La Fiscalía General de la República (FGR) detuvo a Fernando Hiram Zurita Jiménez, empresario clave presuntamente relacionado con el desfalco multimillonario de Seguridad Alimentaria (Segalmex).
De acuerdo con el Registro Nacional de Detenciones, Zurita Jiménez fue detenido la tarde de ayer 27 de marzo y ahora se encuentra en traslado para ser presentado ante un juez federal.
Desde el pasado 9 de marzo, la FGR informó que un juez de control del Centro de Justicia Penal Federal en el Estado de México giró una órden de aprehensión en contra de 22 personas vinculadas a los delitos de delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita y peculado.
De las 22 personas referidas, 12 fueron servidores públicos de Segalmex, cuatro pertenecen a las empresas con las que se coludieron y 6 fueron los beneficiarios de los recursos que fueron desviados.
Precisamente Zurita Jiménez se encuentra relacionado con Servicios Integrales Carregín S.A. de C.V., la cual está en la lista de empresas que presuntamente celebraron contratos ilegales y pagos ilícitos por la cantidad de 142 millones 440 mil 883 pesos, por una supuesta adquisición de 7 mil 840 toneladas de azúcar, de las que nunca pudieron probar que las habían entregado legalmente a dicha empresa estatal.
Hasta el momento, la FGR ha detenido a 10 implicados en el desfalco multimillonario a Segalmex, aunque uno de ellos recuperó su libertad. Se trata de Carlos Antonio Dávila Amerena, exdirector jurídico de Segalmex.
El juez consideró que su nombre no aparece en ninguno de los documentos relacionados a la operación de compra de azúcar.
A casi cuatro años de la creación del organismo Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), que nació con el objetivo de garantizar que la población más vulnerable tuviera acceso a la alimentación, 9 mil 500 millones de pesos han desaparecido sin que hasta el momento se conozca su paradero.
De acuerdo con la FGR, todos los presuntos responsables del fraude celebraron contratos ilegales y pagos ilícitos por la cantidad de 142 millones 440 mil 883 pesos, por una supuesta adquisición de 7 mil 840 toneladas de azúcar que se utilizarían en beneficio de la población más vulnerables del país. Sin embargo, nunca pudieron probar su entrega.
El guionista del programa de televisión más comentado del año habla de los cambios que espera que inspire.
Una de las series de televisión más comentadas de los últimos años, el drama de Netflix Adolescencia, ha sido el tema candente de debate recientemente, desde el Parlamento británico a los programas de televisión estadounidenses, pasando por el colegio del hijo del guionista.
La polémica la generó la historia ficticia de un niño de 13 años, quien es acusado de apuñalar a una niña, y los factores que podrían haberlo convertido en asesino.
“He recibido muchos comentarios de personas de las que hacía años que no sabía nada, contándome sobre las discusiones que ahora tienen con sus hijos. Es muy graficante”, dice el escritor Jack Thorne.
“El director (del colegio) de mi hijo me paró en la puerta del colegio para decirme: ‘Me gustaría hablar con usted de esto, y me gustaría pensar en lo que puede hacer nuestro colegio y lo que pueden hacer otros colegios'”, relata Thorne.
“Las discusiones parecen iniciarse en todo tipo de lugares diferentes”, apunta.
Thorne pidió al gobierno británico que tome “medidas radicales” para ayudar a resolver los problemas que plantea el programa.
Los principales son las redes sociales y la influencia de las ideas incel (célibes involuntarios), que animan a los hombres a culpar a las mujeres de su falta de relaciones y oportunidades.
Sin embargo, Adolescencia, que Jack Thorne creó con el actor Stephen Graham, no se limita a señalar con el dedo a la cultura incel, explica el escritor a la BBC.
“Realmente espero que este sea un drama que sugiera que Jamie (el protagonista) es así debido a toda una serie de factores complicados“, indica.
Sus padres, su escuela y sus amigos juegan un papel importante de diversas maneras.
Pero Jamie, interpretado por Owen Cooper, sufre acoso en las redes sociales donde lo hacen sentirse feo, y está expuesto a mensajes incel y a opiniones sesgadas sobre la violencia sexual.
“Es un niño vulnerable, y entonces oye estas cosas que tienen sentido para él sobre por qué está aislado, por qué está solo, por qué no pertenece a ningún sitio, y las asume. No tiene los filtros para entender lo que es apropiado”, explica Thorne.
