Era domingo, día ideal para festejar en familia y con amigos un cumpleaños. A la fiesta en una vivienda en la colonia Fundidores de Chimalhuacán, uno de los municipios más violentos del Estado de México, acudieron varios adultos, un adolescente de 14 años y también un niño de tres. Todo se desarrollaba con normalidad y en calma: hubo abrazos, buenos deseos para la nueva vuelta al sol, comida, bebida y música. Lo típico en cualquier festejo cumpleañero.
Hasta que, de la nada, por el barrio aparecieron varios sujetos a bordo de unas motocicletas de las que descendieron dos que llevaban armas en las manos.
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Uno de los tipos armados era Said ‘N’, un adolescente de tan solo 14 años, quien días después del suceso se convertiría en nota por su corta edad y por el apodo de ‘El Chapito’; en referencia a Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, uno de los líderes criminales más conocidos en México y el mundo.
De acuerdo con las investigaciones ministeriales, el joven de 14 años, junto con otro sujeto apodado ‘El Ñoño’, abrió fuego en contra de los asistentes al festejo cumpleañero.
En total, ocho personas fueron asesinadas; tres murieron en el lugar de los hechos, y otros cinco fallecieron cuando recibían atención médica en diversos hospitales. Además, la agresión dejó siete heridos entre los invitados a la fiesta, entre los que estaba el mencionado niño de tres.
Dos días más tarde, ‘El Chapito’ y ‘El Ñoño’ fueron detenidos en un operativo conjunto entre autoridades federales y estatales entre los municipios de Chimalhuacán y Nezahualcóyotl, junto a otros siete presuntos criminales e integrantes de una banda que dirigía Leonardo ‘N’, otro joven de 28 años.
Todos, incluyendo al adolescente, fueron aprehendidos bajo la acusación de homicidio y delincuencia organizada.
Este suceso, ocurrido en marzo del año pasado, acaparó portadas por la juventud del agresor, aunque no es extraordinario en México.
A pesar de que el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que en el país los jóvenes ya no son reclutados por el crimen organizado, las propias cifras oficiales indican que estos casos no son inusuales ni ocurrían solamente en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Así lo documentó Animal Político en el especial ‘México Destruyendo el Futuro’, en el que se reveló que, a pesar del gasto de más de 100 mil millones de pesos en becas para frenar el reclutamiento de jóvenes por la delincuencia, el impacto de la violencia en los niños y jóvenes no se ha reducido.
Por el contrario, los homicidios de niños, niñas, adolescentes y de jóvenes de hasta 29 años aumentaron en el país, pues en el primer trienio de López Obrador se registraron casi 40 mil jóvenes asesinados, un 146 % más que con Calderón y un 73 % más que con Peña. También incrementaron los delitos vinculados a la delincuencia organizada cometidos presuntamente por estos y las desapariciones.
De acuerdo con esta investigación periodística, entre los tres últimos años del sexenio de Peña Nieto y los tres primeros de López Obrador, casi medio millón de niños, niñas, adolescentes y jóvenes se vieron impactados por la violencia criminal, ya sea como víctimas o victimarios.
Ahora, como parte del Censo Penitenciario 2024, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) reportó que casi mil menores de edad en México están presos en centros penitenciarios por delitos vinculados al crimen organizado, los cuales, según una revisión hecha por Animal Político en colaboración con la organización civil México Unido contra la Delincuencia (MUCD), se dividen principalmente en tres grupos.
El primer grupo, con 377 delitos cometidos por menores, es el de delitos contra la seguridad pública y la seguridad del Estado, que aglutina ilícitos como portación de armas, cartuchos y cargadores, y explosivos, así como los delitos de delincuencia organizada y asociación delictuosa.
El segundo grupo son los homicidios, con 299 casos. Esto es, en México hay casi 300 menores de edad presos que están acusados de asesinato, como el caso de ‘El Chapito’.
Mientras que el tercero, con 240 casos, es el grupo de delitos contra la salud relacionados con narcóticos en su modalidad de narcomenudeo, incluyendo la posesión simple de narcóticos, el comercio, suministro y el tráfico. No obstante, sobre este punto también cabe precisar que la posesión simple de narcóticos no necesariamente está vinculada a actividades delictivas de los jóvenes, ni al crimen organizado.
Asimismo, los datos del INEGI apuntan que también hay menores presos por otro tipo de delitos graves, como feminicidio, con 44 adolescentes presos.
En total, mil 274 jóvenes están encarcelados (de los que 916, el 72 %, están acusados de delitos relacionados con el crimen organizado).
En cuanto al tipo de internamiento, del total de jóvenes presos, 303 están con una “medida cautelar de internamiento preventivo”, el 24%, mientras que 917 ya tenían una medida de internamiento “definitiva”, el 72%, y el resto no tenía una medida de internamiento definitiva o tenía una medida de ‘semi-internamiento’.
