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Cuidadoras sacrifican salud mental y física, mientras el Sistema Nacional sigue siendo una promesa
Cuidadoras sacrifican salud mental y física, mientras el Sistema Nacional sigue siendo una promesa
Margarita Sousa @yue.ms
11 minutos de lectura

Cuidadoras sacrifican salud mental y física, mientras el Sistema Nacional sigue siendo una promesa

Mujeres como Eva dedican su vida entera a cuidar, mientras las iniciativas legislativas para un Sistema Nacional de Cuidados permanecen en el olvido. Las acciones específicas resultan insuficientes, mientras iniciativas ciudadanas profesionalizan el cuidado.
05 de marzo, 2025
Por: Marcela Nochebuena y Eréndira Aquino

Eva Cruz es mamá de José Alberto, un joven de 20 años que vive con discapacidad intelectual. Es jueves por la mañana, y como lo hace cada semana, la mujer de 49 años instala su puesto de tianguis a las afueras de su domicilio en la colonia San Miguel Teotongo, de la alcaldía Iztapalapa. En este momento puede hablar de su vida cotidiana, porque su hijo sigue dormido, pero en breve comenzará la triple jornada que implica todos los días su cuidado.

La condición de José Alberto fue diagnosticada desde que tenía tres meses de nacido, cuando llegó a convulsionar hasta 90 veces por día: tiene esclerosis tuberosa, una enfermedad catalogada como rara, y cierto grado de epilepsia. Es funcional en un 60%: puede hacer de comer o bañarse solo, por ejemplo, pero debe estar supervisado todo el tiempo. Eva Cruz es su cuidadora primaria –así lo dice–, y la apoya su mamá y su esposo. 

Aunque su esposo sostiene en buena medida la economía del hogar, “no hay ingreso que alcance”, dice ella. Por eso los jueves vende a las puertas de su casa ropa de segunda mano, zapatos y productos de catálogo. Eso le permite pagar el diplomado de floristería que cursa José Alberto los viernes. Lo que sale de la venta del tianguis va directo a su clase y al material que necesita.

De lunes a jueves el hijo de Eva hace diferentes actividades de bisutería y pintura que después venden en el puesto, además de ayudarle con las tareas del hogar. Luego, los viernes deben salir a las 5 de la mañana para llegar al diplomado a las 8, casi hasta la salida a Cuernavaca. 

Visita nuestro especial. Cuidadoras sin oportunidades: marginación con rostro de mujer

Durante un tiempo, años atrás, Eva fue servidora pública y tenía ayuda para el cuidado de su hijo mayor, que ya no vive con ella. Sin embargo, cuando sus empleadores cambiaron, no fueron flexibles con sus necesidades de tiempo. Ahora, trata de involucrar a su hijo en la mayor parte de sus actividades para que en el futuro sea un adulto independiente en la medida de lo posible.

Aunque ya han tenido más voz, Eva considera que las cuidadoras primarias no son suficientemente visibilizadas. Para muchas, precisa, es imposible tener un trabajo base de ocho horas porque la mayoría de los empleadores no dan permisos para terapias, consultas o emergencias en caso de crisis. Desde su perspectiva hace falta un programa económico, pero también enfoques en la salud emocional de las cuidadoras.

“A veces estás tan enfocada en el cuidado de tu paciente, ya sea adulto mayor o persona con discapacidad, que te olvidas de tu salud, de ti como persona, como mujer; a veces te enfocas tanto en el cuidado que ya te olvidas de tus metas y de tus sueños, y creo que eso hay que retomarlo”, sostiene.

Eva está enfocada, como dice, en el cuidado. Este jueves es su cumpleaños, pero su rutina no cambia: ya instalado el tianguis, José Alberto se despierta. Mientras la abuela se queda un rato en el puesto, ella se desplaza a la cocina para preparar el desayuno, muestra su trabajo de bisutería, toma su presión, cuenta cómo en el pasado también cuidó la enfermedad de su papá; aparece una clienta, le resuelve dudas de precios y vuelve a José Alberto. Al mismo tiempo, entre ella y su madre atienden una pequeña tienda de abarrotes que forma parte de su casa. 

