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“Callar y escuchar”: grupos de hombres cuestionan su masculinidad ante la violencia de género
“Callar y escuchar”: grupos de hombres cuestionan su masculinidad ante la violencia de género
Los Histéricos
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“Callar y escuchar”: grupos de hombres cuestionan su masculinidad ante la violencia de género

La ola feminista llegó para transformar México. Al mismo tiempo, pequeños grupos de hombres se reúnen para repensar la masculinidad. Dicen que no quieren protagonismo. Son conscientes de ser parte del problema y quieren pasar a ser parte de la solución.
12 de marzo, 2020
Por: Alberto Pradilla y Manu Ureste

“Existe un pacto de hermandad para tapar las actitudes tóxicas”. “Debemos trabajar entre nuestros pares masculinos”. “Hay muchas cosas que los hombres hacemos para demostrar que somos más hombres”. “Yo he tenido actitudes violentas”.

Son las 19 horas y un grupo forma un círculo en el Parque México. Todos son hombres. Un tipo con ropa deportiva, otro de traje, un tercero con una chamarra de piel. La mayoría se sienta en el suelo. Algunos, incómodos, siguen la plática de pie. Esta es una reunión de un colectivo que todavía no tiene nombre, ni siquiera se presenta como tal. Son hombres que hablan entre ellos sobre cómo viven la masculinidad. Hablan de violencia, de presión social, de grupos de WhatsApp.

Son conscientes de ser la parte que provoca el problema. 

Dicen que no tienen vocación de ganar espacio público sino de hablar entre iguales en voz baja. Discuten sobre privilegios, violencia, machismo, patriarcado

“Comenzamos a hablar sobre las atrocidades que estaban ocurriendo y la necesidad de iniciar una discusión ante nosotros mismos de lo que estamos haciendo bien y lo que estamos haciendo mal y replantearnos nuestra ontología como hombres”, dice.

“Hay que confrontar cuando te hacen un chiste machista o te mandan un mensaje que hipersexualiza… las mujeres están organizándose, nosotros no debemos tener protagonismo… existen competencias ridículas: quién bebe más, quién se pone más en peligro”.

Emilio Guerra, de 23 años y analista político, es uno de los promotores de la discusión. Explica que la idea vino motivada por la respuesta feminista contra asesinatos brutales como el de Ingrid Escamilla o el de la niña Fátima de siete años. Hombres que dan un paso atrás y hablan con otros hombres. 

El grupo de la Condesa no es el único. En la colonia Del Valle, unos 40 hombres comentan un texto feminista en una pequeña sala abarrotada. Las reflexiones se repiten: violencia como forma de resolver los conflictos, la presión del grupo, el “no seas puto” y la repetición de patrones machistas.

No es una varita mágica contra el machismo. Ni una cura infalible. Ni tampoco es una terapia psicológica. Se trata, sencillamente, de un espacio para dialogar. Aunque al mismo tiempo, es mucho más que eso: es un espacio de reflexión sobre la masculinidad tóxica, de autocrítica, y de generar conciencia de los privilegios que conlleva el ser hombre, y a partir de ahí, analizar las múltiples formas de violencia machista y de dominación que se ejerce contra la mujer en México.

Sentados en una cafetería de la colonia Del Valle alrededor de una mesa de madera, los cinco integrantes del colectivo Los Histéricos definen así los espacios de diálogo que organizan para hombres, como el que abrieron el pasado 24 de febrero y como el que volverán a abrir el próximo 23 de marzo.

“Son espacios de diálogo y de reflexión —insiste Alexis Hernández, enfermero de profesión e integrante del colectivo—. Es decir, este no es un espacio estereotípico donde nos juntamos los cuates a chelear y a hablar de nuestras cosas. No, aquí se trata de bajar a capas más profundas. Se trata de reconocer, de entrada, que hay una violencia machista asimilada y normalizada en nuestras vidas cotidianas como hombres y que eso está generando un impacto en las mujeres”.

El actor Andrés Carreño explica que el grupo surgió hace ya siete años.

Primero, “como un grupo muy cerrado”, en el que prácticamente solo se reunían los cinco. Y luego, decidieron abrirlo a un público más amplio de hombres que, ante la falta de alternativas y de espacios similares de diálogo sobre masculinidad y machismo, respondió al llamado superando las expectativas del colectivo. 

En el primer encuentro del pasado 24 de febrero, apunta Aarón Hernández, asistieron 30 hombres, el doble de lo esperado. 

“Estábamos como en tren ligero en hora pico”, bromea Aarón, que es actor e historiador. 

Jorge Aldana añade que la decisión de abrir el espacio a un público abierto también obedece, desde luego, a una cuestión “de coyuntura” marcada por feminicidios y datos escalofriantes, como el que asegura que en México hasta 10 mujeres son asesinadas todos los días.

