Este 9 de julio autoridades federales confirmaron la detención de Juan Ramón Collado Mocelo, abogado de larga trayectoria que ha defendido a personajes de la política mexicana señalados por actos de corrupción, y a quien se le investiga por presunta delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
El abogado fue capturado después de haberse encontrado con el líder petrolero Carlos Romero Deschamps, uno de los personajes cercanos a Collado.
En junio de 2018, el diario Reforma dio a conocer que el líder sindical construía una mansión de 6.4 millones de dólares en Acapulco, Guerrero. En respuesta, Romero Deschamps reconoció que visitaba la propiedad, que en ese entonces estaba en ampliación, pero que el propietario era Juan Collado.
“Si bien es cierto que he acudido al inmueble de referencia en diversas ocasiones, inclusive en compañía de otras personas, esto ha sido a invitación del Lic. Juan Ramón Collado Mocelo quien es el propietario del citado inmueble”, señaló al diario.
Hijo del jurista José Ramón Collado Amieva, heredó la cadena de casas de empeño Prenda Oro, detalló el semanario Proceso.
Collado, quien egresó en 1991 de la carrera de derecho en la Universidad Panamericana, de acuerdo con la página de información judicial Búho Legal, cuenta en su historial con clientes como el expresidente Enrique Peña Nieto, de quien llevó su divorcio con la actriz Angélica Rivera, según la revista Quién.
De hecho, el vínculo es también personal, pues el exmandatario fue invitado a la boda de María del Mar Collado, hija del abogado, con Gonzalo Zabala en Jajalpa, Estado de México.
Peña Nieto fue retratado junto con su pareja, Tania Ruiz Eichelmann, así como con Raúl Salinas de Gortari, el gobernador Alfredo del Mazo, Romero Deschamps y exfuncionarios públicos.
Al evento incluso acudieron los ministros de la Suprema Corte de Justicia Eduardo Medina Mora y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, hecho que provocó acusaciones de conflicto de interés, pues ambos participaban en el caso de Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, exsecretario general del PRI condenado por el desvío de recursos públicos.
El gobierno de Chihuahua, quien se confrontó con la administración federal por el caso, acusó “conflicto de intereses”, tras la publicación de las fotografías de la boda a la que acudió Peña Nieto, y quien fue encargado de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), Alberto Elías Beltrán.
Junto con su hermano Antonio, Juan es socio del despacho Collado & Asociados, el cual ha estado cercano a la familia Salinas de Gortari.
En 2005, Collado fue representante legal de Raúl Salinas de Gortari, hermano del expresidente Carlos Salinas, cuando fue acusado del asesinato del exsubprocurador de PGR Mario Ruiz Massieu, así como por lavado de dinero; al final del proceso fue absuelto.
Un año antes, el abogado defendió al empresario Carlos Ahumada, dueño del Grupo Quart, quien fue encarcelado por fraude genérico en 2004, luego de que se dieron a conocer dos videos en los que entregó fajos de billetes al entonces secretario particular de López Obrador, René Bejarano.
También llevó la defensa de Eduardo Fernández, extitular de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), para enfrentar el cargo de lavado de dinero, de acuerdo con Reforma.
En 2001, el abogado representó al exgobernador de Quintana Roo Mario Villanueva Madrid, quien nueve años después fue encarcelado y sentenciado por lavado de dinero y delitos contra la salud.
En enero de 2017, el exmandatario estatal fue repatriado de Estados Unidos, para cumplir una sentencia de 22 años impuesta por un juez federal por delitos contra la salud; hoy permanece en el Centro de Reinserción Social de Chetumal, donde es atendido por problemas de salud.
Villanueva Madrid fue acusado de brindar protección a Alcides Ramón Magaña, el Metro, quien era señalado como presunto dirigente de un grupo criminal de Cancún y operador de Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los Cielos.
Incluso, el exgobernador pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador su intervención para obtener la libertad, tras 18 años de reclusión.
De acuerdo con Proceso, también asesoró temporalmente a los exgobernadores priistas Roberto Borge Angulo, de Quintana Roo, y a Eugenio Hernández Flores, de Tamaulipas, quienes actualmente están en prisión.
Según la revista Clase, Juan Collado ha estado casado en tres ocasiones; primero con María del Mar Dot Bohigas, con quien tuvo dos hijos: Juan Collado y Mar Collado.
Posteriormente contrajo matrimonio con la actriz Leticia Calderón, con quien tuvo dos hijos más: Luciano y Carlos; actualmente está casado con la actriz Yadhira Carrillo.
La reina clásica es superada por otras maravillas, con sabores únicos, historias ricas y beneficios para la salud.
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, no sólo es indispensable para la salud y llena de bondades, sino que contribuyó al avance de la ciencia.
En 1747 fue usada en uno de los primeros ensayos clínicos controlados en la historia de la ciencia médica.
Lo condujo James Lind, de Edimburgo, Escocia, quien se había unido a la Marina Real como asistente del médico principal y observó los efectos del escorbuto, una enfermedad que durante largos viajes en barco podía ser más peligrosa que cualquier enemigo.