Leer: “No hay tiempo ni presupuesto que alcance”: Citlalli Hernández reconoce retos para un Sistema Nacional de Cuidados

Mientras resuelve sus tareas, Eva recuerda que hace cinco años le diagnosticaron un cuadro de pancreatitis que nunca se atendió porque no tenía tiempo de ir al doctor. Además es diabética y asmática. No iba a consultas, no tomaba los medicamentos y no atendía su dieta. Estuvo internada casi 20 días y lo platica ahora “de puro milagro”, dice.

“Alberto estaba muy enojado conmigo porque pensó que lo había dejado, entonces sí me costó trabajo que él viera que yo estaba enferma, que no podía hacer muchas cosas, que tenía reposo, que necesitaba que me apoyara. Fue en ese entonces cuando yo regresé del hospital que él hacía de comer, o sea, bajo mi supervisión”, cuenta conmovida.

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La crisis más fuerte de José Alberto fue cuando tenía ocho meses de nacido. Pasaron cerca de un mes en el hospital con dificultades para saber qué medicamento le correspondía y pronóstico de que no sobreviviera. Salió de ahí tomando 25 medicamentos atendidos por seis especialistas diferentes. Ahora ya solo lo ve neurología y cardiología. “Ahí vamos”, se convence Eva.   

Cuidado para las cuidadoras, así resume lo que pide. Para ello, las personas que viven con discapacidad requerirían casas de día o espacios donde se les capacite para la inclusión laboral. Si los cuidadores no existieran o se dedicaran al 100%, remarca, niños, adultos mayores y personas con discapacidad no tendrían una buena calidad de vida, y eso tiene que notarlo el Estado para apoyarles y darles beneficios.

La cultura y la población, añade, dan por hecho que “como eres mujer, te toca cuidar”. Tiene razón: las mujeres conforman el grueso de población joven que no estudia ni trabaja, la mayoría por razones de cuidado; las jóvenes madres –mucho más las adolescentes– son quienes mayor probabilidad presentan de dejar los estudios y menor oportunidad de tener un trabajo formal, y para las mujeres, a más hijos, mayor es la brecha salarial que las separa de los hombres y de las mujeres sin hijos. 

El Sistema Nacional de Cuidados: iniciativas olvidadas y esfuerzos a medias

Ante realidades como la de Eva, si bien ha sido una demanda largamente señalada por grupos feministas y desde hace cuatro años propuesta a nivel legislativo, el Sistema Nacional de Cuidados sigue siendo un pendiente sin resolver, pese a que potenciaría la participación económica de las mujeres y sería un paso fundamental para nivelar las brechas que enfrentan. El 18 de noviembre de 2020, la Cámara de Diputados aprobó una reforma para elevar a rango constitucional el derecho al cuidado digno, pero quedó congelada en el Senado.

Contemplaba garantizar el derecho y promover la corresponsabilidad en tareas de cuidado. Una iniciativa legislativa, presentada en 2021 por la senadora Malú Micher, propuso una Ley General del Sistema Nacional de Cuidados para la distribución de estos entre el Estado, el sector empresarial, la sociedad civil, las comunidades y las familias.

Como Eva, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT) 2019, las mujeres dedican en promedio 39.7 horas al trabajo doméstico y de cuidados, casi una jornada laboral completa y más del doble que los hombres.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el valor económico del trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados reportó un monto de 8.4 billones de pesos en 2023, lo que equivale a una participación respecto del Producto Interno Bruto (PIB) nacional del 26.3%. 

La concepción de una obligatoriedad y exclusividad de los trabajos domésticos y de cuidado para las mujeres, así como la devaluación de esas labores –plantea la iniciativa–, redundan en su invisibilización, lo que contribuye de manera negativa al agravamiento de vulnerabilidades para mujeres y niñas.  

Por ello es vital generar una oferta de servicios de cuidados. La reforma constitucional es necesaria no solo por el reconocimiento del derecho al cuidado, sino como base para una ley general en la materia. Otro tipo de leyes podrían obligar a dependencias específicas, pero no al Estado en su conjunto, coinciden la diputada Patricia Mercado y Martha Tagle, integrante de la Coalición por el derecho al cuidado digno y el tiempo propio de las mujeres. 

