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Corte autoriza reanudar las corridas de toros en CDMX; desecha amparo que impedía la tauromaquia
Corte autoriza reanudar las corridas de toros en CDMX; desecha amparo que impedía la tauromaquia
La SCJN definirá el futuro de las corridas de toros. | Foto: Cuartoscuro
3 minutos de lectura

Corte autoriza reanudar las corridas de toros en CDMX; desecha amparo que impedía la tauromaquia

La Segunda Sala de la SCJN analizó un proyecto de la ministra Yasmín Esquivel para reanudar las corridas de toros en la CDMX; afuera del recinto, grupo “protaurinos” y defensores de animales protestan.
06 de diciembre, 2023
Por: Contenido Animal Político

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) definió el futuro de las corridas de toros en la Plaza de Toros de la Ciudad de México (CDMX), suspendidas desde mayo de 2022, cuando un juez ordenó su suspensión contra los reglamentos que permiten la tauromaquia en la capital. 

Este 6 de diciembre, la Segunda Sala de la Corte autorizó reanudar las corridas de toros en la CDMX luego de revocar la suspensión otorgada a una asociación civil en un juicio de amparo, que impedía la realización de espectáculos taurinos en la Monumental Plaza de Toros México. 

El proyecto de la ministra Yasmín Esquivel, que fue discutido, propuso anular la suspensión definitiva otorgada en mayo de 2022 por el juez Jonathan Bass, quien accedió a la solicitud de la asociación civil Justicia Justa para impugnar el Reglamento Taurino y la Ley para Celebración de Espectáculos Públicos en la CDMX.

Los ministros que integran la Sala estimaron incorrecto el otorgamiento de la suspensión debido a que la asociación civil “no acreditó la existencia de una afectación inminente e irreparable en su contra, que hiciera necesaria una medida cautelar en lo que se resuelve el fondo del juicio”.

Además, consideraron que la concesión de la suspensión afectaba derechos legalmente constituidos a favor de las personas que participan en las corridas de toros y que dependen económicamente de estos eventos al tratarse de una actividad legalmente reconocida como lícita.

Esto ocurre a días de que la corrida Guadalupana del 12 de diciembre, un evento importante para los “protaurinos”, y como antecedente está la prohibición de la Corte de considerar a los espectáculos taurinos y las peleas de gallos en Nayarit como un bien inmaterial cultural. 

Leer: Que si la economía, que si la tradición, que si la ley: hablemos de las corridas de toros

La suspensión de las corridas de toros en la CDMX 

En mayo de 2022, un juez federal prohibió los espectáculos taurinos, luego de que la organización Justicia Justa llevó hasta un tribunal la denuncia contra el Reglamento Taurino y la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos, amparándose en que la justicia federal prohíbe el maltrato animal. 

El juez Jonathan Bass aceptó a trámite la suspensión bajo el argumento de que “la sociedad está interesada en que se respete la integridad física y emocional de todos los animales”.

Sin embargo, “defensores de la tauromaquia” señalan que estos argumentos podrían extenderse a cualquier actividad que afecte a los animales, excluyendo la naturaleza de los toros de lidia, criados específicamente para las corridas, de cualquier ecosistema a preservar.

Corrida de toros en Guadalajara, Jalisco
Este miércoles la SCJN tiene planeado discutir revocar la suspensión en la Plaza México. (Foto: Cuartoscuro Archivo)

Protestan en la SCJN “protaurinos” y defensores de animales 

A las afueras de la SCJN, este 6 de diciembre organizaciones “protaurinas” y defensoras de animales protestan, por un lado para que se reanuden las corridas de toros en la CDMX y por otro para que se mantenga la prohibición. 

El debate es entre quienes apoyan la eliminación de la tauromaquia, un espectáculo que fomenta el sufrimiento de los animales y otro sector que argumenta que las corridas de toros son una tradición que debe mantenerse.

Cabe destacar que distintas organizaciones civiles han promovido a lo largo de los años acciones legales para que se prohíban las corridas, una tradición de 500 años en México, aunque no habían tenido éxito.

Los defensores taurinos, en tanto, reivindican la tradición y el valor económico de la industria, que en 2018 movió 343 millones de dólares, creando unos 80 mil empleos directos y 146 mil indirectos.

En México, cinco de 32 estados han prohibido los espectáculos taurinos y apenas este 5 de diciembre, un juez federal con sede en Jalisco suspendió de forma indefinida las corridas de toros en el municipio de Guadalajara, en donde opera la Plaza Nuevo Progreso.

segunda sala scjn
SCJN.
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Imagen BBC
“Sin las mujeres, Colombia no encontraría a sus desaparecidos”: así halló Yanette su hermana desaparecida por el ejército
8 minutos de lectura

Tras varios años de búsqueda, Yanette Bautista logró hallar los restos de su hermana. Sin embargo, hasta ahora no ha logrado que la Justicia actúe contra los responsables.

24 de octubre, 2024
Por: BBC News Mundo
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El primer recuerdo que Yanette Bautista tiene de su hermana, Nydia Erika, es de aquella vez cuando en un lugar apartado y campestre fueron sorprendidas por su padre, a quien no veían desde hacía meses.

