
Para entender mejor
Aeroméxico anunció que reubicará vuelos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) para ahora salir del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
La aerolínea confirmó a Animal Político que solamente del AIFA se podrá a llegar a destinos como Morelia, mientras que para Aguascalientes y Durango hará una distribución de los vuelos.
A partir de enero próximo, para volar por Aeroméxico de CDMX a Aguascalientes, habrá cinco vuelos diarios por el AICM y solo uno en el AIFA.
Para Durango serán dos vuelos diarios en cada aeropuerto, mientras que para Morelia solo se podrá volar desde el Felipe Ángeles.
En un comunicado, Aeroméxico informó que a partir del 5 de octubre iniciará una nueva fase de crecimiento en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y estará conectando 13 destinos.
La ruta hacia Colima se transfiere del AICM al AIFA con siete vuelos semanales. Se agregarán los destinos León y Aguascalientes con siete frecuencias por semana cada uno. Y de las 28 frecuencias semanales desde el AICM a Durango, 14 se trasladan al AIFA.

En julio de 2022, Aeroméxico anunció un incremento de rutas para conectar al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
En un comunicado, la aerolínea sostuvo que a partir del 15 de agosto, operará seis rutas desde el AIFA, “con una oferta total de 112 llegadas y salidas que representan más de diez mil asientos semanales”.
Para enero de este año también se anunció que a partir de mayo operará un vuelo directo desde el Felipe Ángeles hacia el Aeropuerto Intercontinental George Bush en Houston, Texas.
Se trató del primer vuelo a Estados Unidos desde este aeropuerto, que fue inaugurado en marzo del 2022.

El presidente Andrés Manuel López Obrador defendió reducir los vuelos en el AICM para aumentar las operaciones del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Durante la conferencia de prensa matutina, el mandatario dijo que “el aeropuerto de la Ciudad tiene operaciones de 150% de su capacidad, o sea, tiene una sobresaturación todavía del 50%. Y ya hay problemas de tráfico y queremos actuar con responsabilidad”.
López Obrador declaró que se iban a reducir operaciones 52 a 43 por hora y se recurriría al AIFA. “Nos costó el que se mudaran los aviones de carga al aeropuerto ‘Felipe Ángeles’, hubo oposición, incluso de organismos de la aviación de Estados Unidos, pero se convencieron de que era mucho mejor operar desde ahí”.

Aunque se ha dicho muchas veces que es mejor consumir la fruta entera y no su jugo por el aporte de fibras, no faltan estudios que le encuentran virtudes. interesantes a esta bebida.
En concreto, una investigación reciente ha demostrado que el consumo regular de jugo de naranja puede influir en la actividad de miles de genes dentro de nuestras células inmunitarias.
Muchos de estos genes ayudan a controlar la presión arterial, calmar la inflamación y regular la forma en que el cuerpo procesa el azúcar, lo que contribuye a mejorar la salud cardíaca a largo plazo.
Los investigadores realizaron un seguimiento a adultos que bebieron 500 ml de jugo de naranja pasteurizado puro cada día durante dos meses. Después de 60 días, muchos genes asociados con la inflamación y la hipertensión arterial se habían vuelto menos activos.
Entre ellos, NAMPT, IL6, IL1B y NLRP3, que suelen ponerse en marcha cuando el cuerpo está sometido a estrés.
Otro gen conocido como SGK1, que afecta a la capacidad de los riñones para retener sodio (sal), también redujo su actividad.
Estos cambios coinciden con hallazgos previos que indican que beber jugo de naranja a diario puede reducir la presión arterial en adultos jóvenes.
El hallazgo ofrece una posible explicación a por qué el jugo de naranja se ha relacionado con una mejor salud cardíaca en varios ensayos.
El nuevo trabajo muestra que, a la vez que eleva el azúcar en sangre, esta bebida cítrica desencadena pequeños cambios en los sistemas reguladores del cuerpo que reducen la inflamación y ayudan a relajar los vasos sanguíneos.
Tiene sentido si pensamos que los compuestos naturales de las naranjas, en particular la hesperidina, un flavonoide cítrico conocido por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios, pueden influir en los procesos relacionados con la hipertensión arterial, el equilibrio del colesterol y la forma en que el cuerpo procesa el azúcar.
La respuesta varió en función del tamaño corporal: las personas con más peso tendían a mostrar mayores cambios en los genes implicados en el metabolismo de las grasas, mientras que los voluntarios más delgados mostraban efectos más fuertes sobre la inflamación.
Una revisión sistemática de ensayos controlados en la que participaron 639 personas de 15 estudios descubrió que el consumo regular de jugo de naranja reducía la resistencia a la insulina y los niveles de colesterol en sangre. La resistencia a la insulina es una característica clave de la prediabetes, y el colesterol alto es un factor de riesgo establecido para las enfermedades cardíacas.
Otro análisis centrado en adultos con sobrepeso y obesidad encontró pequeñas reducciones en la presión arterial sistólica y aumentos en las lipoproteínas de alta densidad (HDL), a menudo denominadas colesterol bueno, tras varias semanas de consumo diario de jugo de naranja.
Aunque estos cambios son modestos, incluso las mejoras leves en la presión arterial y el colesterol pueden marcar una diferencia significativa si se mantienen durante años.
A esto se le suma que, según una revisión reciente, el jugo de naranja influye en las vías relacionadas con el uso de energía, la comunicación entre las células y la inflamación. También puede afectar a la microbiota intestinal, que cada vez se considera más importante para la salud cardíaca.
Si nos decantamos por jugo de naranja sanguina, basta consumirlo durante un mes para que aumente el número de bacterias intestinales que producen ácidos grasos de cadena corta. Estos compuestos ayudan a mantener una presión arterial saludable y a reducir la inflamación.
Las personas con síndrome metabólico son las que más pueden salir ganando. Una investigacion con 68 participantes obesos demostró que el consumo diario de jugo de naranja mejoraba el funcionamiento del revestimiento de los vasos sanguíneos (función endotelial), esto es, la capacidad de los vasos sanguíneos para relajarse y dilatarse.
Y eso se asocia directamente con un menor riesgo de ataques cardíacos.
Otro estudio, realizado con 129 trabajadores de una fábrica de jugo de naranja en Brasil, reveló concentraciones sanguíneas más bajas de apolipoproteína B, o apo-B, un marcador que refleja el número de partículas portadoras de colesterol relacionadas con el riesgo de sufrir un infarto.
Sin embargo, un análisis más amplio de las concentraciones de grasas en sangre reveló que, aunque los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL) –colesterol malo– suelen descender, otras mediciones lipídicas, como los triglicéridos y el HDL, no varían significativamente.
En cualquier caso, parece que beber jugo de naranja no solo aporta azúcar: aunque la fruta entera sigue siendo la mejor opción debido a su fibra, un vaso diario de jugo de naranja puro podría tener efectos beneficiosos para la salud que se acumulan con el tiempo.
Estos incluyen aliviar la inflamación, favorecer un flujo sanguíneo más saludable y mejorar varios marcadores sanguíneos relacionados con la salud cardíaca a largo plazo.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
*David C. Gaze es profesor de Patología Química de la Universidad de Westminster, en Reino Unido.