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MUAC cierra temporalmente obra de Ana Gallardo tras críticas por revictimización; UNAM revisará caso
MUAC cierra temporalmente obra de Ana Gallardo tras críticas por revictimización; UNAM revisará caso
Foto: Cuartoscuro
4 minutos de lectura

MUAC cierra temporalmente obra de Ana Gallardo tras críticas por revictimización; UNAM revisará caso

El MUAC cerró temporalmente la obra de la artista argentina, Ana Gallardo, tras las manifestaciones que suscitó. La UNAM analizará las diferencias y críticas de la pieza.
13 de octubre, 2024
Por: Redacción Animal Político

El Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) informó que cerró temporalmente el acceso a la pieza Extracto para un fracasado proyecto, 2011-2024 de la artista argentina, Ana Gallardo.

En un comunicado del museo, aseguró que las instancias universitarias correspondientes llevarán a cabo un proceso de revisión, pues consideran necesario analizar las diferencias y críticas que la obra ha suscitado.

“Una comisión del Museo y de la Coordinación de Difusión Cultural UNAM se reunió hoy a las 10:00 horas con integrantes de la Casa Xochiquetzal para escuchar sus demandas y preocupaciones (…) El MUAC garantiza a todas las personas la libertad de expresarse”, indicó el comunicado.

Agregó que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reitera que está en contra de toda violencia hacia las personas, y particularmente hacia las mujeres y grupos históricamente vulnerables.

Se manifiestan afuera del MUAC

Activistas de la Casa Xochiquetzal se manifestaron afuera del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM para exigir el retiro de la obra “Extracto para un fracasado proyecto” de la artista argentina, Ana Gallardo, pues señalaron que revictimiza a las trabajadoras sexuales y que, sin su consentimiento, termina vulnerando el trabajo, así como a sus integrantes por utilizar un discurso estigmatizante sobre el trabajo sexual y las personas que lo realizan.

Protestan activistas contra obra de Ana Gallardo en el MUAC
Foto: Cuartoscuro

En el discurso de una de las ponentes, aseguraron que la casa abrió sus puertas en 2006 y que desde hace 18 años es un lugar que proporciona un hogar a mujeres que durante su vida se vieron involucradas en el trabajo sexual por diferentes razones.

“Al llegar a la vejez, se vieron en la situación de calle (…) con un modelo de atención especializado se mantiene abierto y trabajando, funciona con pocos recursos y, aun así, transforma la vida de las habitantes día a día al ofrecerles, entre otras cosas, los cuidados que ellas necesitan”, destacaron.

Agregaron que, en la casa, se encuentran los cuidados médicos, psicológicos, actividades de entretenimiento, una identidad, comida, alojamiento y todo lo necesario para una vida y muerte digna.

“Estamos resistiendo día a día porque no hay apoyo de la sociedad civil, es inaceptable que a través de estos proyectos que dicen realizar para visibilizar las vivencias que ahí se encuentras y después lo vengan a exponer a los museos, siendo ellos los únicos que son remunerados económicamente, porque no aportan nada a nuestros refugios”, denunciaron.

Piden reparación de los daños

Manifestaron que “es lamentable que exista esta cultura del extractivismo y hoy se pide que esta exposición de Ana Gallardo quede fuera de este museo”.

En tanto, pidieron una reparación del daño a las mujeres que se encuentran en Casa Xochiquetzal por lo que hicieron una invitación para realizar aportaciones a dichos refugios.

UNAM analizará pieza de Ana Gallardo
Foto: Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC)

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“Pese a las condiciones de salud, que a esas edades sufren en una vida difícil de enfrentar. Como usted bien recordará, la pieza que curó, narra que a esta persona se le impidió en 2011, realizar un proyecto apoyado por el FONCA en la Casa Xochiquetzal, a la que ella erróneamente llamó geriátrico y leemos que entre insultos se le impidió hablar con una mujer llamada Estela (…) queremos informar al MUAC, que el cartel está lleno de mentiras que afectan a la casa que ya de por sí esta afectada por la indiferencia de la gente”, expresó la ponente.

Envía carta Casa Xochiquetzal a la MUAC

La Casa Xochiquetzal envió una carta al MUAC para solicitar que el museo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explique por qué apoyó “una pieza que violenta a las mujeres” y comparta una postura ante el reclamo por la exposición de Gallardo.

El museo, por su parte, defendió la libertad de expresión y anunció que se ha puesto en contacto con la Casa Xochiquetzal para promover un encuentro en el que pueda darse un diálogo para el intercambio de ideas y posturas.