 Sistema Nacional de Cuidados sigue siendo una promesa

Una nueva iniciativa, a la que también se sumó cuando era senadora la ahora secretaria de las Mujeres, Citlalli Hernández, plantea que el sistema DIF sea el punto de partida. Paralelamente, la Coalición generó una Ley Modelo del Sistema de Cuidados, cuyo ánimo es establecer estándares de legislación en todo el país, y que se puedan retomar de ella los elementos principales incluso para legislaciones estatales, como ocurrió en Jalisco.  

Ese modelo reconoce el derecho al cuidado como universal y no establece poblaciones objetivo para evitar asistencialismos. Por otro lado, plantea un sistema amplio, que abarque políticas públicas, legislación y mecanismos de gobernanza. Desde la perspectiva de activistas y organizaciones, debe ser un sistema que esté ligado a la Presidencia de la República porque es realmente quien tiene posibilidades de instrumentarlo hacia abajo.

Entérate: Sistema integral de cuidados: programas sociales que propone Sheinbaum no bastan para consolidarlo, advierten especialistas

Mercado señala que en el ámbito legislativo no hay novedad, existen procesos que tendrán que volverse a empezar desde cero y algunas conversaciones entre comisiones, pero ningún avance concreto. La idea de construir el Sistema a partir del DIF requeriría necesariamente una reforma legislativa, puntualiza.  

“Si el sistema DIF se convierte en el Sistema Nacional de Cuidados, con otra misión, con otra visión, alejada del asistencialismo y en el sentido de generar las condiciones y todo lo necesario para que los gobiernos estatales y locales le entren a hacer inversiones para políticas de cuidados, está bien; es un sistema que ya existe y es totalmente obsoleto”, sostiene Mercado.

Para Tagle, los dos grandes obstáculos que detienen el avance legislativo son el presupuestal y la falta de comprensión de lo que implican los cuidados. Esa es la importancia de legislar, pues se corre el riesgo de que cualquier acción acotada se haga pasar como una solución. “Por ejemplo, lo que la presidenta anunció en Chihuahua son los centros de educación y cuidado infantil que tienen ese nombre y se ven muy bien, pero cuando revisas qué implican, son las guarderías del IMSS, no es nada nuevo”, reclama. 

Mercado destaca que las reformas constitucionales sobre la brecha salarial y la igualdad sustantiva no pueden quedarse solo en palabras. Hacer de los cuidados una política nacional, de inversión presupuestal y de políticas públicas para que el cuidado esté en manos de todos los actores y del Estado, incidiría directamente en el cierre de brechas. Las mujeres no acceden al trabajo formal porque necesitan autonomía de tiempo; la brecha no se cierra solo en el centro de trabajo, remarca.

Tampoco se trata de una política asistencialista de salarios rosas, aclara. Por supuesto, habrá quien decida dedicarse al cuidado –como Eva, que tiene un hijo con discapacidad y quizá prefiera asistirlo siempre–, pero requeriría ser remunerada. “Esto ahora es un empleo con jornada, ya no es una cuestión cultural; si lo consideramos ya como responsabilidad del Estado social, es un tema de empleos”, añade. Iniciativas ciudadanas dan constancia de ello.   

 

Profesionalización de los cuidados: un diplomado especializado en Cuajimalpa

En la colonia El Molinito, alcaldía Cuajimalpa, existe un proyecto ciudadano preocupado por la profesionalización en labores de cuidado. Se trata de un diplomado de especialización donde se enseña desde cómo tender una cama hasta cómo poner un pañal, sin pasar por alto los derechos de cuidadores y personas dependientes.

Fue desarrollado hace veinte años por Yolanda Burgos, psicóloga con maestría en orientación familiar, un máster en gerontología y otro en psicología clínica, con el fin de apoyar a familiares de personas dependientes de cuidados y a quienes buscan profesionalizarse para hacer de esta actividad su empleo.

