Un juez federal vinculó a proceso a René Gavira Segreste, exjefe de finanzas de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), por presunta delincuencia organizada.
Se trata del cuarto proceso penal abierto en su contra por el desfalco multimillonario cometido en el organismo descentralizado federal.
A través de una tarjeta informativa, la Fiscalía General de la República (FGR) informó que la vinculación a proceso de René “G” se obtuvo por su presunta responsabilidad en los delitos de delincuencia organizada con la finalidad de cometer operaciones con recursos de procedencia ilícita por la cantidad de 142 millones de pesos, y por el delito de peculado.
De acuerdo con la FGR, los hechos ocurrieron luego de que Gavira Segreste, como apoderado legal de Diconsa, presuntamente autorizó liberar recursos para celebrar un convenio con una empresa para la compra de azúcar, entrega de la que no existe constancia.
“Cabe destacar que, por la naturaleza del encargo público, René “G”, tenía la obligación de vigilar las operaciones y movimientos efectuados por la Gerencia de Tesorería; y su actuar permitió la distracción de recursos pertenecientes al Estado Mexicano por la cantidad de 142 millones 440 mil 883 pesos en beneficio de dicha entidad mercantil”, señaló la dependencia.
Desde el 2020, en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y diversos reportes periodísticos comenzaron a ventilar irregularidades en Segalmex por al menos 9 mil millones de pesos.
Luego de ello, Diconsa denunció que exservidores públicos ilícitamente otorgaron y aprobaron recursos para celebrar convenios con la empresa “Servicios Integrales Carregin”, a la que supuestamente realizaron el pago en su totalidad sin tener constancia de haber recibido el producto.
De la investigación realizada por la FGR se desprende que presuntamente se simuló la entrega de 3 mil 110 toneladas azúcar, generando así un daño al erario público por la cantidad de 142 millones 440 mil 883 pesos.
La empresa Carregin, por su parte, supuestamente realizó la transferencia de los recursos a “personas autorizadas” en sus cuentas y otras que no tienen relación alguna con la empresa.
La relación de Gavira Segreste con este caso se debe a que supuestamente en su calidad de Titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la dependencia contaba con funciones administrativas transversales en Diconsa, por lo que se le señala de conformar una red de socios comerciales con el fin de otorgarles contratos ilícitos de Liconsa, Diconsa y Segalmex, a través de los cuales supuestamente obtuvieron cientos de millones de pesos.
Pese a las anomalías reportadas en el caso, el presidente López Obrador ha exculpado a quien era director del organismo, Ignacio Ovalle, diciendo en junio pasado que “lo engañaron”, por lo que incluso hasta la fecha Ovalle sigue siendo parte de su gobierno como coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo (INAFED).
Por el momento, el juez estableció imponerle la medida cautelar de prisión preventiva a René Gaviera, tal y como se hizo en los otros tres casos abiertos que tiene en su contra y le concedió un plazo de seis meses para la investigación complementaria.
Durante décadas, el PKK ha luchado con Turquía para ganar territorio para los kurdos de Medio Oriente.
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha decidido disolverse y deponer las armas, marcando el fin de un conflicto de más de cuatro décadas con Turquía que dejó más de 40.000 muertos.
La decisión se produjo tres meses después de que su líder, Abdullah Ocalan, preso desde 1999, hiciera un llamado a la disolución del grupo.
Turquía aún no ha hecho ningún anuncio oficial, pero la disolución representaría una gran victoria para el presidente Recep Tayyip Erdogan.
También tendrá importantes repercusiones en la región, especialmente en la vecina Siria.
El grupo, de raíces izquierdistas, fue formado a finales de los años 70 y lanzó una lucha armada contra el gobierno turco en 1984, reclamando un Estado kurdo independiente dentro de Turquía.
Los kurdos son uno de los pueblos originarios de las montañas y llanuras de Mesopotamia, una región que se extiende por el sureste de Turquía, noreste de Siria, norte de Irak, noroeste de Irán y suroeste de Armenia.
Se estima que entre 25 y 35 millones de kurdos viven en esta zona. Son el cuarto grupo étnico más numeroso de Medio Oriente (después de árabes, persas y turcos), pero no tienen un Estado-nación propio.
Durante siglos, los kurdos vivieron bajo el dominio del Imperio Otomano. Cuando este colapsó al final de la Primera Guerra Mundial, muchos kurdos comenzaron a considerar la creación de una patria propia, usualmente denominada “Kurdistán”. Los aliados occidentales vencedores contemplaron esa posibilidad en el Tratado de Sèvres de 1920.
