Ricardo Laureano sospechaba que los corales cuerno de alce del arrecife de El Eco, al norte de Puerto Rico, tenían algo especial. En sus 16 años de proteger y monitorear su crecimiento, este obrero coralero —como él mismo se define— ha visto pocos casos de blanqueamiento, un problema que cada vez arrasa con más corales a nivel mundial. Hallazgos científicos recientes le dan la razón. El arrecife que protege es clave para combatir los impactos del cambio climático en el archipiélago.
Un estudio de arqueología ambiental y marina de 2024 plantea que el arrecife de El Eco ha sobrevivido desde tiempos prehispánicos, potencialmente por una variación genética resistente al blanqueamiento. Este fenómeno ocurre cuando las altas temperaturas del océano provocan que los corales expulsen las algas con las que hacen fotosíntesis, dejando a los arrecifes descoloridos. Científicos locales piensan que los corales de El Eco pueden utilizarse para repoblar arrecifes afectados y mitigar los efectos de eventos climatológicos.
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“Es la última joya descubierta en Puerto Rico, en términos de conservación de corales”, considera Edwin Hernández, científico senior de la Sociedad Ambiente Marino (SAM), una organización dedicada a la restauración de arrecifes en el archipiélago.
A simple vista, el coral cuerno de alce parece una mano submarina tratando de alcanzar el cielo. Se considera uno de los corales más importantes del Caribe pues es hábitat de muchas especies; además, por su rápido crecimiento y su localización en el arrecife, resiste el embate de las olas. La especie está catalogada como “amenazada” por la Ley de Especies en Peligro desde 2006 y, a medida que la temperatura mundial sube, sus poblaciones peligran más. Aunque resiste mejor el blanqueamiento que otras especies y muestra señales de reproducirse y sobrevivir en temperaturas más altas, no es invulnerable a sus efectos.
En 2023, se registró la peor mortalidad por blanqueamiento de corales en el Caribe desde 1987. Para octubre, se reportó un blanqueamiento masivo en más de 95% de los corales en localidades de Puerto Rico, en un evento “sin precedentes” de calor marino, según informes técnicos de SAM.
Todas las colonias de cuerno de alce murieron en Cabo Rojo, al suroeste del archipiélago, dice Hernández; en otras zonas, solo poblaciones esporádicas sobrevivieron. En contraste, en Vega Baja, donde está el arrecife de El Eco, la mortandad de corales fue de apenas 1.7%, asegura.
Mariela Declet, bióloga marina y arqueóloga ambiental, explica la resiliencia de los cuerno de alce de El Eco por su historia. A través de análisis zooarqueológicos, que estudian los restos óseos de los animales, Declet descubrió que, siglos atrás, estos corales sobrevivieron en temperaturas similares a las actuales.
Entre los años 800 y 1300 D.C. se registraron cambios en la temperatura y una alta incidencia de huracanes en el hemisferio norte de la Tierra. Hay evidencia de un evento masivo de blanqueamiento de corales entre 900 y 1000 D.C. que afectó la costa norte y sur de Puerto Rico. Pero, como describe Declet en su disertación doctoral de la Universidad de California, los corales de El Eco lograron adaptarse y sobrevivir.
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Entre 2008 y 2019, se perdieron alrededor de 14% de los arrecifes a nivel mundial a causa de blanqueamiento. Si no se toman medidas para protegerlos, científicos estiman que 99% de estos ecosistemas podrían desaparecer a finales del siglo. Eso implicaría la pérdida del hábitat de 25% de las especies marinas conocidas, así como el colapso de la industria pesquera y una mayor exposición de la línea costera a la fuerza del mar.
En el mundo, casi 200 millones de personas dependen de los arrecifes de coral para protegerse de las marejadas ciclónicas y las olas, pues estos ecosistemas pueden mermar en un 97% la energía de las olas y reducir su altura en un 84%.
Tan solo en Estados Unidos, los arrecifes de coral protegen de inundaciones a un estimado de 18,000 personas al año y, hasta 2019, habían prevenido alrededor de 825 millones de dólares estadounidenses anuales en daños, según un estudio publicado por el Servicio Geológico de Estados Unidos. El mismo documento señala que la isla principal de Puerto Rico enfrentaría las inundaciones más extensas en territorio estadounidense si no hubiera arrecifes de coral.
Para Declet, la resistencia de los corales cuerno de alce en El Eco ofrece “un sentido de esperanza” para conservar y reproducir la especie.
En 2023, la organización de voluntarios Vegabajeños Impulsando Desarrollo Ambiental Sustentable (VIDAS), liderada por Laureano, trasplantó algunos corales de El Eco en la playa El Escambrón, en San Juan. Los ejemplares han comenzado a crear ramificaciones y muestran resistencia a las altas temperaturas, dice Hernández, quien ha monitoreado la zona.
