Hace un mes, Dominga Reyes recibió una llamada de las autoridades del Centro de Reinserción Social No. 16 (Cefereso 16), en Morelos, para informarle que su hija, Consuelo Gutiérrez, se había quitado la vida.
Hasta ahora, las autoridades del Cefereso 16 no han aclarado las circunstancias en las que ocurrió el fallecimiento, que se convirtió en el caso número 19 en los últimos tres años en ese penal federal de mujeres.
En medio del dolor y el desconcierto, para Dominga la principal preocupación es recuperar a su nieto, quien vivía dentro de la prisión con Consuelo hasta hace dos años, cuando se lo llevaron a un hospital para una supuesta revisión médica y ya no lo devolvieron con su madre. Nunca les explicaron que las infancias pueden estar con sus madres en los centros de reclusión hasta los 3 años de edad, de acuerdo con la Ley Nacional de Ejecución Penal.
Desde entonces, los familiares de Emmanuel Salvador no saben de él. Lo único que les dijeron es que está en una casa hogar.
Animal Político buscó a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), sobre el caso, sin que hasta el momento de la publicación haya recibido respuesta. El Cefereso 16 depende del Órgano Administrativo Desconcentrado de Readaptación Social (OADPRS), que es parte de la SSPC.
Por su parte, el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) dijo que se pondrían en contacto “a la brevedad” con Dominga para darle informes sobre su nieto, pero ello no ha ocurrido.
“Desde que se lo llevaron, Consuelo preguntaba por su hijo y le decían que se lo iban a llevar, que me lo iban a entregar, pero no lo regresaron y ella ya nunca lo vio. Entonces el niño tenía 3 años, ahora ya va para los 5 años”, dice Dominga en entrevista.
Debido a que Dominga no sabe leer ni escribir ha enfrentado dificultades para tramitar la recuperación del niño, además de que no ha tenido la orientación necesaria para gestionarla. Lo único que sabe es que Emmanuel Salvador está en una casa hogar de la Ciudad de México, pero desconoce la dirección y no lo ha visto.
“Cuando Consuelo me dijo que le quitaron al niño vinieron autoridades a mi domicilio para hacer una revisión, a ver si me lo entregaban, me dijeron que estaba en una casa hogar; después me hicieron una videollamada las de la casa hogar y me pidieron darles un papel para entregarme al niño, yo lo mandé, pero para entonces la señorita que me contactó me dijo que ya no trabajaba ahí”, detalla.
Pasaron meses desde entonces, sin que Dominga tuviera noticias de su nieto. Fue hasta después del fallecimiento de Consuelo que llamó al número telefónico que le proporcionaron para contactarse con la Procuraduría Federal de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes, “pero no me contestan y ya no sé a dónde comunicarme”.
“Me tienen engañada, porque en el Cefereso se lavaron las manos y me dijeron que ya habían mandado todos los papeles a la Fiscalía, que ya no tenían nada, pero no me quisieron dar más información”, reclama la mujer de 50 años.
Consuelo, de 27 años, es la última de las 19 mujeres cuyo suicidio se ha reportado dentro del Cefereso 16, aunque un mes después su madre no sabe con certeza qué fue lo que ocurrió con ella, pues dos días antes de su fallecimiento se habían comunicado por videollamada “y la vi bien”.
“El día 5 de noviembre me llamaron para preguntarme si yo había tenido comunicación con ella y les dije que sí, yo les pedí que platicaran con ella porque quería ver a su niño, pero me dijeron que no podían darle consejos porque estaba muerta, me lo dijeron así de sopetón”, cuenta con tristeza.
“Sentí que me desmoronaba. Yo soy diabética y estoy enferma, no sabía ni cómo reaccionar, sólo recuerdo que escuché que me dijeron que había pasado a las 7 de la mañana”, relata.
Dado que vive en Puente de Ixtla, Morelos, el mismo estado en donde se ubica el Cefereso 16, Dominga se trasladó de inmediato hasta el penal, “pero no me dejaron entrar, aunque todavía la tenían ahí, incluso grabé cuando la sacaron en una ambulancia de la Cruz Roja. Después de eso fue que me permitieron pasar a las oficinas en donde los funcionarios se contradijeron, primero que se había ahorcado en la pata de la cama y luego que no, que en la regadera… hay muchas versiones”.
Para el momento de su muerte, Consuelo llevaba en prisión siete años, de una condena de más de 70 años que recibió por el delito de secuestro. Aunque se encontraba “bien”, Dominga subraya que en varias ocasiones su hija le había mencionado que era molestada por sus compañeras de celda, e incluso le había pedido que enviara escritos a las autoridades del Cefereso 16 para insistir en que la cambiaran a otro espacio.
