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Hugo Eduardo buscaba un mejor futuro y desapareció en Navidad; familiares de personas desaparecidas reclaman atención
Hugo Eduardo buscaba un mejor futuro y desapareció en Navidad; familiares de personas desaparecidas reclaman atención
Foto: Marcela Nochebuena
7 minutos de lectura

Hugo Eduardo buscaba un mejor futuro y desapareció en Navidad; familiares de personas desaparecidas reclaman atención

Familiares de jóvenes desaparecidos en Baja California Sur y en el Estado de México permanecen en Palacio Nacional para reclamar a las autoridades federales la corrupción y omisiones de las estatales.
18 de enero, 2025
Por: Marcela Nochebuena

Hugo Eduardo Apodaca Félix tiene 23 años y 21 días desaparecido. Junto con su esposa Leonelly se estaba mudando a vivir a la localidad Alfredo Bonfil, en el municipio de Mulegé en Baja California Sur, porque ahí habían conseguido ingresar al programa Jóvenes Construyendo el Futuro.

El 24 de diciembre de 2024, en pleno cambio de residencia, decidieron pasar la Navidad con los abuelos de ella. Él había trabajado hasta ese momento en un Telcel, y ella había pasado por diferentes empleos como bartender, mesera y cajera. Durante los dos años que llevaban juntos habían probado suerte en Mexicali, La Paz y Santa Rosalía, hasta que supieron de la oportunidad en Bonfil y decidieron instalarse allá para iniciar en enero.

Luego de la reunión familiar, pasaron a saludar a una conocida y estuvieron ahí hasta el 25. Hugo Eduardo tuvo diferencias con ella, se fue del lugar y esa fue la última vez que su esposa lo vio. Ella se adelantó a Bonfil con la esperanza de encontrarlo allá, pero no llegó. Por mensajes de su conocida supo que él había regresado a buscarla, pero luego de recibir un mensaje directo donde él le preguntaba dónde estaba, se perdió la comunicación. Las últimas personas en verlo fueron la conocida y su pareja, que después se contradecirían en sus declaraciones.

Leer: Contrata gobierno a agente de ventas, contador y extrabajador de purificadora para buscar a personas desaparecidas

El 26 de diciembre no había ninguna autoridad que atendiera las denuncias en Santa Rosalía. Gracias a la presión de Leonelly les atendieron ese mismo día, pero, acusa, la denuncia no fue bien integrada y lo tomaron a la ligera. En esos primeros cuatro o cinco días no encontraron ningún rastro ni respuesta de las autoridades. Ella decidió vender su computadora para ir en busca de las autoridades estatales en La Paz. Aunque en Santa Rosalía le dijeron que el caso ya había sido comunicado a las autoridades centrales, cuando ella llegó supo que ni siquiera lo conocían.

“En todos esos días en La Paz acudimos a volver a reestructurar, a complementar nuevamente la carpeta de investigación, a adjuntar más cosas, todo eso que no estaba bien complementado, y el mismo gobernador no se pudo tomar 10 minutos de tiempo de horas y días que estuvimos afuera de sus instalaciones. Fuera de ayudarnos nos sentimos vulnerados por el mismo gobierno, ya que hizo comentarios muy hirientes, que la mayoría de los desaparecidos estaban involucrados en el crimen organizado”, relata Leonelly mientras espera alguna respuesta de las autoridades federales a las afueras de Palacio Nacional.

Ahí permanece desde el jueves por la mañana junto a otras familias con casos diversos de Baja California Sur, para reclamar la corrupción de las autoridades estatales. Aseguran que estas entorpecen la investigación en los casos de personas desaparecidas, incluso con amenazas a las víctimas.