“A esta edad, con todas estas presiones diferentes sobre él y con las peculiaridades de la sociedad que lo rodea, empieza a creer que la única forma de conseguir un equilibrio es a través de la violencia“, agrega.
El escritor se metió a agujeros de gusano en línea similares a los sitios 4Chan y Reddit para ver el mundo a través de los ojos de Jamie.
Descubrió que estos mensajes no procedían simplemente de los lugares obvios.
“No era sólo Andrew Tate. No eran los peces gordos de la manosfera“, afirma.
“Eran los blogs y vlogs más pequeños y las pequeñas cosas como gente hablando de un videojuego, pero luego explicando a través de ese videojuego por qué las mujeres te odian”, dice.
“Eso fue lo que me pareció más inquietante”.
Estos temas no son nuevos, pero el programa Adolescencia ha llegado en un momento en que otros también están debatiendo los peligrosos mensajes dirigidos a niños y jóvenes.
Recientemente, el ex entrenador de la sección inglesa de fútbol, Gareth Southgate, pronunció un discurso en el que advertía sobre los “influenciadores insensibles, manipuladores y tóxicos”.
“Son lo más alejado posible de los modelos de conducta que nuestros jóvenes necesitan en sus vidas”, afirmó.
Jack Thorne dice que Southgate es “asombroso”, pero cree que la solución va más allá de tener mejores modelos.
“Llevamos teniendo esa conversación desde que era niño”, dice el escritor.
“Tiene que llegar un momento en que hagamos algo un poco más radical que eso. No se trata de modelos de conducta“, remata.
“Los modelos de conducta pueden tener un gran impacto en la gente. Pero la verdad es que tenemos que cambiar la cultura que están consumiendo y los medios por los que nuestra tecnología está facilitando esta cultura“, agrega.
“Fue un discurso muy interesante, pero esperaba que propusiera cosas más radicales de las que hizo”, insiste.
Entonces, ¿cuáles podrían ser esas soluciones más radicales?
Esta semana, el primer ministro británico Keir Starmer declaró en el Parlamento que había estado viendo el drama, al que calificó de “muy bueno”, con sus hijos adolescentes.
La violencia ejercida por jóvenes influenciados por lo que ven en Internet es “abominable y tenemos que atajarla”, y es “también una cuestión de cultura”, dijo el premier a los diputados.
Thorne espera que el primer ministro capte el mensaje de que “en nuestras escuelas se está produciendo una crisis, y tenemos que pensar en cómo impedir que los chicos hagan daño a las chicas, y entre ellos“.
“Para facilitarlo en las escuelas y en los hogares va a hacer falta un montón de cosas diferentes, y eso requiere la ayuda del gobierno”, afirma.
Y, por ello, instó Starmer a considerar “con bastante urgencia” la prohibición de los teléfonos inteligentes en las escuelas y una “edad de consentimiento digital”, similar a la de Australia, que ha aprobado una ley que prohíbe a los menores de 16 años el uso de las redes sociales.
El escritor también ha sugerido ampliar esa medida a todo uso de los teléfonos inteligentes y a los videojuegos.
“Creo que deberíamos hacer lo que hace Australia, y separar a nuestros hijos de esta perniciosa enfermedad del pensamiento que los está infectando”, afirma.
Sin embargo, una prohibición sería difícil de vender a los adolescentes.
Thorne apareció en el programa Newsnight de la BBC Two junto a tres hombres de 18, 19 y 21 años.
Cuando se les preguntó sobre la prohibición de las redes sociales para los menores de 16 años, tuvieron sentimientos encontrados.
Uno dijo que era “una gran idea, dentro de lo razonable”, otro afirmó que era “bastante injusta”, mientras que el tercero se mostró contrario, argumentando que “las redes sociales también han aportado mucho a las generaciones jóvenes”.
Para Thorne, la cuestión de cómo vigilar los teléfonos inteligentes y las redes sociales está a punto de llegar al interior de su casa.
Su hijo tiene ocho años, y Thorne dice que quiere asegurarse de establecer “un método de comunicación con él” a medida que crece. Pronto querrá su propio teléfono.
Mientras trabajaba en la serie, estuvo pensando en cómo manejar el futuro uso de la tecnología por parte de su hijo.
“Y todavía estoy procesando cómo hacerlo”, reconoce.
Investigar y escribir Adolescencia le ha abierto los ojos sobre los retos a los que se enfrentan jóvenes y padres, dice.
Pero, ¿cómo afrontarlos? Eso es lo más difícil.
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