“Yo tuve papás grandes, mi mamá me tuvo a los 37 años y mi papá a los 40. Entonces, por ahí de cuando tenía 38 años, ellos ya eran mayores, y coincidió con que estaba estudiando la maestría en orientación familiar, entonces enfoqué mi tesis al tema del envejecimiento, con un enfoque de gerontología y cuidados”, recuerda Yolanda.

La especialista cuenta que desde que decidió dedicarse a eso, se dio cuenta de que para cuidar no sólo basta la buena voluntad, pues se cometen errores por ignorancia y las personas cuidadoras se desgastan brutalmente. De ahí le surgió el interés por crear un diplomado que abarcara la integralidad del cuidado, que se ha ido puliendo y adaptando a temáticas actuales.

Ahora se imparte en modalidad híbrida en el Patronato de Cuajimalpa I.A.P., en la Ciudad de México. De acuerdo con Rosi Nava, coordinadora de proyectos sociales, al diplomado acuden personas que, en la mayoría de los casos, ya realizan labores de cuidados tiempo atrás, “pero no se encuentran preparados, por lo que buscan profesionalizarse desde lo teórico hasta lo práctico, y también abordamos el desgaste del cuidador, para que sepan identificar factores de riesgo”.

Además, destaca que “casi de inmediato, saliendo del diplomado pueden integrarse a un trabajo, entonces es una buena capacitación incluso para quienes a lo mejor no continuaron con una trayectoria de educación formal o solamente tienen la preparatoria”.

trabajo no remunerado cuidados

Irma Fuentes, de 65 años, es una de las asistentes al diplomado, al que decidió inscribirse para continuar con su formación de cuidadora. Menciona que desde hace tiempo se ha dedicado, con y sin paga, a cuidar y a acompañar a personas adultas mayores y enfermas. “Me ha gustado mucho, cuando ha sido con familiares, pero también cuando me han pagado por ello”, dice.

Además, había tomado un curso de cuidados paliativos. Al acudir a un taller de Tanatología en el Patronato de Cuajimalpa, se encontró con el diplomado y decidió inscribirse. Nunca imaginó todo lo que implica ser cuidadora, sus derechos y obligaciones, pero ha reafirmado conocimientos y se siente cada vez más capaz de seguir cuidando. El proyecto abre una posibilidad laboral para después de su jubilación. 

“Va a llegar el momento en el que también necesite que me cuiden, y espero encontrar a una persona que me dé un trato digno, porque para ser cuidador se necesita conocimiento, paciencia, tiempo de calidad y dar amor”, afirma enfatizando la importancia de este tipo de iniciativas.

Para entender: Presupuesto para cuidados prevé recortes en 2025, pese a promesa de Sheinbaum de priorizar la creación de un sistema nacional

Luis, de 52 años, otro de los asistentes al taller, indica que él se inscribió al diplomado para apoyar con el cuidado de sus padres, “y me he dado cuenta de la necesidad de ser profesional y prepararse ante ciertas eventualidades”.

Fernanda Silis, directora del patronato, explica que el diplomado busca contribuir en dos vertientes: la necesidad de cuidados de las personas en estado de dependencia y la profesionalización de quienes ya cuidan a alguna persona o quieran desarrollar el oficio. Atribuye al factor cultural que el 95% de quienes han tomado la capacitación son mujeres.

“Empezamos con este diplomado de forma presencial, y con la pandemia nos vimos obligados a continuar de manera virtual, lo que ha sido un reto, pero también nos ha permitido ampliar nuestro alcance a otros estados del país”, detalla.

Sin embargo, para Yolanda Burgos es necesario que más allá de este tipo de proyectos, se cree un Sistema Nacional de Cuidados, “porque nos va a agarrar con los dedos en la puerta el envejecimiento, y cada vez hacen más falta personas dedicadas al cuidado para que las familias puedan seguir saliendo de casa para buscar ingresos, que las mujeres no tengan que quedarse en casa cuidando y tengamos un círculo virtuoso en el que las personas estén bien cuidadas, y que quienes realizan este trabajo tengan ingresos por él”. 

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Imagen BBC
Desde astrogeografia hasta del ruido de la CDMX, estos mapas cambiarán tu forma de ver el mundo
9 minutos de lectura

Desde China “descubriendo” el mundo hasta el ruido en Ciudad de México, esta selección de mapas revelan algo sorprendente sobre nuestro presente y pasado.