“No se nos presta atención, al contrario, se nos da la espalda –continúa Leonelly–, y fue por eso que nosotros recurrimos a tocar otras puertas y por eso nos encontramos aquí en Ciudad de México buscando el apoyo de la presidenta Claudia (Sheinbaum), porque las mismas autoridades ahí en el estado de Baja California Sur están todas coludidas, y no hemos podido localizar a nuestros familiares prontamente, no hemos tenido resultado”.

Familiares de personas desaparecidas protestas frente a Palacio Nacional
Familiares de personas desaparecidas protestas frente a Palacio Nacional. Foto: Especial

 

Después de pasar toda la mañana del jueves a las puertas de Palacio Nacional y ser atendidas durante unos minutos por una funcionaria que se identificó como directora de incidencia delictiva de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, las familias de Baja California Sur decidieron permanecer en el Zócalo capitalino. El viernes se dio un nuevo diálogo con las autoridades, por lo que durante el fin de semana seguirán en las inmediaciones de la plancha capitalina a la expectativa de ser recibidas, según les prometieron, el lunes por mañana.

En Edomex, reclaman ineficiencia de la comisión de búsqueda

Juan David Morales Méndez desapareció el 28 de mayo de 2023 en el Estado de México, cuando tenía 26 años de edad. A casi dos años de verse obligada a emprender su búsqueda, su mamá también acudió a las puertas de Palacio Nacional el jueves, con la expectativa de ser atendida por el gobierno federal y recibir alguna respuesta ante la falta de acción de la comisión local de búsqueda.

“Yo no tengo noticias de él hasta ahorita, ni tengo una línea de investigación porque las búsquedas que se han hecho, no se ha sabido nada y la Cobupem (Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de México) a mí la verdad me ha hecho muy poquititas búsquedas, yo me he apoyado más de la Fiscalía”, acusó Verónica Méndez Hernández.

Leer: Familiares de personas desaparecidas en Oaxaca denuncian extorsiones y amenazas

De la comisión de búsqueda del estado asegura que solo cuando se lo pide la Fiscalía manda suficiente personal; de lo contrario, solo envían a una persona, pese a que el organismo es uno de los más grandes en estructura en todo el país. “Es muy poco el apoyo que hemos tenido por parte de ellos, y ahorita que entró César Vidal Reyes, el nuevo comisionado, menos ha ayudado”, lamenta.

El 20 de febrero Juan David cumplirá 28 años de edad sin que su madre sepa nada de su suerte y paradero. Recuerda que la última vez que lo vio fue cuando salió un domingo cerca de las 10 de la mañana de Nextlalpan a vender un atrapasueños al municipio cercano de Tultitlán. Su mamá pudo obtener las cámaras más cercanas al tianguis, que lo muestran dejando el lugar un poco más tarde; sin embargo, nunca regresó a casa.

Familiares de personas desaparecidas protestas frente a Palacio Nacional. Foto: Especial
Familiares de personas desaparecidas protestas frente a Palacio Nacional. Foto: Especial

Además, una de las cámaras que pudo haber captado su último paradero no funcionaba. Mucha información se perdió, reclama Verónica. A ello se suma que su madre no tenía conocimiento de cómo proceder, cuáles eran sus derechos, qué podía reclamar o hacer, acciones que ha tenido que aprender con el tiempo y la búsqueda forzada.

“El MP nunca me informó, mi PBI nunca me informó, pero yo supe, por ejemplo, del resguardo de cámaras cuando le dije a mi MP que me diera otro oficio para pedir más cámaras, y me dijo ‘no, es que ya pasó un mes’. Dije pero si yo voy pidiendo las cámaras desde hace casi un mes, por qué no me dijeron, y ya no se pudo pedir”, relata.

Ahora lo único que solicita es que se genere una ficha de recompensa, para que alguien pueda decirle al menos dónde está. La desaparición de su hijo, remarca, ha cambiado radicalmente su vida pues es la peor experiencia que ha tenido que enfrentar, pero lo que le duele profundamente es ver cómo a las autoridades no les importa hacer bien su trabajo.