Este ejercicio podría replicarse en otras áreas de la capital puertorriqueña para evitar inundaciones. En 2023, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) aprobó 3 millones de dólares bajo el Programa de la Subvención para la Mitigación de Riesgos para la primera fase de restauración de la barrera arrecifal en la costa de San Juan. Nilda Jiménez, coordinadora del programa de especies protegidas del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico (DRNA), asegura que los corales de El Eco están contemplados para ese proyecto.
Sin embargo, ante el aumento acelerado de la temperatura del mar, no hay garantía de éxito, reconocen los científicos. “Al paso que vamos, no sabemos qué va a sobrevivir y qué no”, dice Declet.
En octubre, el arrecife enfrentó un evento de blanqueamiento derivado de las altas temperaturas del agua, asegura Hernández. Según sus estimaciones preliminares, alrededor de 5% de la población de corales ha muerto.
Aunque los corales de El Eco se consideren resistentes, no significa que siempre lo serán, advierte Jiménez. Por ello, considera necesario seguir identificando colonias de corales resistentes y apostar por la protección de los arrecifes.
Un estudio de 2022 de la Universidad de Rutgers, la organización especializada Coral Reef Alliance y otras instituciones concluyó que prevenir la contaminación del agua, evitar la sobrepesca y eliminar otros factores de riesgo ayudará a que las cepas resistentes se desarrollen y puedan repoblar otros arrecifes.
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En agosto de este año, el gobierno de Puerto Rico firmó una ley que declara el arrecife de El Eco como parte de la Reserva Natural Los Jardines Submarinos de Vega Baja y Manatí. La medida garantiza fondos anuales por un millón de dólares para preservar el coral cuerno de alce, entre otras especies. Laureano, de VIDAS, también aspira a impulsar estudios de variabilidad genética, y monitorear la calidad y temperatura del agua, entre otras iniciativas para prevenir el deterioro del arrecife.
José Antonio Vargas, senador y peticionario de la ley que protege al arrecife, dice a Global Press Journal que la declaración de la reserva permitirá “una consideración especial de cuidado” para el coral cuerno de alce.
En tanto, Laureano, junto con otras personas voluntarias de Vega Baja, siguen trabajando para proteger el arrecife. Ahora que sabe por qué los corales que ha cuidado durante años son tan resistentes, ha redoblado sus esfuerzos para que continúen creciendo.
“No creo que tengamos el copyright de los súper corales de Vega Baja. Sería bueno poder ayudar a más gente”.
Esta historia fue publicada originalmente por Global Press Journal.
Los primeros recuentos de los votos pueden ser engañosos. Una ventaja inicial para los republicanos puede revertirse a medida que se publican los resultados del voto anticipado y de las grandes ciudades. Te explicamos por qué no es extraño.
Hace cuatro años, Donald Trump anunció la misma noche de la votación, antes de conocerse los resultados, que había ganado la elección.
“La noche de la votación iba liderando la carrera de manera sólida en muchos estados clave. Entonces, uno por uno, empezaron a desaparecer mágicamente los votos”, expresó Trump en 2020.
En esa oportunidad, Trump acusó al Partido Demócrata de haberle “robado” la elección a pesar de que no había ninguna evidencia entonces y tampoco la hubo en los cuatro años siguientes.
Las auditorías descartaron cualquier manipulación, así como los tribunales.
Trump sacó partido de lo que se conoce como “espejismo rojo”, un fenómeno que define al momento en que los primeros resultados de la noche de la elección proyectan una aparente victoria de los republicanos, para instalar su denuncia de fraude.
Pero a medida que empiezan a sumarse los votos anticipados y los datos de las grandes ciudades de los estados clave, la diferencia se reduce e incluso la tendencia puede llegar a revertirse, en lo que se conoce como “cambio azul”, el color de los demócratas.
Según los analistas, esto podría repetirse en las elecciones de este martes, aunque con menos fuerza que en 2020.
Por lo general, el resultado se conoce la noche de la votación. Pero en las elecciones de 2020 hicieron falta casi cuatro días más para saber quién era el ganador debido a lo apretado del resultado en los estados clave y al voto por correo, que fue mucho mayor debido a la pandemia.
En ese margen de tiempo que se abre entre los primeros resultados parciales y el escrutinio final se da el “espejismo rojo”, una supuesta realidad que puede acabar no siéndola.
Este fenómeno describe el momento en el que los republicanos, identificados con el rojo, en base a los primeros resultados habitualmente de las zonas rurales que no representan necesariamente la totalidad del electorado, parecen estar ganando la elección.
Pero a medida que llega el recuento de los votos anticipados, presenciales y por correo, así como la información de los grandes centros urbanos, la distancia que consiguen los republicanos empieza a disminuir y puede llegar incluso a revertirse.
“El espejismo rojo describe la ventaja de un candidato al inicio de la noche electoral que disminuye hasta desaparecer a medida que se cuentan más papeletas”, le dice a BBC Mundo Alauna Safarpour, doctora en Gobierno y Política por la Universidad de Maryland.