Tomó a 12 hombres que sufrían síntomas similares y los dividió en seis parejas, para poner a prueba remedios que se usaban: desde sidra y vinagre hasta agua de mar.
En cuestión de una semana, aquellos a los que les había dado dos naranjas y un limón al día estaban lo suficientemente recuperados como para cuidar del resto.
Los cítricos, por una razón aún desconocida, eran sin lugar a duda la clave para combatir ese flagelo.
Esa razón era, por supuesto, la vitamina C, pero esta no fue descubierta sino hasta 1912; 16 años después fue aislada y en 1933 fue la primera vitamina producida químicamente.
Con el tiempo, se fue aprendiendo que servía para mucho más que prevenir y curar el escorbuto.
Nuestro cuerpo la necesita para cicatrizar heridas, pues ayuda a formar nuevo tejido conectivo, que fortalece los órganos.
También es importante para los huesos, vasos sanguíneos, cartílagos, la piel y para que el cuerpo absorba el hierro.
Fortalece además el sistema inmunológico, para combatir infecciones, y por sus propiedades antioxidantes, contribuye a proteger el cuerpo del cáncer y enfermedad cardiovascular (ECV).
Estas y otras virtudes hacen de ella un nutriente esencial, es decir que debemos asegurarnos de ingerirla pues, a diferencia de la mayoría de los animales, los humanos carecemos de la capacidad de sintetizarla.
Y debemos hacerlo a diario, ya que, por ser hidrosoluble, no se almacena en el cuerpo.
Así que debemos obtener cantidades adecuadas de los alimentos en nuestra dieta todos los días.
Aunque cuál es esa cantidad recomendada varía, como señala la Clínica Mayo, en general, los expertos recomiendan que las mujeres que no estén embarazadas o amamantando tomen 75 miligramos (mg) y los hombres, 90 mg diariamente.
Eso sí, así como hay que cuidarse de consumir suficiente, también hay que evitar el exceso: si eres adulto, limítate a no más de 2.000 mg.
Hay varios vegetales ricos en vitamina C, como el brócoli, las coles de bruselas y los pimentones (que biológicamente es una fruta).
Pero hay que tener en cuenta que, al ser soluble en agua y sensible a altas temperaturas, parte de la vitamina C se pierde durante la cocción.
Se pueden comer crudos, para obtener la mayor cantidad de vitamina, pero si es necesario cocinarlos, el vapor parece ser el mejor método para conservar su valor nutricional.
Las frutas, por su lado, son una gran -y deliciosa- opción.
Con sólo 3/4 de taza de jugo de naranja al día ya tienes el mínimo cubierto.
Y mencionamos esa fruta pues, por razones históricas, las naranjas y los limones son los que más fácilmente suelen venir a la mente como fuentes del vital nutriente.
Y es válido: 100 gramos de pulpa de cualquiera de las dos contienen ~53 mg de vitamina C, según varias fuentes incluido el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
No obstante, resulta que hay al menos otras 9 frutas con un contenido aún más alto, así que aquí te las presentamos, para que las tengas en cuenta.
Hay dos frutas que se disputan la corona por tener la concentración más alta conocida de vitamina C de cualquier alimento.
Una es nativa de Australia, la otra, del Amazonas.
El gubinge, kakadu o murunga (Terminalia ferdinandiana) contiene cantidades extraordinarias de vitamina C, con cifras que oscilan entre 2. 300 y 3 .150 mg por cada 100 g, lejos de los ~53 mg de la naranja.
Los pueblos aborígenes sabían desde hace milenios de las virtudes de esta fruta pequeña, de color verde oliva pálido que crece silvestre en los bosques abiertos del norte de Australia.
Se la comían directamente, la usaban para hacer una bebida refrescante y también para hacer gelatina.
Era parte de su dieta, pero también, como otras partes del árbol, tenía usos medicinales, para tratar dolores de cabeza, resfriados y gripes, y como antiséptico.
Hoy en día, el kakadu se emplea en la elaboración de polvos usados en suplementos, alimentos funcionales, cosméticos y productos farmacéuticos.
Gracias a investigaciones de la Universidad de Queensland, se ha usado como preservante natural, especialmente eficaz para mantener la frescura, apariencia y durabilidad de mariscos como camarones y crustáceos congelados.
Con cifras que típicamente oscilan entre 1.600 y 3.000 mg por cada 100 g de pulpa, y que en ejemplares o tratamientos específicos pueden exceder los 4.000–5.000 mg/100 g, el camu-camu (Myrciaria dubia) no tiene mucho que envidiarle al kakadu.
La planta, nativa de la Amazonía sudamericana, crece en zonas inundadas y ribereñas de Perú, Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela.
Tradicionalmente se ha usado como remedio, incluso para la malaria.
El fruto es tan intensamente ácido que no suele comerse así no más, sino que se le extrae su jugo, que tiene un llamativo tono rosa gracias al pigmento de su piel.