“Ella me platicaba que las otras presas la molestaban mucho, ella había pedido que la cambiaran de celda, me decía “mamá, ya no aguanto estar en esta celda, me hacen lo que quieren” y me pidió mandar una carta… pero no la hice, porque no sé leer y se me hizo muy difícil, yo le dije a mi hija que me esperara tantito para buscar quién la hiciera, pero fue demasiado tarde… y me arrepiento, pero sé que ella habló con los de ahí y no le hicieron caso”, lamenta Dominga.
En tres años han muerto presuntamente por suicidio 19 mujeres al interior del Cefereso 16, los dos últimos en el mes de noviembre pasado.
El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, elaborado anualmente por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), revela que los intentos de suicidio son un problema crónico en el Cefereso 16. En 2020, el penal reportó una cifra alarmante: 161 intentos de suicidio entre una población de 812 internas en ese momento.
Ante estos hechos, el pasado 12 de noviembre, diversas organizaciones de la sociedad civil expusieron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) su preocupación ante los casos de muertes de mujeres privadas de libertad en el Cefereso 16, único centro penitenciario exclusivo para mujeres en México.
Las organizaciones sociales participantes, Mexiro, Documenta, Asilegal, entre otras, denunciaron que “el Estado mexicano no ha cumplido con adoptar medidas de prevención, investigación y garantías de no repetición frente a las muertes de las mujeres privadas de la libertad en el Cefereso 16“.
Por ello, hicieron un llamado a la CIDH para exhortar al Estado mexicano a crear una mesa de trabajo con expertos en derechos humanos y género, salud física y mental para desarrollar un plan integral de respuesta a la situación del Cefereso 16, así como a realizar investigaciones rigurosas sobre cada una de las muertes ocurridas en custodia.
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De acuerdo con testimonios recopilados por el Colectivo Artículo 20, integrado por mujeres que estuvieron presas en el Cefereso 16, dentro del centro penitenciario viven en condiciones de hacinamiento, son alimentadas con productos en descomposición y carecen de atención médica.
En septiembre pasado, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación al Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPS) ante la vulneración de los derechos de cinco mujeres privadas de la libertad en este centro de reclusión.
De acuerdo con el documento, en visitas realizadas por personal de la CNDH al Cefereso 16, se observó que cinco mujeres “estaban en riesgo debido a la falta de atención médica especializada en salud mental y a la ausencia de actividades que favorecieran su estabilidad mental y reinserción social”.
Esta situación, indicó la Comisión, agravó los síntomas presentados por personas privadas de la libertad que presentan trastornos mentales, y aumentó el riesgo de conducta suicida.
Otras causas que contribuyen a la vulnerabilidad que detectó la CNDH fueron la escasez de actividades deportivas, culturales y de socialización, un traslado no del todo justificado al Cefereso desde sus estados, restricción de actividades basadas en su apariencia o conducta y la no vinculación a las actividades remuneradas.
Ante los hechos mencionados, la Comisión solicitó al OADPRS dar atención médica, psicológica y psiquiátrica a las internas así como seguimiento clínico especializado, y colaborar en la investigación de las autoridades que permitan advertir afectaciones en la salud mental, esto para poder diseñar esquemas de intervención.
De igual manera se recomendó impartir talleres de enseñanza sobre mecanismos de autocontención emocional, reforzar el personal femenino en el Cefereso y mejorar la vigilancia.
Te mostramos en mapas los cambios en el control militar del territorio de Ucrania después de tres años de combates.
Ucrania se ha visto sacudida por combates desde que Rusia lanzó una invasión a gran escala hace tres años.
Durante el último año las fuerzas rusas han incrementado lentamente el territorio que controlan, principalmente en el este de Ucrania.
Pero las fuerzas ucranianas han dificultado esos avances y han llevado a cabo una contraofensiva en territorio ruso.
Días antes de que se cumpla el tercer aniversario del inicio de la invasión rusa a Ucrania -ocurrido el 24 de febrero de 2022-, el nuevo gobierno de Donald Trump en EE.UU. y el Kremlin anunciaron que van a poner al conflicto “cuanto antes”.
Para ello, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, se reunieron en Arabia Saudita, en el primer encuentro entre representantes de ambos gobiernos en más de tres años, al que no fueron invitados funcionarios de Ucrania ni de ningún país europeo.
Este es un resumen de la situación actual de la guerra en Ucrania.
En el este de Ucrania, la máquina de guerra de Moscú ha estado avanzando kilómetro a kilómetro a través de los amplios campos abiertos del Donbás, rodeando y abrumando aldeas y ciudades.
La mayor ventaja de Rusia es su número de tropas y ha demostrado su disposición a enviar soldados a las posiciones ucranianas para ganar unos cuantos metros en cada incursión.
Los expertos del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) esperaban que las fuerzas rusas se centraran en apoderarse de las ciudades y pueblos ucranianos en el frente durante el invierno; recientemente tomaron la ciudad de Kurájove y siguieron avanzando hacia el noreste, hacia la ciudad de Pokrovsk.