“Tendría unos 5 años y ella 7. La alegría compartida de ver a mi padre, quien vivía en Venezuela y pasaba mucho tiempo del año fuera de la casa, es algo que recuerdo siempre”, cuenta Yanette.

Ella también recuerda exactamente la última vez que vio a su hermana: fue casi tres décadas después, en el cementerio de Guayabetal, una población ubicada unos 50 kilómetros al oriente de Bogotá, la capital de Colombia.

“Eran pedazos de huesos, pero entre ellos estaba el crucifijo que le había dado mi mamá. Así supe que era ella”, señala Yanette.

Tres años antes, el 30 de agosto de 1987 su hermana había sido desaparecida por el ejército colombiano. Entonces Yanette dejó su vida de secretaria ejecutiva para dedicarse por completo a buscar a Nydia Erika.

“Las mujeres somos las únicas que buscamos a los desaparecidos. Si no lo hacemos nosotras, nadie los busca”, señala.

Y añade: “Son las mujeres las que buscan con valentía. Desafiamos las reglas de silencio y opresión impuestas por quienes hicieron desaparecer a nuestros seres queridos, y terminamos defendiendo los derechos de todas las personas. Por eso me quité los tacones y me los cambié por zapatos de trabajo para comenzar a buscar a mi hermana”.

Y en un país en el que se estima hay 80.000 personas desaparecidas por el conflicto interno, que se extendió durante cinco décadas, la labor de Yanette y de otras decenas de mujeres resulta casi indispensable.

Foto familiar en Blanco y negro.
Yanette Bautista
Domitila Montañez con sus cinco hijos, entre ellos Yanette y Nydia Erika.

“Desde que desapareció Nydia Erika me la pasé gritando: ‘Vivos se los llevaron, Vivos los queremos’”, relata la hermana.

“Pero no sabía que nos la pasamos buscando muertos”.

A pesar de los esfuerzos de Yanette y de las confesiones hechas por militares involucrados en el caso, la desaparición de Nydia Erika Bautista permanece impune.

Radio Cubana

La historia de Yanette y Nydia Érica tiene su origen en la violencia. Y en el amor.

El padre de ambas era un militante a ultranza del Partido Liberal, que durante gran parte del siglo XX tuvo una feroz disputa con el Partido Conservador por el control del poder en Colombia.

Los años de mayor fragor se conocieron como los de “La Violencia”, que se estima dejó cerca de 100.000 muertos.

“Mi padre era liberal. Y un día fueron por él y le metieron varios balazos que lo dejaron malherido”, señala Yanette.

Se lo llevaron de urgencia a un hospital cercano. “Ahí trabajaba mi mamá como enfermera. Lo comenzó a cuidar y se enamoraron”.

Pronto, la suya se convirtió en una familia de seis hermanos que vivían en un barrio de clase media en Bogotá.

“Al poco tiempo nos dimos cuenta que Erika era la favorita de mi papá”, relata Yanette.

Cuenta que su papá se ponía junto a ella a escuchar la legendaria emisora Radio Cubana, en los inicios del régimen castrista en la isla.

“Creo que era su favorita porque leía mucho. Ella en una fiesta prefería sentarse a hablar de política que bailar”, dice.

La influencia política de su padre, los libros que leía y el ambiente de los años 60 modelaron el carácter militante de Nydia Erika.

“Estudió sociología en la Universidad Nacional. Allí fundó ‘El Aquelarre’, un periódico donde se discutían los temas sociales que aquejaban al país en la década del 70”, relata.

Yanette Bautista.
Amnistía Internacional
Yanette Bautista lleva más de 30 años buscando justicia para su hermana Nydia Erika, desaparecida en 1987.

Fue en ese entonces que se unió a la guerrilla del M-19, un movimiento subversivo urbano que había nacido en los años 70. Ella operaba entre Bogotá y Cali.

“Ni a mis padres ni a mí nos gustó que lo hiciera. El ambiente del país no estaba propicio para pertenecer a un movimiento guerrillero, aunque su papel era más político que militar”, anota Yanette.

El temor familiar se volvió realidad: en 1986, fue detenida por miembros de la II Brigada, con sede en Cali, la tercera ciudad del país.

Fue torturada durante varios días hasta que un colectivo de defensores de los Derechos Humanos se acercó a las instalaciones del batallón y exigió su liberación.

Primera comunión

Yanette y Nydia Erika se mudaron juntas a un apartamento en el centro de Bogotá con sus hijos.

“Ella, a pesar de lo que le había pasado, siguió en la militancia. Recuerdo que al apartamento donde vivíamos juntas venían a visitarla muchos dirigentes del M-19”, dice Yanette.

A pesar de no tener convicciones religiosas, uno de los hijos de Nydia Erika decidió hacer la primera comunión. La fecha elegida fue el domingo 30 de agosto de 1987.

“Ese día fue acompañar a una amiga a coger el bus y nunca más volví a saber de ella”, recuerda Yanette.

Durante horas, tanto su Yanette como los otros miembros de la familia comenzaron una búsqueda frenética para poder hallar a Nydia Erika.