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La exposición “Tembló acá un delirio” se encuentra abierta al público desde el pasado 10 de agosto en el MUAC. En ella, se presenta un conjunto de obras que, de acuerdo con la descripción del propio museo, están “atravesadas por testimonios orales, confesiones y relatos escritos a varias manos con los que Gallardo se pregunta cómo y con quién aprender a vivir y envejecer de otro modo”.

Las obras expuestas son de la artista contemporánea Ana Gallardo, quien a lo largo de su trayectoria ha abordado distintos planos de la violencia, y actualmente centra su obra en la violencia de envejecer.

Sin embargo, dos de las piezas que integran la exposición “Tembló acá un delirio” fueron criticadas por la Casa Xochiquetzal. Se trata de un texto en el que la artista describe su experiencia como cuidadora en este espacio y un video en el que aparece una de las mujeres residentes.

 

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Imagen BBC
“Paga por tus desperdicios”: cómo logra Corea del Sur reciclar el 97 % de sus residuos de alimentos
9 minutos de lectura

“Es un enfoque integral, que combina incentivos financieros con educación pública y regulaciones estrictas”, le dice un experto surcoreano a BBC Mundo.

29 de septiembre, 2024
Por: BBC News Mundo
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Joven comiendo en un mercado
Getty Images
El sistema coreano se basa en un principio básico: “paga a medida que tiras tus restos de comida”.

“Estoy acostumbrada. Para mí es un hábito”.

Yuna Ku es periodista del Servicio Coreano de la BBC y vive en Seúl. La joven paga por reciclar sus restos de comida, que coloca en máquinas con sensores ubicadas en distintos puntos del complejo de 2.000 apartamentos donde reside.

El reciclaje de residuos de alimentos en Corea del Sur puede parecer complejo a primera vista, pero ha transformado al país en un ejemplo para otras naciones.

Jae-Cheol Jang es profesor del Instituto de Agricultura de la Universidad Nacional de Gyeongsang, en el sur del país, y es coautor de un reciente estudio sobre el sistema coreano de reciclar residuos alimentarios.

“Según los datos más recientes que tenemos del Sistema Nacional de Manejo de Residuos, de 2022, en Corea del Sur se procesan cada año cerca de 4,56 millones de toneladas de restos de alimentos (de hogares, restaurantes y negocios menores)”, le dice Jang a BBC Mundo.

“De esa cantidad, 4,44 millones de toneladas son recicladas para otros usos. Eso significa que se recicla en torno al 97,5 % de los residuos de comida“.

El porcentaje es extraordinario.

Si lo comparamos con el caso de Estados Unidos, por ejemplo, la Agencia Ambiental de ese país estima que de los 66 millones de toneladas de residuos de comida generados en 2019 por restaurantes, hogares y supermercados, cerca del 60 % acabó en vertederos.

Naciones Unidas calcula que en 2019 el desperdicio de alimentos en viviendas, establecimientos de venta al por menor y restaurantes ascendió a nivel global a 931 millones de toneladas.

Y destaca este problema cada 29 de septiembre en el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida (en la cadena de producción) y el Desperdicio (en hogares y restaurantes) de Alimentos.

¿Cómo logra Corea del Sur reciclar sus residuos alimentarios en forma tan eficiente? ¿Y qué pueden aprender otros países?

Personas comiendo en mercado en Corea del Sur
Getty Images
En 1996 Corea del Sur reciclaba menos del 3% de sus residuos alimentarios.

Campañas y protestas

El sistema coreano es fruto de un esfuerzo de décadas.

En 1996 Corea del Sur reciclaba solo el 2,6 % de sus residuos de alimentos, pero esto cambió durante la rápida transformación de la economía que venía de los años 80.

“La década de los 80 fue un período fundamental para el desarrollo económico de Corea del Sur”, señala el profesor Jang.

Con la industrialización y urbanización también surgieron problemas sociales, y uno de ellos fue el manejo de residuos“.

Corea del Sur, un país de más de 50 millones de habitantes, también tiene una alta densidad de población, de más de 530 personas por km cuadrado.

En Perú, por ejemplo, la densidad es menor de 30 habitantes por km cuadrado.

Los cambios económicos en Corea del Sur significaron un aumento de vertederos, algunos cercanos a zonas pobladas, y esto generó protestas.

Gente entrando al metro en Seúl
Getty Images
Estación de metro en Seúl. Corea del Sur experimentó un rápido proceso de industrialización y urbanización en la década de los 80.

Los restos de comida mezclados con otros tipos de basura no solo causan mal olor y producen efluentes líquidos, sino que contribuyen al cambio climático.

Los residuos de alimentos, cuando se descomponen, son una fuente de metano, un gas de efecto invernadero aún más potente que el dióxido de carbono.

Campañas ciudadanas exigieron una respuesta al problema de los vertederos.

