Mientras la Suprema Corte de Estados Unidos refrendó hace unos días el Título 42, que permite expulsar a migrantes de manera inmediata desde inicios de la pandemia argumentando motivos sanitarios, las devoluciones derivadas de esta política ya suman cerca de 2 millones y medio en casi tres años.
Durante los siete meses que aún correspondieron al año fiscal 2020 a partir del establecimiento del Título 42 en marzo, las expulsiones producto de esa política sumaron más de 200 mil. En el transcurso del año fiscal 2021 —de octubre de 2020 al mismo mes de 2021— alcanzaron 1 millón y una cifra similar se registró en el año fiscal 2022.
En tanto, en lo que va del año fiscal 2023 para EU —desde octubre pasado— ya se han dado más de 150 mil devoluciones amparadas por el Título 42, de acuerdo con las estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de ese país (CBP, por sus siglas en inglés).
Derivado de esto, según advierte la organización Human Rights First en su informe Mancha de derechos humanos, farsa de salud pública, presentado en diciembre, durante 2022 se registró la mayor cantidad de muertes —al menos 853— de personas que cruzan la frontera México-EU desde 1998.
Aunado a ello, la permanencia del Título 42 ha ocasionado que quienes migran escojan rutas cada vez más peligrosas, donde se encuentran a merced de grupos criminales que controlan esas zonas.
Hasta el 15 de diciembre de 2022, la organización contabilizaba 13 mil 480 reportes de asesinatos, tortura, secuestros, violaciones y otros ataques violentos hacia migrantes y solicitantes de asilo detenidos o expulsados a México bajo esa política desde que comenzó la administración del presidente estadounidense Joe Biden.
Entre algunos ejemplos que consigna, están el secuestro de una familia guatemalteca con niños por oficiales mexicanos, tras ser expulsados a Nuevo Laredo, para entregarlos al crimen organizado; el secuestro de un solicitante de asilo hondureño y su hija de cuatro años, quien fue golpeada y presenció la violación de su madre cuando les orillaron a esperar en Tijuana, y la violación de una mujer trans lesbiana por elementos de la policía mexicana en Piedras Negras, luego de que la CBP le negara la protección en el punto de entrada de Eagle Pass.
El 21 de marzo de 2020, la administración del expresidente Donald Trump determinó, a partir de la emergencia sanitaria por COVID-19 en México y Canadá, que existía un riesgo serio de introducción del virus a EU y que la restricción del ingreso de personas de ambos países se requería por salud pública.
Luego de que los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades de EU (CDC) impulsaran la eliminación del Título 42 en mayo pasado, impedida por un juez federal de Louisiana, se preveía que la nueva fecha para su terminación fuera el 21 de diciembre, pero la Suprema Corte determinó su continuidad el 27 de ese mes.
Bajo esta política, durante casi tres años la CBP ha prohibido de manera inmediata la entrada de personas que, de acuerdo con su propia justificación, potencialmente implican un riesgo de salud, tanto por haber sido sujetas de restricciones de viaje anunciadas con anterioridad como por tratar de ingresar al país con la intención de eludir las medidas de control sanitario.
Según la CBP, el Título 42 no aplica a personas que deben ser exceptuadas por consideraciones de ley, de seguridad pública, humanitarias o de interés en torno a la salud pública. Las expulsiones bajo el Título 42, dice el organismo, no están basadas en el estatus migratorio y por ello se registran de manera independiente al resto de las acciones de la Patrulla Fronteriza, como las aprehensiones y la inadmisibilidad.
Sin embargo, Human Rights First advierte que el mal uso del Título 42 ha resultado en un fiasco en salud pública, administración de la frontera y derechos humanos. Esta política ha sido utilizada para bloquear a quienes buscan asilo en puntos de entrada oficiales, exponer a riesgos graves a solicitantes de asilo y migrantes que cruzan la frontera, y evadir el debido proceso y las disposiciones para la protección de refugiados contempladas en las leyes estadounidenses.
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Además, sostienen que las consecuencias de esta política y su expansión a la población venezolana desde octubre pasado confirman que no tiene fundamento en la salud pública. Expertos en medicina, así como especialistas de los CDC en declaraciones ante el Congreso, han reiterado —recuerda HRF— que el Título 42 no tiene alguna base científica.