Sin embargo, este fue reemplazado en 1923 por el Tratado de Lausana, que fijó las fronteras de la Turquía moderna y no incluyó ninguna disposición para un Estado kurdo.
Los kurdos quedaron como minoría en todos los países donde habitaban. Durante los siguientes 80 años, todos los intentos kurdos por establecer un país independiente fueron reprimidos.
Los kurdos representan entre el 15 % y el 20 % de la población de Turquía.
En respuesta a los levantamientos ocurridos en las décadas de 1920 y 1930 en Turquía, muchos kurdos fueron reubicados, se prohibieron los nombres y vestimentas kurdas, se restringió el uso del idioma kurdo, e incluso se negó la existencia de una identidad étnica kurda, denominando a estas personas como “turcos de las montañas”.
En 1978, Abdullah Ocalan -un activista político de izquierda originario del sureste de Turquía- fundó el PKK, que abogaba por la creación de un Estado independiente dentro de Turquía. En 1984, el grupo inició una lucha armada.
Desde entonces, aproximadamente 40.000 personas han muerto en Turquía y en zonas de Siria e Irak cercanas a la frontera turca, como consecuencia del conflicto entre el PKK y las fuerzas de seguridad turcas. Cientos de miles de personas han sido desplazadas dentro de Turquía.
El PKK ha sido calificado como grupo terrorista en Turquía, Estados Unidos, Reino Unido y países de la Unión Europea.
En la década de 1990, el PKK dio marcha atrás en sus demandas de un Estado independiente, y comenzó -en cambio- a pedir una mayor autonomía para los kurdos.
En una entrevista con la BBC en 2016, el líder militar del PKK, Cemil Bayik, declaró:
“No queremos separarnos de Turquía y formar un Estado. Queremos vivir dentro de las fronteras de Turquía, en nuestra propia tierra, con libertad”.
“La lucha continuará hasta que se reconozcan los derechos innatos de los kurdos”, añadió.
Sin embargo, Turquía sostiene que el PKK “intenta crear un Estado separado dentro de Turquía”.
A mediados de los años noventa, se produjeron intensos combates entre las fuerzas de seguridad turcas y el PKK. Miles de aldeas fueron destruidas en el sureste y este de Turquía -zonas de mayoría kurda-, lo que obligó a cientos de miles de kurdos a huir hacia ciudades en otras partes del país.
El grupo pidió participar en la vida política de Turquía, mayor reconocimiento de los derechos culturales de la población kurda del país y la liberación de sus miembros encarcelados.
Turquía se negó a negociar con el PKK y ofreció únicamente una amnistía limitada a sus miembros.
Entre 2009 y 2011, el PKK y el gobierno turco mantuvieron conversaciones secretas en Noruega, pero estas fracasaron.
En marzo de 2013, Ocalan anunció un nuevo alto el fuego tras mantener diálogos con el gobierno, y pidió a las fuerzas del PKK que se retiraran de Turquía. Sin embargo, ese alto el fuego se rompió en julio de 2015.
Desde 2015, más de 7.000 personas han muerto en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad turcas y los combatientes del PKK en Turquía e Irak, según la organización de investigación Crisis Group.
Los combates fueron especialmente intensos en 2015 y 2016, y ocurrieron principalmente en el sureste de Turquía.
Para 2019, las fuerzas de seguridad turcas habían expulsado a muchos militantes del PKK fuera del país, y la mayor parte de los enfrentamientos se ha trasladado desde entonces a la región autónoma del Kurdistán, en el norte de Irak, y al norte de Siria.
En Siria, las tropas turcas (junto con una milicia aliada llamada Ejército Nacional Sirio) también han estado combatiendo a las Unidades de Defensa del Pueblo (YPG), lideradas por kurdos, a las que Turquía considera la rama siria del PKK.
Pero desde octubre de 2024, el gobierno turco -junto con Devlet Bahceli, líder del ultraderechista Partido del Movimiento Nacionalista- ha estado manteniendo conversaciones con el PKK, que han incluido visitas a Ocalan en la prisión de la isla de Imrali, una cárcel de alta seguridad en el mar de Mármara.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.
Utilizamos cookies propias y de terceros para personalizar y mejorar el uso y la experiencia de nuestros usuarios en nuestro sitio web.