Después de al menos dos semanas en las que los errores contenidos en los nuevos libros de texto han captado la atención pública y generado críticas a la Secretaría de Educación Pública (SEP), la dependencia federal reconoció las fallas en los materiales, aunque las minimizó y las catalogó como “áreas de oportunidad”.
Además, la SEP señaló que los errores son menos en comparación con los que fueron detectados en 2013, durante la presidencia del priista Enrique Peña Nieto (2012-2018), cuando era secretario Emilio Chuayffet y especialistas documentaron cuando menos 117 fallas.
Desde Palacio Nacional, el director de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga, dijo que “hay un proceso donde se corrigen los materiales”, pero argumentó que “no les diría errores”, sino “áreas de oportunidad”.
“Sí tienen áreas de oportunidad, como lo han tenido todos los libros de texto, si quieren ponemos de evidencia en este caso la fe de erratas que sucedió en el periodo de Chuayfett cuando se encontraron 117 errores en el libro de texto”, agregó.
De acuerdo con Arriaga, en los 91 nuevos libros de texto —cuya legalidad sigue bajo análisis del Poder Judicial—, los errores “no suman más de 20, y estoy siendo muy generoso”.
Sobre la responsabilidad de estas “áreas de oportunidad”, que calculó que están en el 0.09% de las páginas de los nuevos libros, Arriaga indicó que “no fueron los editores, no fueron los autores, porque ellos hicieron un gran trabajo”, sino “el director general” (del área de Materiales Educativos), haciendo alusión a su persona.
En esta primera conferencia de la SEP sobre los libros de texto, Arriaga explicó que la elaboración de los nuevos libros se consultó con más de un millón de maestros y maestras, además de padres de familia, quienes participaron en 32 asambleas, de las cuales no existe información disponible, ya que la dependencia reservó los datos de estos encuentros por cinco años.
Luego de estas consultas, afirmó que se contó con la participación de especialistas de la SEP, la Secretaría de Gobernación, la de Cultura, así como de la Universidad Pedagógica Nacional, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad Autónoma del Estado de México, la Universidad Nacional Autónoma de México, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), así como del Instituto Nacional del Derecho de Autor, quienes aportaron observaciones de sus respectivas áreas de conocimiento.
Una vez que los materiales quedaron elaborados, en su primera versión, los libros pasaron por 925 revisiones, a cargo de 55 dependencias, mismas que fueron realizadas entre el mes de julio de 2022 y enero de 2023.
Arriaga enfatizó que las versiones originales de los libros estuvieron a cargo de 1998 maestros de todo el país, quienes “por la vocación empezaron a trabajar, a proponer cosas, y después de que ellos entregaron, desde ahí vienen los libros con muchas correcciones, como pasa con todos los manuscritos originales, estos siempre se pueden mejorar, hay que corregir estilo y esto pasa por ciertos procesos editoriales al interior”.
Pese a ello, especialistas han señalado que existen fallas, como la fecha de nacimiento de Benito Juárez, que aparece en el libro “Nuestros Saberes” de tercer grado de primaria, o las faltas de ortografía e imprecisiones que hay en una infografía sobre el Sistema Solar que se encuentra en el libro “Nuestros Saberes” de quinto grado.
Al concluir la conferencia, en la que estuvieron presentes los profesores Claudia Nayeli López y Uziel Pérez, así como el académico Ángel Rogelio Díaz-Barriga –quienes participaron en la elaboración de los nuevos materiales–, la titular de la SEP, Leticia Ramírez, anunció que los libros de primaria ya se encuentran disponibles para consulta en el sitio web de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG), pese a que continúa vigente la suspensión definitiva que desde mayo pasado ordenó detener su producción y distribución.
Ante el cuestionamiento de qué pasará con los estados en los que han decidido que los materiales no serán distribuidos hasta que el Poder Judicial determine si estos fueron elaborados de conformidad a lo que establece la ley, Ramírez Amaya afirmó que la SEP tiene “una permanente y constante comunicación muy respetuosa y muy afable con todas y cada una de las autoridades educativas”, con quienes dijo, coinciden en que el próximo 28 de agosto comenzarán las clases con estos nuevos libros.
“Quiero que tengan la certeza de que la SEP publicará los programas sintéticos antes del inicio de clases, que nosotros legalmente hemos cumplido con todo lo que ha solicitado el Poder Judicial escrupulosamente, y también hemos hecho uso de todas las posibilidades legales para atenderlos. No hay ningún impedimento jurídico para que los libros de texto estén repartidos en los centros de almacenaje y en algunas supervisiones”, concluyó.
