
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anuló la resolución en materia de impacto ambiental al proyecto turístico denominado “Muelle Cozumel, Terminal de Cruceros” de la empresa Muelles del Caribe S.A. de C. V. que ponía en riesgo la salud y supervivencia del Arrecife Villa Blanca.
Se trata de la resolución que fue emitida el 7 de diciembre de 2021 como parte del recurso de revisión que los habitantes de la isla de Cozumel interpusieron ante la secretaría para evaluar y analizar la decisión en materia de impacto ambiental.
La notificación para anular la resolución inicial se dio el 11 de septiembre de 2025 en respuesta al análisis del recurso de revisión interpuesto por miembros de la asociación Conservación Investigación y Manejo Ambiental de Cozumel, A.C. (CIMAC A.C.), quienes manifestaron su preocupación por los posibles impactos del proyecto sobre los ecosistemas marinos y costeros de la isla.

Aunque la secretaría anuló el fallo inicial, anunció que la evaluación de impacto ambiental será reiniciada conforme a la ley, priorizando la protección de los ecosistemas costeros y marinos.
Será la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) el área que se encargará de una nueva evaluación, conforme al artículo 35 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) y demás disposiciones legales aplicables.
Ante el anuncio, organizaciones ambientales como CIMAC y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA) celebraron esta decisión.
En un comunicado, el CEMDA compartió que el 11 de septiembre, la Semarnat resolvió el recurso de revisión interpuesto contra la autorización del proyecto denominado “Muelle Cozumel, Terminal de Crucero”, determinando que el resolutivo SGPA/DGIRA/DG-05859-21, de fecha 7 de diciembre de 2021, quede insubsistente.
Ambas organizaciones recordaron que este resolutivo protege al Arrecife Villa Blanca y a los servicios ambientales que proveé. También recordaron que esta decisión consolida la obligación de las autoridades mexicanas de no autorizar proyectos fragmentados, deficientes o carentes de la mejor evidencia científica disponible.
El CEMDA también señaló que esta resolución es un precedente relevante para la defensa del derecho a un medio ambiente sano ya que, la Semarnat reconoce su decisión en principios ambientales como el principio precautorio, el principio de prevención y el principio in dubio pro-natura.

Además se basa en jurisprudencias y recomendaciones internacionales que colocan el derecho a un medio ambiente sano como un derecho humano autónomo, interdependiente y esencial para la vida y la dignidad de las personas.
Noemí Guadalupe Martín, licenciada en Manejo de Recursos Naturales y presidenta de la asociación civil Conservación Investigación y Manejo Ambiental de Cozumel, A.C. (CIMAC) también celebró la decisión.
“Ganamos. Hicieron nula la resolución del Cuarto Muelle. Es algo increíble y es algo que esperábamos con mucha emoción. Es algo que me notifican y que no me puedo creer porque es sumamente importante y donde podemos decir que fue escuchada la voz del pueblo”, declaró Guadalupe Martín, presidenta de CIMAC, en entrevista para Animal Político.
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Para Guadalupe Martín, esta notificación es una muestra de que las luchas sí se logran. Pero también es una enseñanza para no bajar la guardia cuando se denuncia el impacto ambiental que tendrá un megaproyecto en el territorio.
“Quien tiene el poder es el pueblo, no el empresario ni el político. Es el pueblo porque es la comunidad y la cantidad de gente. El gobierno son unos cuantos. El empresario son unos cuantos y si nosotros vemos en la ley de la selva, la selva misma nos dice quién tiene el poder y es la comunidad”, añadió.
Con manifestaciones pacíficas dentro de la isla y con pescadores y prestadores de servicios, habitantes de Cozumel denunciaron las afectaciones que el Cuarto Muelle traerá al Arrecife Villa Blanca si las obras seguían.
“No podemos bajar la guardia ni inclinarse ante nadie que nos esté quitando nuestro patrimonio, nuestro derecho de territorio. No podemos dárselo a nadie porque tenga dinero, porque es un empresario, porque tenga poder. El pueblo es el que manda”, reflexionó Guadalupe Martín.

El CEMDA reiteró que esta resolución se alinea con lo que ya habían establecido la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la protección del medio ambiente como una condición necesaria para el ejercicio de otros derechos humanos, como el derecho al agua, a la salud,a la alimentación y a la cultura.
Incluso, se alinea con compromisos internacionales de los que México es Parte como lo es el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe (Acuerdo de Escazú), la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo (1992) y la Opinión Consultiva OC-23/17 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Ambos acuerdos fortalecen las obligaciones de los Estados para garantizar la participación pública, el acceso a la información ambiental y la justicia ambiental en la toma de decisiones que afecten a los ecosistemas.

La medida de paralización de los procesos migratorios afecta a las personas provenientes de 19 países no europeos.
El gobierno de Donald Trump anunció este martes la suspensión de las solicitudes de inmigración presentadas por ciudadanos de Venezuela, Cuba, Haití y otros 16 países no europeos, a los que les había restringido la posibilidad de viajar a Estados Unidos a principios de este año.
La decisión paraliza las solicitudes de residencia y ciudadanía pendientes de las personas procedentes de ese grupo de países y exige que todos los inmigrantes procedentes de esos estados “se sometan a un proceso de revisión exhaustiva”.
Además de los países latinoamericanos mencionados, la lista afecta a los ciudadanos de Afganistán, Burundi, Chad, Eritrea, Guinea Ecuatorial, Irán, Laos, Libia, Myanmar, República del Congo, Somalia, Sudán, Yemen, Sierra Leona, Togo y Turkmenistán.
La medida fue formalizada a través de un memorando del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos en el que se anuncia un proceso exhaustivo de reevaluación, para analizar a fondo “las amenazas a la seguridad nacional y pública, así como cualquier otro motivo de inadmisibilidad o inelegibilidad”.
El texto oficial que detalla la nueva política hace referencia al ataque armado ocurrido la semana pasada en Washington D.C. contra dos miembros de la Guardia Nacional, uno de los cuales falleció.
Por ese ataque fue detenido como sospechoso Rahmanullah Lakanwal, un hombre afgano que había colaborado con las fuerzas estadounidenses en Kabul y que entró a EE.UU. en 2021, beneficiado por un programa que otorgó protección especial a los migrantes de ese país, tras la retirada de los militares de EE.UU. de ese país.
La oleada de restricciones ocurridas tras el ataque a los miembros de la Guardia Nacional sugiere un enfoque creciente del gobierno de Trump sobre la inmigración legal, enmarcado en la protección de la seguridad nacional.
Desde que volvió a la presidencia en enero, Trump firmó una orden ejecutiva en la que busca “proteger a los ciudadanos estadounidenses de extranjeros que puedan intentar cometer actos terroristas, representar amenazas a la seguridad nacional, promover ideologías de odio o explotar las leyes de inmigración con fines maliciosos”.
En ese contexto, Trump ha ordenado enviar a decenas de agentes federales a las principales ciudades de Estados Unidos para detener migrantes indocumentados y concretar deportaciones.
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