Pasaron las horas. Los días. Las semanas.

“No aparecía. Nadie sabía qué había pasado con ella. Nosotros suponíamos que tenía que ver con su militancia, y les preguntamos a los dirigentes y comandantes si sabían algo. Tampoco sabían nada”, recuerda.

Fue entonces el momento en que Yanette dejó su trabajo y se dedicó a buscar a su hermana por todo el país.

Dos niños listos para celebrar la primera comunión
Yanette Bautista
Fue en la celebración de la primera comunión de uno de sus hijos que Nydia Erika fue desaparecida por el ejército colombiano.

“Nadie nos daba una respuesta. Fuimos a todas las entidades del gobierno, pero ni una sola pista. Nosotros teníamos claro que esto había sido una acción del ejército, pero no teníamos ninguna prueba”, señala.

Comenzaron a llamarla, a amenazarla. “Que no buscara más, me decían”.

Lo que sí ocurrió, detalla Yanette, es que se generó un movimiento de personas, de distintas organizaciones sociales colombianas, que comenzaron a seguir a Yanette en su empeño de buscar a su hermana.

En 1991, casi cuatro años después de la desaparición, alguien habló: el sargento Bernardo Alfonso Garzón, quien pertenecía al batallón número 20 de Inteligencia y conocía el destino de decenas de personas que fueron desaparecidas por el ejército nacional.

“Él nunca nos dijo nada de frente. Pero en una confesión, señaló que a Nydia la habían dejado tirada en la vía a Guayabetal”, dice.

Entonces comenzó la búsqueda en el terreno. Y efectivamente, uno de los administradores del cementerio de Guayabetal recordaba que tres años antes habían traído el cuerpo de una mujer que coincidía con la descripción de Nydia Erika.

“Hicimos la exhumación y ahí vi el crucifijo que le había dado mi mamá. También tenía la ropa que sabíamos que era suya”, recuerda.

Foto de Nydia Erika Bautista.
Yanette Bautista
El cuerpo de Nydia Erika Bautista fue hallado en una cementerio de Colombia cuatro años después de su desaparición.

Un examen confirmaría más tarde que ese era el cuerpo de Nydia Erika Bautista. Y 13 años después, debido a denuncias de que esos restos no pertenecían a Nydia Erika, la Fiscalía Colombiana confirmó su identidad medianteuna prueba de ADN.

Fosa común

Tras varias investigaciones, tanto Yanette como la familia pudieron saber lo que había pasado con ella.

Esa noche del 30 de agosto de 1987, miembros del ejército tomaron a la fuerza a Nydia Erika y, tras someterla a torturas, la asesinaron.

Posteriormente su cuerpo fue dejado en la carretera a Guayabetal, a la intemperie durante nueve días, hasta que fue hallado por dos personas que pasaban por el lugar.

“La enterraron como una NN. Nosotros por supuesto no sabíamos nada”, dice Yanette.

“Desde ese día dejé de gritar que nos devuelvan vivos a los desaparecidos. No tiene sentido. Los que hacemos esto, buscar a nuestros desaparecidos, solo buscamos personas muertas”, reclama.

Sin embargo, su lucha no terminó allí.

“A Nydia Erika la mataron personas del ejército nacional de Colombia. El Estado mató a mi hermana. Pero a pesar de que eso está claro, nadie ha pagado por su crimen”, dice.

En este sentido, la justicia colombiana ha dado varias vueltas. En 1995 un general y varios suboficiales fueron destituidos por el crimen de desaparición y asesinato.

Pero en distintas instancias judiciales y más por fallas en el proceso que por pruebas que exoneren a los militares, hasta el momento no se ha emitido ninguna condena en contra de las personas involucradas en la desaparición forzada de Nydia Erika.

Madre con dos niños.
Yanette Bautista
Nydia Erika se destacó por su militancia. Su hermana Yanette la recuerda por su alegría y generosidad para la crianza de los hijos de ambas.

Entonces, con la idea de continuar con su lucha, decidió crear la Fundación Nydia Erika Bautista, no solo para seguir el reclamo de justicia para su hermana sino también para ayudar a otras mujeres que buscan a sus desaparecidos.

“Somos las mujeres las que hacemos esta tarea. Sin las mujeres, Colombia no encontraría a sus desaparecidos. Por eso nos tenemos que apoyar entre nosotras”, anota.

Pero eso ha tenido un costo. Tras arrancar con la fundación, debió exiliarse durante siete años a Alemania debido a las amenazas que recibía por su trabajo de denuncia en Colombia.

Ahora, tras tres décadas de lucha, dice que es imposible no recordar a su hermana todos los días.

“Nosotros éramos padre y madre de nuestros hijos. Ellos no tenían papá y a sus hijos los considero mis hijos y ella trataba a los míos como suyos. Ese es un vínculo muy fuerte”, concluye.

Hasta el momento, a pesar de distintas condenas de la justicia local, ningún militar ha sido condenado por la muerte de Nydia Erika.

“Vamos a seguir luchando. Hasta el final”, promete Yanette.

Linea Gris
BBC

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