Conociste a un chico en Tinder, comenzaron a comunicarse y se cayeron bien. Luego de sentirte en confianza le compartes tus perfiles de redes sociales.
La conversación se mudó de lugar y ahora llevan semanas hablando por Instagram. De vez en cuando, al publicar una historia en esta plataforma, él te deja un emoji. Y cuando compartes una foto, no solo marca “me gusta”, sino que te deja comentarios.
Hay veces que a través de un mensaje directo te da los buenos días. Y en otras ocasiones te envía fotos mientras está en su trabajo para mostrarte algo de su vida cotidiana.
Piensas que, como está enganchado contigo en esa red social, y te gusta su forma de ser, es hora de dar el siguiente paso. Le invitas a salir, a verse en persona con la intención de emprender un nuevo tipo de relación.
Entonces te da largas. Dice estar muy ocupado, tener la agenda llena de compromisos, incluso que está enfermo. Nunca puede quedar.
Aunque no acepta tus invitaciones, continúa interactuando contigo de la misma manera en las redes sociales. Y tú le sigues respondiendo, con la esperanza de algún día verle fuera del ciberespacio. Pero eso no sucede.
Si este relato –que supone un ejemplo hipotético– te parece familiar, puede que hayas sido víctima de lo que algunos psicólogos llaman breadcrumbing, o migajas emocionales en español.
De acuerdo con Raúl Navarro Olivas, profesor de Psicología de la Universidad Castilla-La Mancha en España, se trata de un patrón de comportamiento en el que una persona muestra interés en otra de forma intermitente, pero constante, sin tener la intención real de comprometerse emocionalmente ni establecer una relación formal.
Es, además, una práctica de manipulación.
“La persona que hace el breadcrumbing envía señales a otra porque pretende tener su atención o su refuerzo intermitente. Busca, con mensajes inconsistentes en el tiempo, que el otro siempre esté presente”, afirma el experto.
Su origen, aunque no se puede identificar, se sabe que no es actual. Lo que sí es reciente es el uso del término breadcrumbing.
“Están apareciendo muchos términos, sobre todo en el ámbito anglosajón, que luego traemos a países de habla hispana, pero que no tenemos la manera de traducirlos exactamente. Esto a veces dificulta la investigación”, comenta.
Además del breadcrumbing, el profesor se refiere a conceptos como ghosting o love bombing, que son usados para englobar ciertos comportamientos que si bien no son nuevos, se potencian con las redes sociales.
Algunos de ellos se parecen y están relacionados, pero, como explica Navarro Olivas, están siendo separados en las investigaciones para comprenderlos mejor.
El breacrumbing ya es acuñado por expertos en la conducta de países tan distintos como España, India y Estados Unidos.
Para explicarlo, el psicólogo compara el breadcrumbing con la manera en que funcionan las máquinas tragamonedas en los casinos, que se basan en la misma lógica de refuerzo intermitente.
Estas máquinas le otorgan un premio a quien juegue, pero de forma aleatoria, nunca se sabe cuándo va a ocurrir, así que la persona lo sigue intentando.
“En el breadcrumbing hay un patrón de premiar a la otra persona, de ofrecerle algún tipo de contacto y luego darle algo negativo o el silencio”, afirma Navarro Olivas.
Y quienes lo padecen, dice, podrían sufrir consecuencias de salud mental, por lo que es importante identificarlo y buscar ayuda para salir de dicho tipo de relaciones.
En un estudio de su autoría, publicado en 2020 en la revista académica Escritos de Psicología (Psychological Writings), Navarro Olivas y otros investigadores señalan que “algo más de tres de cada 10 participantes” de un estudio realizado en España indicaba haber sufrido breadcrumbing.
La investigación también reveló que el uso de apps de citas, las relaciones a corto plazo o el hábito de vigilar la conducta online de otra persona aumentan la posibilidad de sufrir y también de ejercer este patrón de comportamiento.
En tiempo reciente, es común que alguien vigile el comportamiento de otro en las redes sociales cuando hay un interés romántico. De acuerdo con el estudio, es una forma de “reducir” la incertidumbre sobre la pareja. Pero esto puede provocar que alguien cuestione su relación, generar tensión y hacer que ocurra el breadcrumbing.
“El desarrollo tecnológico lo hace más prevalente. Es más fácil realizar este comportamiento en redes sociales y apps de citas, donde no necesariamente hay contacto directo con el otro”, sostiene Navarro Olivas.
El patrón más claro de quien realiza breadcrumbing es la intermitencia en la comunicación, ya sea a través de las plataformas digitales o en persona.
“La inconsistencia viene con un comportamiento muy errático. Cuando la persona más interesada en la relación propone planes, quien hace el breadcrumbing no es claro a la hora de quedar”.