“El momento de hacer algo es ahora —insiste el editor y corrector de estilo—. Y por eso decidimos reactivar el grupo, y por eso asumimos un compromiso pedagógico de hacer nuestra parte como hombres, que es hablar y dialogar de qué es lo que está sucediendo”. 

Realidades distintas

Como resultado, al primer encuentro asistió un grupo de hombres de edades y de orientación sexual diversa, pero con un elemento en común: el machismo y la violencia hacia la mujer.

“Muchos compartieron experiencias personales que han vivido sobre la masculinidad y el machismo, y otros hablaron de temas muy sensibles acerca de cómo también ellos mismos vivieron la violencia machista de otros hombres en otras épocas de su vida”, plantea Alexis Hernández, enfermero e integrante de Los Histéricos. 

“Todos los que hablaron lo hicieron acerca de la violencia contra las mujeres, como parejas, madres, hijas, o hermanas. Y hablaron de violencias físicas, sexual, económica y psicológica”, dice por su parte Daniel Estrada. 

Otro momento clave del encuentro, añade Andrés Carreño, fue cuando se dialogó acerca de los privilegios del hombre en una sociedad patriarcal, y donde la violencia contra la mujer está normalizada y favorecida, además, por un denso manto de impunidad, como también lo muestran las cifras oficiales. 

Por ejemplo, de acuerdo con un estudio que publicó la semana pasada la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos y Todas (Red TDT), casi el 100% de las denuncias que hacen mujeres por casos de acoso y de hostigamiento sexual quedan en la impunidad. Es decir, no llegan a una sentencia a favor de la denunciante. 

Mientras que, en otro tipo de agresiones, como la violación y el abuso sexual, entre el 85 y el 90% de los casos nunca terminan con un castigo.

“Como hombres, no nos damos cuenta de los privilegios que tenemos por el mero hecho de serlo. Es como cuando le dices a una amiga: ‘¿Por qué no sales a las 12 de la noche si yo salgo sin ningún problema?’ Y cuando te cae el veinte de por qué es un impacto muy fuerte. Ahí es cuando nos damos cuenta de que, como hombres, vivimos en una realidad ajena a la que viven las mujeres en México”, plantea Andrés Carreño. 

Cambiar el chip

Otro de los temas clave que se discutió en el encuentro organizado por Los Histéricos fue, precisamente, el de la marcha del 8 de marzo, y el del paro de labores nacional convocado por mujeres en respuesta a las agresiones que sufren cotidianamente en todos los ámbitos de su vida, tanto familiar, de pareja, como laboral, y también en el mundo digital.

Jorge Aldana señala que una de las principales inquietudes que plantearon los 30 hombres que asistieron al encuentro fue cuál debía ser su postura ante estas protestas de las mujeres por la violencia machista. 

“En el diálogo, muchos hombres dijeron que quieren ayudar a las mujeres”, cuenta Jorge. 

“Pero lo que les decimos es que la necedad de querer ayudar a las mujeres es como si quisiéramos ayudar a un atleta a ganar la competencia corriendo a su lado. Es decir, ese no es tu lugar, no te corresponde, no es tu competencia, y tampoco te preparaste para eso”. 

“Tu lugar —remata Jorge— es retirarte de la pista y no dar por hecho que las mujeres te necesitan para organizarse. Más bien, lo que ellas necesitan es que nosotros, los hombres, hagamos nuestra parte”. 

Aunque claro, admiten casi al unísono los cinco integrantes de Los Histéricos, lo de hacer “nuestra parte” no es, desde luego, una tarea sencilla. 

“Para nosotros, lo complicado es cómo trasladamos todo lo que hablamos y tratamos en este microespacio al macromundo de allá afuera, a la realidad. Máxime, cuando ya hay toda una estructura machista y patriarcal hecha y afianzada. Eso hace muy difícil que este pequeño cambio exista y tenga un impacto real”, admite Andrés Carreño. 

“La gran pregunta es: ¿Cómo construimos un movimiento de cambio en una población plagada de privilegios?”, cuestiona por su parte el sociólogo Daniel Estrada. 

Ante estos planteamientos, nadie tiene una respuesta concreta. Aunque sí muchas ideas de por dónde empezar. 

Un primer paso, plantea Jorge Aldana, sería diversificar los espacios de diálogo de hombres acerca de la violencia machista. Es decir, replicar iniciativas que ya existen, como la de Los Histéricos u otras como Gendes, una asociación civil que ofrece terapias a los hombres para “desaprender” los códigos machistas que los conducen a la violencia, e impulsar nuevos espacios con este fin. 