“Había un fuerte sentido de comunidad destinado a abordar los problemas sociales juntos, y las políticas de gestión de residuos del gobierno combinadas con esfuerzos a nivel nacional nos llevaron a donde estamos hoy”, afirma Jang.

En 1995 se aprobó un sistema de pago por el volumen de residuos generado, sin separar aún restos alimentarios de la basura en general.

En 2005 se prohibió por ley tirar restos de comida en vertederos. Y en 2013 se implementó el actual sistema de Pago por Peso de Residuos de Comida, Weight Based Food Waste Fee o Wbfwf por sus siglas en inglés.

El sistema sigue evolucionando a medida que avanza la tecnología, pero se basa en un principio básico: “debes pagar cada vez que tiras tus restos de comida“.

Bolsas, calcomanías y radiofrecuencia: qué se hace en la práctica

El sistema de pago por residuos de alimentos varía según la región o distrito, e incluso entre diferentes bloques de apartamentos.

Pero en general hay tres opciones.

1. Comprar bolsas autorizadas

Bolsa para residuos de alimentos
Gentileza Yuna Ku
Una bolsa de tres litros cuesta 300 won surcoreanos, que equivalen a aproximadamente 20 centavos de dólar.

En caso de usar bolsas para tirar restos de comida, es obligatorio hacerlo en las bolsas autorizadas.

“En el caso de mis padres, que viven en una casa, ellos compran las bolsas y cuando están llenas las colocan en el jardín por el olor. Las bolsas son recogidas una vez por semana por el servicio municipal”, le dice Yuna a BBC Mundo.

Hay bolsas de distintos tamaños. Una de tres litros cuesta 300 won surcoreanos, unos 20 centavos de dólar. Una de 20 litros cuesta US$1,5.

2. Comprar calcomanías

Trabajadora en un restaurante colocando una pegatina en un recipiente con residuos
BBC
Algunos restaurantes usan calcomanías, o stickers, que colocan en recipientes con restos de comida según el peso.

Los negocios de comida suelen usar calcomanías o stickers que deben comprar previamente. Las calcomanías necesarias son luego colocadas en cada recipiente de residuos según el peso.

Los restos de comida sin consumir en casas y restaurantes pueden ser considerables en Corea del Sur debido a una tradición culinaria del país, el banchan, una gran variedad de platillos que acompañan al plato principal.

3. Usar máquinas con identificación por radiofrecuencia

Yuna tirando residuos de comida en una máquina
Gentileza Yuna Ku
En el complejo de apartamentos de Yuna hay varias máquinas con sensores que pesan los residuos y calculan cuánto hay que pagar.

Hasta junio de este año Yuna compraba bolsas, pero su bloque de apartamentos pasó a un sistema automatizado.

La joven coloca sus residuos en máquinas con identificación por radiofrecuencia, RFID por sus siglas en inglés, que permite la transmisión de datos por ondas de radio a un centro remoto.

“Cada día pongo los residuos en un pequeño recipiente de acero. Y cada tanto lo llevo hasta la máquina, que está cerrada. La máquina se abre cuando coloco mi dirección, o la toco con una de las tarjetas que me dieron al mudarme aquí y que identifican cada apartamento”.

La máquina automáticamente pesa los residuos de comida. En algunos casos el costo es deducido en ese momento de la tarjeta de crédito del usuario. En otros, como en el caso de Yuna, la máquina computa cada uso y el costo se agrega a la factura mensual de servicios públicos como el agua.

“Lo que pagas por mes depende de cuántos residuos tiras”.

La joven, que vive sola, paga por tirar sus residuos de comida menos de US$5 al mes.

“Siento que las máquinas con RFID son más intuitivas que las bolsas”, dice Yuna.

“Personalmente creo que este sistema hace que la gente sea más cuidadosa con sus desperdicios, porque ves el peso exacto cada vez que los tiras“.

Además de las máquinas en edificios de apartamentos, en algunos distritos hay camiones equipados con RFID que pesan los recipientes grandes al recolectarlos y calculan el costo.

Poster que recuerda a la población usar las máquinas con radiofrecuencia
Korea Environment Corporation
Frecuentes campañas de información recuerdan a la población cómo reciclar sus residuos de alimentos.

Las multas

Yuna señala que en general la población cumple con el sistema de reciclaje, que además de reglamentos para restos de comida, incluye normas y recipientes diferentes para aluminio, plástico, papel y otros materiales.

Si alguien bota residuos de comida en forma no autorizada debe pagar multas. La infracción puede verificarse en el caso de negocios por la baja cantidad de residuos computados, o por cámaras de seguridad.

