
El gobierno de Estados Unidos, en la actual administración Trump, teme una posible alianza entre dos viejos enemigos y dos de los principales grupos del crimen organizado en México: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Chapitos, una de las dos facciones en que quedó divido el Cártel de Sinaloa.
Así lo señaló la Oficina Antidrogas estadounidense, la DEA por sus siglas en inglés, en su más reciente informe ‘National Drug Threat Assessment 2025’, en el que hace un análisis de las principales agrupaciones delictivas en México y el impacto del tráfico de drogas como las metanfetaminas y el fentanilo en la Unión Americana.
En el documento, la DEA señala que El Cártel Jalisco “podría provechar el conflicto entre las facciones de Los Mayos y Los Chapitos del Cártel de Sinaloa, eligiendo esencialmente un bando a favor de sus antiguos rivales, Los Chapitos”.
Sobre la anterior, cabe recordar que desde julio del año pasado se vive un cruento enfrentamiento en Sinaloa, especialmente en Culiacán, tras la detención en Texas de Jesús ‘El Mayo’ Zambada, el histórico número del cartel tras Joaquín El Chapo Guzmán, también preso en Estados Unidos.
Tras la captura, en la que al parecer estuvo involucrado uno de los hijos del Chapo, que habría entregado al viejo capo a las autoridades estadounidenses, se desató una guerra interna en el cártel que quedó dividido en dos grupos: los ‘chapitos’ y la ‘mayiza’. Ambos grupos llevan enfrentados casi un año, dejando un reguero de asesinatos, desaparecidos, robos de vehículos, secuestros expres y cierres de negocios y cuantiosas pérdidas económicas.
Como parte de esa ‘guerra’, el Cártel Jalisco y ‘los Chapitos’ habrían tejido “una alianza estratégica” para “expandir los territorios, recursos, poder de fuego y acceso a funcionarios corruptos”, en detrimento de la facción del Mayo Zambada.
“Esto podría resultar en una interrupción significativa del equilibrio de poder criminal existente en México”, advierte la DEA.
“Y podría servir para aumentar el flujo de drogas hacia el norte y el tráfico de armas hacia el sur en la frontera entre Estados Unidos y México”, agrega.

Por otra parte, la DEA señala que en 17 entidades, el Cártel Jalisco tiene “presencia muy significativa” — Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua, Baja California, Quintana Roo, Campeche y Chiapas, entre algunos de esos estados— mientras que en el resto del país también tiene “presencia” –incluso en estados ‘rivales’, como Sinaloa— . De hecho, no hay ninguna entidad en la que la presencia del cártel sea “limitada” o no haya presencia.
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En cuanto a las operaciones de este grupo delictivo en suelo estadounidense, la DEA apunta que el cártel opera laboratorios clandestinos en México donde fabrican drogas ilícitas —fentanilo y metanfetaminas, principalmente— para luego, por medio de “vastas redes de distribución para transportar droga a los Estados Unidos” operar “en casi los 50 estados” de la Unión Americana por medio de “asociados, facilitadores y afiliados del Cártel Jalisco”.
En cuanto a las operaciones financieras, la Agencia señala que el “brazo financiero” del cártel está integrado por un grupo criminal llamado ‘Los Cuinis’, “que tiene un papel destacado en la estructura de liderazgo del cártel”.
“Los Cuinis lideran la diversa red de operaciones y tácticas de lavado de dinero del cártel para repatriar las ganancias globales de drogas ilícitas de vuelta a México. Este grupo y otras facciones del cártel utilizan tácticas como intercambio de criptomonedas, contrabando de dinero en efectivo a granel, lavado de dinero y otros métodos para lavar las ganancias relacionadas con drogas ilícitas”.
Asimismo, la DEA apunta que el Cártel Jalisco ha aumentado su participación en otras actividades ilícitas no relacionadas con las drogas, como el robo de gasolina y combustibles, la extorsión al por mayor, la infiltración en industrias legítimas, el ‘cobro de piso’ a traficantes de personas, y la realización de esquemas inmobiliarios fraudulentos, “incluyendo fraudes de tiempos compartidos”, con fines de lavado de dinero.