“Necesitamos diversificar los espacios, porque iniciativas como esta, o como la de Gendes, son solo un granito de arena en un inmenso desierto”, recalca Jorge Aldana. 

Desde el grupo de Condesa, Emilio Guerra plantea unas bases: “No queremos ser movimiento, ni organización, ni nomenclatura heteronormada. Queremos ser simplemente un grupo de distintos hombres que a partir de discusión y discusión y discusión vamos llevando a la acción personalísima de cada quien”.

“Desde esta parte contemplativa, debemos tener posición auditiva: callarnos y escuchar”, dice Guerra. En su opinión, el resumen de lo que el hombre debería hacer es ese, callar y escuchar. 

“Si los hombres pudiéramos dar una bandera, himno y colores a esta nueva filosofía de la masculinidad, el coro, la porra o la exigencia política que se tiene que escuchar es cállate y escucha”, dice.

Mientras el debate se extiende en el ámbito masculino, el sociólogo Daniel Estrada asegura que la respuesta a qué puede hacer el hombre para frenar la violencia y el machismo radica, precisamente, en el hombre.

“Hay que cambiar el chip. Las mujeres se están muriendo y las estamos matando nosotros”, sentencia Daniel Estrada.

“Tenemos que hacer mucha reflexión interna —agrega—, para darnos cuenta de cómo está presente en nuestras vidas el tema del poder, la violencia, el dominio masculino, y los privilegios. Eso es fundamental”.

Andrés Carreño, por su parte, dice que Los Histéricos pondrán un nuevo granito de arena en el desierto el próximo día 23, cuando tenga lugar un nuevo espacio de diálogo.

“Es muy difícil generar un cambio. Pero, sin duda, un primer paso es precisamente esto que estamos haciendo: dialogar y analizar qué es lo que nos está pasando como hombres”, concluye el actor.

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Imagen BBC
Putin propone a Ucrania iniciar “negociaciones serias” y Zelensky accede a reunirse tras intervención de Trump
6 minutos de lectura

La propuesta del líder ruso se produce horas después de que Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia volvieran a exigirle una tregua de 30 días, bajo amenaza de una nueva ola de sanciones.

11 de mayo, 2025
Por: BBC News Mundo
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Vladimir Putin quiere abordar “las raíces” del conflicto que mantiene con Ucrania para alcanzar “una paz sólida y duradera”. Para lograr este objetivo, el presidente ruso ofreció a los líderes ucranianos entablar “conversaciones serias”, una propuesta que desde Kyiv aceptaron.

En un inusual discurso televisado ofrecido a altas horas de la noche del sábado desde el Kremlin, Putin afirmó que Rusia quería retomar las negociaciones directas con las autoridades ucranianas.

“Este sería el primer paso a una paz sólida y duradera, en lugar de un prólogo a más hostilidades armadas después de que el ejército ucraniano reciba nuevo armamento y personal y tras la febril excavación de trincheras”, dijo.

Las conversaciones tendrían lugar el 15 de mayo en Turquía, agregó el mandatario.

Horas después, la oferta rusa fue aceptada por Ucrania, aunque con la condición de que todas las hostilidades se interrumpan a partir de este 12 de mayo.

“Es una señal positiva que los rusos hayan empezado por fin a plantearse el fin de la guerra”, respondió el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.

En horas de la tarde de este domingo, sin embargo, Ucrania matizó su postura inicial, abriéndose a una cita con o sin cese al fuego.

“No tiene sentido prolongar las matanzas. Y esperaré a Putin en Turquía el jueves. Personalmente”, escribió Zelensky en X (ex Twitter).

Sus declaraciones se dieron luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo emplazara a aceptar “inmediatamente” las condiciones de Rusia.

“El presidente Putin de Rusia no quiere un acuerdo de alto el fuego con Ucrania, sino reunirse el jueves en Turquía para negociar un posible fin del baño de sangre. Ucrania debería aceptar esto inmediatamente”, escribió en su red social Truth Social.

La intervención de Trump contradijo la postura de su enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg, quien horas antes había tuiteado: “Primero, un alto el fuego incondicional de 30 días y, mientras dure, avanzar hacia conversaciones de paz completas. No al revés”.

Zelensky y los cuatro líderes europeos
Getty Images
La oferta rusa se produce luego de que los cuatro principales aliados europeos de Ucrania amenazaran con nuevas sanciones a Moscú.

Guerra de propuestas

El anuncio de Putin se produjo apenas horas después de que Zelensky y cuatro de sus aliados europeos más estrechos (Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia) volvieran a exigirle al mandatario ruso que aceptase una tregua de 30 días, so pena de imponerle nuevas sanciones a Rusia.