07 de marzo, 2025
Por: BBC News Mundo
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Estos mapas cambiarán tu forma de ver el mundo y Alastair Bonnett lo sabe: él mismo sintió “un shock de emoción” el día en que descubrió cada uno de ellos.

Esa emoción fue su criterio de selección para el libro “40 Maps That Will Change How You See The World” (“40 mapas que cambiarán tu forma de ver el mundo”), publicado recientemente por este profesor de geografía social de la Universidad de Newcastle, en Inglaterra.

“Cada uno de estos 40 mapas es disruptivo”, escribe Bonnett en la introducción. “Son mapas que desafían nuestra visión del mundo, a veces empujándola más allá, a veces derribándola”, continúa.

Bonnett es autor de numerosos trabajos que exploran la intersección entre geografía y sociedad, y sus libros han sido traducidos a 19 idiomas.

En este último volumen incluye desde mapas antiguos hasta otros creados con tecnologías de última generación, tanto de nuestro planeta como del espacio.

Hablamos con Bonnett de seis de ellos que ilustran parte de la diversidad y riqueza de su libro.

1. Cuando China “descubrió” el mundo

Mapa supuestamente creado en China en 1418.
Dominio público
El llamado “mapa de 1418” fue noticia en el mundo entero.

En 2001 un historiador amateur descubrió en una tienda de antigüedades de Shanghai algo que prometía cambiar la historia de la humanidad: un mapa de 1418 que muestra al mundo entero, incluyendo América.

Es decir, se trataba de un mapa creado 70 años antes de que Cristóbal Colón llegara al continente.

Pero quien lo hizo no solo fue capaz de dibujar de forma bastante exacta todos los continentes, incluyendo la Antártida. También agregó anotaciones. Por ejemplo, sobre África dice que “la piel de la gente aquí es como laca negra”, mientras que en América del Sur se afirma que “los seres humanos son utilizados como víctimas de sacrificio y la gente rinde homenaje al fuego”.

La noticia del llamado “mapa de 1418” recorrió el mundo. “La idea de que los chinos descubrieron América con tal grado de detalle antes que los europeos es muy significativo”, le dice Bonnett a BBC Mundo.

Por si esto fuera poco, al mando de la misión que recorrió el planeta estaba el legendario explorador chino Zheng He.

Pero había un problema: todo era falso.

Según Bonnett, el mapa tiene tal grado de detalle que sería imposible que los chinos tuvieran ese volumen de información sobre el mundo sin que las sucesivas expediciones dejaran rastro alguno en los lugares registrados.

“Es el único mapa falso de todo el libro, pero creo que es realmente interesante porque muestra cómo hay un enorme apetito por diversificar la historia”, afirma Bonnett.

En su opinión, China tiene “la tradición cartográfica más extraordinaria de todos los países del mundo”, y las titánicas expediciones de Zheng He por por el sudeste asiático, la península arábiga y el Cuerno de África arrojaron descubrimientos con un enorme impacto en el mundo.

“Incluyo este mapa para decir que los chinos sí descubrieron el mundo y que necesitamos hablar de eso, pero no es necesario que empecemos a inventar cosas para ello. Sus méritos se sostienen por sí solos”, afirma.

2. La magia y narrativa de los aztecas

El Códice Nuttall
Getty Images
El Códice Nuttall no se parece en nada a los mapas modernos.

“Nuestros mapas ‘modernos’ son todos caminos y ciudades, pero muchos mapas ‘premodernos’ tenían espacio para la magia y la narrativa”, escribe Bonnett sobre dos mapas aztecas que aparecen en el libro. Se trata del Códice de Quetzalecatzin y el Códice Nuttall.

El primero es de 1593, o sea, posterior a la llegada de los conquistadores, mientras que el otro es del siglo previo, lo cual lo convierte en un raro sobreviviente: la mayoría de los mapas —así como libros y otros textos— fueron señalados como demoníacos por los españoles y quemados.