Los datos del INEGI apuntan que el 25% de los menores presos no tenían ningún nivel de escolaridad, o solo habían cursado preescolar o primaria; el 37% tenía secundaria; el 32% la preparatoria; y solo el 1% tenía licenciatura o una carrera técnica.
En 2023, la tercera visitaduría de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) presentó un informe especial sobre las condiciones que viven ese millar de personas adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley en los centros de internamiento.
En el documento, la CNDH recabó numerosos testimonios de jóvenes que denunciaron situaciones de malos tratos por parte de los custodios de los centros, como mala alimentación, falta de higiene, medicamentos y de atención sanitaria básica, e incluso situaciones de acoso, abusos sexuales y de espionaje.
“Los teléfonos públicos los controlan y escuchan nuestras llamadas”, denunció uno de los testimonios.
“La directora nos humilla y nos hace hacer talachas forzadas. No nos dejan leer libros que queremos diciendo que están prohibidos. Los teléfonos públicos los controlan y escuchan nuestras llamadas. La comida es de lo peor y nuestra tele nos la quitaron. La psicóloga le dice cosas de nuestra vida privada a la directora, y los custodios nos humillan. Nos hacen quitarnos la ropa y con las cámaras nos acosan”, denunció otra interna. Mientras que otra mujer denunció que los oficiales “nos tocan, nos desnudan, y nos preguntan si somos vírgenes”.
“Nos dan comida para perro”, reportó otro joven preso. “Nos tratan como personas inferiores”, añadió.
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Por otra parte, la CNDH también documentó en revisiones en centros de internamiento para adolescentes en Baja California, Jalisco, Zacatecas y Tamaulipas, que existe visibilidad obstruida con ropa de cama, principalmente cobijas y sábanas, “lo que aumenta el riesgo de conductas disruptivas que pudieran derivar en incidentes”.
Por ejemplo, en Zacatecas el personal de la CNDH detectó que era la misma población adolescente recluida la que debía otorgar el consentimiento para el acceso al personal de seguridad del mismo centro y de la Comisión.
“Una vez autorizado el acceso, se percibió olor característico a la marihuana y se observó exceso de cobijas que cubrían el interior de los camarotes”, señaló la CNDH.
Ucrania tiene yacimientos de minerales estratégicos y tierras raras, algunos de ellos en zonas controladas por Rusia, que ahora Trump quiere explotar para asegurar el desarrollo de tecnologías frente al auge de China.
Es un acuerdo que le otorgará a Estados Unidos acceso a una de las riquezas naturales más valiosas de Ucrania, pero aún no está claro que le conceda a Kyiv las garantías de seguridad que busca el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
Kyiv y Washington están a punto de firmar un acuerdo sobre el acceso de EE.UU. a valiosos minerales de Ucrania, país que posee enormes yacimientos de tierras raras y minerales cruciales.
Olga Stefanishyna, viceprimera ministra para la integración europea y euroatlántica, ha declarado en X que “las negociaciones han sido muy constructivas y que casi todos los detalles clave están ultimados”.
Añadió que “estamos comprometidos a completarlo rápidamente para proceder a su firma”.
La idea de conceder acceso a EE.UU. a estos minerales valiosos surgió del propio Zelensky, quien se la presentó a Trump en septiembre de 2024 como parte del “plan de la victoria” y era visto como una forma de asegurar el apoyo estadounidense a Kyiv en la guerra contra Rusia.
Tras su llegada a la Casa Blanca, Trump ha mostrado interés en los minerales, pero sin ofrecer las garantías de seguridad buscadas por Ucrania.
“Le dije [a Ucrania] que quiero el equivalente a unos US$500.000 millones en tierras raras, y básicamente han accedido a hacerlo”, dijo Trump al periodista de Fox News Bret Baier el pasado 10 de febrero.
Trump sostenía que esos minerales deberían ser canjeados por el apoyo continuado de EE.UU. a Ucrania en la guerra contra Rusia, pero no daba señales de querer comprometerse con la defensa de ese país.
“No es una conversación seria”, dijo Zelensky, rechazando la propuesta. “No puedo vender nuestro Estado”.
Desde entonces, las relaciones entre ambos gobiernos se tensaron, pero recientemente parecieron distenderse haciendo posible el avance en estas negociaciones, cuyos términos definitivos aún no están definidos.
En todo caso, la propuesta de Trump ha demostrado la importancia de estos minerales, pero ¿para qué sirven y qué pueden ofrecer a EE.UU.?
“Tierras raras” es un término colectivo para 17 elementos químicamente similares que se utilizan mucho en la tecnología y la industria modernas.
Estos elementos son cruciales para la fabricación de teléfonos inteligentes, computadoras y equipos médicos, entre otros.
Se trata del escandio (Sc), el itrio (Y), el lantano (La), el cerio (Ce), el praseodimio (Pr), el neodimio (Nd), el prometio (Pm), el samario (Sm), el europio (Eu), el gadolinio (Gd), el terbio (Tb), el disprosio (Dy), el holmio (Ho), el erbio (Er), el tulio (Tm), el iterbio (Yb) y el lutecio (Lu).