El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, respondió al ultimátum afirmando que todo intento por “presionarnos es completamente inútil”.

Sin embargo, en su discurso, Putin no descartó la posibilidad de que las conversaciones culminen en un acuerdo entre Rusia y Ucrania sobre una nueva tregua.

“Estamos determinados a tener negociaciones serias con Ucrania con el propósito de eliminar las raíces que han causado el conflicto y establecer una paz duradera con una perspectiva histórica”, dijo.

“No podemos excluir que durante estas negociaciones sea posible acordar una nueva tregua o cese al fuego”, agregó.

Sin embargo, no abordó directamente los llamamientos a un alto el fuego de 30 días.

A la capital ucraniana viajaron el sábado el primer ministro británico, Keir Starmer, el presidente francés Emmanuel Macron, el nuevo canciller alemán Friedrich Merz y el primer ministro polaco Donald Tusk, quienes forman parte de la llamada “coalición de los dispuestos”, un grupo de países comprometidos a apoyar militar y financieramente a Ucrania.

Los líderes advirtieron que se impondrían nuevas y masivas sanciones a los sectores energético y bancario de Rusia si Putin no aceptaba el alto el fuego incondicional de 30 días “en el aire, el mar y la tierra”.

Un edificio dañado por un ataque
Getty Images
Drones y misiles han continuado cayendo sobre las ciudades y localidades ucranianas, según los militares de ese país.

El condicionamiento inicial de Kyiv

Si bien Zelensky valoró el anuncio de su contraparte rusa, en un primer momento desde Kyiv condicionaron cualquier conversación al cese de las hostilidades.

“Primero un alto el fuego de 30 días, luego todo lo demás”, advirtió Andriy Yermak, jefe de la oficina del presidente ucraniano, en sus redes sociales.

“Rusia no debe camuflar su deseo de continuar la guerra con contorsiones verbales. Un alto el fuego es el primer paso para poner fin a la guerra, y confirmará la disposición de Rusia a acabar con el asesinato”, agregó.

Trump calificó el anuncio del gobernante ruso como un “día potencialmente grande para Rusia y Ucrania”.

“Piensen en los cientos y miles de vidas que se salvarán cuando este interminable baño de sangre, con suerte, llegue a su fin”, escribió augurando el alumbramiento de “un mundo completamente nuevo y mucho mejor”.

Más cauto se mostró el presidente francés, quien indicó que se trata de “un primer paso”, pero “no es suficiente”. Macron también exigió un alto al fuego de inmediato.

“No puede haber negociaciones mientras las armas hablan”, dijo.

Donald Trump.
Getty Images
El presidente de EU, Donald Trump, ha saludado el anuncio de su homólogo ruso, por considerar que puede abrir las puertas para “un mundo mejor”.

Motivos para desconfiar

Putin, en su discurso, anunció que conversaría este domingo con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, para que acogiera nuevamente las negociaciones bilaterales.

Entre marzo y abril de 2022, a penas semanas después de que Moscú lanzara su invasión a gran escala, en Estambul delegaciones rusas y ucranianas buscaron ponerle fin al conflicto.

Sin embargo, en esa ocasión las conversaciones no llegaron a buen término y fueron suspendidas, una vez que se conoció la masacre cometida por unidades rusas en la ciudad ucraniana de Bucha.

La posibilidad de que este anuncio conduzca al fin de las hostilidades se antoja lejano, según Frank Gardner, corresponsal de seguridad de la BBC. ¿Por qué? Varios son los motivos.

En primer lugar, Putin no aceptó la tregua de 30 días propuesta por Ucrania y sus aliados, sino que “quiere abordar lo que él llama ‘las causas profundas del conflicto'”.

“Desde su punto de vista, eso significa la inaceptable ambición de Ucrania de formar parte de una Europa próspera y democrática, en lugar de volver a la órbita de Moscú y convertirse en una nación satélite flexible como Bielorrusia. También querrá un compromiso firme de que Ucrania nunca entrará en la OTAN”, escribió.

Asimismo, recordó que Moscú espera que antes de aceptar cualquier alto al fuego, Occidente se comprometa a dejar de armar a Ucrania.

“Eso, por supuesto, dejaría a este país mucho menos capacitado para defenderse de los avances graduales de Rusia en la línea del frente o, peor aún, de una nueva ofensiva a gran escala para tomar más terreno”, alertó el corresponsal.

Pero mientras Putin hacía esta nueva oferta, en distintos puntos de Ucrania los combates seguían.

Durante la noche, Rusia atacó Ucrania con 108 drones, según las fuerzas aéreas ucranianas, reportó Vitaliy Shevchenko, editor de Rusia para la BBC.

raya gris
BBC

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