El avance ruso hacia Pokrovsk es el cambio más notable en el control de la línea del frente cerca de Donetsk en varios meses, pero las tácticas innovadoras de las fuerzas ucranianas, que combinan el uso de drones y fuerzas terrestres, han infligido a Rusia pérdidas significativas de tropas y equipos y han ralentizado la ofensiva.
Las tropas rusas tardaron un año en avanzar unos 40 km al oeste; Ucrania se vio obligada a retirarse de Avdivka, justo al norte de Donetsk, en febrero de 2024 después de meses de combates.
Casi toda la población de Avdivka antes de la guerra, más de 30.000 personas, se ha ido y la ciudad en sí está casi completamente destruida.
Además de su operación en el frente oriental, Rusia comenzó lo que el ISW describe como su “principal esfuerzo subordinado” cuando cruzó la frontera internacional al norte de la segunda ciudad más grande de Ucrania, Járkiv, en mayo de 2024.
Varias aldeas fueron tomadas y miles de civiles huyeron.
El avance ruso se produjo al final de un período de cuatro meses en el que Estados Unidos no suministró armas a Ucrania, debido a un impasse en el Congreso estadounidense que se resolvió en abril pasado.
Las fuerzas ucranianas lograron mantenerse firmes, y aunque la ciudad de Járkiv ha sido objeto de repetidos ataques con bombas planeadoras disparadas por aviones rusos, sigue estando fuera del alcance de la artillería rusa.
El este de Ucrania ha sido un territorio en disputa desde 2014, cuando combatientes respaldados por Rusia se apoderaron de grandes franjas de las regiones orientales de Donetsk y Lugansk.
Rusia ya se había apoderado de la península meridional de Crimea en febrero de 2014 antes de anexionársela poco después.
Trump declaró que es poco probable que Ucrania vuelva a sus fronteras anteriores a 2014, pero, en respuesta a una pregunta de la BBC, dijo que “parte de esa tierra regresará”.
En una entrevista con el periódico The Guardian, publicada el 11 de febrero, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, sugirió que el territorio controlado por Rusia en Ucrania podría intercambiarse por territorio confiscado por Ucrania en la región occidental rusa de Kursk en los últimos meses como parte de un acuerdo de paz.
Ucrania tomó el control de parte de la región en un ataque sorpresa lanzado a través de la frontera por tropas ucranianas en agosto, avanzando hasta 30 kilómetros hacia la región rusa.
Casi 200.000 personas fueron evacuadas de las zonas a lo largo de la frontera por el gobierno ruso, y Putin condenó la ofensiva ucraniana como una “gran provocación”.
Después de dos semanas, el máximo comandante de Ucrania afirmó que controlaban más de 1.200 km2 de territorio ruso y 93 aldeas.
Rusia ha recuperado parte de ese territorio, pero Ucrania todavía tiene tropas en la región de Kursk.
El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, calificó de “imposible” la sugerencia de Zelenski de un intercambio de territorio.
La invasión a gran escala de Rusia comenzó con decenas de ataques con misiles contra ciudades de toda Ucrania antes del amanecer del 24 de febrero de 2022.
Las tropas terrestres rusas avanzaron rápidamente y en pocas semanas tenían el control de amplias zonas de Ucrania y habían avanzado hasta los suburbios de la capital, Kyiv.
Las fuerzas rusas bombardearon Járkov y tomaron territorio en el este y el sur hasta llegar a Jersón, rodeando la ciudad portuaria de Mariúpol.
Pero se encontraron con una resistencia ucraniana muy fuerte en casi todas partes y tuvieron que hacer frente a serios problemas logísticos, ya que las tropas rusas estaban poco motivadas y sufrían escasez de alimentos, agua y municiones.
Las fuerzas ucranianas también se apresuraron a desplegar armas suministradas por Occidente, como el sistema antitanque Nlaw, que resultó muy eficaz contra el avance ruso.
En octubre de 2022, el panorama cambió drásticamente y, tras no haber logrado tomar Kyiv, Rusia se retiró por completo del norte.
Al mes siguiente, las fuerzas ucranianas recuperaron la ciudad meridional de Jersón.
Desde entonces, la batalla se ha desarrollado principalmente en el este de Ucrania, y las fuerzas rusas han ido ganando terreno lentamente durante muchos meses, con al menos 70.000 soldados rusos muertos y un total estimado de 500.000 muertos o heridos, según el Ministerio de Defensa de Reino Unido.
Por Dominic Bailey, Mike Hills, Paul Sargeant, Chris Clayton, Kady Wardell, Mark Bryson, Sana Dionysiou, Gerry Fletcher, Kate Gaynor y Erwan Rivault
Para indicar qué partes de Ucrania están bajo el control de las tropas rusas, utilizamos evaluaciones diarias publicadas por el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), junto con el Proyecto de Amenazas Críticas del American Enterprise Institute.
La situación en Ucrania suele evolucionar rápidamente y es probable que haya momentos en que han producido cambios que no se reflejan en los mapas.
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