En cuanto al Cártel de Sinaloa, la DEA destaca que, a pesar de las detenciones de sus dos principales cabezas, El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada, esta organización delictiva continúa estando entre “los cárteles de drogas más poderosos del mundo”.
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“La DEA ha identificado decenas de miles de miembros, asociados y facilitadores del Cártel de Sinaloa que operan a nivel mundial, todos trabajando en redes descentralizadas bajo el gran paraguas del cártel”.
Sobre esto, la Agencia antidrogas apunta que el Cártel de Sinaloa opera internacionalmente en al menos 40 países, “expandiéndose continuamente hacia los lucrativos mercados de Europa, Asia, Australia y Nueva Zelanda”.
En Estados Unidos, el cártel de Sinaloa provee drogas, sobre todo fentanilo, a “redes de grupos locales independientes, a pandillas de calle y bandas” que distribuyen las sustancias al interior de prácticamente los 50 estados de la Unión Americana, sobre todo en las principales ciudades de aquel país, como Nueva York, Los Ángeles, Phoenix, Houston, Chicago, Atlanta y Miami.
En México, el cártel de Sinaloa también tiene “presencia muy significativa” en más de la mitad del país, y “presencia” en casi todo el país, con excepción de Jalisco, el estado del cártel rival.
Además del fentanilo, la DEA informa que el Cártel de Sinaloa también se ha involucrado en la fabricación y el tráfico de ‘tusi’, un cóctel de drogas alucinógenas de color rosa que se consume principalmente en los clubes de las principales ciudades estadounidenses.
“El cártel de Sinaloa ha explotado la marca de ‘tusi’ para crear nuevas mezclas, que son combinaciones de Ketamina y otras drogas como la cocaína, la metanfetamina y/o el fentanilo”, apunta la DEA, que agrega que “el cártel de Sinaloa es capaz de importar grandes cantidades de ketamina desde China para facilitar la producción de ‘tusi’ en México”.
Al margen de la producción y tráfico de drogas, la DEA señala que el Cártel de Sinaloa participa en muchos otros delitos, como el lavado de dinero, extorsión, robo de petróleo y combustibles, y también de recursos naturales, como el agua, el tráfico de personas, prostitución y el comercio ilegal de vida silvestre.
“Los ingresos ilícitos de estos delitos periféricos proporcionan recursos que hacen al cártel de Sinaloa más resistente y aumentan su capacidad de expansión por el m mundo”, hace hincapié la DEA, que también recuerda que el 20 de febrero de este año, además de los cárteles de Jalisco y Sinaloa, incluyó al cártel del Noroeste, La Nueva Familia Michoacana, el cártel del Golfo, los cárteles Unidos, y a las organizaciones criminales extranjeras El Tren de Aragua y la Mara Salvatrucha, como “organizaciones terroristas”.

Por otra parte, en 2024 la DEA confiscó 9 mil 950 kilogramos de fentanilo, un 29% menos que en 2023. La DEA también informó que confiscó 61.1 millones de pastillas falsas en 2024, una disminución del 24% con respecto al año anterior.
Mientras que el Sistema Nacional de Incautaciones del Centro de Inteligencia de El Paso, Texas, que aglutina datos de incautaciones de drogas de agencias federales, estatales y locales de todo Estados Unidos, indicaron una tendencia similar, con un total de 23 mil 256 kilogramos confiscados en 2024, lo que presenta una disminución con respecto al año anterior.

Las autoridades estadounidenses han confiscado este mes al menos dos petroleros que considera parte de una flota de buques fantasma utilizada por Venezuela para evadir sanciones.
Rusia y China condenaron la incautación por parte de Estados Unidos de petroleros sancionados en aguas cercanas a Venezuela, en una reunión especial del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York el martes.
El embajador ruso ante la ONU, Vasily Nebenzya, dijo que se trataba de una “agresión flagrante” contra un Estado soberano y describió las acciones estadounidenses como “métodos pseudolegales” que vulneran el derecho internacional.
Por su parte, el embajador chino afirmó que las medidas de Estados Unidos violan la Carta de la ONU y el derecho internacional, y advirtió que amenazan la paz y la seguridad en América Latina y el Caribe.
Las críticas de Moscú y Pekín se produjeron en una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad, órgano ejecutivo de la ONU, solicitada por el propio gobierno venezolano y respaldada por ambos países.
Las autoridades estadounidenses han confiscado en lo que va de este mes al menos dos petroleros que considera parte de una flota de buques fantasma utilizada por Venezuela para evadir sanciones.
En el foro abierto por Venezuela en el Consejo de Seguridad, Rusia acusó a EE.UU. de “comportamiento de cowboy” e “intimidación”, según la agencia AFP, mientras China denunció una escalada de presión militar y económica contra Caracas en un contexto de creciente tensión en el Caribe.
En respuesta, el embajador estadounidense ante la ONU, Mike Waltz, afirmó que Washington hará “todo lo que esté en su poder para proteger nuestro hemisferio, nuestras fronteras y al pueblo estadounidense”.
Waltz defendió el bloqueo impuesto por la administración de Donald Trump a petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela, así como la interceptación de varios buques en el mar Caribe.
También aseguró ante el Consejo que su país impondrá sanciones “al máximo” para privar al presidente Nicolás Maduro de los recursos que, según Washington, utiliza para financiar al Cártel de los Soles, designado por Estados Unidos como organización terrorista.
Insistió en que el petróleo exportado por Venezuela constituye “el principal salvavidas económico” de un gobierno al que calificó como ilegítimo y al que acusó de facilitar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa.
Las declaraciones en la ONU llegan en medio de una intensificación de la presión militar estadounidense sobre el gobierno de Maduro.
Trump sugirió este lunes que Estados Unidos se quedará con el crudo de los petroleros incautados frente a las costas venezolanas, e incluso con los propios buques.
Por otra parte, el Comando Sur de Estados Unidos informó de un ataque militar en aguas internacionales del Pacífico oriental contra una embarcación sospechosa de narcotráfico, en el que murió una persona.
Desde septiembre ya han muerto alrededor de 100 personas en ataques de EE.UU. contra supuestas “narcolanchas” en el Caribe y el Pacífico.
Trump también ha amenazado con extender este tipo de operaciones a tierra firme, al tiempo que continúa el enorme despliegue militar estadounidense en aguas del Caribe.
Desde Caracas, Nicolás Maduro ha denunciado las incautaciones de los petroleros como actos de “piratería” y acusa a Washington de querer apropiarse de las reservas de petróleo de su país y de querer derrocarlo.
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