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Una experiencia similar ha tenido el padre de José Iván López Ornelas, de 23 años, quien desapareció el 20 de septiembre de 2024 en San Pedro Atzompa, municipio de Tecámac. Hasta ahora no han tenido la cooperación de la comisión de búsqueda del Estado de México, donde, asegura, no hay siquiera una planeación para su búsqueda.

“Uno le pide la atención que debe dar, y se burla de nosotros, porque dice que somos la familia que lo hace famoso. Yo creo que no es la persona indicada para este puesto (el comisionado), creo que no soy el primero que no está de acuerdo. Estamos aquí para que le hagan saber cuál es la función de su trabajo, y si no, que lo reemplacen. No crean que yo le tengo amor al pavimento”, dice Agustín López Bautista sentado frente a la puerta 8 de Palacio Nacional.

El mayor desgaste, asegura, es tener que estar tocando puertas por la incompetencia de las autoridades. Su hijo fue a vender una bomba de agua a un domicilio del que, cuenta su padre, nunca salió, por lo que hace falta que se precise y se lleve a cabo su búsqueda a partir de un mapeo de las últimas ubicaciones donde se detectó la señal de su celular.

El comisionado, señala, les ha preguntado a ellos a dónde quieren ir a buscar, en lugar de definirlo como parte de su trabajo. “Llega sin la herramienta, con personal insuficiente, en la primera búsqueda no fue el personal suficiente, son esos detalles que como padres de familia, es una burla para nosotros”, lamenta.

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Imagen BBC
Qué piensan los groenlandeses sobre el plan de Donald Trump de que su isla pertenezca a EU
7 minutos de lectura

En el remot asentamiento de Kapisillit, los groenlandeses le cuentan a la BBC que Trump puede visitar la isla “pero eso es todo”.

14 de enero, 2025
Por: BBC News Mundo
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El sol se eleva sobre las montañas cubiertas de hielo del fiordo de Nuuk mientras viajamos por una de las últimas fronteras salvajes del mundo.

Pero hay sombras que se ciernen sobre este paisaje y sobre el resto de los espacios helados de Groenlandia.

Con Donald Trump a punto de convertirse en presidente de Estados Unidos, su negativa a descartar la toma de Groenlandia por la fuerza resuena en conversaciones de toda la isla.

“Será bienvenido si viene a visitarnos, por supuesto”, dice el patrón del barco pesquero reconvertido que nos lleva hacia el este. Consciente de que necesita relacionarse con gente de todos los colores políticos, pide que no se le nombre, pero utiliza una frase que se oye a menudo por aquí.

“Groenlandia pertenece a los groenlandeses. Así que Trump puede visitarla, pero nada más”.

Las aguas están en calma cuando llegamos al asentamiento aislado de Kapisillit, de unos 40 habitantes, donde unos cuantos cazadores salen en busca de focas.

La temperatura es de -16 ºC y, con el viento, la sensación térmica es de -27 ºC.

Pero cerca del puerto me encuentro con Kaaleeraq Ringsted, un bisabuelo de 73 años, que está secando filetes de bacalao pescados en las abundantes aguas junto a la puerta de su casa.

Cuando le pregunto si el presidente electo Trump comprará o invadirá Groenlandia, al principio se ríe. Luego su tono se vuelve serio.

Kaaleeraq Ringsted.
BBC
Kaaleeraq Ringsted asegura que quiere preservar su forma de vida para sus hijos.

“No se puede aceptar que diga esto. Groenlandia no está en venta”.

Luego me cuenta cómo aprendió a pescar y cazar aquí con su padre y su abuelo, y cómo quiere preservar esta vida para sus hijos y nietos.

Al cruzar la bahía, el barco se adentra en el hielo roto de la superficie. Dos águilas se posan en una roca en busca de peces en las aguas cristalinas.

Nos dirigimos a la granja de Angutimmarik Hansen, que cría ovejas y caza focas, aves silvestres y conejos.