El psicólogo apunta a que otro patrón común de quien realiza breacrumbing es ofrecer información incompleta.
En aras de evitar el compromiso, el “perpetrador” puede obviar detalles sobre su familia o amigos y evitar que la otra persona les conozca. También podría negarse a introducirse en el entorno íntimo de la víctima.
“Las personas que tiran esas migajas pueden dar algunos detalles de su vida personal, con el ánimo de seguir manteniendo la atención de esa persona, pero no hay una comunicación emocional muy profunda”, comenta.
Igualmente, las personas que realizan el breadcrumbing no plantean planes de futuro.
“Aparecerán excusas para no comprometerse a largo plazo, lo que contrasta con su comportamiento de continuar hablándole a la otra persona”, señala.
La falta de estudios sobre el tema dificulta elaborar perfiles sobre los perpetradores y víctimas del breadcrumbing.
Sin embargo, Navarro Olivas señala que, aunque no le gustan las etiquetas, por lo que conocen actualmente rasgos de personalidad narcisista suelen aparecer en quien suelta las migajas emocionales.
“Tiene cierta lógica porque lo que quiere la persona es recibir el refuerzo positivo de la víctima”, sostiene.
De acuerdo con la Clínica Mayo de EE.UU., el trastorno de la personalidad narcisista es una “enfermedad de salud mental en la cual las personas tienen un aire irrazonable de superioridad”.
Ante esto, buscan llamar la atención de otros y que les admiren. Pero en lo profundo son poco seguras de sí mismas y les cuesta comprender los sentimientos de los demás.
“[A alguien que hace breadcrumbing] le gusta que le digan cosas, que estén pendientes de él, pero sobre todo tener el control sobre el refuerzo que le van a dar”, explica Navarro Olivas.
Algunas investigaciones también indican que las personas con apego evitativo son más proclives a realizar breadcrumbing.
“Porque se caracterizan por necesitar la validación, el refuerzo de los otros, pero tienen dificultades para realizar conexiones emocionales”, argumenta Navarro Olivas.
“Estas dificultades no excusan su comportamiento. Pero sí hacen que se ajusten más a la idea del breadcrumbing, de que necesitan a otros pero tienen problemas para conectar emocionalmente. Evitan el compromiso porque les produce ansiedad o estrés”.
También podría relacionarse con el apego ansioso, que ocurre cuando alguien establece un vínculo de dependencia emocional con otra persona, pero teme fracasar en una relación o que les abandonen.
“No esperábamos que las personas que hacen breadcrumbing tuviesen apego ansioso, porque parecería más un rasgo de las víctimas, pero encontramos que sí, que probablemente está relacionado con el hecho de que necesita conectar con otro que cubra sus necesidades emocionales, pero como teme al abandono teorizamos que el breadcrumbing es una forma de probar si la otra persona realmente está interesada”, dice el psicólogo.
Quienes sufren dependencia emocional o baja autoestima podrían estar en riesgo de permanecer más tiempo en una relación tóxica, incluyendo aquellas que se basan en el breadcrumbing, comenta el investigador.
Sin embargo, añade que cualquiera podría ser una víctima y experimentar consecuencias emocionales.
“Es dañino”, dice Navarro Olivas, “porque ataca nuestra necesidad psicológica más importante, que es la de pertenencia y de vincularse con otros seres”.
“Y, aunque no ha sido parte de los estudios, creo que puede generar indefensión aprendida. Es decir, cuando fracasas en tus relaciones piensas que de alguna manera eso se va a repetir”.
De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Environmental Research and Public Health sufrir breadcrumbing puede causar insatisfacción con la vida, ampliar el sentimiento de soledad y el desamparo.
Ante esto, el psicólogo español recomienda establecer una comunicación asertiva cuando alguien está interesado en establecer una relación.
Dice que no se trata de “hacer un checklist” de cosas que debería cumplir la otra persona; más bien es dejar claro desde el principio las expectativas.
Pero, sobre todo, Navarro Olivas opina que cualquier víctima debe buscar apoyo de sus personas de confianza, así como de un terapeuta.
“Habla con tu entorno, comenta lo que está ocurriendo para tener una visión externa. Cuando tienes un interés romántico, eso puede que no te haga ver lo negativo”, sostiene.
Y añade: “En psicología a veces se insiste en que la persona tiene que ser resiliente, que tiene que sacar una fortaleza interior que le haga superar las adversidades. Pero a mí me gusta ver la resiliencia no como un rasgo individual, sino que se origina gracias a las personas que nos rodean”.
Recuerda que puedes recibir notificaciones de BBC News Mundo. Descarga nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.