El concepto de “espejismo rojo” surgió de la consultora Hawkfish que en 2020 predijo correctamente que Trump podría en un primer momento alcanzar una ventaja favorable pero que Biden podría superarlo gracias al recuento de los votos por correo y de las zonas urbanas.
En 2020 el “cambio azul” llegó a definir la presidencia a favor de Biden, mientras que cuatro años antes, la ventaja demócrata en algunos estados no fue decisiva ni pudo revertir la tendencia y Hillary Clinton terminó admitiendo su derrota.
El fenómeno en que el candidato demócrata consigue ampliar la ventaja después del día de la votación se dio en cada una de las últimas cinco elecciones, según Edward Foley, académico especializado en derecho electoral de la Facultad de Derecho Moritz, de la Universidad Estatal de Ohio.
Fue Foley quien divulgó el concepto de cambio azul tras las elecciones de 2012 en un intento por explicar por qué los estados en disputa pueden terminar siendo el motivo de despiadadas peleas legales entre los dos grandes partidos.
En primer lugar, estos dos fenómenos relacionados entre sí encuentran explicación en el complejo y descentralizado sistema electoral de este país.
Estados Unidos no tiene una autoridad electoral nacional como los países de América Latina, sino que cada uno de los 50 estados y el Distrito de Columbia (DC) cuentan con sus propias reglas electorales y registran los votos de distinta manera.
Antes de que se abrieran los centros de votación la mañana de este martes, millones de personas ya habían emitido voto anticipado en persona o enviado su voto por correo, lo que hace más complejo el recuento y ralentiza el proceso.
En muchos estados, los avances tecnológicos y las reglas electorales hacen que el conteo y la transmisión de los resultados se conozcan poco después del cierre de las urnas. Mientras que en otros, un resultado definitivo puede tardar varios días.
El estado de Florida, por ejemplo, está entre los estados más rápidos para publicar el resultado definitivo porque puede empezar a procesar los votos por correo y anticipados antes de las elecciones.
Por el contrario, estados como Wisconsin y Pensilvania –el estado clave que más votos electorales reparte– son unos de los más lentos en publicar los resultados. Esto es porque las boletas por correo no pueden comenzar a ser procesadas hasta la mañana del día de la votación.
Incluso hay estados que permiten contabilizar las papeletas de voto por correo que llegan el día después de la elección, mientras que hay otros que no lo permiten.
El segundo motivo es la diferente velocidad en el recuento entre los pequeños pueblos rurales y los grandes centros urbanos dentro de un mismo estado.
Los votos suelen tardar más en calcularse en las áreas urbanas más densamente pobladas, que suelen favorecer a los demócratas, a diferencia de los distritos rurales más pequeños, que se inclinan por los republicanos.
“A los condados de mayor población les lleva más tiempo contar los votos”, explica Safarpour.
El informe electoral del MIT Election Data and Science Lab de los comicios de 2020 llegó a esa misma conclusión: “Los condados ganados por Biden tardaron más en completar sus recuentos que los condados ganados por Trump”.
En unas elecciones como las de este martes, donde las encuestas muestran a Donald Trump y Kamala Harris a menos de dos puntos de distancia en varios de los estados más peleados, el ganador podría no conocerse la noche de la elección.
Es por eso que, de acuerdo a los especialistas, el fenómeno del “espejismo rojo” y posterior “cambio azul” podría repetirse, aunque con menos fuerza.
Este año se espera que el voto por correo sea menor a las elecciones anteriores y los registros muestran una mayor cantidad de voto anticipado de republicanos que en 2020, según datos del Laboratorio Electoral de Florida.
“Este año es posible que veamos el mismo fenómeno aunque posiblemente un poco menos pronunciado porque el Partido Republicano ha estado alentando a sus votantes a votar de cualquier manera, incluyendo el voto por correo”, dice Safarpour.
Esto se ve en estados como Pensilvania, donde el 65% de los votos por correo en 2020 fueron de votantes demócratas frente al 24% de republicanos. Mientras que en 2024, la distancia se está atenuando: 56% de las solicitudes de voto por correo han sido demócratas, y 32% de republicanos.
Algunos estados como Michigan modificaron las normas electorales de 2020 para permitir que las papeletas del voto anticipado se cuenten antes del día de las elecciones, lo que pude agilizar el proceso, mientras que otros estados como Carolina del Norte han endurecido las condiciones del recuento.
A pesar de que es probable que en estas elecciones los resultados dependan menos del voto por correo que en 2020, cuando muchos participaron por correo porque el mundo atravesaba la pandemia de covid-19, es posible que el escenario se repita.
“La gran división partidaria sigue vigente aunque este año un poco más igualada que en las elecciones anteriores. Por eso, a medida que se cuenten más votos por correo, podemos esperar un aumento de la ventaja de Harris sobre Trump en los estados”, dice Safarpour, la especialista en sistemas electorales.
Para los analistas es recomendable “ser pacientes” la noche de la elección.
“Tendremos los resultados de las elecciones a su debido tiempo. Pero probablemente no será la noche de la elección”, dice Safarpour.
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