“En mi edificio hubo una advertencia, por ejemplo, con este mensaje: ‘recientemente alguien tiró residuos de alimentos en forma no permitida. Tenemos cámaras de seguridad y estamos observándote. Así que si sigues haciendo esto deberás pagar una multa'”.

En el caso de los hogares las multas pueden superar los US$70, dependiendo de la frecuencia de la infracción.

En el caso de empresas, dice Jang, las multas pueden superar 10 millones de won surcoreanos, que equivalen a más de US$7.000.

Platillos de banchan en torno a una barbacoa en el centro de una mesa
Getty Images
Los restos de comida sin consumir pueden ser considerables en Corea del Sur debido a la tradición culinaria del banchan, una gran variedad de platillos que acompañan al plato principal.

Qué se hace con los residuos

Los restos se reciclan con diferentes fines.

Los principales usos según datos de 2022 son ración para animales (49 %), abono (25 %) y producción de biogás (14 %), explica Jang.

El sistema de reciclaje en Corea del Sur aún enfrenta desafíos.

Uno de ellos es el posible riesgo para la salud animal, ya que las raciones con restos de comida no procesados correctamente pueden transmitir enfermedades.

“Actualmente en la mayoría de los países industrializados se prohíbe o limita el uso de restos de comida en raciones para animales”, le dice a BBC Mundo Rosa Rolle, experta en pérdida y desperdicios de alimentos de la FAO.

En 2019 varios países asiáticos incluyendo Corea del Sur padecieron un grave brote de fiebre porcina africana, una enfermedad viral letal que causa fiebre hemorrágica en cerdos.

El brote llevó a que el gobierno surcoreano prohibiera temporalmente en granjas porcinas el uso de raciones elaboradas a partir de restos de alimentos.

Trabajadores con trajes especiales imponiendo una cuarentena en una granja porcina en Corea del Sur en 2019
Getty Images
El brote de fiebre porcina en 2019 llevó a prohibir el uso de raciones animales elaboradas a partir de restos de comida.

Rolle aclara, sin embargo, que “hay estudios según los cuales, si se usan los métodos correctos de procesamiento, las raciones elaboradas a partir de restos de alimentos son seguras…La industria porcina en Corea del Sur no se ha visto afectada negativamente por el uso de estas raciones”.

Jang afirma que Corea del Sur tiene un sistema estrictamente regulado de procesamiento de residuos de comida para raciones animales a través de métodos como el calentamiento y la fermentación.

Otros desafíos del reciclaje en Corea del Sur son el alto contenido de sal de las comidas típicas (el exceso de sal puede ser nocivo para los animales) y la necesidad de mejorar la tecnología para hacer más eficiente la producción de biogás.

Las lecciones de Corea del Sur

Un secreto del éxito del sistema coreano es que tiene numerosos pilares, como el pago por peso de residuos, las multas, y las campañas frecuentes que enseñan cómo separar residuos y el impacto ambiental de no hacerlo.

Es un enfoque integral, que combina incentivos financieros con educación pública y regulaciones estrictas“, le explica el profesor Jang a BBC Mundo.

“El sistema ha demostrado ser eficaz para reducir el desperdicio de alimentos y podría servir como un modelo valioso para otros países que buscan mejorar su propio sistema de gestión de residuos”.

Otro factor clave es la aceptación por parte de la población.

“En general, los coreanos tienden a cumplir las reglas y tienen un fuerte estándar moral”, dice Yuna.

“Claro que no todos, pero en general. Y además, comparado con el salario promedio en Corea del Sur, el costo mensual de reciclar tus restos de comida no es tan alto”.

Un hombre y una mujer en Corea del Sur sentados a la mesa comiendo en su hogar
Getty Images
“En general, los coreanos tienden a cumplir las reglas”, afirma Yuna.

El ingreso neto mensual promedio en Corea del Sur es superior a los US$2000.

¿Funcionaría un sistema de “paga por tus restos de comida” en países con ingresos mucho menores?

Rosa Rolle señala que políticas como la surcoreana son muy eficaces para sensibilizar a los consumidores sobre sus hábitos de eliminación de residuos, cambiar comportamientos y promover el reciclaje.

Pero agrega que en países con inseguridad alimentaria, como es el caso de naciones en Latinoamérica, el énfasis debería ponerse en maximizar el uso de los alimentos mediante reducción de pérdidas y donación de alimentos, entre otras medidas.

Los sistemas de cada país “deben basarse en datos sólidos y una comprensión de dónde, por qué y en qué cantidad se producen la pérdida y desperdicio de alimentos. Las soluciones deben basarse en la evidencia científica y ser apropiadas al contexto“.

Para la experta de la FAO, “no hay una talla única que sirva para todos”.

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BBC

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