Bonnett reconoce que el Códice Nuttall “no se parece en nada a un mapa al principio”, porque estamos acostumbrados a que este objeto sea una versión en miniatura de la realidad vista desde arriba. Aquí, en cambio, lo que vemos son personas, animales y algunos seres fantasiosos todos en una mezcla de perspectivas.

La clave para comprender el Códice Nuttall está en decodificar los símbolos. Por ejemplo, hay una criatura con la boca abierta que indica la presencia de una cueva.

“Es un tipo de mapa que, de alguna forma, nunca más volvimos a ver”, se lamenta Bonnett.

Códice Quetzalecatzin
Biblioteca del Congreso de Estados Unidos
“Es un mapa del tiempo, además del espacio”, dice Bonnett sobre el Códice Quetzalecatzin.

El Códice de Quetzalecatzin, en cambio, es un objeto híbrido. Incluye simbología azteca, pero también texto en español o en náhuatl usando escritura latina.

Fue creado por una de las familias aztecas más poderosas de la época, los Quetzalecatzin o de León, según el nombre español adoptado.

Su objetivo era demostrar el derecho ancestral que tenían sobre determinadas tierras en las regiones de lo que hoy son Puebla y Oaxaca, razón por la cual incluye datos geográficos, así como un árbol genealógico.

“Es un mapa del tiempo, además del espacio”, dice Bonnett. En el libro también afirma que “es importante no porque sea un mapa indígena o colonial. Es importante porque muestra la transición y el nacimiento de una sociedad mestiza o ‘mixta'”.

3. Toda la gente del mundo, según Japón

Mapa Bankoku sōzu de Japón, 1671.
Dominio público
De un lado hay un mapamundi y del otro, 40 parejas.

En un momento donde la sociedad japonesa vivía bajo un profundo aislacionismo, este “mapa universal” buscaba mostrar que “los países son diferentes y las personas también”, según se aclara arriba del todo.

Fue elaborado en 1671 y está dividido en dos: de un lado hay un mapamundi y del otro, 40 parejas, siempre formadas por un hombre y una mujer.

Sobre el mapa en sí, Bonnett escribe: “Lo primero que notamos es que el mundo tiene una orientación inusual. Las Américas se encuentran en el extremo ‘norte’ y Asia en el medio y en la parte inferior. Esto hace que Japón esté más o menos en el centro”.

Pero sin dudas lo que se roba la atención es la selección de parejas. Representan diferentes naciones y etnias con supuestas ropas típicas y datos curiosos no siempre verdaderos.

Por ejemplo, hay una pareja de gigantes y otra de enanos. Sobre estos últimos se dice que miden unos 36 centímetros y que, para evitar ser capturados y devorados por grullas, “siempre caminan en grupo”.

Junto a la dupla de Brasil dice: “Esta gente no vive en casas; les gusta vivir en cuevas. Comen carne humana”. Y luego: “Cuando una mujer está a punto de dar a luz, al hombre le duele el estómago. Las mujeres no sienten dolor”.

“Pareciera que varias de estas parejas están allí porque son intrigantes y hasta divertidas”, dice Bonnett, agregando: “Este es un mapa sobre el otro exótico visto desde aquel Japón”.

En su opinión, este mapa muestra que incluso cuando se intenta aislar a un pueblo, su gente sigue siendo curiosa. “A pesar de las duras restricciones, el deseo de conocer el mundo, de ampliar la imaginación a otros pueblos y otras tierras es insaciable”, escribe.

4. Solo existe un océano

Mapa de GEBCO
GEBCO
Una perspectiva global con el agua en el centro, la tierra a los lados.

Esta imagen es quizás la más simple y efectiva al momento de —como promete el libro— cambiar formas de pensar.

Se trata de un mapa sobre la importancia del agua, la cual cubre nada menos que dos tercios de la superficie de la Tierra. Por eso, en vez de usar la diagramación típica, pone a los océanos en el centro y relega a los continentes a los bordes.

“No hay un océano Atlántico, un océano Índico y todo el resto de cuerpos de agua con sus diferentes nombres que implícitamente indican que están separados. En realidad, solo hay un océano, pero lo etiquetamos para que parezca que tiene fronteras políticas”, explica.