Desde noviembre, agregan, epidemiólogos y expertos en salud pública advirtieron a la administración Biden que la continuidad y expansión del uso del Título 42 era una farsa que manipulaba, mal usaba y mermaba la confianza en la gestión de la salud pública.
De la misma manera, ha contribuido a alimentar y propagar prejuicios racistas que pintan a los migrantes como factores de enfermedad, reforzando estigmas e incrementando la vulnerabilidad de grupos marginados, de una manera antiética y contraria a los principios de buenas prácticas en salud pública.
De acuerdo con la organización, la CBP y oficiales de la Patrulla Fronteriza siguen utilizando el Título 42 para expulsar migrantes y solicitantes de asilo en formas que los colocan en una situación de mayor vulnerabilidad a la violencia en México y merman su posibilidad de pedir asilo. Esto ha incluido regresarlos en medio de la noche, negarles atención médica y retenerles documentos.
Esta política, además, continúa perpetuando el desorden en la frontera, desencadenando múltiples y peligrosos cruces fronterizos, inflando las estadísticas de la CBP, orillando a rutas más riesgosas lejos de los puntos de entrada oficiales y facilitando la explotación.
“El mal uso generalizado y expansivo del Título 42 es confirmación adicional de que esa política no tiene nada que ver con salud pública, pero, en cambio, se ha utilizado para castigar a las personas por migrar y ejercer su derecho humano a buscar asilo frente a la persecución”, concluye HRF.
En “La Máquina”, Dwayne Johnson muestra una nueva faceta y la crítica lo está alabando por hacerlo.
El actor estadounidense Dwayne “La Roca” Johnson dijo que tenía el “deseo ardiente” de hacer una película diferente, después de llevar años encasillado como estrella de éxitos de taquilla.
El actor de 53 años podría lograr su primera nominación al Oscar por su papel en The Smashing Machine (o La Máquina, como se va a llamar en algunos territorios), película que acaba de estrenarse en el Festival de Cine de Venecia.
Johnson afirmó que interpretar al luchador de la UFC Mark Kerr en la película “sin duda me cambió la vida”, y añadió que esa transformación era algo que “tenía muchas ganas de hacer”.
Declaró a los periodistas: “Hasta ahora, hasta que tuve esta oportunidad, me había dado miedo profundizar, ser intenso y ser crudo“.
Johnson es conocido por sus papeles en películas de gran presupuesto como Jumanji, San Andreas, Black Adam, Moana, Baywatch y la franquicia Rápidos y Furiosos.
En The Smashing Machine, dirigida por Benny Safdie, Johnson se reúne con su coprotagonista de Jungle Cruise, Emily Blunt, quien interpreta a Dawn Staples, la novia de Kerr.
Al preguntarle sobre su motivación para aceptar el papel, Johnson explicó: “Llevo mucho tiempo deseando esto”.
“Cuando estás en Hollywood, como todos sabemos, todo gira en torno a la taquilla y uno va tras ella. Y la taquilla en nuestro sector es muy ruidosa, puede ser abrumadora.”
“Puede acorralarte y clasificarte: ‘Este es tu camino, esto es lo que haces, esto es lo que la gente quiere que seas y esto es lo que Hollywood quiere que seas'”.
“Y lo entendí, hice esas películas, me gustaron y eran divertidas, ¡y algunas eran muy buenas y les fue bien, y otras no tanto!”, dijo el actor riendo.
“Pero creo que de lo que me di cuenta es que tenía un deseo ardiente y una voz que me decía: ‘¿Y si hay más? ¿Y si puedo?’.
“A veces es difícil saber de lo que eres capaz cuando te han encasillado en algo. Es más difícil saber: ‘Espera, ¿puedo hacer eso? Siento que puedo’. Y a veces se necesita que la gente a la que quieres y respetas te diga: ‘Sí puedes'”.
Johnson, conocido como The Rock o La Roca por sus inicios en la lucha libre, añadió que no creía que al interpretar el papel tuviera que demostrarle nada a Hollywood, sino más bien a mí mismo, internamente.
Johnson ha sido elogiado por la crítica en las primeras reseñas de la película. Owen Gleiberman, de Variety, describió su actuación como “una revelación”, añadiendo que “parece un actor nuevo”.
En una reseña de cuatro estrellas, Robbie Collin, del Telegraph, comentó: “Su actuación es cálida, sincera y admirablemente desinteresada, mientras que las prótesis faciales de una delicadeza fenomenal alteran su apariencia lo suficiente como para poder ver asomarse a su personaje en vez de a The Rock”.
