralladora, silenciador de arma de fuego y cualquier otra arma.
Elaborar un arma fantasma en EE.UU. es tan sencillo como comprar por internet un kit con las diferentes partes y herramientas.
Se han conocido incidentes en los que menores poseen este tipo de artefactos, así como personas con trastornos mentales.
Las partes con las que se fabrican no están técnicamente terminadas y requieren algunos pasos adicionales en el hogar, como perforar algunos agujeros, antes de que puedan usarse para hacer una pistola funcional.
Más de una decena de estados, incluyendo Nueva York, han establecido leyes para regularizar las armas sin número de serie, pero es difícil prevenir que se utilicen, pues sus partes pueden ser enviadas de forma individual a casi cualquier lugar.
El asesinato de Thompson renovó el escrutinio de las armas fantasma, que el gobierno de Biden trata de reglamentar para que sean consideradas de la misma manera que las armas de fuego disponibles comercialmente.
Los fabricantes de kits de armas fantasma ahora deben incluir números de serie en sus productos y realizar verificaciones de antecedentes a los compradores.
En octubre, la Corte Suprema evaluó los argumentos de este estatuto que fue retado en los tribunales, y pareció que una mayoría se inclinaba a apoyarlo.
Un fallo a favor marcaría un cambio para el grupo de nueve jueces de una supermayoría conservadora que ha sido en gran medida escéptica con las regulaciones de armas.
En cuanto a las armas en general, el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, se ha posicionado como un firme defensor de la Segunda Enmienda, que otorga el derecho a portarlas.
A principios de este año, le dijo a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) que era el mejor amigo del grupo.
Los expertos han calificado las armas fantasma como el problema de seguridad de armas de más rápido crecimiento en el país. Se han utilizado cada vez más en tiroteos de alto perfil.
Según cifras de la ATF, las fuerzas del orden encontraron 20.000 armas fantasma sospechosas en investigaciones criminales en 2022, un número diez veces mayor que en 2016.
Las autoridades dicen que sin números de serie en sus armazones, es prácticamente imposible rastrear a los comerciantes que venden estas armas ilegalmente a menores o a personas sin licencia.
Una exfuncionaria del gobierno estadounidense duda de que la gente cambie de opinión con el asesinato de Thompson.
“Las armas fantasma son un factor nuevo en un país muy complicado y violento”, le dijo Juliette Kayyem al programa Today de BBC Radio 4.
A EE.UU. le resulta “muy difícil” restringir las armas de fuego, añadió Kayyem, exsecretaria adjunta de política del Departamento de Seguridad Nacional.
Más de 48.000 personas murieron por armas de fuego en Estados Unidos en 2022, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
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