El mapa agrega una capa extra de información al representar al agua con distintos tonos de azul y celeste para mostrar las diferentes profundidades.

De hecho, fue creado por un equipo internacional de expertos llamado Carta Batimétrica General de los Océanos, el cual tiene el objetivo de crear un mapa de los fondos oceánicos de todo el mundo para 2030.

Bonnett destaca la cantidad de “estadísticas interesantes que hay en este pequeño capítulo”. Por ejemplo, que el 78% de la biomasa animal vive en el agua y que el 91% de las especies del océano no han sido descritas.

En su opinión, “este mapa muestra lo enorme, espacioso y fértil que es este espacio”.

5. El ruido en Ciudad de México (y su revolución)

Primer Mapa de Ruido para la Zona Metropolitana del Valle de México.
Laboratorio de Análisis y Diseño Acústico, Universidad Autónoma Metropolitana
Esta “migraña cartográfica” se llama Primer Mapa de Ruido para la Zona Metropolitana del Valle de México.

De los 40 mapas del libro, Bonnett dice que el que más le han comentado es el del ruido en Ciudad de México provocado por el tráfico vehicular. “Ha sido increíblemente influyente”, reconoce.

Creado en 2011 por científicos del Laboratorio de Análisis y Diseño Acústico de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, este mapa “se convirtió en una declaración fundacional en el campo de la acústica ambiental”, afirma en su libro.

En la entrevista da un paso más y señala que “fundó un movimiento de resistencia en favor de la tranquilidad. Es un mapa que dice ‘basta'”. Es que, desde su publicación, muchas municipalidades e instituciones quieren saber qué tan ruidosa es su área.

Para Bonnett, “cualquier mapa que quiera cambiar el debate sobre un tema debe entenderse de manera fácil e inmediata. Este lo es: revela una ciudad enferma. Esos colores febriles, esas venas gordas y palpitantes; es una migraña cartográfica”.

El mensaje es que “el ruido arruina vidas, enferma a la gente y está en todas partes”, escribe.

Por ejemplo, estar expuesto 8 horas diarias a la categoría más alta de decibeles, que va del 75 en adelante y que está representada en tonos de azul y negro, tiene como consecuencia la pérdida de audición.

Esta cantidad de decibeles es equivalente al sonido de una licuadora, una cortadora de césped o un metro. Y se los encuentra por toda la ciudad.

6. Una perspectiva inimaginable

Supercúmulo de Laniakea
Nature / R. Brent Tully, Helene Courtois, Yehuda Hoffman, & Daniel Pomarede
El supercúmulo de Laniakea, un término del hawaiano que significa “cielo inmenso” o “inconmensurable”.

“Sobre el final del libro hay bastantes mapas de astrogeografia, porque los científicos espaciales los utilizan no solo como ilustración, sino como una herramienta fundamental de investigación”, explica Bonnett.

El último mapa del libro, el número 40, es uno de sus favoritos. Muestra el llamado supercúmulo de Laniakea, un término del hawaiano que significa “cielo inmenso” o “inconmensurable”.

Fue elaborado por un equipo encabezado por el Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái y muestra las trayectorias migratorias de las galaxias impulsadas por el Big Bang, trazando lo que Bonnett describe como “una suerte de río de estrellas”.

Bajo el pequeño punto rojo se encuentran la Vía Láctea y muchas otras galaxias.

“Es un objeto extraordinariamente hermoso”, que “moldea la forma en que piensas sobre todo”, dice.

En el libro explica que las galaxias “son parte de estructuras más grandes. Estructuras como Laniakea. Para saber nuestro lugar en el universo necesitamos saber sus nombres y entender nuestra relación con ellas”.

Este mapa ayuda a entender que, por ejemplo, la Vía Láctea se desplaza a 600 kilómetros por segundo y que lo hace arrastrada por otras galaxias de nuestro supercúmulo.

Bonnett reconoce: “Si ya la Vía Láctea es demasiado grande para que podamos siquiera imaginarla, Laniakea es todavía mucho más grande que eso. Y hay algo emocionante en intentar expandir tu imaginación hasta el horizonte más lejano posible”.

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BBC

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