Con él se hacen zumos, helados, mermeladas, batidos, coctéles, yogures, y platos como el ceviche de camu‑camu peruano.
También se utiliza en el sector cosmético, como extracto antioxidante en mascarillas y tónicos.
Otra campeona cuando se trata de vitamina C es la acerola (Malpighia glabra o Malpighia emarginata), con alrededor de 1.700 mg por 100 g.
Nativa de las regiones tropicales de América, especialmente el Caribe, América Central y del Sur, tiene un sabor dulce con un toque ácido, muy refrescante, similar a una cereza agria.
Se consume fresca, en jugos, mermeladas o como suplemento en polvo. Es popular en la industria alimentaria por su aporte nutricional.
La acerola ha sido valorada desde tiempos precolombinos por sus propiedades medicinales y se ha extendido por su uso en suplementos vitamínicos en todo el mundo.
El fruto de la rosa silvestre, común en Europa, Asia y partes de América del Norte, ha sido conocido tradicionalmente por sus propiedades para aliviar resfriados y mejorar el sistema inmunológico.
Y es que el escaramujo (Rosa canina L.) contiene entre 100 y 1. 300 mg/100 g, según la especie, origen, altitud y maduración, de acuerdo a varios estudios.
Tiene un sabor agridulce, floral y ligeramente terroso, y se suele consumir en infusiones, mermeladas, jarabes o suplementos.
El escaramujo tiene una larga historia en la medicina popular europea y fue usado durante la Segunda Guerra Mundial como fuente alternativa de vitamina C cuando los cítricos eran escasos.
Sigue siendo popular en fitoterapia y nutrición natural.
Phyllanthus emblica L., en español grosellero de la India o sarandí, es un árbol sagrado para el hinduismo, símbolo de longevidad y sabiduría.
Su baya, la grosella india, es una de las frutas más valoradas en la medicina tradicional ayurvédica.
Su sabor muy singular y complejo: es extremadamente ácido (astringente y agrio a la vez), ligeramente amargo al principio y dulzón al final.
Cuando se come fresca produce una sensación de sequedad en la boca.
Curiosamente, tras masticarla y escupirla, muchas personas reportan que la saliva se vuelve dulce durante unos segundos, una experiencia que en algunas tradiciones se considera “limpiadora” o “refrescante”.
Debido a su intensidad, suele consumirse seca, encurtida, en polvo o cocinada en lugar de fresca, especialmente en mezclas ayurvédicas o chutneys.
Es una de las fuentes naturales más ricas en vitamina C (concentraciones de hasta 720 mg por 100 g), pero además tiene una ventaja: esa vitamina no se degrada fácilmente durante el secado o almacenamiento.
La presencia de taninos y polifenoles protegen la vitamina C de la oxidación, un fenómeno poco común en otras frutas.
Esta estabilidad ha permitido que sea usada durante siglos en formas secas o en conserva, sin perder su eficacia medicinal.
El baobab (Adansonia digitata) es conocido como el “árbol de la vida” en muchas culturas africanas.
En la literatura oral, el baobab aparece como un árbol que sostiene el cielo o que fue plantado boca abajo, y representa sabiduría ancestral.
Su fruto, que contiene alrededor de 494,94 mg/100 g de vitamina C en pulpa deshidratada, ha sido utilizado durante siglos como fuente de nutrición y medicina natural.
A diferencia de la mayoría de las frutas, el fruto no es jugoso, sino seco por dentro.
Su pulpa harinosa se desmenuza fácilmente convirtiéndose en polvo, lo que lo vuelve ideal para usar en bebidas, salsas o como suplemento nutricional.
Su sabor es ácido, refrescante y ligeramente cítrico, a menudo descrito como una mezcla de pomelo, pera y vainilla.
Volvamos a América, ahora con la guayaba, esa fruta cuyo aroma transportaba al escritor Gabriel García Márquez a su hogar doquiera que lo percibiera.
El fruto del Psidium guajava es siempre fragante, a menudo dulce aunque a veces deliciosamente agrio, pues existen numerosas variedades que varían en tamaño y color: blanco, rosado, rojo, amarillo…
Contiene más vitamina C que muchas frutas cítricas: algunas variedades llegan a tener hasta cinco veces más que una naranja, lo cual la convierte en un potente antioxidante natural.
Un estudio de guayaba fresca en Ecuador, por ejemplo, encontró que el contenido llegaba hasta alrededor de 500 mg.
Dotada con varias propiedades beneficiosas para la salud, la guayaba es además una fruta climactérica, es decir que sigue madurando después de ser cosechada, lo que facilita su consumo, transporte y exportación.
A pesar de eso, y de su popularidad en América Latina y Asia, en muchas partes del mundo sigue siendo una fruta “exótica” poco conocida.
Lo mismo ocurre con muchas de las frutas mencionadas en este artículo, pero no hay problema, pues hay varias otras fuentes sólidas de vitamina C:
Y llegamos a la tradicional naranja, que contiene un poquito más de vitamina C que la refrescante y digestiva piña.
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