Todo el alimento de invierno para las ovejas tiene que importarse de Dinamarca, un recordatorio de cómo el duro clima determina las condiciones de vida aquí.

En la puerta de su casa hay un estante con rifles de caza. Se da cuenta de que los miro.

“Son por si hay una invasión”, bromea.

Angutimmarik Hansen con su mujer e hijo.
BBC
Angutimmarik Hansen (derecha) insiste en que Groenlandia no está en venta.

Pero su actitud ante la retórica belicosa procedente de Mar-A-Lago dista mucho de ser tranquila.

“Menudo estúpido que es Trump”, afirma. “Jamás venderemos Groenlandia”.

Esta pequeña granja está a unos 4.828 km de Florida, donde el presidente entrante de EE.UU. dio su ya célebre rueda de prensa la semana pasada.

“Pero Trump no es EE.UU. Podemos entendernos con la gente de EE.UU.”, declara Hansen.

Visita familiar

El efecto Trump se disparó con la llegada a Groenlandia de Donald Trump Jr, que se sumó a las declaraciones de su padre. Llegó a la capital, Nuuk, en el avión 757 de la familia, el Trump Force One, y permaneció allí durante cuatro horas y treinta y tres minutos.

“Ha sido un placer increíble conocer gente, y la gente estaba muy contenta de reunirse con nosotros”, dijo, después de almorzar en un hotel local. “Papá tendrá que venir aquí”.

Luego regresó a los climas más soleados de Florida.

Un avión con la palabra
Reuters
Donald Trump Jr visitó Nuuk la semana pasada durante unas pocas horas.

Trump Jr fue recibido por el empresario local Jorgen Boassen, que en su día hizo campaña por el presidente electo.

Boassen declaró a los medios locales que era el “mayor fan” de Trump y que “por supuesto que están interesados en nuestro país, y pueden venir y ver cómo es nuestro país. También se trata de abrirse al comercio y la cooperación”.

La ciudad de Nuuk es la capital más septentrional del mundo. Tiene una próspera sociedad civil y una prensa potente. Y hay cierta satisfacción por que los comentarios de Trump hayan impulsado el debate sobre la independencia de Groenlandia a la escena internacional.

Debe haber una Groenlandia que no sea colonia de nadie, dicen activistas como Kuno Fencker, diputado de la coalición gobernante y miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores y Seguridad del Parlamento local.

Nos reunimos en el puerto, bajo la estatua de bronce de Hans Egede, el misionero del siglo XVIII considerado aquí como el hombre que abrió el camino a la colonización.

Kuno Fencker.
BBC
Kuno Fencker quiere que Groenlandia negocie directamente con EE.UU. en lugar de a través de Dinamarca.

“Donald Trump es un político”, dice Fencker.

“Es un duro hombre de negocios y conocemos su retórica, y esa retórica es algo a lo que nos hemos acostumbrado desde 2019, y solo se trata de hablar con un igual, un aliado, sobre cómo podemos resolver las cosas aquí en el Ártico y también en la OTAN”.

Fencker ofrece el argumento central de los independentistas.

“Lo que hace falta aquí es que Groenlandia, como Estado soberano, negocie directamente con Estados Unidos y no que Dinamarca lo haga por nosotros”.

El debate por la independencia

La independencia de Dinamarca podría tener un coste financiero importante.

Groenlandia recibe subvenciones de Copenhague por valor de aproximadamente una quinta parte de su PIB cada año. Fencker sugiere, al igual que otras figuras destacadas, que la isla negocie con Estados Unidos y Dinamarca para obtener ayuda.

“No somos ingenuos. Necesitamos apoyo en defensa, seguridad y también desarrollo económico. Queremos una economía sostenible y autosuficiente”.

El director del periódico local Sermitsiaq, Maasana Egede, admite que le preocupó la amenaza implícita de fuerza de Donald Trump, pero quiere ver si la realidad coincide con la retórica.