Estos minerales se denominan “raros” porque es muy poco habitual encontrarlos en estado puro, aunque existen yacimientos de algunos de ellos en todo el mundo.
Sin embargo, las tierras raras suelen hallarse con elementos radiactivos, como el torio y el uranio, y para separarlos se necesitan muchos productos químicos tóxicos, por lo que el proceso de extracción resulta a veces difícil y caro.
Ucrania posee 21 de las 30 sustancias que la Unión Europea (UE) define como «materias primas críticas», lo que representa alrededor del 5% de las reservas mundiales.
Muchas de las zonas que contienen estos elementos se encuentran al sur de lo que es conocido como Escudo Cristalino ucraniano, principalmente bajo el mar de Azov. La mayoría de estos territorios están actualmente ocupados por Rusia.
Sin embargo, sigue habiendo proyectos prometedores en el Buzh Medio, así como en las regiones de Kyiv, Vinnytsia y Zhitómir.
Los expertos afirman que, aunque se han identificado varios centenares de lugares geológicos prometedores, sólo algunos de ellos podrían convertirse en yacimientos si su explotación se considera económicamente viable.
“Las estimaciones que se han publicado son muy aproximadas”, afirma Adam Webb, responsable de materias primas para baterías de Benchmark Mineral Intelligence.
“Hay que trabajar mucho más para demostrar que esos depósitos minerales se pueden convertir en reservas económicas”.
En cuanto a otros importantes recursos minerales ucranianos, cerca del 70% de ellos se encuentran, según Forbes Ukraine, en las regiones de Donetsk, Dnipropetrovsk y Luhansk. Es decir, muchos están en territorio invadido y aún ocupado por Rusia.
Además de los minerales de tierras raras, Ucrania también posee lo que se conoce como minerales esenciales, como el litio.
Según el gobierno ucraniano, el país tiene unas 450.000 toneladas de reservas de litio. No se está explotando, aunque ha habido planes para empezar a hacerlo.
Rusia ha ocupado al menos dos yacimientos de litio: Shevchenkivske, en la región de Donetsk, y el yacimiento del complejo de Kruta Balka, en la región de Berdyansk.
Los yacimientos de litio de la región de Kirovohrad siguen bajo control ucraniano.
El interés de Estados Unidos por controlar la producción de tierras raras y muy posiblemente de minerales esenciales se debe en gran medida a la competencia con China, que actualmente domina la oferta mundial.
En las últimas décadas, China se ha convertido en líder tanto en la extracción como en el procesamiento de minerales de tierras raras, con un 60-70 % de la producción mundial y casi el 90 % de la capacidad de procesamiento.
La dependencia estadounidense de China en esta cuestión preocupa a la administración Trump, tanto en términos de seguridad nacional como de economía.
Estos materiales son necesarios para tecnologías muy sofisticadas, desde coches eléctricos hasta equipos militares.
Análisis de Navin Singh Khadka, corresponsal de Medio Ambiente del Servicio Mundial de la BBC.
A primera vista, parece una paradoja.
Trump ha ordenado la expansión de la producción de combustibles fósiles, abandonando las políticas de energías renovables. Pero, al mismo tiempo, quiere asegurarse minerales cruciales -que son clave para la transición a la energía limpia- de donde pueda.
Sin embargo, esos minerales son también los componentes básicos de la electrónica de consumo, los equipos militares y de navegación y, lo que es más importante, los centros de datos de Inteligencia Artificial (IA).
Trump ha anunciado un gran estímulo para la expansión de la infraestructura de IA en Estados Unidos. Para ello se necesitará un enorme suministro de minerales esenciales, principalmente cobre, silicio, paladio y elementos de tierras raras.
Y el suministro de minerales estratégicos ya ha empezado a disminuir, convirtiéndose en una de las principales causas de la ralentización del crecimiento mundial de las energías limpias.
Según los expertos, el principal factor es el dominio chino de los minerales esenciales, entre ellos las tierras raras, en gran parte debido a la geopolítica entre Estados Unidos y China.
Tras haber perfeccionado durante décadas sus técnicas de procesamiento, China controla actualmente el 100% del suministro refinado de grafito natural y disprosio, el 70% del cobalto y casi el 60% de todo el litio y manganeso procesados, según la Agencia Internacional de Energías Renovables.
También produce mayoritariamente elementos de tierras raras y mantiene un férreo control sobre metales clave en todo el mundo, con la titularidad de importantes minas en África, Asia y Sudamérica.
“Para contrarrestar el creciente control de China sobre la cadena de suministro global”, el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de Estados Unidos durante la administración de Biden afirmó que “es esencial que Estados Unidos asegure su propio suministro innovador de minerales críticos y estratégicos”.
La administración Trump parece ver en lugares como Ucrania y Groenlandia zonas en las que utilizar métodos innovadores para añadir a su cadena de suministro.
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