Ryan Lattanzio, de IndieWire, concluyó: “Si bien The Smashing Machine no es una apuesta segura para los premios, Johnson se gana un puesto destacado entre los aspirantes a premios de este año”.
Normalmente, en una película de Dwayne Johnson, nunca estás a más de cuatro minutos de la siguiente explosión o persecución.
The Smashing Machine es harina de otro costal, ya que se centra en el mundo del Ultimate Fighting Championship y en el papel prominente que Kerr tuvo en los inicios de este deporte, en la década de 1990.
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Como se explica al principio de la película, la UFC involucra todo tipo de combates en el mismo ring. Un luchador puede ser boxeador, mientras que su oponente puede tener experiencia en lucha libre o karate. En la batalla, prácticamente todo vale para ser el último en pie.
“En aquella época, había algo muy experimental en lo que estaba sucediendo”, explicó el director del la película, Benny Safdie, uno de los hermanos Safdie, cuyos créditos cinematográficos incluyen el filme Uncut Gems.
“Teníamos todas estas diferentes formas de artes marciales compitiendo entre sí, y era un deporte único”.
“Y también era una comunidad muy unida donde todos se conocían y se querían, y esa contradicción entre el mundo de la lucha y este amor entre ellos era algo realmente hermoso para mí y quería explorarlo”, dijo el realizador.
La película tiene muchas escenas de lucha, pero se centra principalmente en lo que ocurre fuera del ring, explorando la naturaleza apacible de Kerr, su lucha contra el abuso de sustancias y su compleja relación con Dawn, interpretada por Blunt.
La actriz describe a Johnson como un “querido amigo” y añade: “Una de las cosas más extraordinarias fue verlo desaparecer por completo; fue espeluznante”.
Al hablar de su personaje, Blunt comentó: “Me encantó que hubiera una mujer en medio, porque sucedían muchas cosas a puerta cerrada sobre lo que significa vivir con un luchador y el mundo absorbente que conlleva.”
“Conocí bien a Dawn y fue muy generosa conmigo con su historia, con todo el contexto, los arrepentimientos, los estallidos, la naturaleza a veces peligrosa de la relación y el profundo amor y la devoción que se profesaban en un entorno imposible”.
“Así que creo que fue una relación increíblemente emocionante de llevar a la pantalla. Había formado parte de muchas relaciones [en pantalla] que, en esencia, son relaciones cinematográficas, y esta me pareció el espectro completo de lo que realmente es una relación.”
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Ambientada entre 1997 y 2000, The Smashing Machine recibe su título del apodo que recibió Kerr tras una de sus primeras victorias en torneos. En 2002 se estrenó un documental de HBO sobre Kerr con el mismo título.
Johnson conoció a Kerr en la década de 1990, cuando él mismo era luchador. Se retiró parcialmente del deporte en 2004 para centrarse en su carrera en Hollywood, convirtiéndose en una de las estrellas más rentables de la industria.
El actor dijo que se ha vuelto muy cercano a Kerr, a quien describe como “una contradicción andante para un hombre que en su día fue el mejor luchador del planeta, pero también la persona más amable, gentil, tierna y empática”.
Los expertos en premios estarán muy atentos a la recepción de la película de Johnson, pero el intérprete se suma a una carrera por el premio a mejor actor repleta de estrellas este año.
Daniel Day-Lewis, Leonardo DiCaprio, Matthew McConaughey, George Clooney, Jesse Plemons, Timothée Chalamet y Jeremy Allen White se encuentran entre los grandes nombres que podrían competir con Johnson.
Solo un pequeño número de estas estrellas llegará a los Oscar, aunque varias de ellas podrían ser reconocidas en los Globos de Oro, que tienen más plazas disponibles y están más orientados a las celebridades. La carrera comenzará a cristalizar con el estreno de más películas en las próximas semanas.
Reflexionando sobre su éxito desde que dejó la lucha libre, Johnson dijo: “He sido muy afortunado de tener la carrera que he tenido a lo largo de los años y de hacer las películas que he hecho. Pero había una voz dentro de mí que me decía: ‘¿Y si pudiera hacer más?'”.
“La verdad es que hace unos años miré a mi alrededor y empecé a pensar: ‘¿Estoy viviendo mi sueño o estoy viviendo los sueños de otros?'”.
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