En cuanto a la independencia, Egede se siente frustrado por lo que considera un debate polarizado en los medios de comunicación locales e internacionales.

“Estamos contando esta historia de que tiene que haber independencia o no independencia. Pero hay todo un relato intermedio, y es que la gente quiere la independencia, pero no a cualquier precio. Hay un nivel de vida que hay que mantener. Hay un comercio que hay que mantener. Hay formas de vida que hay que mantener”.

Existe la expectativa de que en algún momento -no en un futuro inmediato- se vote a favor y Dinamarca acepte el resultado.

El primer ministro de la isla, Mute Egede, ofreció una rueda de prensa conjunta con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, a raíz de los últimos comentarios de Donald Trump.

“No queremos ser daneses, no queremos ser estadounidenses, queremos ser groenlandeses”, dijo. La primera ministra danesa se cuidó de no ofender a nadie, y menos al presidente entrante de Estados Unidos.

“El debate sobre la independencia de Groenlandia y los últimos anuncios de EE.UU. nos demuestran el gran interés que despierta Groenlandia”, declaró.

“Acontecimientos que ponen en marcha muchas reflexiones y sentimientos en Groenlandia y Dinamarca”, añadió.

Mette Frederiksen y Mute B Egede en una rueda de prensa.
Getty Images
El primer ministro de Groenlandia, Mute Egede (izquierda), dio una rueda de prensa con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.

Frederiksen sabe muy bien que este sentimiento viene de lejos en Groenlandia. El recuerdo de la injusticia y el racismo sigue fresco entre la población indígena inuit.

Heridas del pasado

Escándalos como la campaña de inserción de dispositivos intrauterinos (DIU) para evitar embarazos en miles de mujeres y niñas inuit en los años 60 y 70 ensombrecen la relación entre Groenlandia y Dinamarca.

No se sabe cuántos de estos procedimientos se llevaron a cabo sin el permiso de las implicadas, pero las cifras son considerables. El objetivo era reducir la población groenlandesa.

Maliina Abelsen es exministra de Finanzas del gobierno de Groenlandia, y ahora asesora a empresas y organizaciones que trabajan en la isla. También ha trabajado para UNICEF Dinamarca y para importantes empresas groenlandesas, como el grupo marisquero Royal Greenland.

Abelsen cree que hay que hacer mucho más para corregir las injusticias del pasado.

Maliina Abelsen.
BBC
Maliina Abelsen asegura que es necesario reconocer el dolor del pasado para que los groenlandeses puedan superarlo.

“Creo que mucha gente está diciendo, quizá también el gobierno y el Estado daneses: ‘Oh, bueno, ya sabes que esto ocurrió en el pasado. Fue hace muchos años. ¿Cómo vamos a ser responsables de ello? Es hora de seguir adelante'”.

“Pero no puedes seguir adelante si no lo has superado y no has reconocido lo que te ocurrió. Ese es un trabajo que tenemos que hacer junto con Dinamarca, no algo que Groenlandia pueda hacer por sí sola”.

A pesar de su alto perfil en la sociedad civil y los círculos empresariales, Maliina Abelsen afirma que cuando se trata de racismo -por ejemplo, bromas sobre los inuit- ella puede hablar en nombre de la mayoría de los groenlandeses “ya que todos lo hemos experimentado en nuestra vida”.

Las cuestiones de la autodeterminación y de afrontar el pasado están íntimamente entrelazadas.

Ahora, la intervención de Donald Trump ha puesto ambas ante los ojos del mundo.

Pero el mensaje que escuchamos -desde los remotos asentamientos del fiordo hasta la capital, Nuuk- es que el destino de Groenlandia debe decidirse aquí, entre personas cuyas voces han sido ignoradas durante demasiado tiempo.

Con información adicional de Adrienne Murray y Kostas Kallergis.

Línea gris.
BBC

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